Aceptó la probation para su abusador pero no habrá beneficio porque lo decidió bajo presión

Por Rolando Tobarez / @rtobarez

La Cámara Penal de Trelew le negó la probation al acusado de un abuso sexual, que irá a juicio oral. Su víctima había aceptado un acuerdo pero los jueces sospecharon que la mujer recibió presiones familiares y económicas para obligarla a no seguir el proceso. Es que el sujeto es la pareja de su madre.

La chica sufrió los ataques entre sus 7 y sus 15 años, en una casa del barrio INTA, entre 2008 y 2015. Además de tocarla, la grababa con su celular cuando la niña se bañaba. Hoy es mayor y depende de su madre para subsistir. Al fallo lo firmaron Gustavo Defranco, Roberto Adrián Barrios y Hernán Dal Verme.

El primer rechazo de la suspensión del juicio a prueba fue de la jueza Mirta del Valle Moreno en agosto de 2019. Por eso Juan Salgado, defensor público del imputado, apeló ante la Cámara.

La imputación es abuso sexual simple agravado por aprovechar la situación de convivencia. El imputado ofreció 40 horas de trabajo comunitario y, a pedido de su víctima, un tratamiento psicológico. Pero la jueza Moreno dijo que era insuficiente. También se opuso la fiscal del caso, Carolina Marín.

El 20 de febrero fue la audiencia de impugnación en la Cámara. Estuvieron el imputado, la Defensa Pública, la tía de la chica –que denunció el caso- y la fiscal.

La Defensa insistió con que el acusado no tiene condenas previas. “Pero lo más importante es que existe el temperamento positivo de la víctima”.

La mujer había aceptado la probation tras cumplir la mayoría de edad y una entrevista con el defensor. Todo consta en un acta. “Entiende que es positivo para la familia, porque cree que es bueno perdonar y porque su situación familiar cambió desde el momento de los hechos, dado que no volvió a convivir” con el hombre. “Lo que pretende esta defensa es que no nos apropiemos del conflicto. Es una familia que superó este conflicto que se suscitó dentro de su seno. Hoy a todas luces la situación está reparada”.

Marín se opuso debido a la gravedad de los hechos. Su pretensión punitiva es de 6 años de prisión efectiva. Explicó que por lo particular de la situación familiar e individual había que ser “muy prudentes” al analizar la aceptación de la mujer.

En su voto, Defranco consideró que el tratamiento y las horas comunitarias que ofreció el sujeto podían prevenir nuevos abusos pero “en nada desagravian a la real víctima”.

Como por lo grave del caso la pena no sería condicional, se necesita el consentimiento de la fiscal, cuya opinión a su vez era vinculante para la jueza.

Sobre la mujer, quien aceptó la probation a su agresor, “puede sospecharse válidamente que sus expresiones fueron dichas en un contexto de condicionamiento emocional y económico”.

Defranco advirtió sobre “la irregularidad” de que la víctima haya sido recibida en la Oficina de la Defensa Publica, sin participación de la Fiscalía. Aceptó la oferta luego de hablar con su mamá, la misma que había descreído de que su pareja pudiera ser un abusador. Por eso la denuncia la hizo su tía.

Suspender un proceso basándose sólo en la voluntad de la víctima “es asumir que una joven sometida a la voluntad sexual de un adulto puede decidir en situación de igualdad y plenamente libre frente a su agresor”.

Por su parte, Barrios repasó que según la jueza Moreno, “el pedido de la joven y su perdón al imputado no sería libre, ya que estaba condicionada emocionalmente”. Y consideró fundada la oposición de la fiscal. “Si hay elementos para considerar que en un caso hay violencia contra la mujer, una probation puede denegarse”.

Si como este el caso no se repara el daño, no puede haber probation. No depende de que la víctima acepte.

Al camarista le “llama la atención” y no se justificó en el proceso porqué la víctima llevó su consentimiento a la Defensa y allí se labró el acta. “Encuentro cierta irregularidad en que la acusadora no haya sido notificada”. Marín no pudo asistir.

La presunta víctima puede ser entrevistada las veces que sean necesarias pero un abuso “impone un trato especial que evite la revictimización”. Si la fiscal hubiese podido controlar esa acta “pudieron haberse evitado los sucesivos planteos”.

La jueza Moreno tuvo en cuenta que los hechos ocurrieron a muy corta edad y hasta su adolescencia. La víctima no recibió asistencia terapéutica y según su evaluación psicológica, su perfil es de baja autoestima, elevada autocrítica, desesperanza y pesimismo como actitud ante la vida. Se detectó culpa. “Su actitud ante el entorno es desconfianza”. Son todos indicadores psicológicos compatibles con hechos de abuso.

“Será todo un desafío para la fiscalía llevar un caso a juicio con resistencia de la víctima, siendo su madre conviviente actual del acusado. Más la fiscal parece segura de superarlo, y es su compromiso en la acusación”, dijo Barrios.

Por último, Dal Verme dijo para que la jueza, el ofrecimiento del imputado “no era proporcional al daño causado”. Y coincidió con que ni el trabajo comunitario ni la terapia hubiesen reparado daño alguno a su presunta víctima por más que ésta las acepte.

En un caso de violencia de género, la víctima tiene reforzado el derecho a ser oída antes de una decisión que la afecte. “Sin embargo, su opinión no es vinculante para conceder ni denegar la probation. Ninguna norma lo establece así”. Escucharla es respetar su derecho pero no implica darle la razón.

Moreno dedujo que los dichos de la víctima “pudieron ser fruto de expresiones condicionadas” y coincidió con Marín en que la opinión de la víctima debía ser considerada “condicionada emocionalmente”.

Culpa

El camarista explicó que en los episodios de Abuso Sexual Infantil intrafamiliar es esperable que debido a su vulnerabilidad, la víctima debido a la culpa intente preservar sus vínculos familiares. “Un niño/a es capaz de desdecir cualquier afirmación que haya hecho sobre los abusos (…) La inversión de roles continúa cuando se sugiere que la alternativa `mala´ consiste en decir la verdad y la opción `buena´, capitular y mentir para el bien de la familia. A menos que se les brinde especial apoyo y se produzca una intervención inmediata para obtener la admisión de responsabilidad por parte de los agresores, las víctimas se retractarán y admitirán que `inventaron´ sus testimonios”.

La madre de la víctima y el imputado reanudaron la convivencia pero la afectada se fue de la casa. “Permite sospechar la existencia de factores condicionantes para que la nombrada se expresara”, dijo Dal Verme.

El defensor entrevistó a la víctima para obtener su conformidad para la probation. “No considero dicha actuación como una buena práctica”, advirtió el camarista. En un caso de violencia de género “la defensa no debe abordar este tipo de intervenciones con la víctima sin un representante del MPF, o asistencia letrada o especializada, ya que el contexto no le asegura a la mujer un ámbito libre de presiones”.

El círculo de la violencia “se caracteriza por una relación desigual de poder donde el varón cuenta con recursos para imponer su voluntad sobre la mujer. Hay riesgo de que la mujer no cuente con los recursos para expresarse sin condicionamientos frente al agresor”.

Hay mecanismos para que el proceso garantice a la parte más vulnerable ser oída sin presione. “La entrevista llevada a cabo en la Defensa Pública no responde a estos lineamientos por la sencilla razón de que la víctima sabe que su interlocutor defiende los derechos de quien fuera su agresor”.#

“Poseída por el diablo”

En la audiencia, el acusado advirtió ante los camaristas trelewenses: “No entiendo mucho de esto, pero una de las cosas que escuché al Dr. Salgado cuando estuvo conmigo fue una gran verdad, de que muchas cosas que se dicen acá, lo que es en realidad la casa lo sabe cada uno; tenemos una buena relación, compartimos muchas cosas en todos los sentidos”.

Por su parte, la tía de la víctima relató por qué fue ella la denunciante: “En realidad me lo dijo su mamá, no se animó a hacer la denuncia porque supuestamente él es pastor, y le pusieron en la cabeza que estaba poseída por el diablo. Acompañé a mi sobrina, dijo que era bueno que se alejara un poco de la casa por lo que había estado pasando, entonces se quedó en mi casa. La acompañé a hacer la denuncia, como era menor la tuve que presentar y empezó Asistencia a la Víctima; estuvo 6 o 7 meses nomás con apoyo psicológico, después la justicia la abandonó, o sea, ella decide por ella misma, nadie la obliga a nada”.

“Lo que veo es que le ponen mucha presión por la relación con los hermanos, es como que si sigue el juicio va a cortar relación. Ahora se retiró de su vivienda porque el señor volvió a la casa”.

“No hablo mucho del tema porque ella no quiere hablar -testimonió la tía de la chica-, pero me parece raro que se haya tenido que retirar de su vivienda para que el señor vuelva a vivir ahí”.

“La acompaño en todo lo que puedo, si quiere hablar conmigo sabe que estoy siempre; le dije que no la iba a dejar en esto; lo único que me dijo es gracias tía por no dejarme sola. Me parece raro, la veo presionada, pero no es mi decisión”, remató.