Gatica dijo que fue el único inversor de la obra de Mezeta y que tenía fondos para seguir

El contador aseguró que para el proyecto de los consultorios usó ganancias de su trabajo como síndico de la quiebra de Harengus. Y que Diego Correa sólo se ocupó de la parte logística. Acusó de “mentiroso” al médico Juan Blasco. “Destruyeron mi vida profesional y familiar y no la voy a recuperar”.

El contador Gatica reveló durante la declaración que para costear el proyecto de los consultorios médicos usó parte de lo que cobró como síndico en la quiebra de Harengus.
12 SEP 2019 - 21:31 | Actualizado

Acusado de lavar el dinero de Diego Correa, el contador Federico Gatica aseguró que en realidad él fue el único inversor del proyecto de los consultorios médicos de alta complejidad en Rawson y que para poder escriturarlos constituyó Mezeta Consulting.

Reveló que para costear el proyecto usó parte de la última cuota de $ 2,5 millones que cobró como síndico de la quiebra de Harengus –“la más importante de la historia del Chubut- y en su extensa declaración dio por terminada su amistad de 30 años con el médico Juan Ignacio Blasco, a quien acusó de mentir en el juicio.

El contador se vinculó con Correa cuando como síndico de la empresa Transpa, comenzó a reunirse por las tardes en Fontana 50 con el fallecido gobernador Mario Das Neves en su despacho. “Esas reuniones eran a través de Correa y ahí lo conozco”, dijo Gatica. En octubre de 2016 “Correa me consulta qué era una cesión de cuotas y si yo lo podía hacer”. Eran Sepat y Dual Core.

Explicó que fue Correa quien le pasó “la documentación de quiénes eran los socios. Eran sociedades sin movimiento. Por Sepat sólo estuve en una reunión por una planilla de ingresos y gastos. Tenían un desfasaje y me explicaron que tenían ingresos sin factura. Es una advertencia que le dábamos a los clientes».

Sobre su estudio en sociedad con Mario Glades, describió que “funcionaba como una fábrica y se movía casi sin intervención de los dueños. Teníamos 150 clientes”. El primer trabajo para Dual Core fue la liquidación de aguinaldos de 2017. Ya tenía un balance firmado por Christian Eguillor. “Es común que haya muchas altas y bajas en una empresa de construcción a medida que terminan obras y echa empleados”.

Graficó que el médico Blasco “fue mi amigo durante 30 años. Viajábamos y comíamos juntos. Era su contador personal. Me comentó que quería instalar consultorios en Trelew con resonancia magnética y kinesiología. En el estudio teníamos 150 clientes. Blasco me ofreció invertir en su proyecto. No me sumé pero sí un amigo personal de ambos, Pablo Mamet. Era julio de 2016”. El proyecto era Tesla y Blasco lideró la búsqueda de inversores.

Gatica que él era “el contador de Blasco, pero no de Tesla”. Según su versión, “Mamet le transfiere a Blasco acciones de Tesla. Blasco me ofrece este negocio y le dije que no. Mintió y lo digo con todo el dolor del mundo”.

En cuanto a Mezeta Consulting, Gatica tenía antecedentes de obras. “Antes había realizado 6 construcciones y participé de un fideicomiso donde invertía desde el momento 0. Lo más reciente fue la planta alta de mi estudio. Era una obra de un año y tardó 3. Tuve problemas con 3 vecinos y con la Unión Obrera de la Construcción”. Invirtió $ 6 millones.

Blasco se estaba divorciando e iba a recibir una propiedad en Puerto Madryn. “Sabiendo que yo había cobrado $ 2,5 millones por Harengus me ofrece el lote en Rawson en $ 250 mil, que tenía potencial”. Correa había identificado ese terreno. “Era una oportunidad porque el vendedor tenía urgencia. Para mí ya era una inversión inmobiliaria”.

Gatica aclaró que “podía poner plata como inversor pero no hacer ningún trámite porque no tenía tiempo. Patoruzú me demandaba mucho. Blasco me dijo que la parte logística la iba a manejar Correa”. El médico “me plantea replicar en Rawson lo que él había hecho en Trelew con Tesla”.

Cuando le depositaron el dinero del caso Harengus, “le di la plata a Correa para que comprara el lote en Rawson. Él no podía ir y yo tampoco, por eso fue Diego Lüters”.

El imputado le contó al tribunal que en febrero de 2018 “Correa me ve en mi estudio y me dijo que tenía malas relaciones con el gobernador porque lo investigaban y no se podía ocupar más de la obra de Mezeta. Yo no sabía que Figueroa ocupaba una oficina del Gobierno. Correa había planteado que le quería dar una mano”.

Según Gatica, “había que parar la obra hasta encontrar alguien confiable que se ocupara. Entonces llegaron las detenciones”. Como Blasco empezó a aportar fondos en setiembre, “estuvimos en igualdad de aportes y le transferí parte de las acciones, que eran en un 90% mías y en un 10% de mi hermano. Era mi forma de reaseguro”.

Cuando se reunió con el arquitecto Barbagallo y con el constructor, “no habían emitido una sola factura y era obvio que yo iba a pedírselas porque esa obligación figuraba en una cláusula. Eso debía figurar en la contabilidad porque a futuro iban a recibir inversores”.

En menos de una semana desembolsé $ 500 mil para cubrir toda la deuda de la obra”.

Gatica aseguró que en 2017 “tuve ingresos limpios por $ 4 millones. Siempre tuve espalda financiera para todos mis negocios, uno tras otro. Si hubiese querido lavar plata no me pongo como socio. Busco un alambrador de Gastre que sea dueño de las acciones”.

Subrayó que podía seguir la obra. “Al constructor no le quedé debiendo nada y hasta le pagué $ 35 mil extras por sus berrinches por herramientas. Incluso tenía $ 88 mil a mi favor”. En Perrén y Hormipat “no se había retirado todo el hierro y hormigón. Quedaba un remanente del 30%”.

“Nunca tuve un problema financiero, justamente lo que no faltó fue plata, siempre se cumplió con todos los pagos. No se debía un peso”. La estructura del edificio costaría

$ 5 millones. “Fueron 43 días de obra, desde 22 de agosto hasta el 5 de octubre, cuando se fajó y se clausuró. Yo era el único que había puesto plata”.

Sobre el impacto que esta causa tuvo en su vida profesional y personal, aseguró que “después de 17 años tuve que cerrar uno de los estudios más importantes de la provincia porque nadie quiere que su contador esté detenido. Perdí mi trayectoria”.

Sobre sus búsquedas en Google sobre “lavado de activos”, detectadas en las pericias informáticas, ratificó: “Desde ya que busqué, tenía los pelos de punta por las acusaciones. También borré mensajes privados y hasta de mi hijo”.

Gatica se definió como de “clase media alta. En 2017 gané $ 4 millones limpios”.

“Volví de México de vacaciones pensando que pisaba el aeropuerto y me detenían. Era una psicosis, lo que pasaba era todo una locura. Estaba sentenciado a muerte. Destruyeron mi vida profesional y familiar. Llegué un sábado, el lunes festejé el cumpleaños de mi hijo y a los dos días me detienen. No lo vuelvo a recuperar. Como si fuera Gente o Caras, en los medios decían que iban a detenerme”.

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El contador Gatica reveló durante la declaración que para costear el proyecto de los consultorios médicos usó parte de lo que cobró como síndico en la quiebra de Harengus.
12 SEP 2019 - 21:31

Acusado de lavar el dinero de Diego Correa, el contador Federico Gatica aseguró que en realidad él fue el único inversor del proyecto de los consultorios médicos de alta complejidad en Rawson y que para poder escriturarlos constituyó Mezeta Consulting.

Reveló que para costear el proyecto usó parte de la última cuota de $ 2,5 millones que cobró como síndico de la quiebra de Harengus –“la más importante de la historia del Chubut- y en su extensa declaración dio por terminada su amistad de 30 años con el médico Juan Ignacio Blasco, a quien acusó de mentir en el juicio.

El contador se vinculó con Correa cuando como síndico de la empresa Transpa, comenzó a reunirse por las tardes en Fontana 50 con el fallecido gobernador Mario Das Neves en su despacho. “Esas reuniones eran a través de Correa y ahí lo conozco”, dijo Gatica. En octubre de 2016 “Correa me consulta qué era una cesión de cuotas y si yo lo podía hacer”. Eran Sepat y Dual Core.

Explicó que fue Correa quien le pasó “la documentación de quiénes eran los socios. Eran sociedades sin movimiento. Por Sepat sólo estuve en una reunión por una planilla de ingresos y gastos. Tenían un desfasaje y me explicaron que tenían ingresos sin factura. Es una advertencia que le dábamos a los clientes».

Sobre su estudio en sociedad con Mario Glades, describió que “funcionaba como una fábrica y se movía casi sin intervención de los dueños. Teníamos 150 clientes”. El primer trabajo para Dual Core fue la liquidación de aguinaldos de 2017. Ya tenía un balance firmado por Christian Eguillor. “Es común que haya muchas altas y bajas en una empresa de construcción a medida que terminan obras y echa empleados”.

Graficó que el médico Blasco “fue mi amigo durante 30 años. Viajábamos y comíamos juntos. Era su contador personal. Me comentó que quería instalar consultorios en Trelew con resonancia magnética y kinesiología. En el estudio teníamos 150 clientes. Blasco me ofreció invertir en su proyecto. No me sumé pero sí un amigo personal de ambos, Pablo Mamet. Era julio de 2016”. El proyecto era Tesla y Blasco lideró la búsqueda de inversores.

Gatica que él era “el contador de Blasco, pero no de Tesla”. Según su versión, “Mamet le transfiere a Blasco acciones de Tesla. Blasco me ofrece este negocio y le dije que no. Mintió y lo digo con todo el dolor del mundo”.

En cuanto a Mezeta Consulting, Gatica tenía antecedentes de obras. “Antes había realizado 6 construcciones y participé de un fideicomiso donde invertía desde el momento 0. Lo más reciente fue la planta alta de mi estudio. Era una obra de un año y tardó 3. Tuve problemas con 3 vecinos y con la Unión Obrera de la Construcción”. Invirtió $ 6 millones.

Blasco se estaba divorciando e iba a recibir una propiedad en Puerto Madryn. “Sabiendo que yo había cobrado $ 2,5 millones por Harengus me ofrece el lote en Rawson en $ 250 mil, que tenía potencial”. Correa había identificado ese terreno. “Era una oportunidad porque el vendedor tenía urgencia. Para mí ya era una inversión inmobiliaria”.

Gatica aclaró que “podía poner plata como inversor pero no hacer ningún trámite porque no tenía tiempo. Patoruzú me demandaba mucho. Blasco me dijo que la parte logística la iba a manejar Correa”. El médico “me plantea replicar en Rawson lo que él había hecho en Trelew con Tesla”.

Cuando le depositaron el dinero del caso Harengus, “le di la plata a Correa para que comprara el lote en Rawson. Él no podía ir y yo tampoco, por eso fue Diego Lüters”.

El imputado le contó al tribunal que en febrero de 2018 “Correa me ve en mi estudio y me dijo que tenía malas relaciones con el gobernador porque lo investigaban y no se podía ocupar más de la obra de Mezeta. Yo no sabía que Figueroa ocupaba una oficina del Gobierno. Correa había planteado que le quería dar una mano”.

Según Gatica, “había que parar la obra hasta encontrar alguien confiable que se ocupara. Entonces llegaron las detenciones”. Como Blasco empezó a aportar fondos en setiembre, “estuvimos en igualdad de aportes y le transferí parte de las acciones, que eran en un 90% mías y en un 10% de mi hermano. Era mi forma de reaseguro”.

Cuando se reunió con el arquitecto Barbagallo y con el constructor, “no habían emitido una sola factura y era obvio que yo iba a pedírselas porque esa obligación figuraba en una cláusula. Eso debía figurar en la contabilidad porque a futuro iban a recibir inversores”.

En menos de una semana desembolsé $ 500 mil para cubrir toda la deuda de la obra”.

Gatica aseguró que en 2017 “tuve ingresos limpios por $ 4 millones. Siempre tuve espalda financiera para todos mis negocios, uno tras otro. Si hubiese querido lavar plata no me pongo como socio. Busco un alambrador de Gastre que sea dueño de las acciones”.

Subrayó que podía seguir la obra. “Al constructor no le quedé debiendo nada y hasta le pagué $ 35 mil extras por sus berrinches por herramientas. Incluso tenía $ 88 mil a mi favor”. En Perrén y Hormipat “no se había retirado todo el hierro y hormigón. Quedaba un remanente del 30%”.

“Nunca tuve un problema financiero, justamente lo que no faltó fue plata, siempre se cumplió con todos los pagos. No se debía un peso”. La estructura del edificio costaría

$ 5 millones. “Fueron 43 días de obra, desde 22 de agosto hasta el 5 de octubre, cuando se fajó y se clausuró. Yo era el único que había puesto plata”.

Sobre el impacto que esta causa tuvo en su vida profesional y personal, aseguró que “después de 17 años tuve que cerrar uno de los estudios más importantes de la provincia porque nadie quiere que su contador esté detenido. Perdí mi trayectoria”.

Sobre sus búsquedas en Google sobre “lavado de activos”, detectadas en las pericias informáticas, ratificó: “Desde ya que busqué, tenía los pelos de punta por las acusaciones. También borré mensajes privados y hasta de mi hijo”.

Gatica se definió como de “clase media alta. En 2017 gané $ 4 millones limpios”.

“Volví de México de vacaciones pensando que pisaba el aeropuerto y me detenían. Era una psicosis, lo que pasaba era todo una locura. Estaba sentenciado a muerte. Destruyeron mi vida profesional y familiar. Llegué un sábado, el lunes festejé el cumpleaños de mi hijo y a los dos días me detienen. No lo vuelvo a recuperar. Como si fuera Gente o Caras, en los medios decían que iban a detenerme”.


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