"Cuando Héctor supo del avance de la enfermedad me pidió que le pidiese a Bonadio poder declarar antes. Cosa que hice, porque sus médicos me habían explicado que el dolor extremo del cuadro que presentaba obligaría a propocionarle medicación que le dificultaría declarar. Y a diferencia de lo que Bonadio hizo con Franco Macri, enviándole los médicos a la casa, con Héctor no", señaló Peñafort.
A través de una red social, la letrada recordó: "Héctor, que ya caminaba con dolor y dificultad, tuvo que ir a tribunales a certificar lo enfermo que estaba".
"Fue un calvario. Y además un calvario inútil, porque pese a constatar la enfermedad, Bonadio no adelantó la declaración".
Según dijo, el juez "llamó a indagatoria siguiendo el cronograma electoral".
"Y fuimos, previo un complejo proceso de retirarle parte de la medicación para que pudiera declarar. La indagatoria fue lo más parecido a una sesión de tortura. Héctor estaba extremadamente dolorido y respiraba con dificultad", señaló.
Y relató: "Cuando vino Bonadio a saludar y vio el cuadro de situación desolador, me escribió una nota diciendo Dra. cuando usted indique suspendemos esto . Héctor quiso seguir declarando y solo interrumpí esa declaración cuando sus labios se pusieron azules por falta de aire".
"De esa indagatoria salimos y nos fuimos a una clínica porque Héctor se desmayó en el auto. Tuvo una crisis cardíaca fruto del dolor y la falta de oxígeno. Cuando volvió en sí me decía: me mataron Graciana, y yo no quiero morirme así, no dejes que manchen mi nombre, por favor ".
Peñafort dijo que "luego vino el infame procesamiento y la prisión domiciliaria".
"Y yo recorrí (Comodoro) Py explicando que Timerman necesitaba poder viajar para hacer su tratamiento. Y también se lo explicamos a la Cámara de apelaciones", subrayó.
"Al final de esa apelación yo le dije al Dr. (Martín) Irurzun, a estas alturas la política no me importa, pero por favor levanten la prisión, porque necesita salir para tratarse, se va a morir sino puede tratarse ".
"Revocaron el cargo de traición a la patria, pero confirmaron la prisión preventiva. Por el delito de encubrimiento, delito porque nadie en este país va preso durante el proceso. Nadie salvo Hector Timerman. Y como era lógica consecuencia, Estados Unidos le revocó la visa y no pudo viajar", señaló.
También relató que "más allá de la buena voluntad de Cancillería, la visa especial no se logró gracias a las gestiones del gobierno argentino: se logró gracias a la presión de los democratas norteamericanos, entre ellos Patrick Leahy, quien instó al Congreso de Estados Unidos a dar la visa".
"Tuve oportunidad de ser testigo de como buena parte del peronismo desfiló por su casa para abrazarlo y respaldarlo, al menos mientras pudo recibir gente", señaló Peñafort, quien indicó que Cristina Kirchner "siempre estuvo atenta a como estaba su salud y su ánimo".
"Era a mi a quien Cristina Kirchner llamaba para preguntar y para trasmitir mensajes de afecto. Que yo siempre retransmití y Héctor siempre sonreía. Porque Timerman en un momento ya no pudo hablar por telefono y luego, ya no pudo hablar. Mucho menos recibir visitas", dijo.
"Cuando Héctor supo del avance de la enfermedad me pidió que le pidiese a Bonadio poder declarar antes. Cosa que hice, porque sus médicos me habían explicado que el dolor extremo del cuadro que presentaba obligaría a propocionarle medicación que le dificultaría declarar. Y a diferencia de lo que Bonadio hizo con Franco Macri, enviándole los médicos a la casa, con Héctor no", señaló Peñafort.
A través de una red social, la letrada recordó: "Héctor, que ya caminaba con dolor y dificultad, tuvo que ir a tribunales a certificar lo enfermo que estaba".
"Fue un calvario. Y además un calvario inútil, porque pese a constatar la enfermedad, Bonadio no adelantó la declaración".
Según dijo, el juez "llamó a indagatoria siguiendo el cronograma electoral".
"Y fuimos, previo un complejo proceso de retirarle parte de la medicación para que pudiera declarar. La indagatoria fue lo más parecido a una sesión de tortura. Héctor estaba extremadamente dolorido y respiraba con dificultad", señaló.
Y relató: "Cuando vino Bonadio a saludar y vio el cuadro de situación desolador, me escribió una nota diciendo Dra. cuando usted indique suspendemos esto . Héctor quiso seguir declarando y solo interrumpí esa declaración cuando sus labios se pusieron azules por falta de aire".
"De esa indagatoria salimos y nos fuimos a una clínica porque Héctor se desmayó en el auto. Tuvo una crisis cardíaca fruto del dolor y la falta de oxígeno. Cuando volvió en sí me decía: me mataron Graciana, y yo no quiero morirme así, no dejes que manchen mi nombre, por favor ".
Peñafort dijo que "luego vino el infame procesamiento y la prisión domiciliaria".
"Y yo recorrí (Comodoro) Py explicando que Timerman necesitaba poder viajar para hacer su tratamiento. Y también se lo explicamos a la Cámara de apelaciones", subrayó.
"Al final de esa apelación yo le dije al Dr. (Martín) Irurzun, a estas alturas la política no me importa, pero por favor levanten la prisión, porque necesita salir para tratarse, se va a morir sino puede tratarse ".
"Revocaron el cargo de traición a la patria, pero confirmaron la prisión preventiva. Por el delito de encubrimiento, delito porque nadie en este país va preso durante el proceso. Nadie salvo Hector Timerman. Y como era lógica consecuencia, Estados Unidos le revocó la visa y no pudo viajar", señaló.
También relató que "más allá de la buena voluntad de Cancillería, la visa especial no se logró gracias a las gestiones del gobierno argentino: se logró gracias a la presión de los democratas norteamericanos, entre ellos Patrick Leahy, quien instó al Congreso de Estados Unidos a dar la visa".
"Tuve oportunidad de ser testigo de como buena parte del peronismo desfiló por su casa para abrazarlo y respaldarlo, al menos mientras pudo recibir gente", señaló Peñafort, quien indicó que Cristina Kirchner "siempre estuvo atenta a como estaba su salud y su ánimo".
"Era a mi a quien Cristina Kirchner llamaba para preguntar y para trasmitir mensajes de afecto. Que yo siempre retransmití y Héctor siempre sonreía. Porque Timerman en un momento ya no pudo hablar por telefono y luego, ya no pudo hablar. Mucho menos recibir visitas", dijo.