Messi: "Tenemos que ser campeones porque nos lo merecemos"

Lionel irá el domingo por su tercera final consecutiva con el brazalete de capitán del seleccionado argentino rodeándole el brazo izquierdo, pero esta vez lo único que le importa "es ganar" esta Copa América Centenario "simplemente porque este equipo se lo merece".

22 JUN 2016 - 12:26 | Actualizado

"Llegar a una final por tercera vez consecutiva es algo impresionante y ojalá esta vez se nos termine dando porque lo merecemos", le manifestó Messi a Télam luego de convertirse en el máximo goleador de la historia de la selección argentina con un espléndido golazo de tiro libre que contribuyó a la goleada por 4 a 0 sobre los Estados Unidos en el NRG Stadium, de Houston.

"Es que cuando venís de dos finales perdidas el único objetivo que tenés por delante es llegar a otra y ganarla. Y para eso vinimos aquí. Ojalá podamos dar el pasito que nos falta", enfatizó.

Levantar una Copa se convirtió para esta generación de futbolistas que viste de continuo la camiseta del seleccionado en una verdadera obsesión porque saben que el tiempo es impiadoso y si no es ahora, quizás en el Mundial de Rusia 2018 habite la última chance de lograrlo.

"Es que sencillamente debemos ser campeones porque nos lo merecemos, porque trabajamos mucho, porque hicimos las cosas bien desde el principio en este torneo ante un rival muy duro como Chile y después fuimos creciendo tanto en lo ofensivo como en lo defensivo. Y eso se debe a que tenemos muchas ganas de quedarnos con esta Copa", remarcó.

"Por ejemplo anoche contra Estados Unidos pudimos jugar más con posesión de pelota como nos gusta, tenerla más y hacerla circular de un lado a otro, porque anotamos temprano. Es que estamos muy efectivos en ataque y eso facilita las cosas", precisó.

El golazo que le marcó a los estadounidenses apenas superada la media hora del primer tiempo y que fue el segundo tanto argentino, fue digno de la circunstancia que conllevaba, ya que ese tiro libre que se incrustó contra el ángulo superior izquierdo fue el 55 de su colección en la selección, lo que le permitió quebrar el récord que poseía Gabriel Batistuta. Sin embargo fue más atractivo escucharlo contar como preparó semejante zurdazo que el efecto que produjo en él esa conquista.

"Estoy feliz de haber batido el récord de Batistuta como máximo goleador del seleccionado argentino, pero como lo vengo diciendo desde el partido anterior con Venezuela en que lo alcancé: estamos aquí para otra cosa", aclaró.

"Pero por supuesto que él gol fue lindo, aunque lo preparé bastante antes de elegir a donde rematar. Por eso me puse a atar los cordones de los botines, ya que quería afirmarme bien porque la cancha no estaba bien, y mientras tanto observaba el panorama. Y cuando vi como se paró la barrera y donde se ubicó el arquero, tomé la decisión de pegarle ahí", contó como si se tratara de algo tan sencillo como firmarle un autógrafo a un chico dentro mismo del campo de juego. "Eso tampoco es la primera vez que lo hago", aclaró.

Después de esta "distracción" en la amena charla que siempre mantiene con los periodistas, sobre todo los gráficos, el análisis volvió sobre la meta que carcome de ansiedad a los futbolistas argentinos.

"Al final uno se queda siempre con ganar o no ganar, pero llegar a tres definiciones en tres años no es cosa de todos los días. Pero también es cierto que a esta altura de las circunstancias lo único que importa es ganar, sobre todo después de venir de jugar dos y perderlas. Eso es lógico", reconoció.

"Pero así y todo estamos tranquilos, relajados, porque después de jugar cada tres días ahora nos quedan cinco hasta la final del domingo y eso nos va a venir bien, aunque mañana tengamos otro viaje por delante", apuntó.

Sin embargo Messi vuelve permanentemente hacia atrás en el tiempo, porque quiere valorar las dos finales anteriores a rajatabla.

"A las anteriores finales en el Mundial de Brasil y la Copa América de Chile también llegamos de buena manera y las perdimos por detalles.Pero desde la del año pasado hasta ahora crecimos mucho como equipo y como grupo, y eso es muy importante", valoró.

"Lamentablemente anoche tuvimos dos lesionados como Ezequiel Lavezzi y Augusto Fernández y perder a dos jugadores como estaba el partido, prácticamente ganado, es una pena, pero seguramente quienes los reemplacen lo van a hacer muy bien", vaticinó, y se fue como llegó, con la ilusión a cuestas y una barba tupida que quizás se afeite el domingo, después de la vuelta olímpica.Y será merecido.

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22 JUN 2016 - 12:26

"Llegar a una final por tercera vez consecutiva es algo impresionante y ojalá esta vez se nos termine dando porque lo merecemos", le manifestó Messi a Télam luego de convertirse en el máximo goleador de la historia de la selección argentina con un espléndido golazo de tiro libre que contribuyó a la goleada por 4 a 0 sobre los Estados Unidos en el NRG Stadium, de Houston.

"Es que cuando venís de dos finales perdidas el único objetivo que tenés por delante es llegar a otra y ganarla. Y para eso vinimos aquí. Ojalá podamos dar el pasito que nos falta", enfatizó.

Levantar una Copa se convirtió para esta generación de futbolistas que viste de continuo la camiseta del seleccionado en una verdadera obsesión porque saben que el tiempo es impiadoso y si no es ahora, quizás en el Mundial de Rusia 2018 habite la última chance de lograrlo.

"Es que sencillamente debemos ser campeones porque nos lo merecemos, porque trabajamos mucho, porque hicimos las cosas bien desde el principio en este torneo ante un rival muy duro como Chile y después fuimos creciendo tanto en lo ofensivo como en lo defensivo. Y eso se debe a que tenemos muchas ganas de quedarnos con esta Copa", remarcó.

"Por ejemplo anoche contra Estados Unidos pudimos jugar más con posesión de pelota como nos gusta, tenerla más y hacerla circular de un lado a otro, porque anotamos temprano. Es que estamos muy efectivos en ataque y eso facilita las cosas", precisó.

El golazo que le marcó a los estadounidenses apenas superada la media hora del primer tiempo y que fue el segundo tanto argentino, fue digno de la circunstancia que conllevaba, ya que ese tiro libre que se incrustó contra el ángulo superior izquierdo fue el 55 de su colección en la selección, lo que le permitió quebrar el récord que poseía Gabriel Batistuta. Sin embargo fue más atractivo escucharlo contar como preparó semejante zurdazo que el efecto que produjo en él esa conquista.

"Estoy feliz de haber batido el récord de Batistuta como máximo goleador del seleccionado argentino, pero como lo vengo diciendo desde el partido anterior con Venezuela en que lo alcancé: estamos aquí para otra cosa", aclaró.

"Pero por supuesto que él gol fue lindo, aunque lo preparé bastante antes de elegir a donde rematar. Por eso me puse a atar los cordones de los botines, ya que quería afirmarme bien porque la cancha no estaba bien, y mientras tanto observaba el panorama. Y cuando vi como se paró la barrera y donde se ubicó el arquero, tomé la decisión de pegarle ahí", contó como si se tratara de algo tan sencillo como firmarle un autógrafo a un chico dentro mismo del campo de juego. "Eso tampoco es la primera vez que lo hago", aclaró.

Después de esta "distracción" en la amena charla que siempre mantiene con los periodistas, sobre todo los gráficos, el análisis volvió sobre la meta que carcome de ansiedad a los futbolistas argentinos.

"Al final uno se queda siempre con ganar o no ganar, pero llegar a tres definiciones en tres años no es cosa de todos los días. Pero también es cierto que a esta altura de las circunstancias lo único que importa es ganar, sobre todo después de venir de jugar dos y perderlas. Eso es lógico", reconoció.

"Pero así y todo estamos tranquilos, relajados, porque después de jugar cada tres días ahora nos quedan cinco hasta la final del domingo y eso nos va a venir bien, aunque mañana tengamos otro viaje por delante", apuntó.

Sin embargo Messi vuelve permanentemente hacia atrás en el tiempo, porque quiere valorar las dos finales anteriores a rajatabla.

"A las anteriores finales en el Mundial de Brasil y la Copa América de Chile también llegamos de buena manera y las perdimos por detalles.Pero desde la del año pasado hasta ahora crecimos mucho como equipo y como grupo, y eso es muy importante", valoró.

"Lamentablemente anoche tuvimos dos lesionados como Ezequiel Lavezzi y Augusto Fernández y perder a dos jugadores como estaba el partido, prácticamente ganado, es una pena, pero seguramente quienes los reemplacen lo van a hacer muy bien", vaticinó, y se fue como llegó, con la ilusión a cuestas y una barba tupida que quizás se afeite el domingo, después de la vuelta olímpica.Y será merecido.


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