Fuerte promoción de los viñedos de patio para obtener vinos artesanales de alta calidad

Es un programa de Cambio Rural que apunta a vecinos desde El Manso al norte, Trevelin al sur y Paso del Sapo al este.

En su salsa. Darío González, un enólogo que explicó un escenario muy auspicioso para el sector.
22 FEB 2019 - 1:48 | Actualizado

Apostamos a familias que tienen un patio ocioso, incluso urbano,  para hacer viñedos a pequeña escala, con módulos de 200 plantas, que ocupan 320 metros cuadrados. También pueden participar otros proyectos que van desde 1 a 5 hectáreas”, explicó el enólogo Darío González, director técnico de buena parte de los emprendimientos desarrollados en Chubut en la última década.
“El año pasado participaron 27 personas y ahora aspiramos a que sean muchas más. Los resultados son excelentes, tratamos de que surjan pequeñas bodegas artesanales orientadas a que muchas familias puedan fabricar su propio vino y diversifiquen su economía, principalmente con el turismo”, graficó.
Febrero es el mes recomendado para encargar las plantas a Mendoza. “Serán entregadas en los primeros días de octubre. Los proveedores son un par de viveros de muy buen prestigio y calidad. También participa la Escuela 780 de Gualjaina, para producir entre 8 mil y 10 mil plantas de vides por año, todos varietales que andan muy bien en Chubut”. Los interesados lo pueden llamar al 2944702873 para coordinar una visita gratuita donde “se comprobará la aptitud del suelo y ver si el lugar elegido tiene el potencial requerido”.
“Las estrategias aplicadas en la zona facilitan que al tercer año las plantas ya están produciendo los primeros racimos. Si se siembran 200 plantas, se obtendrán 200 botellas”, aseguró.
Para elaborar los vinos, al principio “se aprovecha la capacidad ociosa de las bodegas instaladas, que se paga con un porcentaje del producto terminado. Este fue un año muy benigno para nuestras uvas, será una vendimia de muy buena calidad y con mucha sanidad”.

Condiciones

Resaltó las condiciones ambientales de la región “con veranos frescos y otoños secos y de gran amplitud térmica que favorecen para que los vinos desarrollen muy buena acidez natural y gran complejidad aromática (chardonnay, sauvignon blanc y pinot noir). Tanto los espumantes como los tintos evolucionan muy bien en botella, tornándose delicados, suaves, agradables y redondos, lejos de ser vinos tánicos, pesados y grotescos”, según explicó.
Actualmente, en el corredor andino y meseta, hay unas 30 viñas en producción, que producen 50.000 botellas anuales. El costo de inversión inicial ronda entre los $30.000 y los $50.000, y comprende “la construcción del viñedo, más las plantas. En comparación con la frambuesa, el mantenimiento es mínimo: una sola persona, con dedicación full time, puede manejar hasta 3 hectáreas”, detalló González. “Será necesario formar mano de obra especializada, contemplada por el MiAgro, que redundará en mayor cantidad de empleo para la zona”.

Parras

“La idea es fomentar que la gente se anime a tener sus propias parras en superficies acotadas –insistió-. En la Comarca Andina tenemos la certeza de elaborar vinos de muy alta calidad. Los pioneros establecidos en Paso del Sapo, El Hoyo y Villa Turismo ya están siendo reconocidos en los lugares más exigentes, como los restaurantes de Puerto Madero, en Buenos Aires, con alto valor agregado en origen”, subrayó.
En coincidencia, “Oriundo”, un tinto merlot de la vendimia 2017, elaborado en El Hoyo por la familia Ayestarán, obtuvo en octubre la primera medalla de oro para un vino chubutense.
“Recientemente estuvo Tim Atkin, uno de los master wine e influencers más relevante del mundo, quien degustó los vinos chubutenses y quedó encantado. A su criterio, darán sorpresas en el futuro inmediato”, afirmó.#

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En su salsa. Darío González, un enólogo que explicó un escenario muy auspicioso para el sector.
22 FEB 2019 - 1:48

Apostamos a familias que tienen un patio ocioso, incluso urbano,  para hacer viñedos a pequeña escala, con módulos de 200 plantas, que ocupan 320 metros cuadrados. También pueden participar otros proyectos que van desde 1 a 5 hectáreas”, explicó el enólogo Darío González, director técnico de buena parte de los emprendimientos desarrollados en Chubut en la última década.
“El año pasado participaron 27 personas y ahora aspiramos a que sean muchas más. Los resultados son excelentes, tratamos de que surjan pequeñas bodegas artesanales orientadas a que muchas familias puedan fabricar su propio vino y diversifiquen su economía, principalmente con el turismo”, graficó.
Febrero es el mes recomendado para encargar las plantas a Mendoza. “Serán entregadas en los primeros días de octubre. Los proveedores son un par de viveros de muy buen prestigio y calidad. También participa la Escuela 780 de Gualjaina, para producir entre 8 mil y 10 mil plantas de vides por año, todos varietales que andan muy bien en Chubut”. Los interesados lo pueden llamar al 2944702873 para coordinar una visita gratuita donde “se comprobará la aptitud del suelo y ver si el lugar elegido tiene el potencial requerido”.
“Las estrategias aplicadas en la zona facilitan que al tercer año las plantas ya están produciendo los primeros racimos. Si se siembran 200 plantas, se obtendrán 200 botellas”, aseguró.
Para elaborar los vinos, al principio “se aprovecha la capacidad ociosa de las bodegas instaladas, que se paga con un porcentaje del producto terminado. Este fue un año muy benigno para nuestras uvas, será una vendimia de muy buena calidad y con mucha sanidad”.

Condiciones

Resaltó las condiciones ambientales de la región “con veranos frescos y otoños secos y de gran amplitud térmica que favorecen para que los vinos desarrollen muy buena acidez natural y gran complejidad aromática (chardonnay, sauvignon blanc y pinot noir). Tanto los espumantes como los tintos evolucionan muy bien en botella, tornándose delicados, suaves, agradables y redondos, lejos de ser vinos tánicos, pesados y grotescos”, según explicó.
Actualmente, en el corredor andino y meseta, hay unas 30 viñas en producción, que producen 50.000 botellas anuales. El costo de inversión inicial ronda entre los $30.000 y los $50.000, y comprende “la construcción del viñedo, más las plantas. En comparación con la frambuesa, el mantenimiento es mínimo: una sola persona, con dedicación full time, puede manejar hasta 3 hectáreas”, detalló González. “Será necesario formar mano de obra especializada, contemplada por el MiAgro, que redundará en mayor cantidad de empleo para la zona”.

Parras

“La idea es fomentar que la gente se anime a tener sus propias parras en superficies acotadas –insistió-. En la Comarca Andina tenemos la certeza de elaborar vinos de muy alta calidad. Los pioneros establecidos en Paso del Sapo, El Hoyo y Villa Turismo ya están siendo reconocidos en los lugares más exigentes, como los restaurantes de Puerto Madero, en Buenos Aires, con alto valor agregado en origen”, subrayó.
En coincidencia, “Oriundo”, un tinto merlot de la vendimia 2017, elaborado en El Hoyo por la familia Ayestarán, obtuvo en octubre la primera medalla de oro para un vino chubutense.
“Recientemente estuvo Tim Atkin, uno de los master wine e influencers más relevante del mundo, quien degustó los vinos chubutenses y quedó encantado. A su criterio, darán sorpresas en el futuro inmediato”, afirmó.#


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