Anita Raquel Curiqueo, la futbolista de 51 años que venció al cáncer y salió campeona

Luego haber superado un cáncer feroz, Anita Raquel Curiqueo, volante central del “Globo”, gritó la palabra campeona con toda la fuerza de su alma.

Con su medalla de campeona y dos trofeos, Anita recibió a Jornada y rememoró su carrera dentro y fuera de los campos de juego.
01 ENE 2019 - 19:39 | Actualizado

Por Francisco Caputo.

El pasado domingo 23 de diciembre, Huracán conquistó el primer campeonato femenino de su historia. Ese hito consumó la resurrección de una sus jugadoras.

Luego haber superado un cáncer feroz, Anita Raquel Curiqueo, volante central del “Globo”, gritó la palabra campeona con toda la fuerza de su alma.

Hace unas semanas, la mediocampista de 51 años coronó con un trofeo un renacimiento impensado en 2015, cuando el agobio por una grave enfermedad era insoportable.

“La he pasado mal, en 2015 tuve cáncer de mama. La pasé muy mal, fueron momentos muy duros, zafé”, le dijo Anita a Jornada en su hogar del barrio Planta de Gas de Trelew.

Ese título, esa revancha personal, requirió de una exigencia mental y física que bien podrían haber tumbado a otra futbolista. No fue el caso de Anita.

“Es una sensación especial salir campeona a esta edad y después de lo que pasó, tiene un sabor diferente. No es fácil jugar de cinco, hay que tener mucho compromiso de correr rivales al máximo", indicó.

"Pero hemos hecho una buena pretemporada que nos ayudó un montón”, destacó Curiqueo, quien sabe de luchas a lo largo de sus cinco décadas.

Una vida en la trinchera

Los contratiempos han convertido a la mediocampista en una gladiadora. Oriunda de Gastre, emigró de muy a joven a Trelew junto a su mamá y sus once hermanos. “Mercedes Goyeneche, mi madre, se separó de mi padre y tomó la decisión de venir a esta ciudad. Vivía trabajando para nosotros. Como no sacar el ejemplo de mi vieja”, sentenció.

No fue el único cambio drástico de su vida. Habitante del barrio La Laguna, debió modificar su lugar de residencia tras el desalojo de la barriada en la década del 80.

También debió lidiar con los vastos prejuicios de la época sobre el fútbol femenino. En los años 70, cuando Anita empezó a jugar, que una dama jugara causaba un amplio rechazo social. Eran épocas donde el empoderamiento de la mujer era un tema de ciencia ficción.

“Empecé a jugar cuando tenía ocho años. Con un grupo de chicas, teníamos un equipo llamado Las Pitufas y participábamos en torneos relámpagos. Para mí era muy lindo”, rememoró la volante central.

Salir a la cancha para una dama en ese contexto, implicaba descalificaciones de todo tipo. “Nunca se metieron con cosas privadas o íntimas. Pero sí me decían que el fútbol era un deporte de hombres. No les hacía caso porque era mi sueño, mi anhelo. Lo disfrutaba mucho. Si un hombre puede jugar, una mujer también puede”, disparó.

“Eso cambió ahora. Ves a muchas chicas muy jóvenes jugar al fútbol, en los clubes en la calle. Eso es fantástico. En algún momento me gustaría poder ser entrenadora y poder enseñarles algo”, comentó Curiqueo.

Cáncer y resurrección

Anita vivió la transición del fútbol femenino desde los barrios a la Liga del Valle. Con los colores de Independiente y algunas de sus actuales compañeras (Ndr: Eva Schmid y Nicol Jones, por ejemplo), conquistó el primer título oficial en 2014 y jugó el Nacional del Consejo Federal.

Pero al año siguiente, aparecieron las sombras más terribles. Por el tratamiento que demanda el cáncer, debió alejarse 12 meses de las canchas. Tras el trance, el destino recompensó su resiliencia con la copa de campeona.

“Estaba tan mal yo. En un momento pensé en bajar los brazos, pero no lo hice. Lo hice por mi familia y por mis compañeras, que jamás me dejaron sola. Siempre me acompañaron todas. Estuve un año sin jugar por el tratamiento. Pero lo superé y aquí estoy. Estoy agradecida a la vida y a Dios por tenerme acá”, puntualizó.

Nuevo deseo

Tras está consagración dentro y fuera de la cancha, Anita (así está consignado en su DNI) se trazó un último deseo: integrar las “Valletanas”, el seleccionado femenino de la Liga del Valle. “Soñé con integrar la selección femenina, aun lo sueño. Quiero participar de la selección. Todavía estoy con ese deseo, ojalá lo pueda cumplir”, concluyó.

Anita, la jugadora pionera de 51 años que volvió de la muerte para ser campeona y seguir soñando.#

El Dato

Anita Raquel Curiqueo da las gracias a un amplio número de personas. "Les doy gracias a todas mis compañeras, a mis hijos Hugo (Osorio), Vanesa, Valeria, Mercedes y Rubén, a mis nietos y a los hermanos Marcelo y Mario Melipil (NdR: DT y ayudante de Huracán).

El Número: 2

Los títulos de Anita Raquel Curiqueo en el ámbito de la Liga del Valle femenina: Apertura 2014 y Clausura 2018.

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Con su medalla de campeona y dos trofeos, Anita recibió a Jornada y rememoró su carrera dentro y fuera de los campos de juego.
01 ENE 2019 - 19:39

Por Francisco Caputo.

El pasado domingo 23 de diciembre, Huracán conquistó el primer campeonato femenino de su historia. Ese hito consumó la resurrección de una sus jugadoras.

Luego haber superado un cáncer feroz, Anita Raquel Curiqueo, volante central del “Globo”, gritó la palabra campeona con toda la fuerza de su alma.

Hace unas semanas, la mediocampista de 51 años coronó con un trofeo un renacimiento impensado en 2015, cuando el agobio por una grave enfermedad era insoportable.

“La he pasado mal, en 2015 tuve cáncer de mama. La pasé muy mal, fueron momentos muy duros, zafé”, le dijo Anita a Jornada en su hogar del barrio Planta de Gas de Trelew.

Ese título, esa revancha personal, requirió de una exigencia mental y física que bien podrían haber tumbado a otra futbolista. No fue el caso de Anita.

“Es una sensación especial salir campeona a esta edad y después de lo que pasó, tiene un sabor diferente. No es fácil jugar de cinco, hay que tener mucho compromiso de correr rivales al máximo", indicó.

"Pero hemos hecho una buena pretemporada que nos ayudó un montón”, destacó Curiqueo, quien sabe de luchas a lo largo de sus cinco décadas.

Una vida en la trinchera

Los contratiempos han convertido a la mediocampista en una gladiadora. Oriunda de Gastre, emigró de muy a joven a Trelew junto a su mamá y sus once hermanos. “Mercedes Goyeneche, mi madre, se separó de mi padre y tomó la decisión de venir a esta ciudad. Vivía trabajando para nosotros. Como no sacar el ejemplo de mi vieja”, sentenció.

No fue el único cambio drástico de su vida. Habitante del barrio La Laguna, debió modificar su lugar de residencia tras el desalojo de la barriada en la década del 80.

También debió lidiar con los vastos prejuicios de la época sobre el fútbol femenino. En los años 70, cuando Anita empezó a jugar, que una dama jugara causaba un amplio rechazo social. Eran épocas donde el empoderamiento de la mujer era un tema de ciencia ficción.

“Empecé a jugar cuando tenía ocho años. Con un grupo de chicas, teníamos un equipo llamado Las Pitufas y participábamos en torneos relámpagos. Para mí era muy lindo”, rememoró la volante central.

Salir a la cancha para una dama en ese contexto, implicaba descalificaciones de todo tipo. “Nunca se metieron con cosas privadas o íntimas. Pero sí me decían que el fútbol era un deporte de hombres. No les hacía caso porque era mi sueño, mi anhelo. Lo disfrutaba mucho. Si un hombre puede jugar, una mujer también puede”, disparó.

“Eso cambió ahora. Ves a muchas chicas muy jóvenes jugar al fútbol, en los clubes en la calle. Eso es fantástico. En algún momento me gustaría poder ser entrenadora y poder enseñarles algo”, comentó Curiqueo.

Cáncer y resurrección

Anita vivió la transición del fútbol femenino desde los barrios a la Liga del Valle. Con los colores de Independiente y algunas de sus actuales compañeras (Ndr: Eva Schmid y Nicol Jones, por ejemplo), conquistó el primer título oficial en 2014 y jugó el Nacional del Consejo Federal.

Pero al año siguiente, aparecieron las sombras más terribles. Por el tratamiento que demanda el cáncer, debió alejarse 12 meses de las canchas. Tras el trance, el destino recompensó su resiliencia con la copa de campeona.

“Estaba tan mal yo. En un momento pensé en bajar los brazos, pero no lo hice. Lo hice por mi familia y por mis compañeras, que jamás me dejaron sola. Siempre me acompañaron todas. Estuve un año sin jugar por el tratamiento. Pero lo superé y aquí estoy. Estoy agradecida a la vida y a Dios por tenerme acá”, puntualizó.

Nuevo deseo

Tras está consagración dentro y fuera de la cancha, Anita (así está consignado en su DNI) se trazó un último deseo: integrar las “Valletanas”, el seleccionado femenino de la Liga del Valle. “Soñé con integrar la selección femenina, aun lo sueño. Quiero participar de la selección. Todavía estoy con ese deseo, ojalá lo pueda cumplir”, concluyó.

Anita, la jugadora pionera de 51 años que volvió de la muerte para ser campeona y seguir soñando.#

El Dato

Anita Raquel Curiqueo da las gracias a un amplio número de personas. "Les doy gracias a todas mis compañeras, a mis hijos Hugo (Osorio), Vanesa, Valeria, Mercedes y Rubén, a mis nietos y a los hermanos Marcelo y Mario Melipil (NdR: DT y ayudante de Huracán).

El Número: 2

Los títulos de Anita Raquel Curiqueo en el ámbito de la Liga del Valle femenina: Apertura 2014 y Clausura 2018.


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