Electrónica, 4,0 y resolución de conflictos

Opinión / Los supuestos básicos

13 ABR 2019 - 20:32 | Actualizado

Por Daniela Patricia Almirón (*) /Especial para Jornada

Me encantaría que Alan Turing estuviese hoy, desentrañando los laberínticos recorridos de la comunicación electrónica. ¿Qué diría ante la posibilidad de solucionar conflictos de todo tipo aparatos electrónicos mediante?

Para quienes no pertenecemos a ese segmento llamado hoy millennials y centennials, y nos criamos aprendiendo a escribir a máquina con los diez dedos, lo más rápido posible para conseguir un trabajo, es una prueba a nuestra capacidad de adaptación. Y lo celebro.

Adaptación que implica que, en la actualidad, ante los milenials y centenials que desconocen la dactilografía, y nacieron con el Smart Phone, la Tablet, la Notebook, de primer Regalo de Reyes Magos, contemos con más anticuerpos para afrontar los cambios.

Qué decir de quienes nos formamos como mediadores en tiempos del cara a cara aquí y ahora cómo única opción, ante la posibilidad de convertirnos en mediadores, comediadores a distancia. Convertirnos también en Cybermediadores. Decir que, adaptarnos y capacitarnos es la única alternativa, si nuestra pasión es ayudar a otros a entenderse, en paz y encontrar alivio con la solución dialogada de conflictos.

Desde chiquita la palabra usina me es familiar. En la actualidad y en algunos lugares, se usa para nombrar una fábrica. Aunque tengo el recuerdo que cuando escuchaba esa palabra, se me aparecía la imagen de un galpón grande, ruidoso, importante y con muchas personas trabajando. No tenía claro para qué, aunque intuía que así era.

Bien, una Usina produce a gran escala, electricidad, gas, agua potable, por dar algunos ejemplos.

Enclavado en uno de los barrios emblemáticos de Buenos Aires, en “La Boca” se encuentra la Usina del Arte. Un edificio de precioso estilo Florentino del año 1916, que tuvo como objetivo brindar suministro de energía eléctrica, a una ciudad en potente crecimiento.

En ese edificio hoy conservado y adaptado para disfrutar de arte y conocimiento, días pasados albergó aproximadamente mil personas, en gran parte mediadores, interesados en la tecnología 4.0 de resolución de conflictos. Llamada por sus siglas en inglés ODR On Line Disputes Resolutions Latinoamérica.

Esto no es el futuro, esto es el hoy. A lo largo y ancho de la República Argentina y por empezar, se desarrollan día a día, entre oficinas enclavadas en organismos de mediación, “Mediaciones a distancia”, vía medios electrónicos de video conferencia. Esta modalidad que significa acceso a justicia y a la justicia, es tan solo una modalidad, que implica acercar a personas que distan a más de 1000km de distancia, por ejemplo, de manera sencilla, certera y apacible. Esta modalidad también se aplica con otros países, entre nacionales y extranjeros. El backstage de cómo se arriba y se concretan los encuentros, no es menor, aunque mediadoras y mediadores, logran sortearlos con trabajo en equipo y multidisciplinar.

Lo que describo es apenas una de las inimaginables alternativas que ofrece hoy la tecnología en línea. Términos como big data, blockchain, Byte/ Kb / Mb / Gb, Firewall, Nube, E-commerce, streaming, son solo algunos que de manera imprescindible quien desee y se involucre en la resolución de conflictos on line, debe conocer y manejar.

En esa usina emblemática justamente, más de veinte panelistas de Latinoamérica y del Viejo Mundo, de manera presencial y también on line, nos trajeron lo que es hoy en el mundo este abordaje de problemáticas desde la electrónica: capacitación on line, comercio electrónico, consumo y sus reclamos, poderes judiciales y tecnología en línea, propiedad intelectual y 4.0, blockchain, gobiernos, ciudadanía y tecnología, buen uso y ética, nombrando algunos temas.

Un espacio de producción y difusión de ideas llevadas a la práctica y de, tal cómo se llamó este evento “disrupción ineludible” y de sacudón mental.

Lo notable es que, hablamos del aquí y ahora, de acceso masivo. Se trata de aquello con lo que convivimos más allá de los contextos socio económico culturales, y con implicancias estatales públicas y privadas.

Si primero fueron las máquinas, luego la electricidad, tercero las computadoras, la Inteligencia Artificial es la 4.0, o “cuarta revolución industrial” ya está entre nosotros, y en segundos en el universo, será el pasado.#

(*) Daniela Almirón es abogada, mediadora.

Por ahora no hay signos obvios de inteligencias extraterrestres, y esto nos hace preguntarnos si las civilizaciones como la nuestra se precipitan siempre, de modo implacable y directo, hacia la autodestrucción. Las fronteras nacionales no se distinguen cuando miramos la Tierra desde el espacio. Los chauvinismos étnicos, religiosos o nacionales son algo difíciles de mantener, cuando vemos nuestro planeta como un creciente azul y frágil que se desvanece, hasta convertirse en un punto de luz, sobre el bastión y la ciudadela de las estrellas.”

Carl Sagan, 1980. Cosmos.

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13 ABR 2019 - 20:32

Por Daniela Patricia Almirón (*) /Especial para Jornada

Me encantaría que Alan Turing estuviese hoy, desentrañando los laberínticos recorridos de la comunicación electrónica. ¿Qué diría ante la posibilidad de solucionar conflictos de todo tipo aparatos electrónicos mediante?

Para quienes no pertenecemos a ese segmento llamado hoy millennials y centennials, y nos criamos aprendiendo a escribir a máquina con los diez dedos, lo más rápido posible para conseguir un trabajo, es una prueba a nuestra capacidad de adaptación. Y lo celebro.

Adaptación que implica que, en la actualidad, ante los milenials y centenials que desconocen la dactilografía, y nacieron con el Smart Phone, la Tablet, la Notebook, de primer Regalo de Reyes Magos, contemos con más anticuerpos para afrontar los cambios.

Qué decir de quienes nos formamos como mediadores en tiempos del cara a cara aquí y ahora cómo única opción, ante la posibilidad de convertirnos en mediadores, comediadores a distancia. Convertirnos también en Cybermediadores. Decir que, adaptarnos y capacitarnos es la única alternativa, si nuestra pasión es ayudar a otros a entenderse, en paz y encontrar alivio con la solución dialogada de conflictos.

Desde chiquita la palabra usina me es familiar. En la actualidad y en algunos lugares, se usa para nombrar una fábrica. Aunque tengo el recuerdo que cuando escuchaba esa palabra, se me aparecía la imagen de un galpón grande, ruidoso, importante y con muchas personas trabajando. No tenía claro para qué, aunque intuía que así era.

Bien, una Usina produce a gran escala, electricidad, gas, agua potable, por dar algunos ejemplos.

Enclavado en uno de los barrios emblemáticos de Buenos Aires, en “La Boca” se encuentra la Usina del Arte. Un edificio de precioso estilo Florentino del año 1916, que tuvo como objetivo brindar suministro de energía eléctrica, a una ciudad en potente crecimiento.

En ese edificio hoy conservado y adaptado para disfrutar de arte y conocimiento, días pasados albergó aproximadamente mil personas, en gran parte mediadores, interesados en la tecnología 4.0 de resolución de conflictos. Llamada por sus siglas en inglés ODR On Line Disputes Resolutions Latinoamérica.

Esto no es el futuro, esto es el hoy. A lo largo y ancho de la República Argentina y por empezar, se desarrollan día a día, entre oficinas enclavadas en organismos de mediación, “Mediaciones a distancia”, vía medios electrónicos de video conferencia. Esta modalidad que significa acceso a justicia y a la justicia, es tan solo una modalidad, que implica acercar a personas que distan a más de 1000km de distancia, por ejemplo, de manera sencilla, certera y apacible. Esta modalidad también se aplica con otros países, entre nacionales y extranjeros. El backstage de cómo se arriba y se concretan los encuentros, no es menor, aunque mediadoras y mediadores, logran sortearlos con trabajo en equipo y multidisciplinar.

Lo que describo es apenas una de las inimaginables alternativas que ofrece hoy la tecnología en línea. Términos como big data, blockchain, Byte/ Kb / Mb / Gb, Firewall, Nube, E-commerce, streaming, son solo algunos que de manera imprescindible quien desee y se involucre en la resolución de conflictos on line, debe conocer y manejar.

En esa usina emblemática justamente, más de veinte panelistas de Latinoamérica y del Viejo Mundo, de manera presencial y también on line, nos trajeron lo que es hoy en el mundo este abordaje de problemáticas desde la electrónica: capacitación on line, comercio electrónico, consumo y sus reclamos, poderes judiciales y tecnología en línea, propiedad intelectual y 4.0, blockchain, gobiernos, ciudadanía y tecnología, buen uso y ética, nombrando algunos temas.

Un espacio de producción y difusión de ideas llevadas a la práctica y de, tal cómo se llamó este evento “disrupción ineludible” y de sacudón mental.

Lo notable es que, hablamos del aquí y ahora, de acceso masivo. Se trata de aquello con lo que convivimos más allá de los contextos socio económico culturales, y con implicancias estatales públicas y privadas.

Si primero fueron las máquinas, luego la electricidad, tercero las computadoras, la Inteligencia Artificial es la 4.0, o “cuarta revolución industrial” ya está entre nosotros, y en segundos en el universo, será el pasado.#

(*) Daniela Almirón es abogada, mediadora.

Por ahora no hay signos obvios de inteligencias extraterrestres, y esto nos hace preguntarnos si las civilizaciones como la nuestra se precipitan siempre, de modo implacable y directo, hacia la autodestrucción. Las fronteras nacionales no se distinguen cuando miramos la Tierra desde el espacio. Los chauvinismos étnicos, religiosos o nacionales son algo difíciles de mantener, cuando vemos nuestro planeta como un creciente azul y frágil que se desvanece, hasta convertirse en un punto de luz, sobre el bastión y la ciudadela de las estrellas.”

Carl Sagan, 1980. Cosmos.


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