Opinión / El problema no es de ingresos sino de responsabilidad fiscal

La provincia no exhibe un problema de caída de los ingresos, ya que se observar que tanto las regalías como las transferencias automáticas de Nación han sido en términos reales crecientes a lo largo de estos años. El reingreso en la senda del desequilibrio se verificaba ya aún sin las paritarias.

31 AGO 2019 - 18:42 | Actualizado

Por Lic. Facundo Ball / Especial para Jornada

En un contexto de tan profundo déficit fiscal como el que atraviesa el Estado chubutense, afirmar que en Chubut el problema no son los ingresos parece un título sacado de contexto, pero no, evaluando los números, estos confirman que efectivamente el problema de Chubut no es de ingresos.

La provincia no exhibe un problema de caída de ingresos, ni en la coyuntura actual, ni tampoco en su evolución que ha tenido en el mediano y largo plazo. Cuando analizamos la evolución de los ingresos en los últimos años, se observa que, en términos de tendencia, las regalías hidrocarburiferas y las transferencias automáticas de Nación han sido, en términos reales, crecientes a lo largo de los años.

Como ejemplo vale recordar cual era el monto de las regalías que recibían los gobiernos en los ´90 y a principio de los 2000. Entre 1991 y 1995 el promedio mensual fue de 53 millones dólares, en la segunda mitad del 90 la regalía promedio anual fue de 73 millones de dólares, entre 2001 y 2005 el promedio anual pegó el primer gran salto, promediando 255 millones de dólares, en la segunda mitad de la década promedió los 331 millones de dólares y desde 2011 hasta 2018 el promedio anual fue de 407 millones de dólares.

La coparticipación y el resto de transferencias automáticas de Nación también han exhibido una tendencia creciente a lo largo de los últimos años, en ambos casos con oscilaciones, pero siempre con una trayectoria de largo plazo creciente, medida en términos reales.

Pero no solo a largo plazo los ingresos de la provincia han sido crecientes, también lo han sido en el último año y en el transcurso de este año en particular.

¿El problema es la deuda? La respuesta es no, cuando se la intenta establecer como la causa de no poder pagar sueldos y de este descontrol financiero post elecciones provinciales. Esto no significa que la abultada deuda no sea producto de las malas gestiones de los recursos públicos, pero el análisis de la deuda pública es distinto al de las causas de este explosivo déficit fiscal, ya que hasta agosto no hubo cambios en las variables, que no permitieran proyectar los egresos por pagos servicios de la deuda. Es decir, no se entró en esta situación porque repentinamente se hayan incrementado los vencimientos de deuda, estos ya estaban antes de entrar en esta cuasi cesación de pagos de salarios.

Y de aquí en adelante la fuerte devaluación, ¿empeora la situación?

Respecto a los vencimientos de servicios de deuda, la situación entre septiembre y diciembre es que, aun cuando la provincia tendrá que pagar más, medido en pesos, le quedan por delante 4 meses de relativamente livianas exigencias financieras. Esto es así pues, en el último cuatrimestre del año, las cuotas de los títulos públicos que vencen, entre intereses y amortizaciones, totalizan 46 millones de dólares, mientras que en ese mismo periodo deberían ingresar unos 120 millones de dólares en regalías petroleras.

Si esto se convierte a pesos, considerando el DNU 566 de congelamiento de precios del petróleo, resulta un margen positivo de 3.500 millones de pesos a favor de las cuentas de la provincia, dicho de otro modo, esta es la diferencia entre los ingresos por regalías y los egresos por servicios de deuda, lo que significaría que solo un 43% de los ingresos por regalías estarían comprometidos en los últimos cuatromeses de este año.

La no caída de los ingresos

En la primera parte del año los ingresos no solamente no cayeron, sino que además crecieron a un ritmo contundente. A pesar de esto, el déficit se incrementó. Los ingresos totales se incrementaron en un 80% interanual en los primeros cinco meses del año, que es hasta donde la provincia difundió datos oficiales, con un crecimiento de esa magnitud de los ingresos, ninguna provincia debería tener problemas fiscales.

Pero sí los tiene, pues aún con esa intensa mejora de los ingresos, el gobierno decidió aumentar el gasto público aún por arriba de ese desempeño positivo de los ingresos, con una expansión del gasto total del orden del 121% interanual, en el mismo periodo. Claramente si la expansión del gasto es de una magnitud tal como esa esa y además està 40 puntos porcentuales arriba de la variación de los ingresos, ningún desempeño fiscal puede ser sustentable.

Este 2019 terminó con la ilusión del equilibrio fiscal y de finalmente poder ingresar en una senda de la responsabilidad fiscal, luego de un 2018 que para la Provincia del Chubut había sido un año en el cual en su último tramo, se había revertido el fuerte déficit fiscal de los años anteriores, cerrando el año con un superávit primario y financiero. Ya en el primer bimestre de este año se exhibió nuevamente la realidad de la debilidad de las finanzas públicas de la provincia, debilidad que el año pasado no había sido solucionada realmente, ni siquiera se había encarado un principio de solución sostenible en el tiempo, que se basara en la fijación de objetivos que permitieran ingresar en una trayectoria temporal de equilibrio fiscal de largo plazo.

El cambio en los números del año pasado se explicó exclusivamente por el desempeño de variables exógenas a la gestión económica provincial, esto es crecimiento del porcentaje de la masa coparticipable que impactó positivamente en las finanzas de Chubut y de todas las provincias y por otro lado, por el factor suerte, es decir el muy fuerte incremento de las regalías petroleras, por el alza del precio internacional, lo que también impactó en mayor producción y por el efecto devaluación.

El reingreso en la senda del desequilibrio fiscal ya se había verificado aún sin el impacto de las paritarias, por lo cual sin corrección en otras variables, se sabía que se venía un déficit creciente a medida que avanzara el año, de manera que algunos ya proyectábamos en el primer trimestre, un déficit fiscal explosivo para esta altura del año.

Este nuevo y profundo desequilibrio fiscal en el que está inserta la provincia, deriva de la falta de responsabilidad fiscal en el uso de los recursos extraordinarios y no en el cambio de ninguna variable que afecte a las finanzas de Chubut, no al menos hasta agosto.

Enterate de las noticias de ECONOMIA a través de nuestro newsletter

Anotate para recibir las noticias más importantes de esta sección.

Te podés dar de baja en cualquier momento con un solo clic.
31 AGO 2019 - 18:42

Por Lic. Facundo Ball / Especial para Jornada

En un contexto de tan profundo déficit fiscal como el que atraviesa el Estado chubutense, afirmar que en Chubut el problema no son los ingresos parece un título sacado de contexto, pero no, evaluando los números, estos confirman que efectivamente el problema de Chubut no es de ingresos.

La provincia no exhibe un problema de caída de ingresos, ni en la coyuntura actual, ni tampoco en su evolución que ha tenido en el mediano y largo plazo. Cuando analizamos la evolución de los ingresos en los últimos años, se observa que, en términos de tendencia, las regalías hidrocarburiferas y las transferencias automáticas de Nación han sido, en términos reales, crecientes a lo largo de los años.

Como ejemplo vale recordar cual era el monto de las regalías que recibían los gobiernos en los ´90 y a principio de los 2000. Entre 1991 y 1995 el promedio mensual fue de 53 millones dólares, en la segunda mitad del 90 la regalía promedio anual fue de 73 millones de dólares, entre 2001 y 2005 el promedio anual pegó el primer gran salto, promediando 255 millones de dólares, en la segunda mitad de la década promedió los 331 millones de dólares y desde 2011 hasta 2018 el promedio anual fue de 407 millones de dólares.

La coparticipación y el resto de transferencias automáticas de Nación también han exhibido una tendencia creciente a lo largo de los últimos años, en ambos casos con oscilaciones, pero siempre con una trayectoria de largo plazo creciente, medida en términos reales.

Pero no solo a largo plazo los ingresos de la provincia han sido crecientes, también lo han sido en el último año y en el transcurso de este año en particular.

¿El problema es la deuda? La respuesta es no, cuando se la intenta establecer como la causa de no poder pagar sueldos y de este descontrol financiero post elecciones provinciales. Esto no significa que la abultada deuda no sea producto de las malas gestiones de los recursos públicos, pero el análisis de la deuda pública es distinto al de las causas de este explosivo déficit fiscal, ya que hasta agosto no hubo cambios en las variables, que no permitieran proyectar los egresos por pagos servicios de la deuda. Es decir, no se entró en esta situación porque repentinamente se hayan incrementado los vencimientos de deuda, estos ya estaban antes de entrar en esta cuasi cesación de pagos de salarios.

Y de aquí en adelante la fuerte devaluación, ¿empeora la situación?

Respecto a los vencimientos de servicios de deuda, la situación entre septiembre y diciembre es que, aun cuando la provincia tendrá que pagar más, medido en pesos, le quedan por delante 4 meses de relativamente livianas exigencias financieras. Esto es así pues, en el último cuatrimestre del año, las cuotas de los títulos públicos que vencen, entre intereses y amortizaciones, totalizan 46 millones de dólares, mientras que en ese mismo periodo deberían ingresar unos 120 millones de dólares en regalías petroleras.

Si esto se convierte a pesos, considerando el DNU 566 de congelamiento de precios del petróleo, resulta un margen positivo de 3.500 millones de pesos a favor de las cuentas de la provincia, dicho de otro modo, esta es la diferencia entre los ingresos por regalías y los egresos por servicios de deuda, lo que significaría que solo un 43% de los ingresos por regalías estarían comprometidos en los últimos cuatromeses de este año.

La no caída de los ingresos

En la primera parte del año los ingresos no solamente no cayeron, sino que además crecieron a un ritmo contundente. A pesar de esto, el déficit se incrementó. Los ingresos totales se incrementaron en un 80% interanual en los primeros cinco meses del año, que es hasta donde la provincia difundió datos oficiales, con un crecimiento de esa magnitud de los ingresos, ninguna provincia debería tener problemas fiscales.

Pero sí los tiene, pues aún con esa intensa mejora de los ingresos, el gobierno decidió aumentar el gasto público aún por arriba de ese desempeño positivo de los ingresos, con una expansión del gasto total del orden del 121% interanual, en el mismo periodo. Claramente si la expansión del gasto es de una magnitud tal como esa esa y además està 40 puntos porcentuales arriba de la variación de los ingresos, ningún desempeño fiscal puede ser sustentable.

Este 2019 terminó con la ilusión del equilibrio fiscal y de finalmente poder ingresar en una senda de la responsabilidad fiscal, luego de un 2018 que para la Provincia del Chubut había sido un año en el cual en su último tramo, se había revertido el fuerte déficit fiscal de los años anteriores, cerrando el año con un superávit primario y financiero. Ya en el primer bimestre de este año se exhibió nuevamente la realidad de la debilidad de las finanzas públicas de la provincia, debilidad que el año pasado no había sido solucionada realmente, ni siquiera se había encarado un principio de solución sostenible en el tiempo, que se basara en la fijación de objetivos que permitieran ingresar en una trayectoria temporal de equilibrio fiscal de largo plazo.

El cambio en los números del año pasado se explicó exclusivamente por el desempeño de variables exógenas a la gestión económica provincial, esto es crecimiento del porcentaje de la masa coparticipable que impactó positivamente en las finanzas de Chubut y de todas las provincias y por otro lado, por el factor suerte, es decir el muy fuerte incremento de las regalías petroleras, por el alza del precio internacional, lo que también impactó en mayor producción y por el efecto devaluación.

El reingreso en la senda del desequilibrio fiscal ya se había verificado aún sin el impacto de las paritarias, por lo cual sin corrección en otras variables, se sabía que se venía un déficit creciente a medida que avanzara el año, de manera que algunos ya proyectábamos en el primer trimestre, un déficit fiscal explosivo para esta altura del año.

Este nuevo y profundo desequilibrio fiscal en el que está inserta la provincia, deriva de la falta de responsabilidad fiscal en el uso de los recursos extraordinarios y no en el cambio de ninguna variable que afecte a las finanzas de Chubut, no al menos hasta agosto.


NOTICIAS RELACIONADAS