Sedamil: crisis y futuro incierto

La textil llegó a fabrircar la camiseta de la selección argentina. Hoy está al borde de la quiebra.

23 MAY 2020 - 18:28 | Actualizado

Sedamil hoy es el símbolo del derrumbe de un polo productivo textil sintético de Trelew que tuvo sus años de apogeo entre mediados de los 70 y la década del 80, apalancado por un proceso de promoción industrial para la región.

La firma hoy es la textil más importante que queda en pie en el Parque Industrial, aunque hoy su futuro está en jaque como nunca antes. Recientemente desde Buenos Aires enviaron un plan para retiros voluntarios de los cerca de 300 operarios que aún quedan en el sector de tintorería “motivado en la Pandemia y sus efectos a la Compañía, al contexto actual del mercado textil y del país y en consecuencia, a la necesidad de redimensionar todas las áreas al mínimo indispensable, dada la imposibilidad económica de mantenerlas en funcionamiento”.

Este es un paso más en la desintegración del grupo empresario, que hoy tiene sedes en Trelew y Río Grande (Tierra del Fuego), pero que el año pasado cerró el ala de confección que funcionaba en la provincia de Buenos Aires.

Actualmente la compañía atraviesa por un concurso de acreedores, situación que derivó de sucesivas crisis que provocaron un achique cada vez mayor, a tal punto de hoy ponerse en duda la continuidad no sólo de un sector, sino de la existencia de la empresa como tal.

El GRUPO SEDAMIL cuenta con una trayectoria de más de 50 años. En 1964, nace NIEBIESKI S.R.L. Su potencial se limitaba a dos máquinas de tejer y una mesa de corte en 250 metros cuadrados de superficie.

En 1975, instala una planta fabril en el Parque Industrial de Trelew y comienza a funcionar con el nombre de SEDAMIL SACI. Desde allí, incrementa su capacidad de producción de tejidos, concretando un importante plan de expansión en 1980 con la incorporación de la Tintorería para el teñido y la terminación de sus tejidos.

En respuesta a la demanda creciente de su producción, radica la Tejeduría y texturado de hilados sintéticos en Tierra del Fuego con el nombre de TEXTIL RIO GRANDE S.A

En 1987, con un importante aporte de capital, establece en TRELEW, la Hilandería de algodón más austral del mundo, completando la Integración Total del ciclo productivo.

Comienza a exportar hilados iniciando una fluida relación comercial con clientes internacionales. Confeccion de camisetas personalizadas de futbol y deportivas. En la década del 90’, nace TESSICOT S.A., y el Grupo realiza importantes inversiones en maquinarias para aumentar los volúmenes de producción, logrando la mayor experiencia en la fabricación de indumentaria de marcas propias e internacionales. Logrando, por ejemplo, producir la camiseta de la selección argentina de fútbol en Trelew.

Todo este proceso comenzó a erosionarse en la década de los 90´ y más recientemente, en los últimos años, hubo un declive pronunciado que llevó a la firma al borde de la desaparición. En tres años, el proceso de desiversión fue vertiginoso.

Para noviembre de 2017 la textil cerró el área de Hilandería en Trelew, dejando en la calle a 107 trabajadores. Fue un primer golpe, casi de nocaut. Unos meses después, en abril del 2018, la compañía declaró la cesación de pagos y solicitó la convocatoria para el concurso de acreedores.

Para noviembre del 2018, se conoció el cierre definitivo de la planta de confección que se encontraba en Buenos Aires, con 350 trabajadores que fueron indemnizados.

En su momento, desde la Gerencia de Recursos Humanos expresaban que las causas del cierre obedecían “al mercado complicado por la situación económica general y razones propias del negocio, donde hay momentos de mayor y menor conveniencia de las empresas, así como los proveedores y hay decisiones que repercuten y en este caso y lamentablemente de forma negativa”.

Durante todo 2019 continuaron los atrasos en los pagos de los sueldos en la textil de Trelew, comenzaron a no pagarse los servicios y acumularse las deudas, a punto tal que se llegó a cortarle la energía y detener la producción.

En los meses que van de 2020, los problemas no cesaron y comenzaron a acumularse las quincenas impagas. La pandemia del coronavirus frenó definitivamente la producción, pero cuando se pusieron a disposición los protocolos para habilitar nuevamente la actividad, se argumentó la falta de materia prima para volver al ruedo. Lo que se sumó a las suspensiones que se acordaron en algunos casos con una reducción del 50% del sueldo.

El presente muestra una empresa que fue tomada por los trabajadores. No sólo por las tres quincenas adeudadas, sino en realidad porque detrás del nuevo conflicto, muchos de los operarios ven el abismo. No hay una postura uniforme de parte de los trabajadores. Muchos desgastados por años de incertidumbre, acordarán para irse. Otros, tratarán de quedarse para hacer lo único que hicieron durante toda la vida. Este año 2020 puede marcar un antes y después, no sólo para Sedamil, sino también para todo el sector textil-sintético que supo ser el caballo de trolla en los años de esplendor del parque industral.

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23 MAY 2020 - 18:28

Sedamil hoy es el símbolo del derrumbe de un polo productivo textil sintético de Trelew que tuvo sus años de apogeo entre mediados de los 70 y la década del 80, apalancado por un proceso de promoción industrial para la región.

La firma hoy es la textil más importante que queda en pie en el Parque Industrial, aunque hoy su futuro está en jaque como nunca antes. Recientemente desde Buenos Aires enviaron un plan para retiros voluntarios de los cerca de 300 operarios que aún quedan en el sector de tintorería “motivado en la Pandemia y sus efectos a la Compañía, al contexto actual del mercado textil y del país y en consecuencia, a la necesidad de redimensionar todas las áreas al mínimo indispensable, dada la imposibilidad económica de mantenerlas en funcionamiento”.

Este es un paso más en la desintegración del grupo empresario, que hoy tiene sedes en Trelew y Río Grande (Tierra del Fuego), pero que el año pasado cerró el ala de confección que funcionaba en la provincia de Buenos Aires.

Actualmente la compañía atraviesa por un concurso de acreedores, situación que derivó de sucesivas crisis que provocaron un achique cada vez mayor, a tal punto de hoy ponerse en duda la continuidad no sólo de un sector, sino de la existencia de la empresa como tal.

El GRUPO SEDAMIL cuenta con una trayectoria de más de 50 años. En 1964, nace NIEBIESKI S.R.L. Su potencial se limitaba a dos máquinas de tejer y una mesa de corte en 250 metros cuadrados de superficie.

En 1975, instala una planta fabril en el Parque Industrial de Trelew y comienza a funcionar con el nombre de SEDAMIL SACI. Desde allí, incrementa su capacidad de producción de tejidos, concretando un importante plan de expansión en 1980 con la incorporación de la Tintorería para el teñido y la terminación de sus tejidos.

En respuesta a la demanda creciente de su producción, radica la Tejeduría y texturado de hilados sintéticos en Tierra del Fuego con el nombre de TEXTIL RIO GRANDE S.A

En 1987, con un importante aporte de capital, establece en TRELEW, la Hilandería de algodón más austral del mundo, completando la Integración Total del ciclo productivo.

Comienza a exportar hilados iniciando una fluida relación comercial con clientes internacionales. Confeccion de camisetas personalizadas de futbol y deportivas. En la década del 90’, nace TESSICOT S.A., y el Grupo realiza importantes inversiones en maquinarias para aumentar los volúmenes de producción, logrando la mayor experiencia en la fabricación de indumentaria de marcas propias e internacionales. Logrando, por ejemplo, producir la camiseta de la selección argentina de fútbol en Trelew.

Todo este proceso comenzó a erosionarse en la década de los 90´ y más recientemente, en los últimos años, hubo un declive pronunciado que llevó a la firma al borde de la desaparición. En tres años, el proceso de desiversión fue vertiginoso.

Para noviembre de 2017 la textil cerró el área de Hilandería en Trelew, dejando en la calle a 107 trabajadores. Fue un primer golpe, casi de nocaut. Unos meses después, en abril del 2018, la compañía declaró la cesación de pagos y solicitó la convocatoria para el concurso de acreedores.

Para noviembre del 2018, se conoció el cierre definitivo de la planta de confección que se encontraba en Buenos Aires, con 350 trabajadores que fueron indemnizados.

En su momento, desde la Gerencia de Recursos Humanos expresaban que las causas del cierre obedecían “al mercado complicado por la situación económica general y razones propias del negocio, donde hay momentos de mayor y menor conveniencia de las empresas, así como los proveedores y hay decisiones que repercuten y en este caso y lamentablemente de forma negativa”.

Durante todo 2019 continuaron los atrasos en los pagos de los sueldos en la textil de Trelew, comenzaron a no pagarse los servicios y acumularse las deudas, a punto tal que se llegó a cortarle la energía y detener la producción.

En los meses que van de 2020, los problemas no cesaron y comenzaron a acumularse las quincenas impagas. La pandemia del coronavirus frenó definitivamente la producción, pero cuando se pusieron a disposición los protocolos para habilitar nuevamente la actividad, se argumentó la falta de materia prima para volver al ruedo. Lo que se sumó a las suspensiones que se acordaron en algunos casos con una reducción del 50% del sueldo.

El presente muestra una empresa que fue tomada por los trabajadores. No sólo por las tres quincenas adeudadas, sino en realidad porque detrás del nuevo conflicto, muchos de los operarios ven el abismo. No hay una postura uniforme de parte de los trabajadores. Muchos desgastados por años de incertidumbre, acordarán para irse. Otros, tratarán de quedarse para hacer lo único que hicieron durante toda la vida. Este año 2020 puede marcar un antes y después, no sólo para Sedamil, sino también para todo el sector textil-sintético que supo ser el caballo de trolla en los años de esplendor del parque industral.


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