Un empate clásico que les hizo mal a los dos

Jorge Newbery y Huracán volvieron a empatar en el clásico comodorense y el resultado favorece a la CAI.
24 ENE 2021 - 21:00 | Actualizado

Había para los dos un solo resultado que valía. Pensar solamente en el empate, los condicionaba y les marcaba la cancha con nerviosismo antes de empezar. Newbery cambió dibujo y piezas con Nieto, Marchant y Aguilar de entrada en puestos que no terminaban de convencer. Huracán hizo lo propio con los debuts del ex Chicago, Adrián González y Jose Chacón más Tureo para reforzar el funcionamiento del medio.

Tanta necesidad los llevó al apriete extremo. Todo se jugó al límite, intensidad por sobre precisión con el juego guardado en el freezer. Nadie ganó en la batalla de los volantes donde el primer soldado caído resultó Pablo Barrientos, estratega del “Lobo”, lesionado a los 15’ tras una fuerte entrada.

En la primera que rompió el trámite del cotejo, Huracán tuvo a Chiquichano en el armado; Tureo la continuó entrando al área y finalmente, Brian Vega encontró la medida para tocar y definir un festejado 1-0. No tanto,por merecerlo, el Globo supo facturar la oportunidad y adelantarse quizás en el momento indicado.

La diferencia se sostuvo porque Newbery pese a esforzarse no sumó en ataque, muy lejos de Giacone. Apenas un cabezazo de Gastón Barrientos y demasiada ansiedad le fueron quitando chances en un partido que no admitió pausas, que no dio respiro y llenó de piernas todos los caminos.

Se adelantó en la cancha

Por eso, la necesidad lo llevó a adelantarse en el segundo tiempo y a poner en cancha a Eric Castro, uno con vértigo para romper.

Por ese lado llegó su chance. Jorge Aynol irrumpió en el área y entre amagues, llevó a la falta de Chiquichano que derivó en penal. Y el propio “Coki”, héroe aeronauta en los clásicos, esta vez no pudo ya que su remate, abajo y a la derecha, encontró el brazo del arquero Giacone.

Cuando la búsqueda se tornó desesperada. Adrian González despejó de la línea una proyección de Barrientos y enseguida, Luces Reynoso amenazó con un tiro libre traicionero que se desvió por centímetros. Con Newbery a fondo, apareció la solidez defensiva y el aguante colectivo para hacer eterno el 1-0.

La sensación futbolística era que Huracán, que hizo largamente un buen primer tramo; decidió cerrarlo temprano, se olvidó de atacar, limitó los tiempos y trató casi siempre, de tener al reloj como aliado al punto de resignar una diferencia mayor. Resguardó casi, toda posibilidad ofensiva para priorizar la posesión metiéndole la presión al rival.Ya en tiempo de descuento, cuando se venía advirtiendo el festejo visitante un cabezazo de Mauro Villegas materializó un empate agridulce porque el Globo se le escapó la ilusión y quedó al limite del adiós, con números que no le cierran. Tampoco a Newbery parece ayudarle la calculadora, obligado a todo con casi nada. Sin jugar, la CAI ahora tiene un medio boleto para jugar la siguiente fase y podrá comprarlo íntegro con un triunfo más. Un reclamo generalizado contra el árbitro Danilo Viola que involucró a jugadores, cuerpo técnico y allegados le puso un final abrupto al clásico que dejó más tela para cortar afuera, en el karma de las presiones domésticas y el público que no es público, convirtiéndose en protagonista.#

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Jorge Newbery y Huracán volvieron a empatar en el clásico comodorense y el resultado favorece a la CAI.
24 ENE 2021 - 21:00

Había para los dos un solo resultado que valía. Pensar solamente en el empate, los condicionaba y les marcaba la cancha con nerviosismo antes de empezar. Newbery cambió dibujo y piezas con Nieto, Marchant y Aguilar de entrada en puestos que no terminaban de convencer. Huracán hizo lo propio con los debuts del ex Chicago, Adrián González y Jose Chacón más Tureo para reforzar el funcionamiento del medio.

Tanta necesidad los llevó al apriete extremo. Todo se jugó al límite, intensidad por sobre precisión con el juego guardado en el freezer. Nadie ganó en la batalla de los volantes donde el primer soldado caído resultó Pablo Barrientos, estratega del “Lobo”, lesionado a los 15’ tras una fuerte entrada.

En la primera que rompió el trámite del cotejo, Huracán tuvo a Chiquichano en el armado; Tureo la continuó entrando al área y finalmente, Brian Vega encontró la medida para tocar y definir un festejado 1-0. No tanto,por merecerlo, el Globo supo facturar la oportunidad y adelantarse quizás en el momento indicado.

La diferencia se sostuvo porque Newbery pese a esforzarse no sumó en ataque, muy lejos de Giacone. Apenas un cabezazo de Gastón Barrientos y demasiada ansiedad le fueron quitando chances en un partido que no admitió pausas, que no dio respiro y llenó de piernas todos los caminos.

Se adelantó en la cancha

Por eso, la necesidad lo llevó a adelantarse en el segundo tiempo y a poner en cancha a Eric Castro, uno con vértigo para romper.

Por ese lado llegó su chance. Jorge Aynol irrumpió en el área y entre amagues, llevó a la falta de Chiquichano que derivó en penal. Y el propio “Coki”, héroe aeronauta en los clásicos, esta vez no pudo ya que su remate, abajo y a la derecha, encontró el brazo del arquero Giacone.

Cuando la búsqueda se tornó desesperada. Adrian González despejó de la línea una proyección de Barrientos y enseguida, Luces Reynoso amenazó con un tiro libre traicionero que se desvió por centímetros. Con Newbery a fondo, apareció la solidez defensiva y el aguante colectivo para hacer eterno el 1-0.

La sensación futbolística era que Huracán, que hizo largamente un buen primer tramo; decidió cerrarlo temprano, se olvidó de atacar, limitó los tiempos y trató casi siempre, de tener al reloj como aliado al punto de resignar una diferencia mayor. Resguardó casi, toda posibilidad ofensiva para priorizar la posesión metiéndole la presión al rival.Ya en tiempo de descuento, cuando se venía advirtiendo el festejo visitante un cabezazo de Mauro Villegas materializó un empate agridulce porque el Globo se le escapó la ilusión y quedó al limite del adiós, con números que no le cierran. Tampoco a Newbery parece ayudarle la calculadora, obligado a todo con casi nada. Sin jugar, la CAI ahora tiene un medio boleto para jugar la siguiente fase y podrá comprarlo íntegro con un triunfo más. Un reclamo generalizado contra el árbitro Danilo Viola que involucró a jugadores, cuerpo técnico y allegados le puso un final abrupto al clásico que dejó más tela para cortar afuera, en el karma de las presiones domésticas y el público que no es público, convirtiéndose en protagonista.#


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