Playa Unión: acudieron a la Justicia para que la Municipalidad controle los excesos de un boliche

Se trata del local que el último verano funcionó bajo el nombre de “Sandos”. Los frentistas dicen que sus ruidos fueron insoportables. Y documentaron el vertido de líquidos nauseabundos en la playa, sin control municipal. Dicen que les taparon la vista al mar y que el vandalismo está a la orden del día.

Como para broncearse. Detrás del local el líquido se desparrama en una playa muy concurrida por familias.
08 SEP 2016 - 20:06 | Actualizado

Un grupo de vecinos de Playa Unión presentó un amparo en queja por los ruidos molestos y la contaminación, visual, ambiental y sonora que genera el boliche Sandos. También apunta contra la Municipalidad de Rawson, que debería controlar los excesos del local. El reclamo fue ante el juez Martín Alesi.
El recurso advierte que la gestión de Rossana Artero autorizó el funcionamiento del local pero omitió tomar medidas de cuidado ambiental. Según el amparo no se controló que “el nivel de ruido no exceda los límites tolerables e inocuos para la salud, la contaminación visual por haber construido frente a los vecinos que tenían sus viviendas con vista al mar, y por no tener medidas mínimas de seguridad”. 
Como todo indica que el boliche reabrirá, los vecinos exigieron a la justicia la inmediata suspensión de una nueva concesión, la prohibición de derramar líquido sobre la playa, un informe de impacto ambiental, y la prohibición de emitir música hasta que no se midan los decibeles.
También pidieron un informe de obras de aislación acústica para controlar ruidos y vibraciones. El amparo incluye la prohibición de sonidos y música de 22 a 10 con parlantes al aire libre “ya que afecta gravemente la vida normal de los vecinos de esa zona balnearia generando trastornos graves”. 
El amparo le pide al juez que si el boliche no cumple, se clausure y se obligue al municipio a que en 48 horas cumpla con su obligación de hacer cesar las anomalías.
“Se extralimitaron los límites de construcción y graves problemas radican en el sonido de la música del parador”. Sandos tiene por la noche “parlantes de gran potencia colocados en la zona de la pileta y al aire libre; el sonido es totalmente insoportable imposibilitando el descanso y provocando trastornos familiares importantes”.  El escenario incluye vibraciones en las casas “totalmente intolerable, afectando nuestra vida normal”. 
Injusto

Para los vecinos “no es justo de ninguna manera que la Municipalidad nada haga, violando las normas regulatorias; no sólo la música dentro del local está sobrepasada de los decibeles permitidos, sino que más grave aún, ponen música en el exterior con parlantes de gran potencia, habilitando una pista en la zona de la pileta, impidiendo la vida normal”.
Otra queja son los disturbios diarios y “el vandalismo en varias viviendas aledañas, totalmente pintadas. Mientras estos locales permanecen abiertos, las personas que los frecuentan suelen hacer disturbios dentro y fuera del local, perjudicando a los vecinos”.
“Nos pasó levantarnos y ver pintadas en las casas, o personas que vomitan o hacen sus necesidades en la vereda. Es imposible poder dormir cuando además están los parlantes de Sandos en el exterior a gran volumen que hacen vibrar las paredes. Es imposible soportar eso, y en época de verano todos los días”.
Tantos problemas “generan condiciones que hacen inhabitables estas zonas por las noches”. Los ruidos intolerables día y noche “son una molestia que provoca padecimiento espiritual, una verdadera mortificación del ánimo y pérdida de la tranquilidad, motivando zozobras perturbadoras”.
“Cuando bajamos a la playa proviene de la unidad líquidos de todo tipo derramados sobre la arena del balneario donde nosotros y un sinnúmero de personas descansan con sus hijos”, describieron. “Emanan olores nauseabundos afectando el ambiente natural; también se derrama líquido con espuma de color clara que queda depositada”. Fuera del local hay una cisterna al aire libre, al alcance de cualquiera, con un pozón sin cerrar. Para enterrar los tanques en la playa, “en otra clara contaminación ambiental, dejaron los montículos de arena al costado, obstruyendo la salida de la boca de tormenta que da a la playa, para el desagote del agua de lluvia, por lo que inevitablemente se inunda la calle”. En uno de los tanques enterrados nada detiene el paso de los niños, “generando una inseguridad alarmante”. 
Los boliches de la costanera se habilitaron frente a las bocacalles para no contaminar visualmente a los vecinos ni afectar el valor de la propiedades. “Con los años la Municipalidad autorizó su extensión perjudicando directamente a los frentistas a quienes se les ha construido espacios enfrente obstruyendo la visual”.
Tras cada día de festejo, el lugar es “un vertedero de basura con desechos principalmente del boliche: residuos orgánicos, abundante material plástico, vidrios y latas”.
Las aguas servidas se derraman a un pozo en la playa. “Esta contaminación avanza lenta pero inexorablemente y es de muy difícil recuperación, máxime que es una zona balnearia donde van las familias a disfrutar”.
Ni Policía ni el Juzgado de Faltas de Rawson dieron solución. En el verano pasado “no pudimos resolver el problema del ruido y debimos irnos de nuestras propias casas para poder descansar”.
Los afectados son Carlos Maza, José Pedro March, Daniel Ricardo Vicente Williams, Daniela Susana Salvagnini, Silvio Darío Rodriguez, Marisa Guerra, Lydia Susana Crespo y Raúl Calatayud.#

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Como para broncearse. Detrás del local el líquido se desparrama en una playa muy concurrida por familias.
08 SEP 2016 - 20:06

Un grupo de vecinos de Playa Unión presentó un amparo en queja por los ruidos molestos y la contaminación, visual, ambiental y sonora que genera el boliche Sandos. También apunta contra la Municipalidad de Rawson, que debería controlar los excesos del local. El reclamo fue ante el juez Martín Alesi.
El recurso advierte que la gestión de Rossana Artero autorizó el funcionamiento del local pero omitió tomar medidas de cuidado ambiental. Según el amparo no se controló que “el nivel de ruido no exceda los límites tolerables e inocuos para la salud, la contaminación visual por haber construido frente a los vecinos que tenían sus viviendas con vista al mar, y por no tener medidas mínimas de seguridad”. 
Como todo indica que el boliche reabrirá, los vecinos exigieron a la justicia la inmediata suspensión de una nueva concesión, la prohibición de derramar líquido sobre la playa, un informe de impacto ambiental, y la prohibición de emitir música hasta que no se midan los decibeles.
También pidieron un informe de obras de aislación acústica para controlar ruidos y vibraciones. El amparo incluye la prohibición de sonidos y música de 22 a 10 con parlantes al aire libre “ya que afecta gravemente la vida normal de los vecinos de esa zona balnearia generando trastornos graves”. 
El amparo le pide al juez que si el boliche no cumple, se clausure y se obligue al municipio a que en 48 horas cumpla con su obligación de hacer cesar las anomalías.
“Se extralimitaron los límites de construcción y graves problemas radican en el sonido de la música del parador”. Sandos tiene por la noche “parlantes de gran potencia colocados en la zona de la pileta y al aire libre; el sonido es totalmente insoportable imposibilitando el descanso y provocando trastornos familiares importantes”.  El escenario incluye vibraciones en las casas “totalmente intolerable, afectando nuestra vida normal”. 
Injusto

Para los vecinos “no es justo de ninguna manera que la Municipalidad nada haga, violando las normas regulatorias; no sólo la música dentro del local está sobrepasada de los decibeles permitidos, sino que más grave aún, ponen música en el exterior con parlantes de gran potencia, habilitando una pista en la zona de la pileta, impidiendo la vida normal”.
Otra queja son los disturbios diarios y “el vandalismo en varias viviendas aledañas, totalmente pintadas. Mientras estos locales permanecen abiertos, las personas que los frecuentan suelen hacer disturbios dentro y fuera del local, perjudicando a los vecinos”.
“Nos pasó levantarnos y ver pintadas en las casas, o personas que vomitan o hacen sus necesidades en la vereda. Es imposible poder dormir cuando además están los parlantes de Sandos en el exterior a gran volumen que hacen vibrar las paredes. Es imposible soportar eso, y en época de verano todos los días”.
Tantos problemas “generan condiciones que hacen inhabitables estas zonas por las noches”. Los ruidos intolerables día y noche “son una molestia que provoca padecimiento espiritual, una verdadera mortificación del ánimo y pérdida de la tranquilidad, motivando zozobras perturbadoras”.
“Cuando bajamos a la playa proviene de la unidad líquidos de todo tipo derramados sobre la arena del balneario donde nosotros y un sinnúmero de personas descansan con sus hijos”, describieron. “Emanan olores nauseabundos afectando el ambiente natural; también se derrama líquido con espuma de color clara que queda depositada”. Fuera del local hay una cisterna al aire libre, al alcance de cualquiera, con un pozón sin cerrar. Para enterrar los tanques en la playa, “en otra clara contaminación ambiental, dejaron los montículos de arena al costado, obstruyendo la salida de la boca de tormenta que da a la playa, para el desagote del agua de lluvia, por lo que inevitablemente se inunda la calle”. En uno de los tanques enterrados nada detiene el paso de los niños, “generando una inseguridad alarmante”. 
Los boliches de la costanera se habilitaron frente a las bocacalles para no contaminar visualmente a los vecinos ni afectar el valor de la propiedades. “Con los años la Municipalidad autorizó su extensión perjudicando directamente a los frentistas a quienes se les ha construido espacios enfrente obstruyendo la visual”.
Tras cada día de festejo, el lugar es “un vertedero de basura con desechos principalmente del boliche: residuos orgánicos, abundante material plástico, vidrios y latas”.
Las aguas servidas se derraman a un pozo en la playa. “Esta contaminación avanza lenta pero inexorablemente y es de muy difícil recuperación, máxime que es una zona balnearia donde van las familias a disfrutar”.
Ni Policía ni el Juzgado de Faltas de Rawson dieron solución. En el verano pasado “no pudimos resolver el problema del ruido y debimos irnos de nuestras propias casas para poder descansar”.
Los afectados son Carlos Maza, José Pedro March, Daniel Ricardo Vicente Williams, Daniela Susana Salvagnini, Silvio Darío Rodriguez, Marisa Guerra, Lydia Susana Crespo y Raúl Calatayud.#


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