La mediocridad estuvo dada por el estado del campo, que atentó contra las intenciones de los futbolistas y de los cuerpos técnicos de ambos conjuntos.
La lluvia caída entre el mediodía y las 14 horas de ayer , causó estragos en la cancha de Los Aromos, cuya superficie es de tierra. Tras una demora de quince minutos, el referí Ángel Díaz dio el silbatazo inicial del cotejo.
Allí, el barro le ganó a la creatividad y al talento. Efectuar una combinación de pases, era una misión imposible. Ni siquiera el Barcelona de Pep Guardiola podría haber desplegado un juego elegante en el escenario de ayer. Que haya habido escasez de situaciones de gol, resultó una consecuencia lógica.
En ese contexto, se produjo la apertura del marcador. A los 16 minutos del primer tiempo, Eduardo González, ante el arco vacío, envió el balón a la red tras un centro rasante que había logrado evadir a Damián Bernal, golero visitante. En el segundo tiempo, bajo un recital de imprecisiones, Independiente trató de asediar a su oponente, que sufrió la expulsión de Juan Vázquez a los cinco minutos. La insistencia le brindó frutos a la visita, que tuvo la posibilidad de igualar el marcador, a falta de diez minutos para el final del encuentro. Sin embargo, el golero local, Matías Florentín, contuvo el remate de Alejandro Castro.
La mediocridad estuvo dada por el estado del campo, que atentó contra las intenciones de los futbolistas y de los cuerpos técnicos de ambos conjuntos.
La lluvia caída entre el mediodía y las 14 horas de ayer , causó estragos en la cancha de Los Aromos, cuya superficie es de tierra. Tras una demora de quince minutos, el referí Ángel Díaz dio el silbatazo inicial del cotejo.
Allí, el barro le ganó a la creatividad y al talento. Efectuar una combinación de pases, era una misión imposible. Ni siquiera el Barcelona de Pep Guardiola podría haber desplegado un juego elegante en el escenario de ayer. Que haya habido escasez de situaciones de gol, resultó una consecuencia lógica.
En ese contexto, se produjo la apertura del marcador. A los 16 minutos del primer tiempo, Eduardo González, ante el arco vacío, envió el balón a la red tras un centro rasante que había logrado evadir a Damián Bernal, golero visitante. En el segundo tiempo, bajo un recital de imprecisiones, Independiente trató de asediar a su oponente, que sufrió la expulsión de Juan Vázquez a los cinco minutos. La insistencia le brindó frutos a la visita, que tuvo la posibilidad de igualar el marcador, a falta de diez minutos para el final del encuentro. Sin embargo, el golero local, Matías Florentín, contuvo el remate de Alejandro Castro.