Los árbitros de la Liga se desafiliaron al SADRA y las renuncias se acercan a mil en todo el país
Se agudiza la crisis del SADRA, el sindicato histórico de los árbitros del Interior. A medida que avanzan los días, aumentan las renuncias al gremio presidido y fundado por Guillermo Marconi en 1987.
Por Francisco Caputo.
En el día de ayer, la totalidad de los árbitros de las tablas de mérito de la Liga del Valle (noreste del Chubut) enviaron el telegrama correspondiente de desafiliación.
Los nuevos renunciantes
Se trata de Guillermo Ulloa, Germán Dos Santos, Nicolás Díaz, Hugo Jaramillo, Daniel Quevedo, Ariel Murillo, Josué Caleb Bracco y Víctor Manosalva (instructor nacional).
Quien dio el primer paso en Chubut hace dos semanas fue Miguel Savorani, único árbitro profesional de fútbol de la provincia.
Estos telegramas, sumados a renuncias en distintos puntos del país en los últimos días, contribuyeron a acercar el número de renunciantes a 1000 en todo el país, desde la Superliga al Regional, según los guarismos que posee la oposición a Marconi.
El impacto
En el rubro profesional,125 de 150 colegiados del Interior le dijeron adiós al SADRA.
Esto implica un impacto directo no solo a la legitimidad de Marconi como líder. El cimbronazo también es económico. El SADRA debita un 5% de sus haberes por partido a sus afiliados que dirijan en Superliga o Primera B Nacional.
A los referís del Federal A y la Superliga, el porcentaje es el doble, dado que los haberes por cotejo dirigido son menores a los de las dos categorías principales de AFA
Los reclamos
Los reclamos de los referís son variados. Indican que no se sienten representados por Marconi, que hace más de tres décadas conduce con mano de hierro el SADRA.
Con el aval de la denominada mesa chica, antes de ser reelecto a finales de 2018, Marconi fijó un tarifzo de 300 pesos a los afiliados de todo el país, hecho que iba redundar en millones de pesos.
Arroja un total de $3.360.000 por mes. Anualizado, da $40.320.000. Esa es la cifra que recaudaría el SADRA por el tarifazo en cuestión.
En off the record, aseguran que no ven con malos ojos el cobro de una “cuota social”. Pero afirman que los beneficios que reciben por pertenecer al SADRA son inexistentes.
Postulan que la obra social del gremio solo puede ser utilizada por los referís contratados por AFA, una ínfima porción de los afiliados, que antes de la crisis ascendían 11.200, según estimaciones de Clarín.
Destacan que el gremio no colabora con la indumentaria de los árbitros y que tampoco posee un predio propio, en contraposición con la Asociación Argentina de Árbitros.
Una medida reciente que causó un hondo malestar fue la suspensión del dictado del Curso Nacional de Arbitraje para los referís del Interior, desencadaenada por una medida judicial impulsada por el SADRA. “64 de 80 cursantes renunciaron al gremio”, concluyó la fuente consultada.
Por Francisco Caputo.
En el día de ayer, la totalidad de los árbitros de las tablas de mérito de la Liga del Valle (noreste del Chubut) enviaron el telegrama correspondiente de desafiliación.
Los nuevos renunciantes
Se trata de Guillermo Ulloa, Germán Dos Santos, Nicolás Díaz, Hugo Jaramillo, Daniel Quevedo, Ariel Murillo, Josué Caleb Bracco y Víctor Manosalva (instructor nacional).
Quien dio el primer paso en Chubut hace dos semanas fue Miguel Savorani, único árbitro profesional de fútbol de la provincia.
Estos telegramas, sumados a renuncias en distintos puntos del país en los últimos días, contribuyeron a acercar el número de renunciantes a 1000 en todo el país, desde la Superliga al Regional, según los guarismos que posee la oposición a Marconi.
El impacto
En el rubro profesional,125 de 150 colegiados del Interior le dijeron adiós al SADRA.
Esto implica un impacto directo no solo a la legitimidad de Marconi como líder. El cimbronazo también es económico. El SADRA debita un 5% de sus haberes por partido a sus afiliados que dirijan en Superliga o Primera B Nacional.
A los referís del Federal A y la Superliga, el porcentaje es el doble, dado que los haberes por cotejo dirigido son menores a los de las dos categorías principales de AFA
Los reclamos
Los reclamos de los referís son variados. Indican que no se sienten representados por Marconi, que hace más de tres décadas conduce con mano de hierro el SADRA.
Con el aval de la denominada mesa chica, antes de ser reelecto a finales de 2018, Marconi fijó un tarifzo de 300 pesos a los afiliados de todo el país, hecho que iba redundar en millones de pesos.
Arroja un total de $3.360.000 por mes. Anualizado, da $40.320.000. Esa es la cifra que recaudaría el SADRA por el tarifazo en cuestión.
En off the record, aseguran que no ven con malos ojos el cobro de una “cuota social”. Pero afirman que los beneficios que reciben por pertenecer al SADRA son inexistentes.
Postulan que la obra social del gremio solo puede ser utilizada por los referís contratados por AFA, una ínfima porción de los afiliados, que antes de la crisis ascendían 11.200, según estimaciones de Clarín.
Destacan que el gremio no colabora con la indumentaria de los árbitros y que tampoco posee un predio propio, en contraposición con la Asociación Argentina de Árbitros.
Una medida reciente que causó un hondo malestar fue la suspensión del dictado del Curso Nacional de Arbitraje para los referís del Interior, desencadaenada por una medida judicial impulsada por el SADRA. “64 de 80 cursantes renunciaron al gremio”, concluyó la fuente consultada.