Todas nos vimos gordas alguna vez

Opinión/Ana y Mía

05 SEP 2020 - 20:16 | Actualizado

Por Vanina Botta (*) /Especial para Jornada

Cansadas, agotadas, adormecidas. El cuerpo reducido, negado, adelgazado, sin aliento.

La fijeza de la mirada, ojeras. La piel transparente, arrugada y cubierta de pelos, los dientes grises.

Se caen en la calle, el pelo se cae a mechones. Pocas pulsaciones y baja temperatura.

Algo que no saben nombrar, a lo que no pueden poner palabras, hasta que el frio invade sus cuerpos y llega hasta los huesos.

La cosa fue progresiva y ahora, llenas de vergüenza, angustia y muertas de miedo, deberán elegir entre vivir o morir.

Los trastornos de la conducta alimentaria son un grupo de enfermedades psiquiátricas graves, con alta tasa de mortalidad y discapacitantes en una población tan importante como son las adolescentes. Los trastornos de la conducta alimentaria son enfermedades multicausales; es decir, confluyen factores biológicos, psicológicos, sociales, características de la personalidad y factores familiares. Claro que también pueden desarrollarse en varones aunque es menos frecuente.

La Anorexia Nerviosa caracterizada por una restricción alimentaria voluntaria y estricta.

Se conoce que las pacientes con Anorexia Nerviosa suelen tener alteración en la Ínsula (una estructura cerebral que se encuentra en la profundidad lateral del cerebro, dentro del surco lateral (cisura de Silvio), que separa las cortezas temporal y parietal inferior. Tiene importantes funciones, como por ejemplo percepción de gusto y olfato, integración de información emocional, implicada en las adicciones, en la empatía y reconocimiento emocional, entre otras cosas. Esta región registra también señales relacionadas con el hambre y la saciedad.

Las pacientes con Anorexia Nerviosa interpretan a la comida como una señal aversiva y esto activa otra estructura cerebral que es la amígdala, y se generan sensaciones de miedo. El miedo lleva a tener conductas evitativas, así comienzan a evitar, evitar reuniones, comidas en público, hasta evitan comidas en familia.

Existe aquí una distorsión de la imagen corporal, la imagen corporal es un constructo muy complejo ya que involucra diferentes aspectos.

Además de restringir la ingesta calórica y de no perder el control, aparecen conductas compensatorias como aumentar el tiempo de ejercicio físico, tirar la comida, hacer dietas muy restrictivas, periodos de ayuno muy prolongados. Se observa en estas adolescentes una disminución del índice de masa corporal, amenorrea (falta de menstruación), lanugo (vello corporal muy fino en la superficie corporal), hipotensión, osteoporosis. La muerte en las formas graves (cuando el Índice de Masa Corporal es menor a 15) sobreviene por arritmias cardiacas producto de la desnutrición y deshidratación.

Como mencioné anteriormente se trata de una grave enfermedad multicausal, además del componente biológico es importante pensar en los factores sociales y culturales.

Es que estar delgada está asociado a la belleza y al éxito; se nos exige una figura cada vez más delgada, se nos exige un modelo hegemónico de belleza femenina que nos genera insatisfacción permanente. Tanto los medios de comunicación como la sociedad en general promulgan un ideal delgado, un arquetipo ideal de belleza. Es el entorno social y familiar quien evalúa constantemente el aspecto físico en desmedro de otros atributos, intelectuales por ejemplo.

Estos conceptos (de belleza, delgadez, éxito, etc) se insertan e internalizan en edades muy tempranas en las niñas; de este modo, nuestra sociedad ha conseguido que nuestro cuerpo ya no nos pertenezca.

En la Bulimia Nerviosa, en cambio, la alteración neurobiológica tiene que ver con el control de los impulsos.

Los “atracones”, uno de los síntomas característicos, tienen precisamente que ver con esta pérdida de control e impulsividad. Es la región de la corteza prefrontal (la zona del cerebro que está detrás de la frente) donde la función de controlar impulsos se encuentra alterada.

En la Bulimia también aparecen las “purgas” (vómitos autoprovocados, diuréticos, laxantes, etc), a diferencia de la anorexia aquí el Índice de Masa Corporal es en general normal. Se observan petequias (puntitos rojos) en cara, cuello y parte superior del tórax debido al esfuerzo al vomitar, se rompen capilares, caries, gingivitis (enfermedad en las encías), deterioro del esmalte dental, faringitis, esofagitis, diarreas, el signo de Russell (callo en los mudillos de dedos mayor e índice, por provocarse el vomito).

Algunas complicaciones graves de la bulimia tienen que ver con la posibilidad de ruptura de la mucosa gastro esofágica y con el suicidio (tienen elevadas tasas de suicidio).

Se describen varios Trastornos de la conducta alimentaria menos frecuentes, como, trastorno evitativo-restrictivo, anorexia atípica, trastorno por atracón, trastorno purgativo, etc.

Lo importante como adultas/os es poder diagnosticarlos y tratarlos lo más temprano posible, ya que las adolescentes con anorexia y bulimia no pueden reconocer esta patología, dicen sentirse bien y que no les pasa nada. Cualquier signo debe ser una alarma.

Como así también insistir que los ideales de belleza y delgadez que se imponen, se encuentra muy lejos de ser saludables y de representar la realidad genética y natural de gran parte de la sociedad. Ello genera un mecanismo de descarte y degradación que perjudica, en especial a las niñas, adolescentes y mujeres. Se hace entonces necesario conocer hasta qué punto estos ideales de belleza impuestos por los medios de comunicación, publicidad e instituciones han calado en el imaginario colectivo y han pasado a formar parte de los patrones culturales de género introyectados por la sociedad argentina. Respecto a patologías tan graves como las mencionadas, queda aún un largo camino por recorrer y una larga batalla que dar.

Por nuestras niñas y adolescentes. Por todas las pacientes que ingresan desnutridas, heladas, reducidas. Para que puedan volver a escuchar música en la radio y les recuerde que tienen 18 años y que les gustaba bailar y divertirse antes de ser un esqueleto.#

(*) Vanina Botta es médicaespecialista en Psiquiatría y enMedicina Legal y Forense en el Poder Judicial de Puerto Madryn.

05 SEP 2020 - 20:16

Por Vanina Botta (*) /Especial para Jornada

Cansadas, agotadas, adormecidas. El cuerpo reducido, negado, adelgazado, sin aliento.

La fijeza de la mirada, ojeras. La piel transparente, arrugada y cubierta de pelos, los dientes grises.

Se caen en la calle, el pelo se cae a mechones. Pocas pulsaciones y baja temperatura.

Algo que no saben nombrar, a lo que no pueden poner palabras, hasta que el frio invade sus cuerpos y llega hasta los huesos.

La cosa fue progresiva y ahora, llenas de vergüenza, angustia y muertas de miedo, deberán elegir entre vivir o morir.

Los trastornos de la conducta alimentaria son un grupo de enfermedades psiquiátricas graves, con alta tasa de mortalidad y discapacitantes en una población tan importante como son las adolescentes. Los trastornos de la conducta alimentaria son enfermedades multicausales; es decir, confluyen factores biológicos, psicológicos, sociales, características de la personalidad y factores familiares. Claro que también pueden desarrollarse en varones aunque es menos frecuente.

La Anorexia Nerviosa caracterizada por una restricción alimentaria voluntaria y estricta.

Se conoce que las pacientes con Anorexia Nerviosa suelen tener alteración en la Ínsula (una estructura cerebral que se encuentra en la profundidad lateral del cerebro, dentro del surco lateral (cisura de Silvio), que separa las cortezas temporal y parietal inferior. Tiene importantes funciones, como por ejemplo percepción de gusto y olfato, integración de información emocional, implicada en las adicciones, en la empatía y reconocimiento emocional, entre otras cosas. Esta región registra también señales relacionadas con el hambre y la saciedad.

Las pacientes con Anorexia Nerviosa interpretan a la comida como una señal aversiva y esto activa otra estructura cerebral que es la amígdala, y se generan sensaciones de miedo. El miedo lleva a tener conductas evitativas, así comienzan a evitar, evitar reuniones, comidas en público, hasta evitan comidas en familia.

Existe aquí una distorsión de la imagen corporal, la imagen corporal es un constructo muy complejo ya que involucra diferentes aspectos.

Además de restringir la ingesta calórica y de no perder el control, aparecen conductas compensatorias como aumentar el tiempo de ejercicio físico, tirar la comida, hacer dietas muy restrictivas, periodos de ayuno muy prolongados. Se observa en estas adolescentes una disminución del índice de masa corporal, amenorrea (falta de menstruación), lanugo (vello corporal muy fino en la superficie corporal), hipotensión, osteoporosis. La muerte en las formas graves (cuando el Índice de Masa Corporal es menor a 15) sobreviene por arritmias cardiacas producto de la desnutrición y deshidratación.

Como mencioné anteriormente se trata de una grave enfermedad multicausal, además del componente biológico es importante pensar en los factores sociales y culturales.

Es que estar delgada está asociado a la belleza y al éxito; se nos exige una figura cada vez más delgada, se nos exige un modelo hegemónico de belleza femenina que nos genera insatisfacción permanente. Tanto los medios de comunicación como la sociedad en general promulgan un ideal delgado, un arquetipo ideal de belleza. Es el entorno social y familiar quien evalúa constantemente el aspecto físico en desmedro de otros atributos, intelectuales por ejemplo.

Estos conceptos (de belleza, delgadez, éxito, etc) se insertan e internalizan en edades muy tempranas en las niñas; de este modo, nuestra sociedad ha conseguido que nuestro cuerpo ya no nos pertenezca.

En la Bulimia Nerviosa, en cambio, la alteración neurobiológica tiene que ver con el control de los impulsos.

Los “atracones”, uno de los síntomas característicos, tienen precisamente que ver con esta pérdida de control e impulsividad. Es la región de la corteza prefrontal (la zona del cerebro que está detrás de la frente) donde la función de controlar impulsos se encuentra alterada.

En la Bulimia también aparecen las “purgas” (vómitos autoprovocados, diuréticos, laxantes, etc), a diferencia de la anorexia aquí el Índice de Masa Corporal es en general normal. Se observan petequias (puntitos rojos) en cara, cuello y parte superior del tórax debido al esfuerzo al vomitar, se rompen capilares, caries, gingivitis (enfermedad en las encías), deterioro del esmalte dental, faringitis, esofagitis, diarreas, el signo de Russell (callo en los mudillos de dedos mayor e índice, por provocarse el vomito).

Algunas complicaciones graves de la bulimia tienen que ver con la posibilidad de ruptura de la mucosa gastro esofágica y con el suicidio (tienen elevadas tasas de suicidio).

Se describen varios Trastornos de la conducta alimentaria menos frecuentes, como, trastorno evitativo-restrictivo, anorexia atípica, trastorno por atracón, trastorno purgativo, etc.

Lo importante como adultas/os es poder diagnosticarlos y tratarlos lo más temprano posible, ya que las adolescentes con anorexia y bulimia no pueden reconocer esta patología, dicen sentirse bien y que no les pasa nada. Cualquier signo debe ser una alarma.

Como así también insistir que los ideales de belleza y delgadez que se imponen, se encuentra muy lejos de ser saludables y de representar la realidad genética y natural de gran parte de la sociedad. Ello genera un mecanismo de descarte y degradación que perjudica, en especial a las niñas, adolescentes y mujeres. Se hace entonces necesario conocer hasta qué punto estos ideales de belleza impuestos por los medios de comunicación, publicidad e instituciones han calado en el imaginario colectivo y han pasado a formar parte de los patrones culturales de género introyectados por la sociedad argentina. Respecto a patologías tan graves como las mencionadas, queda aún un largo camino por recorrer y una larga batalla que dar.

Por nuestras niñas y adolescentes. Por todas las pacientes que ingresan desnutridas, heladas, reducidas. Para que puedan volver a escuchar música en la radio y les recuerde que tienen 18 años y que les gustaba bailar y divertirse antes de ser un esqueleto.#

(*) Vanina Botta es médicaespecialista en Psiquiatría y enMedicina Legal y Forense en el Poder Judicial de Puerto Madryn.


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