A pocos días de jubilarse, Miriam Sepúlveda recuerda sus inicios en la fuerza policial. Entró a trabajar a los 20 años, egresada de la primera promoción de mujeres de Seguridad. Fue aprendiz en la Comisaría segunda de Trelew. Después de dos años fue trasladada junto a un grupo de mujeres a las oficinas de Tránsito.
Cumplió labores en la Alcaidía de Trelew y en la Comisaría Primera. Años después, producto de una manifestación alérgica de su hija, decidió mudarse a Puerto Madryn, una ciudad conveniente desde el punto de vista climático para que su hija transite la afección.
En JornadaPlay, Sepúlveda resaltó el rol de la mujer en la fuerza policial: “Es como la tecnología, fue avanzando muy rápido. Todo cambió mucho desde que entre. Hoy, la mujer ha escalado muchísimo”.
A pocos días de jubilarse, Miriam Sepúlveda recuerda sus inicios en la fuerza policial. Entró a trabajar a los 20 años, egresada de la primera promoción de mujeres de Seguridad. Fue aprendiz en la Comisaría segunda de Trelew. Después de dos años fue trasladada junto a un grupo de mujeres a las oficinas de Tránsito.
Cumplió labores en la Alcaidía de Trelew y en la Comisaría Primera. Años después, producto de una manifestación alérgica de su hija, decidió mudarse a Puerto Madryn, una ciudad conveniente desde el punto de vista climático para que su hija transite la afección.
En JornadaPlay, Sepúlveda resaltó el rol de la mujer en la fuerza policial: “Es como la tecnología, fue avanzando muy rápido. Todo cambió mucho desde que entre. Hoy, la mujer ha escalado muchísimo”.