Doble crimen: ordenan pericias de ADN y cruces telefónicos para saber si participó más gente

La Cámara Federal de Comodoro consideró que la investigación “no está completa”. Dictó la falta de mérito para tres personas por los asesinatos de Héctor López y Federico Lomeña. Sobre el suicidio de Nicolás Cerrudo, ordenó una pericia caligráfica para saber si la nota de despedida la escribió él.

29 SEP 2019 - 19:13 | Actualizado

Por Rolando Tobarez / @rtobarez

La Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Rivadavia consideró que la investigación del doble crimen narco de Puerto Madryn “no se encuentra completa” y ordenó varias pericias para saber qué hizo cada imputado y la posible intervención de otras personas en los salvajes asesinatos de Héctor Nehemías “Bastián” López y Federico Lomeña.

El primer punto será peritar las manchas de sangre halladas en la casa de la abuela de Nicolás Cerrudo, donde ocurrieron ambos crímenes, y en la ropa de los imputados, comparando con el ADN de las víctimas. El ADN y las huellas digitales de cada imputado debe cotejarse con pelos y sangre que se encontraron.

La Cámara ordenó una reconstrucción más profunda del homicidio de Lomeña. En cuanto a la nota escrita por Cerrudo antes de su suicidio, diciendo “Esto nos pasa por jugar con fuego”, se ordenó una pericia caligráfica para determinar si es su letra.

La Cámara consideró “de esencial importancia” revisar a fondo los datos de los celulares secuestrados y los mensajes directos entre involucrados y víctimas por las redes sociales. Debe intervenir un especialista en cruce de información telefónica.

Los jueces consideraron que las pericias al Motorola de Cerrudo se concentraron en la fecha del homicidio de López, “sin prestar una meticulosa atención a la operatoria del celular días anteriores y en la fecha del homicidio de Lomeña”.

La Justicia Federal de Rawson deberá identificar lugar de secuestro de cada celular, titularidad, número, IMEI y tarjeta SIM. Estos datos deben relacionarse con la información que brinden las empresas de telefonía: flujo de llamadas, cronología, frecuencia y énfasis de los contactos, así como la ubicación geográfica de los usuarios mediante la triangulación de las llamadas en cada sector, con especial atención en el domicilio de la abuela de Cerrudo, y lugares donde fueron enterrados los cuerpos.

También deberá revisarse líneas y números asociados y su relación de llamadas entrantes, salientes, mensajes y posibles cuentas configuradas en los teléfonos: correo electrónico, Facetime, Instagram, Snapchat, Facebook, Twitter, etcétera. Esto permitirá determinar la posible relación entre los involucrados u otros, antes y después de cada crimen.

En este escenario, los jueces Aldo Suárez, Hebe Corchuelo de Huberman y Javier Leal de Ibarra confirmaron el procesamiento con prisión preventiva de Genaro Carrizo Artiles y Nicolás Valencia por el homicidio doblemente agravado de Lomeña por el concurso premeditado de dos o más personas y ensañamiento, el 6 de diciembre de 2018 en Madryn.

También para B.B. y Aaron “Papota” Sepúlveda por el homicidio doblemente agravado de Lomeña y López por el concurso premeditado de dos o más personas y ensañamiento, el 6 y 10 de diciembre de 2018. La misma decisión se tomó con Giulio de Cecco por el crimen de López. Se dictó la falta de mérito para Humberto Marcelo Campos Sosa, Genaro Martínez y Nicolás Wild.

Artiles al ser indagado dijo ser inocente y que se había enterado por Cerrudo, que le contó que lo había hecho con “gente pesada”. Para los camaristas, “su versión se desvanece a poco que advertimos que en su primera entrevista filmada en la Brigada de Investigaciones Cerrudo ya había muerto, y justamente la versión de Carrizo fue diferente a la que había dado su amigo y se supone que habrían acordado”.

El imputado sostenía que la deuda era de Cerrudo: le habían robado 4 kilos de marihuana y estaban amenazados por López y Lomeña. “Sin embargo continuó con la coartada que había diseñado con Cerrudo, al sostener que Lomeña se había ido de la ciudad”. Carrizo repitió otra versión de Cerrudo: estaban lastimados por el ataque de una patota el 6 de diciembre. En realidad Lomeña se defendió de ambos al ser asesinado en el domicilio de la abuela de Cerrudo, donde Carrizo reconoció que estaba.

“Las entrevistas recabadas dan cuenta del estado de nerviosismo de Carrizo en esos días”. Un testigo contó que el 8 de diciembre el imputado llegó a su casa lastimado y asustado. “Le pidió que lo abrazara y se largó a llorar, le dijo que con Cerrudo tenían una deuda con gente pesada y que si no la pagaba lo podían matar. Le permitió que se quedara en su casa unos días, él se fue a un evento y lo dejó a Genaro encerrado adentro pidiéndole que no le abra a nadie”.

Otro dato central fue la comparación de la ropa secuestrada y la que usaban los involucrados en fotos en redes sociales: la remera blanca con estampa oscuro que se halló en El Doradillo es similar a la que viste Carrizo en su foto de perfil del 17 de diciembre de 2018. Y las zapatillas azules con vivos naranjas secuestradas son similares a las que viste Lomeña en una foto de Facebook, y la gorra con visera, similar a la de López.

Dos más

También se confirmó el procesamiento de Giulio De Cecco y Aaron Agustín “Papota” Sepúlveda.

El primero reconoció la presencia de ambos en el lugar del crimen de López pero no cuando se producía. Su coartada fue que él llegó con Carrizo a la casa de la abuela de Cerrudo a las 20:30. A las 21.45 Cerrudo le pidió a De Cecco comprar lavandina para limpiar el piso. De Cecco salió y se cruzó a Sepúlveda. Fueron juntos a un kiosco.

Volvieron, fue al baño y encontró a López muerto. Quiso irse y Cerrudo se lo impidió a punta de revólver. Cargaron el cadáver de López en su propio auto con la ropa, bolsas de cal y cemento. Fueron a El Doradillo. “Cerrudo le dijo que si se iba lo mataría, así que se fue con Sepúlveda caminando hasta un punto mientras Cerrudo y B. bajaban el cuerpo. Metieron el auto entre los yuyos y sacaron pedazos de sábanas que mojaron con nafta o lavandina para limpiar el auto”.

Para la Cámara, “es absolutamente inverosímil que en los 45 minutos que relata se ausentó de la casa de la abuela, haya llegado López, le hayan dado muerte, lo hayan metido en el baño y que cuando regresó con Sepúlveda no hubieran percibido ni restos de sangre ni nerviosismo”. Además una testigo vio a López vivo a las 22 o 22.30.

Otro dato relevante son los dichos de Carrizo como testigo de identidad reservada: había sostenido que Cerrudo le reveló que De Cecco ahorcó a López y el “Papota” le metió un fierrazo en la cabeza. Luego le quebraron el cuello con una manguera.

Sepúlveda también negó los cargos. Pero se verificó que Cerrudo le dijo que necesitaba bolsas de cal y de cemento. Y el 10 de diciembre, día del crimen de López, le pidió ir a la casa de la abuela a las 17.30: “Es el último trabajo que tenemos que hacer y ya está”. Responde Sepúlveda: “Oka dalee”.

En cuanto al crimen de Lomeña, lo compromete una filmación de la División Drogas y Leyes Especiales ese día en la vivienda de la abuela de Cerrudo: se lo ve a Sepúlveda salir junto con Valencia, con manchas de sangre en su ropa. De su casa secuestraron dos camperas y un par de zapatillas Nike con manchas hemáticas, una manopla y guantes.

El menor B.B., por su parte, admitió que les dijo a dos testigos que Cerrudo había matado a dos personas, pero no que él participó. “Los testigos de identidad reservada fueron categóricos, sin que exista motivo para que los involucraran en hechos que recién salían a la luz. Aún no se sospechaba de ningún ilícito en perjuicio de Lomeña y sin embargo los testigos relataron que B. les había dicho que habían limpiado a dos”, razonó la Cámara. “Hay una correspondencia entre lo que les dijo y toda la evidencia”. De su casa se secuestró un cuchillo, un trapo rejilla y una remera con manchas hemáticas. Zajur, De Cecco y Sepúlveda lo situaron en los lugares de ambos homicidios. Valencia aparece en la misma filmación.

En cuanto a Martínez y Wild, nada los une con el crimen de Lomeña y espontáneamente declararon, entregaron un coche y celulares. “Es un indicio que posibilita creer su versión de que desconocían lo que transportaban”, los favoreció la resolución. #

Mendocino sin vínculos

“El Mendocino” Campos Sosa tenía vínculo con López y Lomeña pero no con los imputados. Según la Cámara, fue malo procesado por un llamado a Cerrudo que en rigor no realizó.

El 6 de diciembre de 2018 llevó a Lomeña a la casa de la abuela de Cerrudo y estacionó. “Todo indicaría que lo llevó para que apriete a Cerrudo y sus dealers, esperó afuera y transcurrido un tiempo y sospechando que algo podía haber ocurrido se retiró. De que otro modo puede interpretarse que él mismo lo haya llevado y se haya quedado en el vehículo”. Lomeña nunca salió. “Campos sospechando algo malo, decidió alejarse”.

No es lógico que ante el robo de 4 kilos de marihuana, el proveedor mayorista decida aliarse con los deudores y últimos eslabones de la cadena, para matar a López y Lomeña, que sí eran sus intermediarios directos y de confianza. El 19 de diciembre Campos llamó a López seis veces. No sabía que ya lo habían matado. La Cámara ordenó determinar a quién pertenecen seis números que se comunicaron con Campos en noviembre y diciembre.

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29 SEP 2019 - 19:13

Por Rolando Tobarez / @rtobarez

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El primer punto será peritar las manchas de sangre halladas en la casa de la abuela de Nicolás Cerrudo, donde ocurrieron ambos crímenes, y en la ropa de los imputados, comparando con el ADN de las víctimas. El ADN y las huellas digitales de cada imputado debe cotejarse con pelos y sangre que se encontraron.

La Cámara ordenó una reconstrucción más profunda del homicidio de Lomeña. En cuanto a la nota escrita por Cerrudo antes de su suicidio, diciendo “Esto nos pasa por jugar con fuego”, se ordenó una pericia caligráfica para determinar si es su letra.

La Cámara consideró “de esencial importancia” revisar a fondo los datos de los celulares secuestrados y los mensajes directos entre involucrados y víctimas por las redes sociales. Debe intervenir un especialista en cruce de información telefónica.

Los jueces consideraron que las pericias al Motorola de Cerrudo se concentraron en la fecha del homicidio de López, “sin prestar una meticulosa atención a la operatoria del celular días anteriores y en la fecha del homicidio de Lomeña”.

La Justicia Federal de Rawson deberá identificar lugar de secuestro de cada celular, titularidad, número, IMEI y tarjeta SIM. Estos datos deben relacionarse con la información que brinden las empresas de telefonía: flujo de llamadas, cronología, frecuencia y énfasis de los contactos, así como la ubicación geográfica de los usuarios mediante la triangulación de las llamadas en cada sector, con especial atención en el domicilio de la abuela de Cerrudo, y lugares donde fueron enterrados los cuerpos.

También deberá revisarse líneas y números asociados y su relación de llamadas entrantes, salientes, mensajes y posibles cuentas configuradas en los teléfonos: correo electrónico, Facetime, Instagram, Snapchat, Facebook, Twitter, etcétera. Esto permitirá determinar la posible relación entre los involucrados u otros, antes y después de cada crimen.

En este escenario, los jueces Aldo Suárez, Hebe Corchuelo de Huberman y Javier Leal de Ibarra confirmaron el procesamiento con prisión preventiva de Genaro Carrizo Artiles y Nicolás Valencia por el homicidio doblemente agravado de Lomeña por el concurso premeditado de dos o más personas y ensañamiento, el 6 de diciembre de 2018 en Madryn.

También para B.B. y Aaron “Papota” Sepúlveda por el homicidio doblemente agravado de Lomeña y López por el concurso premeditado de dos o más personas y ensañamiento, el 6 y 10 de diciembre de 2018. La misma decisión se tomó con Giulio de Cecco por el crimen de López. Se dictó la falta de mérito para Humberto Marcelo Campos Sosa, Genaro Martínez y Nicolás Wild.

Artiles al ser indagado dijo ser inocente y que se había enterado por Cerrudo, que le contó que lo había hecho con “gente pesada”. Para los camaristas, “su versión se desvanece a poco que advertimos que en su primera entrevista filmada en la Brigada de Investigaciones Cerrudo ya había muerto, y justamente la versión de Carrizo fue diferente a la que había dado su amigo y se supone que habrían acordado”.

El imputado sostenía que la deuda era de Cerrudo: le habían robado 4 kilos de marihuana y estaban amenazados por López y Lomeña. “Sin embargo continuó con la coartada que había diseñado con Cerrudo, al sostener que Lomeña se había ido de la ciudad”. Carrizo repitió otra versión de Cerrudo: estaban lastimados por el ataque de una patota el 6 de diciembre. En realidad Lomeña se defendió de ambos al ser asesinado en el domicilio de la abuela de Cerrudo, donde Carrizo reconoció que estaba.

“Las entrevistas recabadas dan cuenta del estado de nerviosismo de Carrizo en esos días”. Un testigo contó que el 8 de diciembre el imputado llegó a su casa lastimado y asustado. “Le pidió que lo abrazara y se largó a llorar, le dijo que con Cerrudo tenían una deuda con gente pesada y que si no la pagaba lo podían matar. Le permitió que se quedara en su casa unos días, él se fue a un evento y lo dejó a Genaro encerrado adentro pidiéndole que no le abra a nadie”.

Otro dato central fue la comparación de la ropa secuestrada y la que usaban los involucrados en fotos en redes sociales: la remera blanca con estampa oscuro que se halló en El Doradillo es similar a la que viste Carrizo en su foto de perfil del 17 de diciembre de 2018. Y las zapatillas azules con vivos naranjas secuestradas son similares a las que viste Lomeña en una foto de Facebook, y la gorra con visera, similar a la de López.

Dos más

También se confirmó el procesamiento de Giulio De Cecco y Aaron Agustín “Papota” Sepúlveda.

El primero reconoció la presencia de ambos en el lugar del crimen de López pero no cuando se producía. Su coartada fue que él llegó con Carrizo a la casa de la abuela de Cerrudo a las 20:30. A las 21.45 Cerrudo le pidió a De Cecco comprar lavandina para limpiar el piso. De Cecco salió y se cruzó a Sepúlveda. Fueron juntos a un kiosco.

Volvieron, fue al baño y encontró a López muerto. Quiso irse y Cerrudo se lo impidió a punta de revólver. Cargaron el cadáver de López en su propio auto con la ropa, bolsas de cal y cemento. Fueron a El Doradillo. “Cerrudo le dijo que si se iba lo mataría, así que se fue con Sepúlveda caminando hasta un punto mientras Cerrudo y B. bajaban el cuerpo. Metieron el auto entre los yuyos y sacaron pedazos de sábanas que mojaron con nafta o lavandina para limpiar el auto”.

Para la Cámara, “es absolutamente inverosímil que en los 45 minutos que relata se ausentó de la casa de la abuela, haya llegado López, le hayan dado muerte, lo hayan metido en el baño y que cuando regresó con Sepúlveda no hubieran percibido ni restos de sangre ni nerviosismo”. Además una testigo vio a López vivo a las 22 o 22.30.

Otro dato relevante son los dichos de Carrizo como testigo de identidad reservada: había sostenido que Cerrudo le reveló que De Cecco ahorcó a López y el “Papota” le metió un fierrazo en la cabeza. Luego le quebraron el cuello con una manguera.

Sepúlveda también negó los cargos. Pero se verificó que Cerrudo le dijo que necesitaba bolsas de cal y de cemento. Y el 10 de diciembre, día del crimen de López, le pidió ir a la casa de la abuela a las 17.30: “Es el último trabajo que tenemos que hacer y ya está”. Responde Sepúlveda: “Oka dalee”.

En cuanto al crimen de Lomeña, lo compromete una filmación de la División Drogas y Leyes Especiales ese día en la vivienda de la abuela de Cerrudo: se lo ve a Sepúlveda salir junto con Valencia, con manchas de sangre en su ropa. De su casa secuestraron dos camperas y un par de zapatillas Nike con manchas hemáticas, una manopla y guantes.

El menor B.B., por su parte, admitió que les dijo a dos testigos que Cerrudo había matado a dos personas, pero no que él participó. “Los testigos de identidad reservada fueron categóricos, sin que exista motivo para que los involucraran en hechos que recién salían a la luz. Aún no se sospechaba de ningún ilícito en perjuicio de Lomeña y sin embargo los testigos relataron que B. les había dicho que habían limpiado a dos”, razonó la Cámara. “Hay una correspondencia entre lo que les dijo y toda la evidencia”. De su casa se secuestró un cuchillo, un trapo rejilla y una remera con manchas hemáticas. Zajur, De Cecco y Sepúlveda lo situaron en los lugares de ambos homicidios. Valencia aparece en la misma filmación.

En cuanto a Martínez y Wild, nada los une con el crimen de Lomeña y espontáneamente declararon, entregaron un coche y celulares. “Es un indicio que posibilita creer su versión de que desconocían lo que transportaban”, los favoreció la resolución. #

Mendocino sin vínculos

“El Mendocino” Campos Sosa tenía vínculo con López y Lomeña pero no con los imputados. Según la Cámara, fue malo procesado por un llamado a Cerrudo que en rigor no realizó.

El 6 de diciembre de 2018 llevó a Lomeña a la casa de la abuela de Cerrudo y estacionó. “Todo indicaría que lo llevó para que apriete a Cerrudo y sus dealers, esperó afuera y transcurrido un tiempo y sospechando que algo podía haber ocurrido se retiró. De que otro modo puede interpretarse que él mismo lo haya llevado y se haya quedado en el vehículo”. Lomeña nunca salió. “Campos sospechando algo malo, decidió alejarse”.

No es lógico que ante el robo de 4 kilos de marihuana, el proveedor mayorista decida aliarse con los deudores y últimos eslabones de la cadena, para matar a López y Lomeña, que sí eran sus intermediarios directos y de confianza. El 19 de diciembre Campos llamó a López seis veces. No sabía que ya lo habían matado. La Cámara ordenó determinar a quién pertenecen seis números que se comunicaron con Campos en noviembre y diciembre.


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