Por Esteban Abel / Especial para Jornada
Pareciera que las mayores asimetrías tienen su lugar en la tecnología. Mientras que las compañías buscan producir modelos de celulares, notebook y dispositivos de bajo costo, lanzan al mismo tiempo, otros de valores elevados que en nuestro país se vuelven inalcanzables. A modo de ejemplo, una computadora Apple modelo “iMac” de 27 pulgadas con procesador i5 y display 5k trepa los 80.000 pesos (ni siquiera estamos hablando de la más potente).
Esta disparidad con el resto del mundo nos aleja de una importante batalla, que están librando los colosos de la tecnología, por quedarse con la mejor porción del mercado de las notebooks de bajo costo. Pelea que hasta el momento viene ganando Google con sus Chromebook.
Esto se debe a que ha entendido muy bien este cambio de paradigma que de alguna manera ha sido impulsado por los smartphones, razón por la cual sus portátiles cuestan lo mismo, o menos, que un teléfono de alta gama. Funcionan bien porque tienen una versión modificada y más sencilla de Android pero con accesocompleto a todos los servicios online de Google.
No tienen las capacidades de un ordenador clásico, pero tampoco son basura. Funcionan muy bien para la mayoría de las necesidades cotidianas de la gente, incluso editar fotos y videos. Además, se pueden bajar todas las aplicaciones disponibles en el Play Store de Android.
Microsoft no quiere perder su espacio en el terreno de las computadoras donde todavía sigue teniendo una fuerza apabullante. Aunque todos queremos una Mac, debemos reconocer que Windows sigue siendo el rey y quiere mantenerse así. Para eso lanzó Windows 10 S, un sistema operativo que depende de apps eficientes, adquiridas en la tienda de Microsoft (al mismo estilo de Play Store de Android) y que funcionan en ordenadores baratos sin tanta potencia. La receta magistral consiste en que tanto Google como Microsoft buscan que las aplicaciones estén en la nube (internet), es decir que no sea necesario que los programas estén instalados en las computadoras, lo que no solo baja el costo de las licencias sino también los requerimientos para su ejecución.
Apple podría aparecer como el tercer oponente en este segmento orientado a estudiantes o profesionales que necesitan ordenadoresasequibles y eficientes. Su mensaje publicitario trata de decirnos que la Tablet “IPad Pro”puede sustituir a un ordenador e incluso resolver mucho mejor algunas de las tareas que se realizan con las portátiles.
La realidad es que todavía sigue siendo un dispositivo caro, en nuestro país la versión más pequeña (pantalla de 9,7 pulgadas y 32 gb de ram) cuesta, en los centros autorizados, unos veinte mil pesos, es decir, más que muchas portátiles de buenas prestaciones que están por encima del segmento económico de las Chromebook.
A pesar de que en la superficie pareciera ser que la pelea está en bajar los costos de fabricación del hardware (los fierros) para correr sistemas operativos más livianos, existe otra que tiene que ver con los universos cerrados de apps que han creado las tres compañías para sus sistemas operativos. A modo de ejemplo, no se sabe si los usuarios optarán por usar el paquete office 365 de Microsoft o el Google Docs.
Sumado a la dificultad de que muchas aplicaciones que corren en Android no son lo suficientemente seguras para el mundo empresarial y muchos programas profesionales no corren en este último.
Dejando a un lado los detalles de esta contienda, sería bueno que esta lucha de titanes diera como resultado que, el día de mañana, pudiéramos usar una Tablet de la manzanita (Apple) adquirida al precio de una notebook de Google, compatible con las aplicacionesde Android y Windows 10 S. Dije que “sería bueno” no posible.#
Por Esteban Abel / Especial para Jornada
Pareciera que las mayores asimetrías tienen su lugar en la tecnología. Mientras que las compañías buscan producir modelos de celulares, notebook y dispositivos de bajo costo, lanzan al mismo tiempo, otros de valores elevados que en nuestro país se vuelven inalcanzables. A modo de ejemplo, una computadora Apple modelo “iMac” de 27 pulgadas con procesador i5 y display 5k trepa los 80.000 pesos (ni siquiera estamos hablando de la más potente).
Esta disparidad con el resto del mundo nos aleja de una importante batalla, que están librando los colosos de la tecnología, por quedarse con la mejor porción del mercado de las notebooks de bajo costo. Pelea que hasta el momento viene ganando Google con sus Chromebook.
Esto se debe a que ha entendido muy bien este cambio de paradigma que de alguna manera ha sido impulsado por los smartphones, razón por la cual sus portátiles cuestan lo mismo, o menos, que un teléfono de alta gama. Funcionan bien porque tienen una versión modificada y más sencilla de Android pero con accesocompleto a todos los servicios online de Google.
No tienen las capacidades de un ordenador clásico, pero tampoco son basura. Funcionan muy bien para la mayoría de las necesidades cotidianas de la gente, incluso editar fotos y videos. Además, se pueden bajar todas las aplicaciones disponibles en el Play Store de Android.
Microsoft no quiere perder su espacio en el terreno de las computadoras donde todavía sigue teniendo una fuerza apabullante. Aunque todos queremos una Mac, debemos reconocer que Windows sigue siendo el rey y quiere mantenerse así. Para eso lanzó Windows 10 S, un sistema operativo que depende de apps eficientes, adquiridas en la tienda de Microsoft (al mismo estilo de Play Store de Android) y que funcionan en ordenadores baratos sin tanta potencia. La receta magistral consiste en que tanto Google como Microsoft buscan que las aplicaciones estén en la nube (internet), es decir que no sea necesario que los programas estén instalados en las computadoras, lo que no solo baja el costo de las licencias sino también los requerimientos para su ejecución.
Apple podría aparecer como el tercer oponente en este segmento orientado a estudiantes o profesionales que necesitan ordenadoresasequibles y eficientes. Su mensaje publicitario trata de decirnos que la Tablet “IPad Pro”puede sustituir a un ordenador e incluso resolver mucho mejor algunas de las tareas que se realizan con las portátiles.
La realidad es que todavía sigue siendo un dispositivo caro, en nuestro país la versión más pequeña (pantalla de 9,7 pulgadas y 32 gb de ram) cuesta, en los centros autorizados, unos veinte mil pesos, es decir, más que muchas portátiles de buenas prestaciones que están por encima del segmento económico de las Chromebook.
A pesar de que en la superficie pareciera ser que la pelea está en bajar los costos de fabricación del hardware (los fierros) para correr sistemas operativos más livianos, existe otra que tiene que ver con los universos cerrados de apps que han creado las tres compañías para sus sistemas operativos. A modo de ejemplo, no se sabe si los usuarios optarán por usar el paquete office 365 de Microsoft o el Google Docs.
Sumado a la dificultad de que muchas aplicaciones que corren en Android no son lo suficientemente seguras para el mundo empresarial y muchos programas profesionales no corren en este último.
Dejando a un lado los detalles de esta contienda, sería bueno que esta lucha de titanes diera como resultado que, el día de mañana, pudiéramos usar una Tablet de la manzanita (Apple) adquirida al precio de una notebook de Google, compatible con las aplicacionesde Android y Windows 10 S. Dije que “sería bueno” no posible.#