Ofrecen recompensa para encontrar a “Toto” Alvarado
A pedido del Ministerio Público Fiscal, la provincia de Río Negro fijó esta semana una recompensa de $200.000 pesos para quien aporte datos que ayuden a dar con el paradero de José Luis “Toto” Alvarado, quien fue visto por última vez en febrero del 2018 en el paraje El Foyel, a unos 40 km al norte de El Bolsón.
Según se detalló, “en el marco de la Ley N° 3479 de Recompensas de la provincia de Río Negro, la fiscal Betiana Cendón (Unidad de Delitos Contra las Personas) -junto al fiscal adjunto Marcos Sosa Lukman-, solicitaron se ofrezca dicha recompensa para aquellas personas que aporten cualquier información, datos ciertos y/o documentación que contribuyan a la investigación que se lleva a cabo por la búsqueda del paradero de José Luis Alvarado”.
La noticia generó “expectativas” en los familiares del hombre, quienes hasta el momento no tienen datos sobre su paradero. A un año y medio, no puede establecerse si permanece con vida y esperan que la recompensa “nos ayude a encontrarlo”.
El juez de Garantías, Juan Martín Arroyo, habilitó dicha solicitud, definiendo además que en el nuevo marco procesal penal esta circunstancia “se conformaría en un trámite meramente administrativo, tomando en cuenta otro antecedente provincial”.
Sin datos
Hasta el momento todas son hipótesis: José Luis Alvarado, de 38 años, salió del barrio Nahuel Hue de Bariloche para trabajar como peón rural en el establecimiento Santa Lucía, de Miguel Soriani, en El Foyel, el martes 20 de febrero de 2018.
Tres días después, su desaparición se transformó en un misterio. El propio Soriani insistió en su momento con que “la prioridad es encontrar a este hombre. Esta incertidumbre es tremenda, más allá de que lo conocí por esos días. Lo traje por una gauchada que me pidió la madre”.
Perros rastreadores determinaron que hizo el derrotero de unos 6 km por un camino vecinal hasta la ruta nacional 40, pero allí se perdió toda huella o evidencia de que haya tomado un micro o hecho dedo hacia Bariloche o El Bolsón (al parecer interesado en la Fiesta del Lúpulo). Según Soriani, su empleado “no tenía plata en el bolsillo, porque aún no habíamos arreglado los $600 que le había prometido por día”. En la cabaña “quedó una mochila con sus documentos y un celular con dos chips”, indicó el propietario del establecimiento.
Patrullas de Montaña, Defensa Civil y el SPLIF, con la colaboración de un helicóptero del Sistema Nacional del Manejo del Fuego, recorrieron por aquellos días un radio de 50 kilómetros cuadrados, en un intento desesperado de dar con el peón. El celular encontrado y los dos chips fueron peritados en Viedma, pero no se pudieron sacar datos que permitan dar luz sobre la suerte de Alvarado.
Según se detalló, “en el marco de la Ley N° 3479 de Recompensas de la provincia de Río Negro, la fiscal Betiana Cendón (Unidad de Delitos Contra las Personas) -junto al fiscal adjunto Marcos Sosa Lukman-, solicitaron se ofrezca dicha recompensa para aquellas personas que aporten cualquier información, datos ciertos y/o documentación que contribuyan a la investigación que se lleva a cabo por la búsqueda del paradero de José Luis Alvarado”.
La noticia generó “expectativas” en los familiares del hombre, quienes hasta el momento no tienen datos sobre su paradero. A un año y medio, no puede establecerse si permanece con vida y esperan que la recompensa “nos ayude a encontrarlo”.
El juez de Garantías, Juan Martín Arroyo, habilitó dicha solicitud, definiendo además que en el nuevo marco procesal penal esta circunstancia “se conformaría en un trámite meramente administrativo, tomando en cuenta otro antecedente provincial”.
Sin datos
Hasta el momento todas son hipótesis: José Luis Alvarado, de 38 años, salió del barrio Nahuel Hue de Bariloche para trabajar como peón rural en el establecimiento Santa Lucía, de Miguel Soriani, en El Foyel, el martes 20 de febrero de 2018.
Tres días después, su desaparición se transformó en un misterio. El propio Soriani insistió en su momento con que “la prioridad es encontrar a este hombre. Esta incertidumbre es tremenda, más allá de que lo conocí por esos días. Lo traje por una gauchada que me pidió la madre”.
Perros rastreadores determinaron que hizo el derrotero de unos 6 km por un camino vecinal hasta la ruta nacional 40, pero allí se perdió toda huella o evidencia de que haya tomado un micro o hecho dedo hacia Bariloche o El Bolsón (al parecer interesado en la Fiesta del Lúpulo). Según Soriani, su empleado “no tenía plata en el bolsillo, porque aún no habíamos arreglado los $600 que le había prometido por día”. En la cabaña “quedó una mochila con sus documentos y un celular con dos chips”, indicó el propietario del establecimiento.
Patrullas de Montaña, Defensa Civil y el SPLIF, con la colaboración de un helicóptero del Sistema Nacional del Manejo del Fuego, recorrieron por aquellos días un radio de 50 kilómetros cuadrados, en un intento desesperado de dar con el peón. El celular encontrado y los dos chips fueron peritados en Viedma, pero no se pudieron sacar datos que permitan dar luz sobre la suerte de Alvarado.