Tuvo un ACV, se deprimió, se volcó a la bebida y el aceite de cannabis le cambió la calidad de vida

Es la historia de Teófilo Holm, de 73 años, un vecino de Puerto Madryn que luego de tocar fondo, logró salir a flote gracias al amor de su familia y a las propiedades del aceite de cannabis. “Probó con todo tipo de terapias y ninguna fue efectiva, el aceite surgió como una posibilidad más y para él fue mágico“, declaró su hija, Marianela Holm.

21 SEP 2020 - 20:10 | Actualizado

Teófilo Holm es un vecino de Puerto Madryn, tiene 73 años, es jubilado y mecánico de profesión. En 2007 fue víctima de un accidente cerebro vascular por un pico de presión y su vida sufrió un vuelco que lo llevó a nadar en las oscuras aguas de las adicciones. A causa de esto, el hemisferio derecho de su cuerpo quedó prácticamente inmobilizado. Las secuelas del ACV fueron duras a nivel corporal, pero más aún lo fueron para su estado emocional.

Cuenta su hija, en diálogo con Cadena Tiempo, que “las limitaciones hicieron que mi papá se deprimiera y se volcara al alcohol, que es una sustancia legal. Le debiamos dinero a todos los almaceneros del barrio, hicimos miles de terapas convencionales y ninguna le funcionó. Hasta que probamos con el aceite de cannabis. Afortunadamente dimos con una persona que nos vendió una buena sustancia, a mi papá le hizo muy bien y, en dos meses, dejó de tomar alcohol“.

Pero esto no fue todo, los efectos del cannabis le brindaron a Teófilo una cura más profunda. No solo física y emocional, sino también espiritual. La valuntad mueve montañas y Teófilo y su familia lo comprobaron: “El cannabis generó una voluntad que no había en él en ese momento. Probó con psiquiatras, alcoholicos anonimos, psicologos, iglesias, y nada. Nuestra vida, como familia dio un giro a partir de la recuperación de mi papá. El aceite surgió como una posibilidad más y fue mágico“, sintetizó Marianela.

Y agregó: “Hoy mi papá está mucho mejor. Es realmente otra persona. Tiene ganas de hacer cosas y eso es muy importante en alguien de su edad y en su condición“.

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21 SEP 2020 - 20:10

Teófilo Holm es un vecino de Puerto Madryn, tiene 73 años, es jubilado y mecánico de profesión. En 2007 fue víctima de un accidente cerebro vascular por un pico de presión y su vida sufrió un vuelco que lo llevó a nadar en las oscuras aguas de las adicciones. A causa de esto, el hemisferio derecho de su cuerpo quedó prácticamente inmobilizado. Las secuelas del ACV fueron duras a nivel corporal, pero más aún lo fueron para su estado emocional.

Cuenta su hija, en diálogo con Cadena Tiempo, que “las limitaciones hicieron que mi papá se deprimiera y se volcara al alcohol, que es una sustancia legal. Le debiamos dinero a todos los almaceneros del barrio, hicimos miles de terapas convencionales y ninguna le funcionó. Hasta que probamos con el aceite de cannabis. Afortunadamente dimos con una persona que nos vendió una buena sustancia, a mi papá le hizo muy bien y, en dos meses, dejó de tomar alcohol“.

Pero esto no fue todo, los efectos del cannabis le brindaron a Teófilo una cura más profunda. No solo física y emocional, sino también espiritual. La valuntad mueve montañas y Teófilo y su familia lo comprobaron: “El cannabis generó una voluntad que no había en él en ese momento. Probó con psiquiatras, alcoholicos anonimos, psicologos, iglesias, y nada. Nuestra vida, como familia dio un giro a partir de la recuperación de mi papá. El aceite surgió como una posibilidad más y fue mágico“, sintetizó Marianela.

Y agregó: “Hoy mi papá está mucho mejor. Es realmente otra persona. Tiene ganas de hacer cosas y eso es muy importante en alguien de su edad y en su condición“.


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