Hogar Pedro Déttori: la echaron por teléfono

Desplazaron a Iris Béjar como directora del Hogar “Pedro Déttori”. La notificaron por teléfono. “Estoy triste porque a nadie le importaron los abuelos. Les pido a los funcionarios que mi reemplazante sea alguien externo al Hogar porque hubo muchas denuncias”, dijo. Aseguró que “me cortaron las manos” y que tras su extensa trayectoria, “no me lo merecía”.

06 FEB 2020 - 20:40 | Actualizado

Iris Bejar tiene 64 años. Más de la mitad de su vida trabajó con ancianos. Fue varias veces titular de Clubes de Abuelos y fue hasta a directora del Hogar Pedro Déttori de Trelew, cargo que ejercía desde hace 4 años. Le informaron por teléfono que debía irse por decisión de la ministro de Familia, Cecilia Torres Otarola. Ayer firmó su destitución.

Fue un golpe duro e inesperado. Soñó otra manera de despedirse de los más de 45 abuelos que habitan el Hogar. “Le pedí con lágrimas a la ministro que revea la medida. Que me dé 6 meses más para despedirme. Le pedí también que mi reemplazante no sea personal del Déttori, que sea de afuera. Hubo muchas denuncias por malos tratos”.

Iris es conocida y querida en la comunidad trelewense. Su entrega personal y su empatía con los abuelos es producto de muchos años trabajando con ellos, conociendo sus realidades, sus tristezas, las alegrías y sobre todo, las necesidades. Está en condiciones de jubilarse como empleada municipal pero su retiro no es el que soñó. Debe tomar sus pertenencias a las corridas e irse porque así lo decidió la ministro.

La nueva realidad la sorprendió: se enteró de que dejaría de ser la directora del Hogar justo cuando estaba de vacaciones y aún así, preguntando si quedaba en el cargo a lo que le respondieron que sí. “Estoy muy triste, a nadie le importaron los abuelos”, le dijo llorando a Jornada.

Hubo cartas al lector pidiendo al Gobierno povincial por la continuidad de Iris en el Hogar. Se destacó su entrega, cariño, respeto y solidaridad, valores que aseguran que los flamantes funcionarios no tuvieron en cuenta. Mientras, Iris tomó la pava, calentó el agua y con el mate, mirando varias veces hacia arriba para evitar que las lágrimas invadan su rostro, se remitió a su historia personal con el Hogar.

“Estuve 4 años. En 2016 lo encontré devastado y deprimente. Los adultos mayores no tenían una mesa, una silla digna donde sentarse y pasar el día. Notas tras notas no me dieron importancia”.

“Soy hija, tengo madre y padre. Parece que el viejo ocupa un lugar en el fondo, que no importa, que están ahí para terminar sus días. Era un depósito de viejos. Los que están ahí, lamentablemente están con sillas de ruedas. No tenían un sillón para descansar”.

“Me hice cargo de todo –relató-. Se compraron mesas y sillas. No sabían lo que era comer en una mesa de mantel. Hoy cambió”, ejemplificó.

Aún le cuesta creer la notificación de Torres Otarola. “Tengo 64 años. Los cambios siempre existieron. Pedí 20 días de vacaciones porque estaba muy cansada. Llamé a la secretaria de la ministra para saber qué iba a pasar. Me dijeron que todo quedaba como está. Me tomé las vacaciones. Me fui a Esquel a ver a mi madre y cuando llego, me llaman por teléfono diciéndome que ya no era la directora”. Recién ayer luego de 15 días la notificaron por escrito. Hoy asumirían nuevas autoridades. “Iré a entregar todo del hogar”.

“Estoy triste, a nadie le importaron los abuelos. Nadie habló con ellos. Al menos pudieron haberles preguntado su parecer, algo. Seguramente yo molestaba. Llegaba a las 6 y me iba a las 22. Si no había cocinera, cocinaba yo. Era directora, cocinera, limpiaba, no se me cae nada por hacerlo”.

“Hoy me preocupa quien quede. Le pedí a la ministra que no sea personal de ahí. Denuncié maltrato, se les pegó a los abuelos, hice denuncias penales. Recién ahora la ministro dijo que tomó cartas en el asunto. Me gustaría que vaya gente que no tenga que ver con el Hogar, que sea gente de afuera”, dijo.

Béjar advirtió que tuvo que luchar mucho. “Tengo experiencia de 31 años de trabajar con adultos mayores. Fui titular de los clubes de abuelos. Toda mi vida con ellos. Como humano me habré equivocado. Hoy lo pido como ciudadana. Pido que intervengan quienes correspondan. Lo pido con lágrimas: que sea gente de afuera”, reiteró.

“Cosas feas”

El Hogar “tiene un triste currículum. Hubo muchas cosas feas. En los últimos 4 años no hubo una sola denuncia. Me reuní con la ministro y se lo dije llorando. Que revea la situación. No por Iris Bejar. Por los abuelos. Son ellos los que están sufriendo”, describió.

Nada la consuela ni encuentra explicaciones de su destitución. “Me cortaron las manos. Todo el personal ganaba más que yo como directora e igual seguí. La ministra es mamá, luchadora por la mujer, feminista y acá estoy yo, viendo qué voy a hacer mañana”, ejemplificó.

Rogó que “en este momento se tengan en cuenta a los abuelos. Hay 45 abuelos que puede hablar. Otros no. Pero muchos sí. Que se tenga en cuenta lo que pueden decir. Le pido a la nueva persona que se haga cargo que piense siempre que todos podemos terminar ahí”, refirió.

“No lo merecía”

“Ya estoy para jubilarme, le pedí 6 meses más para despedirme como corresponde. Salí notificada por teléfono. No lo merecía. Ni siquiera fue una notificación escrita”.

“Le pido a la ministra o al gobernador que reflexionen. Sé que está muy ocupado el gobernador, pero le pido que revea la situación. Si no es Iris Bejar, que sea una persona de afuera”, agregó.

“Los abuelos me conocen. Saben quién soy yo. Me van a extrañar y yo también. Pero desde donde esté los voy a ir a ver”, prometió. #

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06 FEB 2020 - 20:40

Iris Bejar tiene 64 años. Más de la mitad de su vida trabajó con ancianos. Fue varias veces titular de Clubes de Abuelos y fue hasta a directora del Hogar Pedro Déttori de Trelew, cargo que ejercía desde hace 4 años. Le informaron por teléfono que debía irse por decisión de la ministro de Familia, Cecilia Torres Otarola. Ayer firmó su destitución.

Fue un golpe duro e inesperado. Soñó otra manera de despedirse de los más de 45 abuelos que habitan el Hogar. “Le pedí con lágrimas a la ministro que revea la medida. Que me dé 6 meses más para despedirme. Le pedí también que mi reemplazante no sea personal del Déttori, que sea de afuera. Hubo muchas denuncias por malos tratos”.

Iris es conocida y querida en la comunidad trelewense. Su entrega personal y su empatía con los abuelos es producto de muchos años trabajando con ellos, conociendo sus realidades, sus tristezas, las alegrías y sobre todo, las necesidades. Está en condiciones de jubilarse como empleada municipal pero su retiro no es el que soñó. Debe tomar sus pertenencias a las corridas e irse porque así lo decidió la ministro.

La nueva realidad la sorprendió: se enteró de que dejaría de ser la directora del Hogar justo cuando estaba de vacaciones y aún así, preguntando si quedaba en el cargo a lo que le respondieron que sí. “Estoy muy triste, a nadie le importaron los abuelos”, le dijo llorando a Jornada.

Hubo cartas al lector pidiendo al Gobierno povincial por la continuidad de Iris en el Hogar. Se destacó su entrega, cariño, respeto y solidaridad, valores que aseguran que los flamantes funcionarios no tuvieron en cuenta. Mientras, Iris tomó la pava, calentó el agua y con el mate, mirando varias veces hacia arriba para evitar que las lágrimas invadan su rostro, se remitió a su historia personal con el Hogar.

“Estuve 4 años. En 2016 lo encontré devastado y deprimente. Los adultos mayores no tenían una mesa, una silla digna donde sentarse y pasar el día. Notas tras notas no me dieron importancia”.

“Soy hija, tengo madre y padre. Parece que el viejo ocupa un lugar en el fondo, que no importa, que están ahí para terminar sus días. Era un depósito de viejos. Los que están ahí, lamentablemente están con sillas de ruedas. No tenían un sillón para descansar”.

“Me hice cargo de todo –relató-. Se compraron mesas y sillas. No sabían lo que era comer en una mesa de mantel. Hoy cambió”, ejemplificó.

Aún le cuesta creer la notificación de Torres Otarola. “Tengo 64 años. Los cambios siempre existieron. Pedí 20 días de vacaciones porque estaba muy cansada. Llamé a la secretaria de la ministra para saber qué iba a pasar. Me dijeron que todo quedaba como está. Me tomé las vacaciones. Me fui a Esquel a ver a mi madre y cuando llego, me llaman por teléfono diciéndome que ya no era la directora”. Recién ayer luego de 15 días la notificaron por escrito. Hoy asumirían nuevas autoridades. “Iré a entregar todo del hogar”.

“Estoy triste, a nadie le importaron los abuelos. Nadie habló con ellos. Al menos pudieron haberles preguntado su parecer, algo. Seguramente yo molestaba. Llegaba a las 6 y me iba a las 22. Si no había cocinera, cocinaba yo. Era directora, cocinera, limpiaba, no se me cae nada por hacerlo”.

“Hoy me preocupa quien quede. Le pedí a la ministra que no sea personal de ahí. Denuncié maltrato, se les pegó a los abuelos, hice denuncias penales. Recién ahora la ministro dijo que tomó cartas en el asunto. Me gustaría que vaya gente que no tenga que ver con el Hogar, que sea gente de afuera”, dijo.

Béjar advirtió que tuvo que luchar mucho. “Tengo experiencia de 31 años de trabajar con adultos mayores. Fui titular de los clubes de abuelos. Toda mi vida con ellos. Como humano me habré equivocado. Hoy lo pido como ciudadana. Pido que intervengan quienes correspondan. Lo pido con lágrimas: que sea gente de afuera”, reiteró.

“Cosas feas”

El Hogar “tiene un triste currículum. Hubo muchas cosas feas. En los últimos 4 años no hubo una sola denuncia. Me reuní con la ministro y se lo dije llorando. Que revea la situación. No por Iris Bejar. Por los abuelos. Son ellos los que están sufriendo”, describió.

Nada la consuela ni encuentra explicaciones de su destitución. “Me cortaron las manos. Todo el personal ganaba más que yo como directora e igual seguí. La ministra es mamá, luchadora por la mujer, feminista y acá estoy yo, viendo qué voy a hacer mañana”, ejemplificó.

Rogó que “en este momento se tengan en cuenta a los abuelos. Hay 45 abuelos que puede hablar. Otros no. Pero muchos sí. Que se tenga en cuenta lo que pueden decir. Le pido a la nueva persona que se haga cargo que piense siempre que todos podemos terminar ahí”, refirió.

“No lo merecía”

“Ya estoy para jubilarme, le pedí 6 meses más para despedirme como corresponde. Salí notificada por teléfono. No lo merecía. Ni siquiera fue una notificación escrita”.

“Le pido a la ministra o al gobernador que reflexionen. Sé que está muy ocupado el gobernador, pero le pido que revea la situación. Si no es Iris Bejar, que sea una persona de afuera”, agregó.

“Los abuelos me conocen. Saben quién soy yo. Me van a extrañar y yo también. Pero desde donde esté los voy a ir a ver”, prometió. #


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