Estafa a la Cooperativa: empresario devolverá 50 mil pesos para no ir a juicio oral

Fueron transferencias de la empresa de Trelew, con papeles falsos. Probó que lo engañaron y logró la probation.

Gélvez defendió al empresario.
07 OCT 2018 - 21:11 | Actualizado

Por Rolando Tobarez  /  Twitter: @rtobarez

El arquitecto Juan Carlos Moscardini devolverá 50 mil pesos, hará horas comunitarias y será sentenciado a un año de prisión en suspenso a modo de probation. Así evitará un juicio oral y público por estafa contra la Cooperativa Eléctrica de Trelew y el Banco Chubut.

Es un empresario de Lanús que en 2013 fue acusado de cobrar tres transferencias por más de un millón de pesos de la empresa de servicios públicos. En los tres trámites se usaron firmas y documentación falsos que se presentaron en el Banco para habilitar los desembolsos. Al caso lo investigó el fiscal Arnaldo Maza.

En su declaración, Moscardini –que tiene más de 40 años de experiencia- describió e identificó con nombre y apellido a tres personas que según su versión, se presentaron en su constructora Obraco SA de la localidad bonaerense. Dijeron que eran de la entidad de servicios públicos y que querían comprar máquinas. “Poneles un precio mayor porque también hacemos caja política”, le ofrecieron. Facturó pero sin prestar el servicio. Lo acompañaron a la caja las tres veces. Cuando se acumuló la plata lo amenazaron para que les entregara el dinero. “No digas nada y tomá 50 mil pesos”. Atemorizado, cedió. Hasta le dieron recibo.

Moscardini aportó los teléfonos del trío: una pareja y un tercer hombre de Capital Federal. Uno tiene una imprenta y el otro ya estuvo involucrado en un caso similar en Comodoro Rivadavia. El nexo fue un conocido de empresario. Iban juntos al Rotary Club. Todos fueron identificados, hasta con dirección.

Moscardini recibió el dinero en su cuenta del Banco Supervielle de Quilmes. No eran cheques sino transferencias electrónicas. Le imputaron tres cobros: uno entre el 21 de diciembre de 2012 y el 2 de enero de 2013; y los otros, el 7 y el 15 de enero de 2013.

Los pagos se generaron en la sucursal Belgrano del Banco en Trelew. Sólo se sabe que los hizo una persona mayor con sellos, membretes y firmas apócrifas de José Sandoval y José Luis Nahuelquín, con órdenes de transferencias hacia la cuenta de Obraco por 183.417 pesos, 431.069 pesos y 477.047 pesos, respectivamente.

Según la información de la época, “el fiscal señaló que estaría acreditado el cobro por parte de Moscardini de 1.052.533 pesos en el Banco de Quilmes, lo que consta en dos facturas de 874.094 pesos y 615.486 pesos, lo que habría ocurrido entre el 2, 7 y 16 de enero de 2013 para luego presentar dos órdenes de compra en la Cooperativa”. La empresa de Trelew desconoció las operaciones. Nadie había ordenado las transferencias. La abogada del Banco fue Claudia Isabel Jones.

El defensor de Moscardini fue Marcelo Gélvez. “Actuó gente muy avezada y hubo falta de celo en los controles, que fueron livianos”, le dijo a Jornada al confirmar la probation. “El empresario no tiene antecedentes y no conoce Trelew. Su empresa tiene más de 20 años de trabajo e hizo muchas obras. El caso es cinematográfico porque fue filmado y cobró a cara descubierta. Ningún criminal hace eso”.

Gélvez le pidió a Moscardini viajar a Trelew y decir todo lo que supiera. Declaró una hora y media.

“El ánimo de colaborar fue tanto que sobre la hora aceptamos declarar el caso como complejo para dar más tiempo de investigar. Si no, se vencían los plazos porque no había sido acusado y procesalmente nos convenía”, describió. “Era poco creíble que formara parte de una banda alguien que actuara tan descaradamente, era demasiado ingenuo pero es claro que no es un delincuente. Lo que dijo es creíble pero no pudieron llegar a nadie más. Moscardini estaba esperanzado en que si aparecía esta gente, él no iba a tener condena”.

Aunque el fiscal estaba de acuerdo, en diciembre de 2017 el juez Marcelo Nieto Di Biase le negó porque no entendió por qué se devolvían 50 mil si la estafa fue de un millón. Consideró que la explicación era confusa. “Si Moscardini fue víctima de un engaño, la única forma de poder acreditarlo es a través del juicio oral (…) Hasta incluso puede ser absuelto, no sé, pero ni la fiscalía ni la defensa claramente me explicaron cómo fue el hecho y no voy a convalidar lo que no es claro;  realmente la presentación no fue clara”.

Gélvez apeló y la Cámara Penal de Trelew le otorgó el beneficio porque el caso cumplía los requisitos. El tribunal evaluó que si no entendía, Di Biase debió pedir aclaraciones.

“La devolución de lo que le habían dado y someterse a una suspensión era lo aconsejable -dijo Gélvez-. Hubo un sumario y una sanción del Banco Central de la República Argentina pero no se ahondó. Desde la Cooperativa o el Banco alguna ayuda debió tener, no tengo duda. No puede ser tan fácil copiar formulario, sellos, firmas y que salgan las transferencias. No podés culpar al delincuente de que la alarma no anda bien. No inculpo a nadie pero se debió investigar más”.

Un seguro devolvió la plata al Banco. Los cuatro “empresarios” no aparecieron.#

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Gélvez defendió al empresario.
07 OCT 2018 - 21:11

Por Rolando Tobarez  /  Twitter: @rtobarez

El arquitecto Juan Carlos Moscardini devolverá 50 mil pesos, hará horas comunitarias y será sentenciado a un año de prisión en suspenso a modo de probation. Así evitará un juicio oral y público por estafa contra la Cooperativa Eléctrica de Trelew y el Banco Chubut.

Es un empresario de Lanús que en 2013 fue acusado de cobrar tres transferencias por más de un millón de pesos de la empresa de servicios públicos. En los tres trámites se usaron firmas y documentación falsos que se presentaron en el Banco para habilitar los desembolsos. Al caso lo investigó el fiscal Arnaldo Maza.

En su declaración, Moscardini –que tiene más de 40 años de experiencia- describió e identificó con nombre y apellido a tres personas que según su versión, se presentaron en su constructora Obraco SA de la localidad bonaerense. Dijeron que eran de la entidad de servicios públicos y que querían comprar máquinas. “Poneles un precio mayor porque también hacemos caja política”, le ofrecieron. Facturó pero sin prestar el servicio. Lo acompañaron a la caja las tres veces. Cuando se acumuló la plata lo amenazaron para que les entregara el dinero. “No digas nada y tomá 50 mil pesos”. Atemorizado, cedió. Hasta le dieron recibo.

Moscardini aportó los teléfonos del trío: una pareja y un tercer hombre de Capital Federal. Uno tiene una imprenta y el otro ya estuvo involucrado en un caso similar en Comodoro Rivadavia. El nexo fue un conocido de empresario. Iban juntos al Rotary Club. Todos fueron identificados, hasta con dirección.

Moscardini recibió el dinero en su cuenta del Banco Supervielle de Quilmes. No eran cheques sino transferencias electrónicas. Le imputaron tres cobros: uno entre el 21 de diciembre de 2012 y el 2 de enero de 2013; y los otros, el 7 y el 15 de enero de 2013.

Los pagos se generaron en la sucursal Belgrano del Banco en Trelew. Sólo se sabe que los hizo una persona mayor con sellos, membretes y firmas apócrifas de José Sandoval y José Luis Nahuelquín, con órdenes de transferencias hacia la cuenta de Obraco por 183.417 pesos, 431.069 pesos y 477.047 pesos, respectivamente.

Según la información de la época, “el fiscal señaló que estaría acreditado el cobro por parte de Moscardini de 1.052.533 pesos en el Banco de Quilmes, lo que consta en dos facturas de 874.094 pesos y 615.486 pesos, lo que habría ocurrido entre el 2, 7 y 16 de enero de 2013 para luego presentar dos órdenes de compra en la Cooperativa”. La empresa de Trelew desconoció las operaciones. Nadie había ordenado las transferencias. La abogada del Banco fue Claudia Isabel Jones.

El defensor de Moscardini fue Marcelo Gélvez. “Actuó gente muy avezada y hubo falta de celo en los controles, que fueron livianos”, le dijo a Jornada al confirmar la probation. “El empresario no tiene antecedentes y no conoce Trelew. Su empresa tiene más de 20 años de trabajo e hizo muchas obras. El caso es cinematográfico porque fue filmado y cobró a cara descubierta. Ningún criminal hace eso”.

Gélvez le pidió a Moscardini viajar a Trelew y decir todo lo que supiera. Declaró una hora y media.

“El ánimo de colaborar fue tanto que sobre la hora aceptamos declarar el caso como complejo para dar más tiempo de investigar. Si no, se vencían los plazos porque no había sido acusado y procesalmente nos convenía”, describió. “Era poco creíble que formara parte de una banda alguien que actuara tan descaradamente, era demasiado ingenuo pero es claro que no es un delincuente. Lo que dijo es creíble pero no pudieron llegar a nadie más. Moscardini estaba esperanzado en que si aparecía esta gente, él no iba a tener condena”.

Aunque el fiscal estaba de acuerdo, en diciembre de 2017 el juez Marcelo Nieto Di Biase le negó porque no entendió por qué se devolvían 50 mil si la estafa fue de un millón. Consideró que la explicación era confusa. “Si Moscardini fue víctima de un engaño, la única forma de poder acreditarlo es a través del juicio oral (…) Hasta incluso puede ser absuelto, no sé, pero ni la fiscalía ni la defensa claramente me explicaron cómo fue el hecho y no voy a convalidar lo que no es claro;  realmente la presentación no fue clara”.

Gélvez apeló y la Cámara Penal de Trelew le otorgó el beneficio porque el caso cumplía los requisitos. El tribunal evaluó que si no entendía, Di Biase debió pedir aclaraciones.

“La devolución de lo que le habían dado y someterse a una suspensión era lo aconsejable -dijo Gélvez-. Hubo un sumario y una sanción del Banco Central de la República Argentina pero no se ahondó. Desde la Cooperativa o el Banco alguna ayuda debió tener, no tengo duda. No puede ser tan fácil copiar formulario, sellos, firmas y que salgan las transferencias. No podés culpar al delincuente de que la alarma no anda bien. No inculpo a nadie pero se debió investigar más”.

Un seguro devolvió la plata al Banco. Los cuatro “empresarios” no aparecieron.#


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