Hay alerta por la alta mortandad de cóndores por el uso de agrotóxicos

Entre 2017 y este año murieron 90 ejemplares a causa de envenenamiento. Es por la utilización de agrotóxicos en los campos para eliminar especies depredadoras. Alertan sobre la necesidad de modificar legislaciones para frenar la mortandad de la especie.

03 NOV 2018 - 20:16 | Actualizado

En los últimos 22 meses se murieron en territorio argentino unos 90 ejemplares de Cóndor Andino, solo por causas de envenamiento y sin contar las aves que pudieron haber sido afectadas por otras cuestiones.

“En términos porcentuales, representa el 1,38% de la población de la especie” cuenta la Licenciada Rayen Estrada Pacheco, becaria CONICET e integrante de la Fundación Andina, quien desarrolla una tesis sobre la problemática de conservación del Cóndor Andino.

El dato se vuelve aún más alarmante cuando se trasladan esos valores a su equivalente en términos de población humana y asegura que “es como si en dos años se hubiera muerto toda la población de Argentina, Chile, Perú y Bolivia juntos, unos 100 millones de personas”.

Si bien los datos sobre la mortandad de cóndores no es nueva, la aparición de 23 aves muertas entre Neuquén y Santa Cruz en los últimos días disparó las alertas sobre un fenómeno que se ha repetido en los últimos meses.

“Es tremendo esto para nosotros con lo que nos cuesta rehabilitar cóndores o la cría de pichones. En todos estos años hemos criado 60 pichones, y este tipo de hechos obviamente nos pasa por encima y nos destruye emocionalmente”, dijo Rayen Estrada Pacheco, quien aseguró que pese a los hechos de estas últimas semanas, desde la Fundación Bioandina la intención “es seguir adelante, trabajar en la problemática, visibilizando lo que pasa y que haya llegado la noticia puede contribuir a que se termine con el mal uso de los agrotóxicos”.

Los casos se repiten

En Mendoza aparecieron muertos 34 cóndores y en Jujuy fueron 19 las aves muertas en febrero del año pasado “y en este caso fueron 23, sumados los de Neuquén con Santa Cruz, y esto son de los reportes que estamos teniendo, pero hay un montón de casos que por lo aislado del lugar, lo inaccesible, no estamos tomando conocimiento”.

En el caso de los cóndores muertos en Neuquén, se verificó a partir de un análisis toxicológico sobre los restos que la causa de muerte fue un órgano fosforado, “que están prohibidos en el país y en el caso de Santa Cruz estamos esperando resultados” dijo la especialista, aunque aseguró que la falta de otros elementos como heridas de bala o plomo en el cuerpo haría evidente que también murieron envenenados por un potente agrotóxico.

“Siempre que encontramos un cóndor muerto cerca de otro animal muerto, el resultado es positivo en el análisis toxicológico y seguro va a dar lo mismo”, dijo la becaria, quien relató lo ocurrido en Jujuy donde las aves murieron al ingerir un cebo tóxico contaminado con un producto denominado carbofurán, un potente pesticida utilizado en agricultura para los cultivos, “al cual no deberían acceder los ganaderos que no tienen campos con cultivos y lo usan para envenenar a la fauna”.

“Este problema surge de un conflicto que es real, y el conflicto de los productores de ovinos y vacunos con los predadores; hay muchos problemas con las predaciones por el puma, el zorro colorado, el zorro gris y una alternativa que buscan para disminuir los ataques y para cuidar un poco su producción es colocar cebos con veneno en una presa que haya matado un puma o un zorro de manera que si vuelve al día siguiente o a los pocos días, vuelve a alimentarse y muere ese predador”.

La Licenciada Rayen Estrada Pacheco asegura que los episodios con los cóndores muertos “demuestran que esto no sirve, porque lo que encontramos en la mayoría de los casos es un cóndor muerto en el cebo, pero sin pumas ni zorros, entonces lejos de solucionar el problema termina afectando a otras especies y no arregla el problema”.

El peligro es aún mayor si se tiene en cuenta que los productos utilizados son potentes venenos que “también pueden afectar a nuestro sistema nervioso, como entrar en contacto por inhalación o tacto, es decir que también nos podemos intoxicar; por eso es necesario asesorar a la gente, para dar aviso que en el caso de encontrar animales muertos en el campo no tienen que tocarlos, ya que pueden estar afectados por agrotóxicos que afectan el sistema nervioso de cualquier animal o persona”.

Ley de trazabilidad

Desde la Fundación Bioandina y otras organizaciones que trabajan sobre la temática ambiental, se viene pidiendo el tratamiento y aprobación de un proyecto de ley sobre la trazabilidad de los pesticidas que ingresan al país.

“Es un proyecto de ley del diputado Federico Zamarbide y por un lado estamos pidiendo con todo esto que se apruebe y que se reglamente la ley de trazabilidad para que pueda hacerse un seguimiento de todos los agrotóxicos que ingresan al país hasta llegar a la última persona que lo usa” dijo la becaria del CONICET.

En ese sentido explicó que hoy en Argentina si una persona quiere comprar un antibiótico “tiene que ir con una receta de un médico, pero para comprar carbofurán en un almacén de barrio no te piden nada; tiene que haber forma de regular eso y que el producto que lo necesite deba tener una autorización de un agrónomo para adquirir el producto para sus cultivos, pero no por ejemplo un ganadero que tiene solamente ovejas, porque necesita ese producto”.

En enero de este año fueron encontrados en la zona de Los Molles, próxima a Malargüe (Mendoza), unos 34 ejemplares de cóndor andino muertos por envenamiento.

Estrada Pacheco señaló que es necesario modificar las practicas ganaderas para resolver el conflicto con los predadores, pero sin utilizar este tipo de productos.

“Necesitamos ayuda de ganadería, del INTA, para mejorar las prácticas, atender a los productores en las necesidades que pasan; pero no podemos avalar el uso de veneno en el campo, porque además del tema con los cóndores, puede morir gente en cualquier momento”

Identificar responsables

“No es tan fácil saber porque a veces los encontramos en campos privados pero también aparecen en tierras fiscales” dijo la especialista y explicó que además el cóndor es un ave con gran capacidad de vuelo.

“Es un ave que en un día puede volar 300 kilómetros, es decir que pudo haber comido en un campo y con un par de aletazos se cruza a un campo vecino” donde muere, y eso hace dificil saber con exactitud donde comió el veneno.

La licenciada Rayen Estrada Pacheco dijo que hoy por hoy el objetivo es lograr que “se mejore la trazabilidad de los agrotóxicos, que se tome conciencia sobre la peligrosidad de utilizar estos productos para matar predadores”.

En el caso de lo ocurrido en Neuquén, se habría detectado la presencia de un elemento fosforado “cuya utilización está prohibida desde 1.993 en el país, entonces es necesario saber quien lo tenía y quien lo vendió; hay que hacerse cargo, es necesario poder llegar hasta el fondo de la cuestión” dijo la integrante de la Fundación Bioandina en torno al caso.

Las más leídas

03 NOV 2018 - 20:16

En los últimos 22 meses se murieron en territorio argentino unos 90 ejemplares de Cóndor Andino, solo por causas de envenamiento y sin contar las aves que pudieron haber sido afectadas por otras cuestiones.

“En términos porcentuales, representa el 1,38% de la población de la especie” cuenta la Licenciada Rayen Estrada Pacheco, becaria CONICET e integrante de la Fundación Andina, quien desarrolla una tesis sobre la problemática de conservación del Cóndor Andino.

El dato se vuelve aún más alarmante cuando se trasladan esos valores a su equivalente en términos de población humana y asegura que “es como si en dos años se hubiera muerto toda la población de Argentina, Chile, Perú y Bolivia juntos, unos 100 millones de personas”.

Si bien los datos sobre la mortandad de cóndores no es nueva, la aparición de 23 aves muertas entre Neuquén y Santa Cruz en los últimos días disparó las alertas sobre un fenómeno que se ha repetido en los últimos meses.

“Es tremendo esto para nosotros con lo que nos cuesta rehabilitar cóndores o la cría de pichones. En todos estos años hemos criado 60 pichones, y este tipo de hechos obviamente nos pasa por encima y nos destruye emocionalmente”, dijo Rayen Estrada Pacheco, quien aseguró que pese a los hechos de estas últimas semanas, desde la Fundación Bioandina la intención “es seguir adelante, trabajar en la problemática, visibilizando lo que pasa y que haya llegado la noticia puede contribuir a que se termine con el mal uso de los agrotóxicos”.

Los casos se repiten

En Mendoza aparecieron muertos 34 cóndores y en Jujuy fueron 19 las aves muertas en febrero del año pasado “y en este caso fueron 23, sumados los de Neuquén con Santa Cruz, y esto son de los reportes que estamos teniendo, pero hay un montón de casos que por lo aislado del lugar, lo inaccesible, no estamos tomando conocimiento”.

En el caso de los cóndores muertos en Neuquén, se verificó a partir de un análisis toxicológico sobre los restos que la causa de muerte fue un órgano fosforado, “que están prohibidos en el país y en el caso de Santa Cruz estamos esperando resultados” dijo la especialista, aunque aseguró que la falta de otros elementos como heridas de bala o plomo en el cuerpo haría evidente que también murieron envenenados por un potente agrotóxico.

“Siempre que encontramos un cóndor muerto cerca de otro animal muerto, el resultado es positivo en el análisis toxicológico y seguro va a dar lo mismo”, dijo la becaria, quien relató lo ocurrido en Jujuy donde las aves murieron al ingerir un cebo tóxico contaminado con un producto denominado carbofurán, un potente pesticida utilizado en agricultura para los cultivos, “al cual no deberían acceder los ganaderos que no tienen campos con cultivos y lo usan para envenenar a la fauna”.

“Este problema surge de un conflicto que es real, y el conflicto de los productores de ovinos y vacunos con los predadores; hay muchos problemas con las predaciones por el puma, el zorro colorado, el zorro gris y una alternativa que buscan para disminuir los ataques y para cuidar un poco su producción es colocar cebos con veneno en una presa que haya matado un puma o un zorro de manera que si vuelve al día siguiente o a los pocos días, vuelve a alimentarse y muere ese predador”.

La Licenciada Rayen Estrada Pacheco asegura que los episodios con los cóndores muertos “demuestran que esto no sirve, porque lo que encontramos en la mayoría de los casos es un cóndor muerto en el cebo, pero sin pumas ni zorros, entonces lejos de solucionar el problema termina afectando a otras especies y no arregla el problema”.

El peligro es aún mayor si se tiene en cuenta que los productos utilizados son potentes venenos que “también pueden afectar a nuestro sistema nervioso, como entrar en contacto por inhalación o tacto, es decir que también nos podemos intoxicar; por eso es necesario asesorar a la gente, para dar aviso que en el caso de encontrar animales muertos en el campo no tienen que tocarlos, ya que pueden estar afectados por agrotóxicos que afectan el sistema nervioso de cualquier animal o persona”.

Ley de trazabilidad

Desde la Fundación Bioandina y otras organizaciones que trabajan sobre la temática ambiental, se viene pidiendo el tratamiento y aprobación de un proyecto de ley sobre la trazabilidad de los pesticidas que ingresan al país.

“Es un proyecto de ley del diputado Federico Zamarbide y por un lado estamos pidiendo con todo esto que se apruebe y que se reglamente la ley de trazabilidad para que pueda hacerse un seguimiento de todos los agrotóxicos que ingresan al país hasta llegar a la última persona que lo usa” dijo la becaria del CONICET.

En ese sentido explicó que hoy en Argentina si una persona quiere comprar un antibiótico “tiene que ir con una receta de un médico, pero para comprar carbofurán en un almacén de barrio no te piden nada; tiene que haber forma de regular eso y que el producto que lo necesite deba tener una autorización de un agrónomo para adquirir el producto para sus cultivos, pero no por ejemplo un ganadero que tiene solamente ovejas, porque necesita ese producto”.

En enero de este año fueron encontrados en la zona de Los Molles, próxima a Malargüe (Mendoza), unos 34 ejemplares de cóndor andino muertos por envenamiento.

Estrada Pacheco señaló que es necesario modificar las practicas ganaderas para resolver el conflicto con los predadores, pero sin utilizar este tipo de productos.

“Necesitamos ayuda de ganadería, del INTA, para mejorar las prácticas, atender a los productores en las necesidades que pasan; pero no podemos avalar el uso de veneno en el campo, porque además del tema con los cóndores, puede morir gente en cualquier momento”

Identificar responsables

“No es tan fácil saber porque a veces los encontramos en campos privados pero también aparecen en tierras fiscales” dijo la especialista y explicó que además el cóndor es un ave con gran capacidad de vuelo.

“Es un ave que en un día puede volar 300 kilómetros, es decir que pudo haber comido en un campo y con un par de aletazos se cruza a un campo vecino” donde muere, y eso hace dificil saber con exactitud donde comió el veneno.

La licenciada Rayen Estrada Pacheco dijo que hoy por hoy el objetivo es lograr que “se mejore la trazabilidad de los agrotóxicos, que se tome conciencia sobre la peligrosidad de utilizar estos productos para matar predadores”.

En el caso de lo ocurrido en Neuquén, se habría detectado la presencia de un elemento fosforado “cuya utilización está prohibida desde 1.993 en el país, entonces es necesario saber quien lo tenía y quien lo vendió; hay que hacerse cargo, es necesario poder llegar hasta el fondo de la cuestión” dijo la integrante de la Fundación Bioandina en torno al caso.


NOTICIAS RELACIONADAS