Una escena digna del realismo mágico de Gabriel Márquez. Esa es la calificación que merece la superposición del encuentro de Guillermo Brown ante Platense y el Superclásico por la Copa Libertadores.
Este episodio, distintivo del teatro del absurdo, le causó un perjuicio económico a la “Banda”, que aspiraba a conseguir una suculenta recaudación por trasladar la localía al Cayetano Castro, el estadio de mayor capacidad de la región.
La ausencia de sentido común en esa resolución causa estupor. Brown encuentra en Trelew y sus localidades aledañas un número significativo de seguidores. La amalgama con los hinchas madrynenses de Brown es un coctel nada despreciable.
Pero como era de esperarse, la oferta suculenta del Boca-River por la final de ida la Libertadores, resultó ser una manjar irresistible.
El escaso público registrado ayer no le hace cosquillas al abundante número de simpatizantes del cotejo del año pasado ante Ferro, también jugado en Trelew.
Bronca browniana
La dirigencia de Guillermo Brown manifestó su malestar. Sus pares de Platense no convalidaron el cambio de horario, hecho que requiere acuerdo entre los clubes.
“La dirigencia de Platense no mostró predisposición para cambiar el horario del partido. Cada cual defiende los intereses de su club. Pero algunos lo hacen perjudicando a los demás”, indicó Carlos Eliceche, presidente de Brown, a Jornada. “Tiene que haber solidaridad entre los clubes. Esperábamos tener una buena recaudación pero por la superposición de partidos terminamos entre 125 y 130 mil pesos abajo”, agregó el directivo portuario tras el empate sin goles entre la “Banda y el “Calamar”.
“Nosostros les propusimos jugar a las 13. Pero argumentaron que habían estado varados 12 horas en Aeroparque por la tormenta y que era desventajoso para ellos jugar a las 13. Personalmente, no creo que tres horas hagan una gran diferencia”, señaló Eliceche.
“Tuvimos en consideración que el vuelo de regreso de Platense a Buenos Aires era a las 20 horas. Hay que ser más solidario entre los clubes. Pero ya está, no haremos una queja a la AFA por esta situación”, añadió.
“Nos excedió la situación. Nosotros queremos brindarle un espectáculo de calidad al público de Trelew, Rawson Gaiman y Dolavon, que nos acompaña siempre en Puerto Madryn”, comentó el directivo.
“Hacemos la invitación para el próximo domingo a las 17, en el Cayetano Castro, ante Villa Dálmine”, concluyó.
Una escena digna del realismo mágico de Gabriel Márquez. Esa es la calificación que merece la superposición del encuentro de Guillermo Brown ante Platense y el Superclásico por la Copa Libertadores.
Este episodio, distintivo del teatro del absurdo, le causó un perjuicio económico a la “Banda”, que aspiraba a conseguir una suculenta recaudación por trasladar la localía al Cayetano Castro, el estadio de mayor capacidad de la región.
La ausencia de sentido común en esa resolución causa estupor. Brown encuentra en Trelew y sus localidades aledañas un número significativo de seguidores. La amalgama con los hinchas madrynenses de Brown es un coctel nada despreciable.
Pero como era de esperarse, la oferta suculenta del Boca-River por la final de ida la Libertadores, resultó ser una manjar irresistible.
El escaso público registrado ayer no le hace cosquillas al abundante número de simpatizantes del cotejo del año pasado ante Ferro, también jugado en Trelew.
Bronca browniana
La dirigencia de Guillermo Brown manifestó su malestar. Sus pares de Platense no convalidaron el cambio de horario, hecho que requiere acuerdo entre los clubes.
“La dirigencia de Platense no mostró predisposición para cambiar el horario del partido. Cada cual defiende los intereses de su club. Pero algunos lo hacen perjudicando a los demás”, indicó Carlos Eliceche, presidente de Brown, a Jornada. “Tiene que haber solidaridad entre los clubes. Esperábamos tener una buena recaudación pero por la superposición de partidos terminamos entre 125 y 130 mil pesos abajo”, agregó el directivo portuario tras el empate sin goles entre la “Banda y el “Calamar”.
“Nosostros les propusimos jugar a las 13. Pero argumentaron que habían estado varados 12 horas en Aeroparque por la tormenta y que era desventajoso para ellos jugar a las 13. Personalmente, no creo que tres horas hagan una gran diferencia”, señaló Eliceche.
“Tuvimos en consideración que el vuelo de regreso de Platense a Buenos Aires era a las 20 horas. Hay que ser más solidario entre los clubes. Pero ya está, no haremos una queja a la AFA por esta situación”, añadió.
“Nos excedió la situación. Nosotros queremos brindarle un espectáculo de calidad al público de Trelew, Rawson Gaiman y Dolavon, que nos acompaña siempre en Puerto Madryn”, comentó el directivo.
“Hacemos la invitación para el próximo domingo a las 17, en el Cayetano Castro, ante Villa Dálmine”, concluyó.