Zamora: “Los sistemas piramidales están prohibidos en el país”

El reconocido abogado señaló que se trata de algo tan viejo "como vender un buzón pero van cambiando con los años porque se van utilizando medios nuevos para cometer viejos ilícitos”. En Chubut está de nuevo en auge desde hace unas semanas.

07 SEP 2016 - 20:25 | Actualizado

En los últimos meses han aparecidos nuevas formas de una vieja modalidad de engaño económico, conocidas antiguamente como pirámides de la fortuna, aunque en la actualidad pueden aparecer con diferentes denominaciones.
Se trata de un sistema por el cual se ofrece a una persona realizar una inversión en un grupo abierto ofreciéndole altas rentabilidades en la medida que ese mismo inversor atraiga nuevos aportantes, de manera que los nuevos inversores son los que ponen el dinero que cobrarán sus antecesores.
Al ser consultado sobre el tema, el abogado Guillermo Zamora fue contundente al señalar que esta modalidad “es ilegal en la Argentina, están prohibidos los sistemas piramidales” y agregó que a su criterio “lo encuadraría dentro de una estafa, es decir  un ardid o engaño para cometer un ilícito, cuando alguien le quiere hacer creer a otro, y después no existe, ese fin determinado se incumple”.
El abogado señaló que “estos sistemas piramidales que están planteando de los 3.000 pesos son sistemas tan viejos como vender un buzón, pero van cambiando con los años porque se van utilizando medios nuevos para cometer viejos ilícitos”.
Zamora explicó que la mecánica funciona con la promesa de “grandes rentabilidades a una inversión baja. Si por ejemplo uno va a un banco y el banco te paga el 5% anual por un depósito a plazo fijo de 3 mil pesos,  de pronto viene alguien y te dice que si vos ponés 3 mil pesos dentro de un mes, si conseguís tres personas más, vas a tener una rentabilidad del 30%, lo cual llama más la atención, sobre todo en épocas  de necesidad que enganchan a la gente con esta idea de rentabilidad a bajo costo y a corto plazo”.
El profesional del Derecho dijo que “al principio parece rentable porque es mucha la gente que aporta, que va entrando en el sistema, y cada uno va cobrando de los que van entrando, pero a medida que se satura el sistema, que quedan pocos por entrar es difícil mantener el nivel de dinero que fluctúa hacia arriba. Entonces  cuando llega a ese punto la burbuja explota, no hay dinero para repartir y desaparecen”.
El abogado indicó que esta metodología empieza a funcionar con grupos de aproximadamente 10 personas, pero necesariamente “son grupos abiertos porque la intención es que vayan más personas, ya que para que ingrese mayor cantidad de dinero es necesario que ingresen más personas”. También sostuvo que suelen reaparecer en situación de necesidad. “La gente quizás necesita un ingreso extra, y les aparece una oportunidad donde no tiene esperar mucho tiempo para ganar dinero y  entonces entra en este tipo de cosas; no sé si es lógico, pero sí es normal que se haga y siempre aparecen los que están a la pesca”.
“Si hay que poner plata y tus ingresos dependen de la plata que pongan otros, es una pirámide claramente. Se inicia de un punto y por un efecto de cascada inversa la plata de los que ingresan produce la ganancia de los de arriba, pero en un momento no ingresa más gente y explota, y los de abajo son los que por lo general pierden”, explicó Zamora, quien al ser consultado qué debería hacer la gente si le ofrecen ingresar en estos sistemas, dijo: “Que se ría, que lo hagan con caramelos, pero no con plata, y mucho menos con grandes cantidades. Si no hay una real inversión, en un producto o en un servicio a cambio de la plata que se pone, es magia, y la magia no existe”.
En cuanto a la cuestión legal, el Dr. Guillermo  Zamora reiteró que “el sistema en el cual una persona recibe dinero de la gente que ingresa es piramidal. Si no se ofrece un producto o servicio determinado a cambio del dinero que se ofrece es piramidal y  si es piramidal es ilícito, porque es una actividad prohibida por la ley argentina”.
¿Cómo funciona?

Una estafa piramidal se da cuando el beneficio que obtienen los “inversores”  más antiguos del sistema con el dinero que aportan  aquellos “inversores” que van ingresando al sistema y se da en el marco de una actividad donde no existe una inversión real que la sustente, como puede ser la adquisición de un servicio o producto.
La plata que ponen los que ingresan al sistema es que paga la inversión original más rentabilidad de los que ingresaron primero. Por lo general el sistema funciona al principio porque hay más inversores nuevos que antiguos, lo que da estructura piramidal al esquema, pero a medida que pasa el tiempo la base de inversores crece poco, o se estanca y ahí es donde el sistema colapsa, de manera que quienes iniciaron el sistema  han obtenido grandes dividendos, mientras que la mayoría y en especial los más nuevos, salen perjudicados.
Las nuevas modalidades

En medio de la convulsionada década de 1970 un tema daba que hablar a la sociedad más allá de la política y la economía nacional. Se llamaba “la cadena del cheque” y aparecía incluso promocionado en revistas de época.  
Se trató de un  fraude en el que una persona confeccionaba una lista con once personas y enviaba un cheque a quien figuraba en primer lugar, con la promesa de que si el juego no se cortaba al llegar al poner su nombre en el final del listado recibiría una suculenta suma de dinero. No era otra cosa que un sistema piramidal disfrazado con términos financieros y cadenas de cartas que arrojaron miles de afectados.
El mismo esquema apareció años después con la variante del “juego del  avión”, donde un supuesto comandante, dos copilotos, cuatro tripulantes y ocho pasajeros iban vendiendo boletos a nuevos pasajeros con la promesa de ir ascendiendo en la lista, de manera que quien llegaba a la categoría de “piloto” recibía los cheques de los nuevos pasajeros.
Pasados los años, las nuevas versiones apuestan a segmentos más específicos. La invitación, a través de las redes sociales,  rehúsa el discurso económico y financiero. Así, mediante mensajes de Whatsapp, llegan textos y audios que van desde la  espiritualidad y la energía a cuestiones tales como el empoderamiento femenino o el sentido de economía solidaria de las congéneres para coptar más participantes. #

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07 SEP 2016 - 20:25

En los últimos meses han aparecidos nuevas formas de una vieja modalidad de engaño económico, conocidas antiguamente como pirámides de la fortuna, aunque en la actualidad pueden aparecer con diferentes denominaciones.
Se trata de un sistema por el cual se ofrece a una persona realizar una inversión en un grupo abierto ofreciéndole altas rentabilidades en la medida que ese mismo inversor atraiga nuevos aportantes, de manera que los nuevos inversores son los que ponen el dinero que cobrarán sus antecesores.
Al ser consultado sobre el tema, el abogado Guillermo Zamora fue contundente al señalar que esta modalidad “es ilegal en la Argentina, están prohibidos los sistemas piramidales” y agregó que a su criterio “lo encuadraría dentro de una estafa, es decir  un ardid o engaño para cometer un ilícito, cuando alguien le quiere hacer creer a otro, y después no existe, ese fin determinado se incumple”.
El abogado señaló que “estos sistemas piramidales que están planteando de los 3.000 pesos son sistemas tan viejos como vender un buzón, pero van cambiando con los años porque se van utilizando medios nuevos para cometer viejos ilícitos”.
Zamora explicó que la mecánica funciona con la promesa de “grandes rentabilidades a una inversión baja. Si por ejemplo uno va a un banco y el banco te paga el 5% anual por un depósito a plazo fijo de 3 mil pesos,  de pronto viene alguien y te dice que si vos ponés 3 mil pesos dentro de un mes, si conseguís tres personas más, vas a tener una rentabilidad del 30%, lo cual llama más la atención, sobre todo en épocas  de necesidad que enganchan a la gente con esta idea de rentabilidad a bajo costo y a corto plazo”.
El profesional del Derecho dijo que “al principio parece rentable porque es mucha la gente que aporta, que va entrando en el sistema, y cada uno va cobrando de los que van entrando, pero a medida que se satura el sistema, que quedan pocos por entrar es difícil mantener el nivel de dinero que fluctúa hacia arriba. Entonces  cuando llega a ese punto la burbuja explota, no hay dinero para repartir y desaparecen”.
El abogado indicó que esta metodología empieza a funcionar con grupos de aproximadamente 10 personas, pero necesariamente “son grupos abiertos porque la intención es que vayan más personas, ya que para que ingrese mayor cantidad de dinero es necesario que ingresen más personas”. También sostuvo que suelen reaparecer en situación de necesidad. “La gente quizás necesita un ingreso extra, y les aparece una oportunidad donde no tiene esperar mucho tiempo para ganar dinero y  entonces entra en este tipo de cosas; no sé si es lógico, pero sí es normal que se haga y siempre aparecen los que están a la pesca”.
“Si hay que poner plata y tus ingresos dependen de la plata que pongan otros, es una pirámide claramente. Se inicia de un punto y por un efecto de cascada inversa la plata de los que ingresan produce la ganancia de los de arriba, pero en un momento no ingresa más gente y explota, y los de abajo son los que por lo general pierden”, explicó Zamora, quien al ser consultado qué debería hacer la gente si le ofrecen ingresar en estos sistemas, dijo: “Que se ría, que lo hagan con caramelos, pero no con plata, y mucho menos con grandes cantidades. Si no hay una real inversión, en un producto o en un servicio a cambio de la plata que se pone, es magia, y la magia no existe”.
En cuanto a la cuestión legal, el Dr. Guillermo  Zamora reiteró que “el sistema en el cual una persona recibe dinero de la gente que ingresa es piramidal. Si no se ofrece un producto o servicio determinado a cambio del dinero que se ofrece es piramidal y  si es piramidal es ilícito, porque es una actividad prohibida por la ley argentina”.
¿Cómo funciona?

Una estafa piramidal se da cuando el beneficio que obtienen los “inversores”  más antiguos del sistema con el dinero que aportan  aquellos “inversores” que van ingresando al sistema y se da en el marco de una actividad donde no existe una inversión real que la sustente, como puede ser la adquisición de un servicio o producto.
La plata que ponen los que ingresan al sistema es que paga la inversión original más rentabilidad de los que ingresaron primero. Por lo general el sistema funciona al principio porque hay más inversores nuevos que antiguos, lo que da estructura piramidal al esquema, pero a medida que pasa el tiempo la base de inversores crece poco, o se estanca y ahí es donde el sistema colapsa, de manera que quienes iniciaron el sistema  han obtenido grandes dividendos, mientras que la mayoría y en especial los más nuevos, salen perjudicados.
Las nuevas modalidades

En medio de la convulsionada década de 1970 un tema daba que hablar a la sociedad más allá de la política y la economía nacional. Se llamaba “la cadena del cheque” y aparecía incluso promocionado en revistas de época.  
Se trató de un  fraude en el que una persona confeccionaba una lista con once personas y enviaba un cheque a quien figuraba en primer lugar, con la promesa de que si el juego no se cortaba al llegar al poner su nombre en el final del listado recibiría una suculenta suma de dinero. No era otra cosa que un sistema piramidal disfrazado con términos financieros y cadenas de cartas que arrojaron miles de afectados.
El mismo esquema apareció años después con la variante del “juego del  avión”, donde un supuesto comandante, dos copilotos, cuatro tripulantes y ocho pasajeros iban vendiendo boletos a nuevos pasajeros con la promesa de ir ascendiendo en la lista, de manera que quien llegaba a la categoría de “piloto” recibía los cheques de los nuevos pasajeros.
Pasados los años, las nuevas versiones apuestan a segmentos más específicos. La invitación, a través de las redes sociales,  rehúsa el discurso económico y financiero. Así, mediante mensajes de Whatsapp, llegan textos y audios que van desde la  espiritualidad y la energía a cuestiones tales como el empoderamiento femenino o el sentido de economía solidaria de las congéneres para coptar más participantes. #


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