Independiente, historia grande

A 48 años del día que el club trelewense clasificó para jugar el Nacional de Fútbol de 1972, un hecho que no tuvo repeticiones.

05 AGO 2020 - 21:33 | Actualizado

Son íconos del club. Indiscutibles. Memoriosos. Recuerdan, rememoran, se emocionan y agradecen haber vivido el sueño que se convirtió en realidad.

Son. Se llaman Enrique “Quique” Behr, Alberto “Mani” Manicler, Julio Thomas, Eduardo “Laly” Maza y el inefable Negro Hugo Edgard Gómez, una instituciòn dentro del periodismo deportivo comarcal. Pero ellos están acá. En la zona. A kilómetros, también se conmueven el “Coco” Bersán, Francisco “Cacho” Fiandino y Alberto Parsechián.

Todos, a su manera, agradecen haber sido protagonistas del hito futbolístico más importante que ha generado el fútbol local en su historia: jugar por los puntos en un torneo de primera divisón y ante tres de los cinco grandes del balompié argentino como lo son River, Independiente de Avellaneda y San Lorenzo de Almagro.

A don Higinio

“Acá hay que remarcar al arquitecto original de todo que fue Higinio Restelli. El armó el equipo, lo amalgamó, nos dio sentido grupal y nos hizo creer en nosotros mismos. Y si bien en un principio nuestro objetivo era adquirir experiencia y participar sin grandes expectativas, con el paso de los partidos, nos fuimos dando cuenta que podíamos lograr lo que habíamos iniciado: llegar al Nacional”, rememoró “Quique” Behr al recordar ese inolvidable 1972.

“Imagínense que tanto Huracán de Comodoro Rivadavia, como Cipolletti de Rio Negro y All Boys de La Pampa tenían planteles que podría decirse profesionales. Nosotros no. Era una unidad del plantel de Independiente más refuerzos de jugadores de la zona y llegamos a lo más alto. Aún lo recuerdo y todavía se me pone la piel de gallina y me hace identificarme mucho con Independiente”, aseveró el viejo caudillo.

Lo logrado

Por su parte, Alberto Manicler, apuntó que “al comienzo las expectativas estaban en hacer un buen papel. Nada más, pero a medida que fue pasando el tiempo y fuimos accediendo a otras instancias, nos fuimos dando cuenta que se podía lograr lo que parecía lejano cuando nos medimos, por primera vez, en el torneo con YCF de Río Gallegos. A nuestra manera, fuimos superando los escollos y llegamos a lo más alto y a un objetivo que es muy difícil que se repita: participar activamente de un campeonato de primera división del fútbol argentino”, remarcó el gran marcador central, aunque añadió que “tengo que decir que se combinaron varios cosas, un buen plantel, un grupo muy unido bajo un mismo objetivo, la cuota de suerte necesaria y saber jugar los partidos y aparecer en los momentos difíciles”.

Jugadores enormes

Coincidiendo con lo aseverado por “Mani”, Eduardo “Laly” Maza precisó que lo “realizado por Independiente fue extraordinario. Yo era muy pibe y me habían llevado a Santa Rosa para el partido de ida de la final con All Boys y obviamente vi la revancha acá en Trelew. Fue impresionante. Lo vivido, los festejos, la calidad de jugadores y el éxito logrado entre plantel, cuerpo técnico, dirigentes y la gente que acompañaba al club”.

“Teníamos unos jugadores enormes. El mariscal Manicler atrás, los caudillos Behr y Fiandino y un crack como el Nani Soto y a ello le sumamos un fenómeno en el arco como Parsechián, el objetivo no era irrealizable”, consignó.

También destacó que “tuve la suerte, como varios de mi generación, de haber jugado en Independiente y con varios de ellos de compañeros. No sólo eran unos jugadorazos, sino también eran grandes tipos que te hacían sentir muy bien dentro del grupo”.

“Pero insisto -recalcó- yo no se si algún día veremos que un equipo de nuestra zona llegue a un sitio tan alto como llegó Independiente en ese Nacional de 1972. Ojalá que algún día suceda. Me alegré con Racing a principios del 81, con el Gaiman de los 70, con Germinal del Zorro Bastida o con Brown ahora en la B Nacional, pero lo de Independiente fue una locura y en una época que prácticamente era imposible y así y todo, logramos acceder a ese torneo de primera división”, expresó quién fuera uno de los delanteros de la posterior generación del 72.

Emoción a flor de piel

De similar manera, Julio Thomas y visiblemete emocionado, recordó ese tiempo a un sinnúmero de dirigentes que hicieron todo lo posible para obtener ese resultado final.

“Tenía 13 años y era un alcanza pelotas y estaba todo el día en el club. No me olvido el domingo que me enteropor el Negro Gómez que superábamos a Huracán y me fui corriendo de la casa de mis padres hasta el aeropuerto a recibir a los jugadores. Habíamos pasado Comodoro Rivadavia y parecía que todo era posible”.

“Fue inolvidable. Todo. Desde el comienzo mismo ante los santacruceños, donde aún existían las dudas, ante la victoria sobre Huracán y ni hablar sobre Cipolletti y All Boys de La Pampa en donde me abracé con Bersán cuando convirtió el único gol del partido. Aún -con esa edad- recuerdo todo y cada uno de los momentos vividos con esos jugadores de los cuales varios son mis amigos”, dijo.

Festejo popular

“Fue un festejo popular. Impresionante, extraordinario. Todo el pueblo se volcó a las calles. Pero no sólo de Trelew, sino de todo el Valle que ese día, ante All Boys de La Pampa, había llenado el estadio de Independiente”, sintezó Hugo Edgar Gómez, el popular “Negro” que siguió toda la campaña del Rojinegro no sólo en su etapa del Regional, sino también en el Nacional, recorriendo todo el país con una de las radios de su vida: LU20.

“Aún me acuerdo que nadie daba de candidato a Independiente. Estaba Huracán de Comodoro, Cipolletti y All Boys de La Pampa que habían conformado planteles más largos y profesionales y que tenían más experiencia que los muchachos de acá para este tipo de campeonatos. Sin embargo, los nuestros llegaron y lo hicieron con mucha garra, con mucho corazón y con un trabajo grupal excepcional”, manifestó Gómez.

No dejaron de expresar sus opinciones Francisco Fiandino, Alberto Parsechián y Coco Bersán. Cada uno, a su manera, fueron dando sus impresiones de lo que fue aquel torneo en general y aquella jornada épica ante los pampeanos en particular.

El sentido de pertenencia, el fortalecimiento del grupo a medida que avanzaba el campeonato, la fortaleza en la localía y la convicción que se podía lograr un ascenso que no estaba en los planes de nadie, hizo que un plantel conformado por jugadores, básicamente, del torneo local, lograra una hazaña que a casi medio siglo no fue igualada.#

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05 AGO 2020 - 21:33

Son íconos del club. Indiscutibles. Memoriosos. Recuerdan, rememoran, se emocionan y agradecen haber vivido el sueño que se convirtió en realidad.

Son. Se llaman Enrique “Quique” Behr, Alberto “Mani” Manicler, Julio Thomas, Eduardo “Laly” Maza y el inefable Negro Hugo Edgard Gómez, una instituciòn dentro del periodismo deportivo comarcal. Pero ellos están acá. En la zona. A kilómetros, también se conmueven el “Coco” Bersán, Francisco “Cacho” Fiandino y Alberto Parsechián.

Todos, a su manera, agradecen haber sido protagonistas del hito futbolístico más importante que ha generado el fútbol local en su historia: jugar por los puntos en un torneo de primera divisón y ante tres de los cinco grandes del balompié argentino como lo son River, Independiente de Avellaneda y San Lorenzo de Almagro.

A don Higinio

“Acá hay que remarcar al arquitecto original de todo que fue Higinio Restelli. El armó el equipo, lo amalgamó, nos dio sentido grupal y nos hizo creer en nosotros mismos. Y si bien en un principio nuestro objetivo era adquirir experiencia y participar sin grandes expectativas, con el paso de los partidos, nos fuimos dando cuenta que podíamos lograr lo que habíamos iniciado: llegar al Nacional”, rememoró “Quique” Behr al recordar ese inolvidable 1972.

“Imagínense que tanto Huracán de Comodoro Rivadavia, como Cipolletti de Rio Negro y All Boys de La Pampa tenían planteles que podría decirse profesionales. Nosotros no. Era una unidad del plantel de Independiente más refuerzos de jugadores de la zona y llegamos a lo más alto. Aún lo recuerdo y todavía se me pone la piel de gallina y me hace identificarme mucho con Independiente”, aseveró el viejo caudillo.

Lo logrado

Por su parte, Alberto Manicler, apuntó que “al comienzo las expectativas estaban en hacer un buen papel. Nada más, pero a medida que fue pasando el tiempo y fuimos accediendo a otras instancias, nos fuimos dando cuenta que se podía lograr lo que parecía lejano cuando nos medimos, por primera vez, en el torneo con YCF de Río Gallegos. A nuestra manera, fuimos superando los escollos y llegamos a lo más alto y a un objetivo que es muy difícil que se repita: participar activamente de un campeonato de primera división del fútbol argentino”, remarcó el gran marcador central, aunque añadió que “tengo que decir que se combinaron varios cosas, un buen plantel, un grupo muy unido bajo un mismo objetivo, la cuota de suerte necesaria y saber jugar los partidos y aparecer en los momentos difíciles”.

Jugadores enormes

Coincidiendo con lo aseverado por “Mani”, Eduardo “Laly” Maza precisó que lo “realizado por Independiente fue extraordinario. Yo era muy pibe y me habían llevado a Santa Rosa para el partido de ida de la final con All Boys y obviamente vi la revancha acá en Trelew. Fue impresionante. Lo vivido, los festejos, la calidad de jugadores y el éxito logrado entre plantel, cuerpo técnico, dirigentes y la gente que acompañaba al club”.

“Teníamos unos jugadores enormes. El mariscal Manicler atrás, los caudillos Behr y Fiandino y un crack como el Nani Soto y a ello le sumamos un fenómeno en el arco como Parsechián, el objetivo no era irrealizable”, consignó.

También destacó que “tuve la suerte, como varios de mi generación, de haber jugado en Independiente y con varios de ellos de compañeros. No sólo eran unos jugadorazos, sino también eran grandes tipos que te hacían sentir muy bien dentro del grupo”.

“Pero insisto -recalcó- yo no se si algún día veremos que un equipo de nuestra zona llegue a un sitio tan alto como llegó Independiente en ese Nacional de 1972. Ojalá que algún día suceda. Me alegré con Racing a principios del 81, con el Gaiman de los 70, con Germinal del Zorro Bastida o con Brown ahora en la B Nacional, pero lo de Independiente fue una locura y en una época que prácticamente era imposible y así y todo, logramos acceder a ese torneo de primera división”, expresó quién fuera uno de los delanteros de la posterior generación del 72.

Emoción a flor de piel

De similar manera, Julio Thomas y visiblemete emocionado, recordó ese tiempo a un sinnúmero de dirigentes que hicieron todo lo posible para obtener ese resultado final.

“Tenía 13 años y era un alcanza pelotas y estaba todo el día en el club. No me olvido el domingo que me enteropor el Negro Gómez que superábamos a Huracán y me fui corriendo de la casa de mis padres hasta el aeropuerto a recibir a los jugadores. Habíamos pasado Comodoro Rivadavia y parecía que todo era posible”.

“Fue inolvidable. Todo. Desde el comienzo mismo ante los santacruceños, donde aún existían las dudas, ante la victoria sobre Huracán y ni hablar sobre Cipolletti y All Boys de La Pampa en donde me abracé con Bersán cuando convirtió el único gol del partido. Aún -con esa edad- recuerdo todo y cada uno de los momentos vividos con esos jugadores de los cuales varios son mis amigos”, dijo.

Festejo popular

“Fue un festejo popular. Impresionante, extraordinario. Todo el pueblo se volcó a las calles. Pero no sólo de Trelew, sino de todo el Valle que ese día, ante All Boys de La Pampa, había llenado el estadio de Independiente”, sintezó Hugo Edgar Gómez, el popular “Negro” que siguió toda la campaña del Rojinegro no sólo en su etapa del Regional, sino también en el Nacional, recorriendo todo el país con una de las radios de su vida: LU20.

“Aún me acuerdo que nadie daba de candidato a Independiente. Estaba Huracán de Comodoro, Cipolletti y All Boys de La Pampa que habían conformado planteles más largos y profesionales y que tenían más experiencia que los muchachos de acá para este tipo de campeonatos. Sin embargo, los nuestros llegaron y lo hicieron con mucha garra, con mucho corazón y con un trabajo grupal excepcional”, manifestó Gómez.

No dejaron de expresar sus opinciones Francisco Fiandino, Alberto Parsechián y Coco Bersán. Cada uno, a su manera, fueron dando sus impresiones de lo que fue aquel torneo en general y aquella jornada épica ante los pampeanos en particular.

El sentido de pertenencia, el fortalecimiento del grupo a medida que avanzaba el campeonato, la fortaleza en la localía y la convicción que se podía lograr un ascenso que no estaba en los planes de nadie, hizo que un plantel conformado por jugadores, básicamente, del torneo local, lograra una hazaña que a casi medio siglo no fue igualada.#


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