La diversidad biológica retrocede peligrosamente, alertan los científicos

Un equipo internacional de científicos ha determinado que la biodiversidad del planeta presenta preocupantes indicios de destrucción que la sitúa por debajo de los límites "seguros" que establece la biología.

17 JUL 2016 - 14:48 | Actualizado

Una investigación del University College de Londres ha llegado a la conclusión de que "la explotación de los sistemas terrestres ha sido vital para el desarrollo humano a través de la historia, pero el costo para la integridad biosférica ha sido muy elevado".

Según Tim Newbold, director del proyecto, las conclusiones cuentan con el aval de un grupo de especialistas que representan a calificadas instituciones y universidades de Gran Bretaña, Dinamarca, Suiza y Australia.

Los parámetros aplicados para llegar a ese diagnóstico surgen de normas establecidas en 2099 por un grupo de 28 científicos vinculados al Resilience Centre de Estocolmo, bajo la dirección del biólogo Johan Rockström.

Desde entonces las investigaciones en tales rubros se han identificado como "límites planetarios", concepto que presenta un bloque de nueve topes globales que la humanidad deberá respetar para poder existir sin riesgos durante generaciones futuras.

Un desborde humano en esas nueve áreas, aseguran los investigadores, podría alterar radicalmente el medio ambiente de modo abrupto, irreversible y trágico.

Además del cambio climático y el agotamiento del ozono estratosférico, la lista crucial incluye la acidificación de los océanos, el consumo mundial de agua dulce, cambios en el uso de los suelos con fines agrícolas, la pérdida de biodiversidad, la contaminación del aire, el exceso de fósforo y el nitrógeno en el campo, y la química descontrolada.

Publicado por la revista especializada Science, el diagnóstico sostiene que los investigadores compilaron 1,8 millones de mediciones separadas de abundancia de especies (39.123 de ellas) en 18.659 lugares del globo.

"El volumen de datos recogidos constituye la cuantificación más abarcadora de los cambios en la biodiversidad global que se haya realizado", afirmó el ecólogo Tom Oliver de la universidad de Reading.

La preocupación es si los ecosistemas con carencia de especies tendrían o no dificultades de sostén, y así podrían llegar a ser incapaces de proporcionar lo que realmente se necesita en forma de carbono almacenado, agua filtrada, suelos fértiles y mucho más.

Los animales necesitan estos "servicios" de los ecosistemas para disponer de contextos seguros, pero también lo requieren los seres humanos.

"La biodiversidad sustenta una serie de funciones dentro de los ecosistemas, cosas como la polinización, el ciclo de nutrientes, el control de la erosión del suelo, el mantenimiento de la calidad del agua", señaló Newbold. "Y hay evidencias de que si se pierde la biodiversidad estas funciones no ocurrirían, así como lo hubieran hecho en el pasado."

Como norma de conservación o de precaución, los investigadores asumieron que una disminución de más del 10 por ciento de la abundancia de especies en un área determinada (en comparación con lo que la abundancia fue antes de la intervención humana), representaría la introducción en una zona de peligro para la biodiversidad.

Sin embargo, el estudio encontró que, en general, en todo el mundo la disminución promedio ya se acerca más a un 15 por ciento. O sea, las especies originales son sólo alrededor del 85 por ciento tan abundantes (84,6 por ciento para ser exactos) como estaban antes de las alteraciones por el uso humano de los suelos.

"Newbold y sus colegas encontraron pruebas explícitas de que ya hemos cruzado esa línea en los ecosistemas terrestres," dijo Mark Urban, que dirige un recién fundado Instituto de Riesgos Biológicos de la Universidad de Connecticut, que se concentra en la pérdida de biodiversidad.

Y destacó: "El uso humano de la tierra ha reducido las poblaciones locales al 85 por ciento de las abundancias originales en promedio. Lo que esto significa es que no sólo se ha cruzado un límite planetario, sino que hemos seguido adelante. Por lo menos ahora estamos mirando hacia atrás".

Urban añadió que, si bien este nuevo estudio destaca el impacto de los cambios en el uso del suelo, "este resultado hace caso omiso de la amenaza de una aceleración del calentamiento climático. El cambio climático está a punto de hacer las cosas más complicadas, ya que insistimos en forzar el borde de la resistencia de la Tierra."

Por su lado, el biólogo conservacionista Thomas Lovejoy está en Brasil en otro proyecto de investigación que estudia los efectos de la deforestación de la Amazonia.

Hasta el presente, sus resultados han demostrado menos crecimiento de los árboles y de la vida animal en los bosques fragmentados que han sido dejados atrás, lo cual podría afectar la selva tropical amazónica y el clima global.

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17 JUL 2016 - 14:48

Una investigación del University College de Londres ha llegado a la conclusión de que "la explotación de los sistemas terrestres ha sido vital para el desarrollo humano a través de la historia, pero el costo para la integridad biosférica ha sido muy elevado".

Según Tim Newbold, director del proyecto, las conclusiones cuentan con el aval de un grupo de especialistas que representan a calificadas instituciones y universidades de Gran Bretaña, Dinamarca, Suiza y Australia.

Los parámetros aplicados para llegar a ese diagnóstico surgen de normas establecidas en 2099 por un grupo de 28 científicos vinculados al Resilience Centre de Estocolmo, bajo la dirección del biólogo Johan Rockström.

Desde entonces las investigaciones en tales rubros se han identificado como "límites planetarios", concepto que presenta un bloque de nueve topes globales que la humanidad deberá respetar para poder existir sin riesgos durante generaciones futuras.

Un desborde humano en esas nueve áreas, aseguran los investigadores, podría alterar radicalmente el medio ambiente de modo abrupto, irreversible y trágico.

Además del cambio climático y el agotamiento del ozono estratosférico, la lista crucial incluye la acidificación de los océanos, el consumo mundial de agua dulce, cambios en el uso de los suelos con fines agrícolas, la pérdida de biodiversidad, la contaminación del aire, el exceso de fósforo y el nitrógeno en el campo, y la química descontrolada.

Publicado por la revista especializada Science, el diagnóstico sostiene que los investigadores compilaron 1,8 millones de mediciones separadas de abundancia de especies (39.123 de ellas) en 18.659 lugares del globo.

"El volumen de datos recogidos constituye la cuantificación más abarcadora de los cambios en la biodiversidad global que se haya realizado", afirmó el ecólogo Tom Oliver de la universidad de Reading.

La preocupación es si los ecosistemas con carencia de especies tendrían o no dificultades de sostén, y así podrían llegar a ser incapaces de proporcionar lo que realmente se necesita en forma de carbono almacenado, agua filtrada, suelos fértiles y mucho más.

Los animales necesitan estos "servicios" de los ecosistemas para disponer de contextos seguros, pero también lo requieren los seres humanos.

"La biodiversidad sustenta una serie de funciones dentro de los ecosistemas, cosas como la polinización, el ciclo de nutrientes, el control de la erosión del suelo, el mantenimiento de la calidad del agua", señaló Newbold. "Y hay evidencias de que si se pierde la biodiversidad estas funciones no ocurrirían, así como lo hubieran hecho en el pasado."

Como norma de conservación o de precaución, los investigadores asumieron que una disminución de más del 10 por ciento de la abundancia de especies en un área determinada (en comparación con lo que la abundancia fue antes de la intervención humana), representaría la introducción en una zona de peligro para la biodiversidad.

Sin embargo, el estudio encontró que, en general, en todo el mundo la disminución promedio ya se acerca más a un 15 por ciento. O sea, las especies originales son sólo alrededor del 85 por ciento tan abundantes (84,6 por ciento para ser exactos) como estaban antes de las alteraciones por el uso humano de los suelos.

"Newbold y sus colegas encontraron pruebas explícitas de que ya hemos cruzado esa línea en los ecosistemas terrestres," dijo Mark Urban, que dirige un recién fundado Instituto de Riesgos Biológicos de la Universidad de Connecticut, que se concentra en la pérdida de biodiversidad.

Y destacó: "El uso humano de la tierra ha reducido las poblaciones locales al 85 por ciento de las abundancias originales en promedio. Lo que esto significa es que no sólo se ha cruzado un límite planetario, sino que hemos seguido adelante. Por lo menos ahora estamos mirando hacia atrás".

Urban añadió que, si bien este nuevo estudio destaca el impacto de los cambios en el uso del suelo, "este resultado hace caso omiso de la amenaza de una aceleración del calentamiento climático. El cambio climático está a punto de hacer las cosas más complicadas, ya que insistimos en forzar el borde de la resistencia de la Tierra."

Por su lado, el biólogo conservacionista Thomas Lovejoy está en Brasil en otro proyecto de investigación que estudia los efectos de la deforestación de la Amazonia.

Hasta el presente, sus resultados han demostrado menos crecimiento de los árboles y de la vida animal en los bosques fragmentados que han sido dejados atrás, lo cual podría afectar la selva tropical amazónica y el clima global.


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