Cómo avanzó la pobreza en 2018, según el Observatorio Social de la UCA

Entrevista al investigador Eduardo Donza. Afirma que subió 2% en el país tras la devaluación. Y que al fin de la gestión Macri seguirá cerca del 30%.

Según Donza puede llevar décadas quebrar la pobreza estructural y marcó que faltan políticas de Estado.
05 AGO 2018 - 10:54 | Actualizado

Desde el Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) se vienen haciendo las mediciones de pobreza hace ya varios años. Con el descreimiento de los números oficiales del INDEC en los últimos años se convirtió en un parámetro para los indicadores sociales del país.

El Económico entrevistó al investigador del Observatorio, Eduardo Donza, para analizar la coyuntura con la fuerte devaluación de 2018, qué escenario político se presenta en cuanto a las expectativas de la gente y qué es lo que puede pasar de cara al fin del mandato de Macri en 2019, con los números globales.

-¿Cuál es hoy la medición de la UCA en cuanto a pobreza?

-Tenemos una situación compleja porque estamos con cambios metodológicos. Pero tenemos una película y un dato que es de 2017 en el que arrancamos una nueva serie. Si es la situación de 2017 estamos en valores por encuestas diferentes y medimos los ingresos diferentes al Indec estamos en valores cercanos al 30% de la población. Si vemos la película, iba descendiendo la población en situación de pobreza entre 2017 y 2016 teniendo en cuenta que 2016 fue un mal año y también respecto a 2015. Esa era la situación que teníamos en el último año 2017. Pa fines de 2017 estábamos en 28,6%.  Más allá de los cambios metodológicos, la tendencia. Lo precoupante de la coyuntura la tendencia se revierte en 2018. En 2017 hubo una mejora que fue consecuencia de una desaceleración de la inflación una reactivación leve del mercado de trabajo y un volver a la obra pública. La obra pública es importante porque es empleo para la construcción, de un perfil de trabajador con hogares de menos ingresos.

Impacto de la devaluación

-¿Cuál fue la incidencia en 2018, sobre a todo a partir de la devaluación?

-Ese círculo virtuoso en 2017, desde abril de 2018 se convierte en un círculo negativo, la devaluación que tuvimos que transmite a precios hace que aumenten, los sectores medios afectados por los aumentos de los servicios sobre todo en grandes ciudades. Se ven achicados los ingresos y restringen sus ingresos y una desaceleración en la obra para achicar el déficit. Lo que tuvimos de positivo en 2017 en la coyuntura, lo tenemos como negativo ahora y puede ser que los resultados del relevamiento de 2018 nos dé un incremento de la población en situación de pobreza, aunque sea leve.

-¿Con estos meses a qué niveles escaló la pobreza?

-Es difícil expresar un valor, lo que pasa es que puede haber un incremento, puede ser un 2%. Hay un cambio de tendencia, pero hay que decir que estamos en una pobreza estructural de hace varias décadas. Tengamos en cuenta que en 2002 cuando salió la crisis neoliberal había un 52% en situación de pobreza y 25% de desocupación. Esto mejora hasta los años 2008/2009 y se estancan las mejoras. Y nos queda en un porcentaje cercano al 30%. Nos queda esta situación de pobreza estructural. De diferentes indicadores. Esta pobreza por ingreso va acompañada por una vivienda sin calidad, servicios que no tienen las familias, la conexión a red de agua potable y cloacas, la seguridad social, trabajo no registrado, en la salud de cómo la única opción es el hospital público. La asistencia de niños y adolescentes al sistema educativo. La mitad de los jóvenes no termina el secundario. El acceso a la información para participar, estar informado y votar con conocimiento. Con esta visión multidimensional el 25% de los hogares tienen tres o más derechos que no se cumplen. Tambien tengamos en cuenta que viene desde décadas para algunas familias, desde generaciones. 

-¿Qué escenario se vislumbra para el segundo semestre?

-Lo complejo de esto que era positivo en 2017 se convierte en algo negativo en 2018 y no sabemos en qué nivel se estabiliza, es el interrogante. Además se da en un mercado que consume. No es el escenario de 2001 donde no se consumía. Lo previsible es que aumente el nivel de pobreza entre 2017 y 2018.

Lo que vendrá

-¿En 2018 se va a volver a los valores de diciembre de 2015 en cuanto a pobreza? 

-Puede ir a los valores de 2015 o algo intermedio con 2016. Con fuertes devaluaciones sube el índice de precios al consumidor y los indicadores de pobreza por ingreso. Las recuperaciones vienen después, un año después. Tenemos siempre en años de devaluación que aumentan los niveles de pobreza. En este año 2018, por la devaluación de hace unos meses.

-Mirando este valor del que partimos de 28,6% ¿qué nos podemos imaginar para el cierre de 2018?

-Va a haber un elevamiento pero siempre en los valores preocupantes, no era que el año pasado estábamos bien. Se suspende la mejora y posiblemente el año que viene mejoren los indicadores porque los años que hay devaluación recrudece e impacta en la familia y mejora en 2019, pero siempre en los valores cercanos al 30% que son valores muy elevados que se mantienen hace décadas. No hay mejores indicadores desde los años 2008-2009. Un tercio de población es de pobreza estructural. Y esa sostenida pobreza e indigencia genera marginalidad también de las pautas de conducta y como hay un sector de la población que no se siente que forma parte del país.

-Faltan políticas de Estado...

-Es lo crucial, como no tenemos un rumbo fijo como país y la necesidad de los acuerdos y que trascienda el sistema político y definamos el país que queremos. 

-Desde el Observatorio y lo que se ve ahora con el acuerdo con el FMI. ¿Les precoupan los indicadores que se ven?

-Se complejiza. Es un panorama más complejo del que teníamos a principio de año. Es preocupante y hay que tenerlo en cuenta. Para que mejore en forma importante y se diluya ese nucleo duro tiene que haber mejoras durante años. 

2016 vs. 2018

-Si comparamos este 2016 donde hubo devaluación con lo que ocurre en 2018 ¿El escenario es similar, peor?

-Los años que hay devaluaciones hay sacudones que incrementan los índices de pobreza y las economías regionales quedan algo mejor posicionadas. Acá hay un tema político también y las expectativas que no es menor. Desde el punto de vista económico puede ser levemente más complicado, pero hay que ver cómo evoluciona el panorama político que es de menos confianza. En 2016 era un gobierno que recién empezaba, había muchas expectativas entonces aunque no tenían mayoría parlamentaria, había un interrogante y ahora hay menos apoyo quizás en el sistema político. 

-Un mal escenario económico con menos confianza por desgaste.

-Esas dos cosas pueden hacer que esa situación pueda ser mejor o peor. No se sabe cómo evolucionará.

-En esta coyuntura ¿desde dónde se puede apoyar el Gobierno para salir adelante?

-Lo complejo es que si no hay inversiones y un desarrollo productivo con creación de empleo se va a estabilizar la situación. Para disminuir la pobreza debe reactivarse el trabajo. Si no hay tendencia a mayores inversiones, necesitamos redinamizar todo el sistema de trabajo y en lo inmediato es complejo. 

-¿Qué pasa con las pymes? 

-Las pymes son grandes generadoras de empleo pero son muy sensibles a los cambios de la economía. Como se encarece el crédito con tasas tan altas para evitar que los fondos se vayan al dólar. Tenemos desde hace muchos años una economía desequilibrada. Es como un enfermo con un cuadro complejo.

-En ese escenario sinuoso, 2016 fue de lo peor, se mejoró en 2017 y este 2018 complicado ¿En 2019 se puede alcanzar a lo que se llegó en 2017 o se estará por debajo?

-Con tantos factores es difícil decirlo. Podemos estar por abajo pero no tanto. Lo lamentable es que venimos en niveles preocupantes desde décadas y para salir nos llevará 10 años si se hacen las cosas bien.

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Según Donza puede llevar décadas quebrar la pobreza estructural y marcó que faltan políticas de Estado.
05 AGO 2018 - 10:54

Desde el Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) se vienen haciendo las mediciones de pobreza hace ya varios años. Con el descreimiento de los números oficiales del INDEC en los últimos años se convirtió en un parámetro para los indicadores sociales del país.

El Económico entrevistó al investigador del Observatorio, Eduardo Donza, para analizar la coyuntura con la fuerte devaluación de 2018, qué escenario político se presenta en cuanto a las expectativas de la gente y qué es lo que puede pasar de cara al fin del mandato de Macri en 2019, con los números globales.

-¿Cuál es hoy la medición de la UCA en cuanto a pobreza?

-Tenemos una situación compleja porque estamos con cambios metodológicos. Pero tenemos una película y un dato que es de 2017 en el que arrancamos una nueva serie. Si es la situación de 2017 estamos en valores por encuestas diferentes y medimos los ingresos diferentes al Indec estamos en valores cercanos al 30% de la población. Si vemos la película, iba descendiendo la población en situación de pobreza entre 2017 y 2016 teniendo en cuenta que 2016 fue un mal año y también respecto a 2015. Esa era la situación que teníamos en el último año 2017. Pa fines de 2017 estábamos en 28,6%.  Más allá de los cambios metodológicos, la tendencia. Lo precoupante de la coyuntura la tendencia se revierte en 2018. En 2017 hubo una mejora que fue consecuencia de una desaceleración de la inflación una reactivación leve del mercado de trabajo y un volver a la obra pública. La obra pública es importante porque es empleo para la construcción, de un perfil de trabajador con hogares de menos ingresos.

Impacto de la devaluación

-¿Cuál fue la incidencia en 2018, sobre a todo a partir de la devaluación?

-Ese círculo virtuoso en 2017, desde abril de 2018 se convierte en un círculo negativo, la devaluación que tuvimos que transmite a precios hace que aumenten, los sectores medios afectados por los aumentos de los servicios sobre todo en grandes ciudades. Se ven achicados los ingresos y restringen sus ingresos y una desaceleración en la obra para achicar el déficit. Lo que tuvimos de positivo en 2017 en la coyuntura, lo tenemos como negativo ahora y puede ser que los resultados del relevamiento de 2018 nos dé un incremento de la población en situación de pobreza, aunque sea leve.

-¿Con estos meses a qué niveles escaló la pobreza?

-Es difícil expresar un valor, lo que pasa es que puede haber un incremento, puede ser un 2%. Hay un cambio de tendencia, pero hay que decir que estamos en una pobreza estructural de hace varias décadas. Tengamos en cuenta que en 2002 cuando salió la crisis neoliberal había un 52% en situación de pobreza y 25% de desocupación. Esto mejora hasta los años 2008/2009 y se estancan las mejoras. Y nos queda en un porcentaje cercano al 30%. Nos queda esta situación de pobreza estructural. De diferentes indicadores. Esta pobreza por ingreso va acompañada por una vivienda sin calidad, servicios que no tienen las familias, la conexión a red de agua potable y cloacas, la seguridad social, trabajo no registrado, en la salud de cómo la única opción es el hospital público. La asistencia de niños y adolescentes al sistema educativo. La mitad de los jóvenes no termina el secundario. El acceso a la información para participar, estar informado y votar con conocimiento. Con esta visión multidimensional el 25% de los hogares tienen tres o más derechos que no se cumplen. Tambien tengamos en cuenta que viene desde décadas para algunas familias, desde generaciones. 

-¿Qué escenario se vislumbra para el segundo semestre?

-Lo complejo de esto que era positivo en 2017 se convierte en algo negativo en 2018 y no sabemos en qué nivel se estabiliza, es el interrogante. Además se da en un mercado que consume. No es el escenario de 2001 donde no se consumía. Lo previsible es que aumente el nivel de pobreza entre 2017 y 2018.

Lo que vendrá

-¿En 2018 se va a volver a los valores de diciembre de 2015 en cuanto a pobreza? 

-Puede ir a los valores de 2015 o algo intermedio con 2016. Con fuertes devaluaciones sube el índice de precios al consumidor y los indicadores de pobreza por ingreso. Las recuperaciones vienen después, un año después. Tenemos siempre en años de devaluación que aumentan los niveles de pobreza. En este año 2018, por la devaluación de hace unos meses.

-Mirando este valor del que partimos de 28,6% ¿qué nos podemos imaginar para el cierre de 2018?

-Va a haber un elevamiento pero siempre en los valores preocupantes, no era que el año pasado estábamos bien. Se suspende la mejora y posiblemente el año que viene mejoren los indicadores porque los años que hay devaluación recrudece e impacta en la familia y mejora en 2019, pero siempre en los valores cercanos al 30% que son valores muy elevados que se mantienen hace décadas. No hay mejores indicadores desde los años 2008-2009. Un tercio de población es de pobreza estructural. Y esa sostenida pobreza e indigencia genera marginalidad también de las pautas de conducta y como hay un sector de la población que no se siente que forma parte del país.

-Faltan políticas de Estado...

-Es lo crucial, como no tenemos un rumbo fijo como país y la necesidad de los acuerdos y que trascienda el sistema político y definamos el país que queremos. 

-Desde el Observatorio y lo que se ve ahora con el acuerdo con el FMI. ¿Les precoupan los indicadores que se ven?

-Se complejiza. Es un panorama más complejo del que teníamos a principio de año. Es preocupante y hay que tenerlo en cuenta. Para que mejore en forma importante y se diluya ese nucleo duro tiene que haber mejoras durante años. 

2016 vs. 2018

-Si comparamos este 2016 donde hubo devaluación con lo que ocurre en 2018 ¿El escenario es similar, peor?

-Los años que hay devaluaciones hay sacudones que incrementan los índices de pobreza y las economías regionales quedan algo mejor posicionadas. Acá hay un tema político también y las expectativas que no es menor. Desde el punto de vista económico puede ser levemente más complicado, pero hay que ver cómo evoluciona el panorama político que es de menos confianza. En 2016 era un gobierno que recién empezaba, había muchas expectativas entonces aunque no tenían mayoría parlamentaria, había un interrogante y ahora hay menos apoyo quizás en el sistema político. 

-Un mal escenario económico con menos confianza por desgaste.

-Esas dos cosas pueden hacer que esa situación pueda ser mejor o peor. No se sabe cómo evolucionará.

-En esta coyuntura ¿desde dónde se puede apoyar el Gobierno para salir adelante?

-Lo complejo es que si no hay inversiones y un desarrollo productivo con creación de empleo se va a estabilizar la situación. Para disminuir la pobreza debe reactivarse el trabajo. Si no hay tendencia a mayores inversiones, necesitamos redinamizar todo el sistema de trabajo y en lo inmediato es complejo. 

-¿Qué pasa con las pymes? 

-Las pymes son grandes generadoras de empleo pero son muy sensibles a los cambios de la economía. Como se encarece el crédito con tasas tan altas para evitar que los fondos se vayan al dólar. Tenemos desde hace muchos años una economía desequilibrada. Es como un enfermo con un cuadro complejo.

-En ese escenario sinuoso, 2016 fue de lo peor, se mejoró en 2017 y este 2018 complicado ¿En 2019 se puede alcanzar a lo que se llegó en 2017 o se estará por debajo?

-Con tantos factores es difícil decirlo. Podemos estar por abajo pero no tanto. Lo lamentable es que venimos en niveles preocupantes desde décadas y para salir nos llevará 10 años si se hacen las cosas bien.


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