Para bien. Y técnico que debutó terminó ganando. En “La Madriguera” la renovación se notó donde debía: jugadores que entendieron el mensaje y que se multiplicaron a la hora de meter, sin mirar demasiado el producido futbolístico.
Jorge Newbery quedó ahí, cerca de pegar el manotazo, a un punto de CAI y de Huracán y con la intención, ahora cercana, de meterse en zona de clasificación. Al “Azurro” como comprapartida, las cosas se le complicaron con una producción que no pasó de regular. Juego en cuentagotas; cero peso ofensivo y hasta lagunas en defensa.
Newbery cambió técnico y equipo, queriendo arrancar el ciclo desde cero. La llegada de Hugo Barrientos oxigenó y tocó nombres para timonear pensando en la clasificación que aún no tenía garantizada. Aparecieron Aynol, Dzaja y el “Pulpo” González en el medio; Ruíz se retrasó como líbero y además Brian Romero reemplazó a Tula, herido post-clásico. La idea de modificar se entendió: mediocampo activo y bandas ágiles para sorprender, uso generoso de los espacios y mejor comunicación con los de arriba.
La CAI no se inmutó y ejecutó su plan estratégico. La vuelta de García le dio equilibrio en el medio y la dupla Durán-Leguiza mantuvo todo bajo control.
Sin embargo una entrada de Chacón sobre Dzaja en el área derivó en un penal inesperado que Aynol metió abajo entre poste y parante. Ese 1-0 daba alivio ante las noticias que llegaban de Santa Cruz.
El partido levantó, se hizo cambiante y entretenido porque la visita respondió con juego y buenas intenciones mientras el “Lobo” parecía encontrarle la vuelta.
La CAI y la pelota siempre conformaron una sociedad ideal. Entre Orosco y Marchant hubo química y al revés, Pasquale pareció en otra cosa, intrascendente. Newbery y su actitud lo mantuvieron siempre en foco con Villegas y Sergi a la pesca de la oportunidad.
Cerca de los 20’ una contra derivó en un tiro desviado de Aynol y enseguida, el medio mismo “Coky” falló tras rebote en mala salida de Grasso. El juvenil Carrizo a la vuelta le puso suspenso a la tarde, con dos entradas sobre el final que pudo resolver el arquero Romero.
Los minutos le fueron dando cada vez más valor al resultado casi dejando de lado cualquier otro análisis. La CAI que hace una fecha sufrió su primer gol en contra, también resignó su invicto en el TFB. Lo producido en el complemento, la escasez de situaciones y en especial, la falta de respuestas ante la adversidad lo volvieron a hacer vulnerable.#
Para bien. Y técnico que debutó terminó ganando. En “La Madriguera” la renovación se notó donde debía: jugadores que entendieron el mensaje y que se multiplicaron a la hora de meter, sin mirar demasiado el producido futbolístico.
Jorge Newbery quedó ahí, cerca de pegar el manotazo, a un punto de CAI y de Huracán y con la intención, ahora cercana, de meterse en zona de clasificación. Al “Azurro” como comprapartida, las cosas se le complicaron con una producción que no pasó de regular. Juego en cuentagotas; cero peso ofensivo y hasta lagunas en defensa.
Newbery cambió técnico y equipo, queriendo arrancar el ciclo desde cero. La llegada de Hugo Barrientos oxigenó y tocó nombres para timonear pensando en la clasificación que aún no tenía garantizada. Aparecieron Aynol, Dzaja y el “Pulpo” González en el medio; Ruíz se retrasó como líbero y además Brian Romero reemplazó a Tula, herido post-clásico. La idea de modificar se entendió: mediocampo activo y bandas ágiles para sorprender, uso generoso de los espacios y mejor comunicación con los de arriba.
La CAI no se inmutó y ejecutó su plan estratégico. La vuelta de García le dio equilibrio en el medio y la dupla Durán-Leguiza mantuvo todo bajo control.
Sin embargo una entrada de Chacón sobre Dzaja en el área derivó en un penal inesperado que Aynol metió abajo entre poste y parante. Ese 1-0 daba alivio ante las noticias que llegaban de Santa Cruz.
El partido levantó, se hizo cambiante y entretenido porque la visita respondió con juego y buenas intenciones mientras el “Lobo” parecía encontrarle la vuelta.
La CAI y la pelota siempre conformaron una sociedad ideal. Entre Orosco y Marchant hubo química y al revés, Pasquale pareció en otra cosa, intrascendente. Newbery y su actitud lo mantuvieron siempre en foco con Villegas y Sergi a la pesca de la oportunidad.
Cerca de los 20’ una contra derivó en un tiro desviado de Aynol y enseguida, el medio mismo “Coky” falló tras rebote en mala salida de Grasso. El juvenil Carrizo a la vuelta le puso suspenso a la tarde, con dos entradas sobre el final que pudo resolver el arquero Romero.
Los minutos le fueron dando cada vez más valor al resultado casi dejando de lado cualquier otro análisis. La CAI que hace una fecha sufrió su primer gol en contra, también resignó su invicto en el TFB. Lo producido en el complemento, la escasez de situaciones y en especial, la falta de respuestas ante la adversidad lo volvieron a hacer vulnerable.#