“Quiero declarar que no me acuerdo nada del hecho. Estaba todo bien ese día con mi pareja. Se me nubló la vista y cuando recuperé el conocimiento, ya estaba en prisión y con el vendaje de las heridas”. Con acento salteño y vistiendo aún, la misma indumentaria con la que cometió el hecho, Mario José Díaz reconoció este lunes ante la Justicia un estado de “confusión” y dijo sentirse “arrepentido” de sus actos.
A las 23:30 del pasado sábado, en el interior de un inquilinato ubicado sobre la calle Ignacio Rucci del barrio Máximo Abásolo de Comodro Rivadavia y luego de mantener una discusión con su pareja Mariela Palma; Díaz tomó un martillo atacándola con extrema violencia y ocasionándole la muerte de forma instantánea. Se presume que también habría utilizado una plancha para golpear a la mujer.
El propio dueño del inquilinato intentó interceder para evitar la agresión. Y el personal policial que llegó al lugar se vio obligado a intervenir ante el estado de shock del victimario, quien definió insólitamente a su víctima como “la mujer que siempre me dio una mano” admitiendo que ella era quien solía asistirlo en distintos episodios relacionados con su salud. “Me arrepiento demasiado de haber hecho esto porque estábamos empezando una familia con mi pareja”, lamentó el acusado.
Le provocó a su pareja, una joven que había llegado como él de la provincia de Salta en busca de trabajo; múltiples heridas en el rostro, pérdida de masa encefálica y un total de veinticuatro lesiones punzo cortantes en el tórax y abdomen. Según lo determinaron las pericias, Palma falleció como consecuencia de un shock hipovolémico irreversible.
Convaleciente de una serie de heridas y cortes, el detenido fue sometido a curaciones aunque según el forense interviniente se encuentra “ubicado en tiempo y espacio, no padece alucinaciones auditivas o visuales y comprende la criminalidad de sus actos”.
Díaz insistió en su arrepentimiento y admitió “no haber tomado pastillas” al momento del hecho. Podría recibir la pena de prisión perpetua aunque mientras tanto seguiría el proceso internado en el Hospital Regional debido a su estado psiquiátrico respondiendo a un pedido de su Defensa.
Informe: Agencia Jornada Comodoro Rivadavia
Más información, en la edición impresa de Jornada de este martes
“Quiero declarar que no me acuerdo nada del hecho. Estaba todo bien ese día con mi pareja. Se me nubló la vista y cuando recuperé el conocimiento, ya estaba en prisión y con el vendaje de las heridas”. Con acento salteño y vistiendo aún, la misma indumentaria con la que cometió el hecho, Mario José Díaz reconoció este lunes ante la Justicia un estado de “confusión” y dijo sentirse “arrepentido” de sus actos.
A las 23:30 del pasado sábado, en el interior de un inquilinato ubicado sobre la calle Ignacio Rucci del barrio Máximo Abásolo de Comodro Rivadavia y luego de mantener una discusión con su pareja Mariela Palma; Díaz tomó un martillo atacándola con extrema violencia y ocasionándole la muerte de forma instantánea. Se presume que también habría utilizado una plancha para golpear a la mujer.
El propio dueño del inquilinato intentó interceder para evitar la agresión. Y el personal policial que llegó al lugar se vio obligado a intervenir ante el estado de shock del victimario, quien definió insólitamente a su víctima como “la mujer que siempre me dio una mano” admitiendo que ella era quien solía asistirlo en distintos episodios relacionados con su salud. “Me arrepiento demasiado de haber hecho esto porque estábamos empezando una familia con mi pareja”, lamentó el acusado.
Le provocó a su pareja, una joven que había llegado como él de la provincia de Salta en busca de trabajo; múltiples heridas en el rostro, pérdida de masa encefálica y un total de veinticuatro lesiones punzo cortantes en el tórax y abdomen. Según lo determinaron las pericias, Palma falleció como consecuencia de un shock hipovolémico irreversible.
Convaleciente de una serie de heridas y cortes, el detenido fue sometido a curaciones aunque según el forense interviniente se encuentra “ubicado en tiempo y espacio, no padece alucinaciones auditivas o visuales y comprende la criminalidad de sus actos”.
Díaz insistió en su arrepentimiento y admitió “no haber tomado pastillas” al momento del hecho. Podría recibir la pena de prisión perpetua aunque mientras tanto seguiría el proceso internado en el Hospital Regional debido a su estado psiquiátrico respondiendo a un pedido de su Defensa.
Informe: Agencia Jornada Comodoro Rivadavia
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