Asistieron a dos abuelos de Cañadón del Diablo

Estaban rodeados por cuatro metros de nieve.

29 JUL 2020 - 20:25 | Actualizado

Carmen Inalef y Rosendo Calfupan son una pareja de abuelos que vive en Cañadón del Diablo, una zona montañosa entre Vuelta del Río y Ranquil Huao, cerca de El Maitén y Cushamen. Con las inclemencias de las últimas semanas, su casa está rodeada por bardones de tres y cuatro metros de nieve. Hasta allí llegó el martes una patrulla del Grupo Especial de Operaciones Policiales (GEOP), junto a personal de la Comisaría El Maitén y otros voluntarios, para conocer su situación ante la contingencia climática, incluso temiendo por su vida.

Al respecto, el comisario Hugo Melipil graficó ayer “nos desplazamos hasta un lugar muy alejado, donde vive este matrimonio mayor, donde la esposa es una persona no vidente y el hombre tiene los achaques propios de su edad”.

Sumó “todas las dificultades propias del invierno, con mucha nieve acumulada y barro alrededor, que nos complicó muchísimo la llegada. Hubo que dejar los vehículos y seguir caminando varios kilómetros. Luego de varias horas, el convoy pudo llegar hasta la humilde vivienda con la premisa de comprobar el estado de salud de la pareja, sabiendo de antemano que estaban solos en el lugar”.

“Al llegar y comprobar que estaban bien, se optó por dejarles elementos de primera necesidad y despejar la nieve alrededor de la casa, además de una provisión de leña para varios días y que no tengan inconvenientes en seguir afrontando la cuestión climática”.

En respuesta a la eventualidad de evacuarlos, el jefe policial valoró que “residen en una vivienda que no hace mucho fue mejorada por el municipio de El Maitén, favoreciendo en general su calidad de vida. Ellos mismos manifestaron la negativa a dejar su tierra, toda vez que allí tienen su hacienda, sus perros y allí han desarrollado toda su existencia. Obviamente, es muy difícil convencerlos de trasladarlos al pueblo o llevarlos por la fuerza”.

Dichos abuelos “subsisten gracias a una poca cantidad de chivos, que aprovechan los pastos que deja al descubierto el viento que arrastra la nevada”. Con todo, Melipil recordó que “la gente de nuestro interior profundo chubutense siempre se prepara para pasar el invierno, aunque con semejante cantidad de nieve –acumulada y helada- se complica la mantención de sus animales”.

Por estos días, el epicentro del Comité de Emergencias establecido por el gobierno chubutense está en la localidad de Cushamen, aunque “la Municipalidad de El Maitén también tiene que cubrir áreas alejadas de su casco urbano, como el paraje Vuelta del Río. Por suerte, el GEOP es un grupo altamente especializado en este tipo de tareas”, valoró el funcionario consultado. De igual modo, agradeció el apoyo de vehículos 4x4 aportados por el Servicio Provincial de Manejo del Fuego y de la Dirección de Pesca Continental, entre otros colaboradores.

Parajes olvidados

En otro orden, un grupo de vecinos de El Hoyo, equipado con siete camionetas especiales, llegó hasta distintos parajes del ejido de Cushamen con la premisa de transportar fardos de pasto, leña, alimentos y agua en apoyo de los pobladores afectados por “la peor nevada de los últimos 20 años”.

El operativo fue articulado por el sacerdote Fabián Cortés, de la parroquia de El Maitén, quien lamentó “el desamparo de los organismos del Estado”, toda vez que “los vecinos se encontraban aislados desde hace 8 días, sin ningún tipo de asistencia”.

Calificó al sector como “la colonia olvidada” con campesinos “muy tristes porque se le han muerto más de 100 ovejas”, mientras que “otros están sin agua. Un hombre volvió a su vivienda luego de permanecer una semana en la iglesia”, reflejó.

Luego de resaltar que “la principal preocupación de la gente son sus animales”, graficó que “estuvimos en lugares donde la nieve alcanza 1.20 m de altura, apenas se ven los postes de los alambrados. Tuvimos que desandar cuatro horas por parajes donde directamente no había caminos, nos encajamos varias veces, pero llegamos”, acotó en referencia al periplo desarrollado junto a trabajadores del Inta y Senasa.

“Encima, nos interceptó la Gendarmería para recriminarnos que trabajamos de manera aislada, pero respondimos que no podemos esperar que el gobernador arme un Comité de Emergencia 8 días después y maneje todo desde ahí.

Hay lugares donde hasta el momento nadie fue, nos comprometimos a volver el sábado para asistir a esa gente”, remarcó.

En coincidencia, en las próximas horas partirá hacia Cushamen otro convoy con ayuda articulado desde el municipio de Lago Puelo, con colaboración de las brigadas forestales de la Comarca Andina y que contó con el aporte solidario de las comunidades de la región con fardos de pasto, agua potable, alimentos no perecederos, ropa y calzado.

De igual modo, desde la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) se confirmó que “el lunes salieron desde la sede El Hoyo más de 300 kilos de alimentos cooperativos para acompañar la emergencia que viven las familias en la zona de Ñorquinco y Cushamen.

La distribución de los módulos solidarios estará a cargo de la Cooperativa Peñi Mapuche de Ñorquinco y el Grupo de Venta de Lana en Conjunto de Cushamen. Agradecemos a Senasa e Inta El Maitén por el apoyo en la logística”, detalló el referente Juan Pablo Acosta.

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29 JUL 2020 - 20:25

Carmen Inalef y Rosendo Calfupan son una pareja de abuelos que vive en Cañadón del Diablo, una zona montañosa entre Vuelta del Río y Ranquil Huao, cerca de El Maitén y Cushamen. Con las inclemencias de las últimas semanas, su casa está rodeada por bardones de tres y cuatro metros de nieve. Hasta allí llegó el martes una patrulla del Grupo Especial de Operaciones Policiales (GEOP), junto a personal de la Comisaría El Maitén y otros voluntarios, para conocer su situación ante la contingencia climática, incluso temiendo por su vida.

Al respecto, el comisario Hugo Melipil graficó ayer “nos desplazamos hasta un lugar muy alejado, donde vive este matrimonio mayor, donde la esposa es una persona no vidente y el hombre tiene los achaques propios de su edad”.

Sumó “todas las dificultades propias del invierno, con mucha nieve acumulada y barro alrededor, que nos complicó muchísimo la llegada. Hubo que dejar los vehículos y seguir caminando varios kilómetros. Luego de varias horas, el convoy pudo llegar hasta la humilde vivienda con la premisa de comprobar el estado de salud de la pareja, sabiendo de antemano que estaban solos en el lugar”.

“Al llegar y comprobar que estaban bien, se optó por dejarles elementos de primera necesidad y despejar la nieve alrededor de la casa, además de una provisión de leña para varios días y que no tengan inconvenientes en seguir afrontando la cuestión climática”.

En respuesta a la eventualidad de evacuarlos, el jefe policial valoró que “residen en una vivienda que no hace mucho fue mejorada por el municipio de El Maitén, favoreciendo en general su calidad de vida. Ellos mismos manifestaron la negativa a dejar su tierra, toda vez que allí tienen su hacienda, sus perros y allí han desarrollado toda su existencia. Obviamente, es muy difícil convencerlos de trasladarlos al pueblo o llevarlos por la fuerza”.

Dichos abuelos “subsisten gracias a una poca cantidad de chivos, que aprovechan los pastos que deja al descubierto el viento que arrastra la nevada”. Con todo, Melipil recordó que “la gente de nuestro interior profundo chubutense siempre se prepara para pasar el invierno, aunque con semejante cantidad de nieve –acumulada y helada- se complica la mantención de sus animales”.

Por estos días, el epicentro del Comité de Emergencias establecido por el gobierno chubutense está en la localidad de Cushamen, aunque “la Municipalidad de El Maitén también tiene que cubrir áreas alejadas de su casco urbano, como el paraje Vuelta del Río. Por suerte, el GEOP es un grupo altamente especializado en este tipo de tareas”, valoró el funcionario consultado. De igual modo, agradeció el apoyo de vehículos 4x4 aportados por el Servicio Provincial de Manejo del Fuego y de la Dirección de Pesca Continental, entre otros colaboradores.

Parajes olvidados

En otro orden, un grupo de vecinos de El Hoyo, equipado con siete camionetas especiales, llegó hasta distintos parajes del ejido de Cushamen con la premisa de transportar fardos de pasto, leña, alimentos y agua en apoyo de los pobladores afectados por “la peor nevada de los últimos 20 años”.

El operativo fue articulado por el sacerdote Fabián Cortés, de la parroquia de El Maitén, quien lamentó “el desamparo de los organismos del Estado”, toda vez que “los vecinos se encontraban aislados desde hace 8 días, sin ningún tipo de asistencia”.

Calificó al sector como “la colonia olvidada” con campesinos “muy tristes porque se le han muerto más de 100 ovejas”, mientras que “otros están sin agua. Un hombre volvió a su vivienda luego de permanecer una semana en la iglesia”, reflejó.

Luego de resaltar que “la principal preocupación de la gente son sus animales”, graficó que “estuvimos en lugares donde la nieve alcanza 1.20 m de altura, apenas se ven los postes de los alambrados. Tuvimos que desandar cuatro horas por parajes donde directamente no había caminos, nos encajamos varias veces, pero llegamos”, acotó en referencia al periplo desarrollado junto a trabajadores del Inta y Senasa.

“Encima, nos interceptó la Gendarmería para recriminarnos que trabajamos de manera aislada, pero respondimos que no podemos esperar que el gobernador arme un Comité de Emergencia 8 días después y maneje todo desde ahí.

Hay lugares donde hasta el momento nadie fue, nos comprometimos a volver el sábado para asistir a esa gente”, remarcó.

En coincidencia, en las próximas horas partirá hacia Cushamen otro convoy con ayuda articulado desde el municipio de Lago Puelo, con colaboración de las brigadas forestales de la Comarca Andina y que contó con el aporte solidario de las comunidades de la región con fardos de pasto, agua potable, alimentos no perecederos, ropa y calzado.

De igual modo, desde la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) se confirmó que “el lunes salieron desde la sede El Hoyo más de 300 kilos de alimentos cooperativos para acompañar la emergencia que viven las familias en la zona de Ñorquinco y Cushamen.

La distribución de los módulos solidarios estará a cargo de la Cooperativa Peñi Mapuche de Ñorquinco y el Grupo de Venta de Lana en Conjunto de Cushamen. Agradecemos a Senasa e Inta El Maitén por el apoyo en la logística”, detalló el referente Juan Pablo Acosta.


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