Ocho condenas para una banda que traía cocaína de máxima pureza directo desde Mar del Plata

La causa se llamó “Viajantes Nocturnos” ya que los traslados nunca eran de día. Un contacto en La Feliz proveía droga para Comodoro y Madryn. Los vigilaron 7 meses y los detuvieron en pleno convoy narco. Iban con 12 ladrillos de cocaína. Hay desde punteros hasta un empresario metalúrgico.

14 FEB 2021 - 20:38 | Actualizado

Por Rolando Tobarez / @rtobarez

En las escuchas telefónicas hablaban de traer a Chubut “una docena de empanadas” o de viajar a comprar 12 mil dólares cash para eludir a la AFIP. Pero en realidad ocultaban una conexión narco con Mar del Plata. Tras una vigilancia de siete meses, el Operativo “Viajantes Nocturnos” los capturó: llegaban a Puerto Madryn desde La Feliz en un convoy de tres coches con 12 ladrillos de cocaína de máxima pureza. La droga era para vender en Comodoro Rivadavia y Madryn.

El Tribunal Oral Federal de la ciudad petrolera condenó a Hugo “Gordo” Fabignani, por comercio de estupefacientes, a seis años y seis meses de prisión. Es un taxista de Mar del Plata que proveía la droga.

José Nicolás, alias “Cordobés” o “Pichón”, dueño de una metalúrgica en Madryn, a siete años de cárcel por comercio y transporte. Su esposa Rosa Parrado, por transporte y tenencia, fue sentenciada a tres años de prisión condicional. Hará 200 horas de trabajo comunitario. Sergio “Chepi” Rosales, empleado de la metalúrgica, fue sentenciado a cuatro años de prisión. Ya está alojado en la Comisaría 1ª de Trelew.

Carlos Pinto, alias “Cacho” o “Viejo”, fue condenado por comercio y transporte a siete años y seis meses de prisión. Es restaurador y criador de perros. Está preso en la U-15 de Río Gallegos.

La Justicia verificó su crecimiento patrimonial injustificado. Es dueño, por ejemplo, de un Toyota Corolla y un Ford Focus. Los vehículos también fueron filmados en la megacausa narco Arenas Blancas.

El mecánico Carlos “Totoca” López, dueño de un taller de motos en la ciudad petrolera, fue sentenciado por confabulación para comerciar droga a dos años de prisión en suspenso. Hará 200 horas de trabajo comunitario gratis. Víctor “Tito” Carrizo, por tenencia para vender, a cuatro años de prisión. Tiene hasta cuarto año de Derecho. Luis “Lucho” Aguilar es dueño de licencias de remis en Río Cuarto, Córdoba. Está preso en la Alcaidía de Comodoro. Por tenencia fue condenado a cuatro años y tres meses de prisión. Los tres últimos eran punteros y contactos de Pinto.

Fueron decomisados un Peugeot 308, un Peugeot 206, un Chevrolet Corsa, un Chevrolet Astra, un Toyota Corolla y una VW Amarok.

El origen

El caso lo disparó una denuncia de identidad reservada de un vecino de Comodoro, en marzo de 2017. Las filmaciones y vigilancias verificaron movimientos típicos del narcomenudeo en el barrio San Cayetano. Las escuchas telefónicas del grupo reflejaron acuerdos de pago, pedidos, entregas y reclamos. Había encuentros breves. Pinto se movía en Madryn, Buenos Aires y Trelew. Solía regresar a la ciudad petrolera con bultos.

La Policía detectó conversaciones de Nicolás con Fabignani pactando por “una docena de empanadas” y “doce mil dólares”. El marplatense le decía que “está todo bien” y que tenía todo preparado. Nicolás le exigía calidad: “La misma que la anterior y la posibilidad que Rosales la retire”; “Tomar las precauciones como la obra anterior”, “Cubrí todo para que no se desgrane”, “Es el mismo operativo que hicimos la otra vez, hay que cubrir la base”, “Tiene que salir revestido todo igual”, “Va a ir en la camioneta de la empresa”. Era la logística previa del viaje a La Feliz.

“¿Me garantizás que las sigan haciendo ricas como antes? Vamos a comer como la del otro día”, preguntaba Nicolás. Y Fabignani respondía: “Es la misma de siempre, la que llevaste, te garantizo, sabés como vas a comer empanadas gordo”.

Tres coches en fila

El 2 de diciembre Pinto estuvo en la metalúrgica de Madryn. Con Parrado, pareja de Nicolás, prepararon el habitáculo trasero de una Volkswagen Amarok. Ya era la madrugada del 3 de diciembre cuando Nicolás telefoneó a Rosales, su empleado: “El trabajito que te hablé salió, el lunes estamos de vuelta a la mañana”. Lo buscó en el barrio Pujol. Partieron por ruta 3: Rosales en el Corolla de Pinto y Nicolás en su Amarok.

Dejaron el Corolla en San Antonio Oeste. Sin descanso, Nicolás se sintió mal, mareado. Es diabético y no tenía su insulina.

En una escucha a su esposa le advertía: “Fijate lo que escribís, algunas palabras, porque si pasa algo te vas conmigo”.

En Mar del Plata se encontraron con Fabignani. Los tres en la Amarok fueron al edificio “Neptuno”. Cincuenta minutos después cargaron una mochila negra. Ya eran las 21.

A la vuelta

De regreso al sur, Nicolás siguió en la Amarok y Rosales buscó el Corolla en San Antonio. Ya era la mañana del 4 de diciembre.

En Sierra Grande todo el grupo se encontró para el regreso a Chubut. Primera iba Parrado en el Corolla avisando posibles controles; luego Pinto y Nicolás en la Amarok con la droga y cerraba Rosales en la Ranger.

La Amarok fue detenida en la balanza de Vialidad Nacional, entre Madryn y Arroyo Verde. Llevaban muchos dólares, pesos argentinos y mexicanos. En la parte trasera, los 12 ladrillos de nylon negro con cocaína.

El Corolla de Parrado fue interceptado en el cruce de ruta 3 y 2. Tenía $ 64.411, documentación de la metalúrgica de Nicolás, anotaciones con cifras, balas, cuchillos, una picana eléctrica, y cocaína. Luego detuvieron la Ford Ranger con Rosales al volante. Iba último.

El mismo día hubo varios allanamientos simultáneos en Madryn, Comodoro y Mar del Plata: hallaron balanzas digitales de precisión, nylon, cintas de embalar, mucho más dinero en efectivo nacional y extranjero, y droga lista para vender y consumir. Toda la cocaína era similar a la venida del norte, signo de que ya había varios viajes previos. También armas, celulares y municiones.

En la casa marplatense de Fabignani hallaron dos Peugeot 206, un Peugeot 308, un Chevrolet Astra, un VW Gol, un Ford Fiesta, un BMW 323, una Chevrolet S10 y una Chevrolet Blazer, un Seat León, una Toyota Hilux y tres Ford Ranger. Varios coches tenían paneles removidos y restos de cocaína. Y cinco tenían prohibición de circular.

En un monoambiente de Estados Árabes al 200, del barrio Roca de Comodoro, había una olla “Essen” con 15 envoltorios de cocaína. A ese “bulo” lo usaba Pinto para sus amantes y para sus insumos.

Buchón

En otra casa de Pinto, había anotaciones: “Lucho 85.000, Sincogote 80.000, Sin ceso 160.000, Poca vida 100 mil, Jorj 50 mil, Luch 40 mil, Sincogote 50 800 1.600, Sin 50.000, Cogote 40.000 160.000, 106.0000 Llony”. Y anotaciones de modelos de vehículos, color y dominio: eran 14 móviles policiales no identificables, utilizados por la División Policía de Investigaciones de Comodoro. Tenían un contacto en la fuerza.

En cuanto a a la trama en Comodoro, Pinto solía ir al taller de López. Ambos vivían en el San Cayetano. Mucha gente iba, se quedaba muy pocos minutos y se iba. Nadie llevaba motos para reparar. Los movimientos eran muy sugestivos. López confesó en el juicio oral y público que había participado del esquema “porque dejaba una ganancia”. Su situación se agravó porque vendió droga a personas vinculadas al Club Newbery.

En cuanto a los dos punteros, en casa de Aguilar hallaron una caja de rollos fotográficos con diez bochitas de cocaína. Carrizo siempre llevaba un bolso con una balanza digital, cocaína, 7.686 dólares y $ 17.300. Ambos eran contactos de Pinto.

En total eran 15 kilos de cocaína valuada en $ 25 millones, 300 mil pesos y 9.300 dólares. Al fallo lo firmaron Jorge Guanziroli, Mario Reynaldi y Alejandro Ruggero.#

“Un empresario cultivado y exitoso”

Una escucha telefónica muestra a José Nicolás advirtiendo: “Nosotros lo que tenemos que vender es buena merca, buena merca, buena merca”. En su caso, el Tribunal explicó: “Que Nicolás haya sido hasta entonces un empresario exitoso y cultivado en la localidad (por Madryn) no lo privó de cometer más graves delitos ocultos, preservando su fachada de honradez y fragilidad, con el único objetivo de asegurar su impunidad”.

“Mayores delitos y actos de corrupción recoge cotidianamente la prensa del país que se detectan, presentando sus autores las caretas de irreprochabilidad y honorabilidad, cuando no son más que vulgares delincuentes que al amparo de apariencias elaboradas esconden sus fechorías para seguir impunes”.

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14 FEB 2021 - 20:38

Por Rolando Tobarez / @rtobarez

En las escuchas telefónicas hablaban de traer a Chubut “una docena de empanadas” o de viajar a comprar 12 mil dólares cash para eludir a la AFIP. Pero en realidad ocultaban una conexión narco con Mar del Plata. Tras una vigilancia de siete meses, el Operativo “Viajantes Nocturnos” los capturó: llegaban a Puerto Madryn desde La Feliz en un convoy de tres coches con 12 ladrillos de cocaína de máxima pureza. La droga era para vender en Comodoro Rivadavia y Madryn.

El Tribunal Oral Federal de la ciudad petrolera condenó a Hugo “Gordo” Fabignani, por comercio de estupefacientes, a seis años y seis meses de prisión. Es un taxista de Mar del Plata que proveía la droga.

José Nicolás, alias “Cordobés” o “Pichón”, dueño de una metalúrgica en Madryn, a siete años de cárcel por comercio y transporte. Su esposa Rosa Parrado, por transporte y tenencia, fue sentenciada a tres años de prisión condicional. Hará 200 horas de trabajo comunitario. Sergio “Chepi” Rosales, empleado de la metalúrgica, fue sentenciado a cuatro años de prisión. Ya está alojado en la Comisaría 1ª de Trelew.

Carlos Pinto, alias “Cacho” o “Viejo”, fue condenado por comercio y transporte a siete años y seis meses de prisión. Es restaurador y criador de perros. Está preso en la U-15 de Río Gallegos.

La Justicia verificó su crecimiento patrimonial injustificado. Es dueño, por ejemplo, de un Toyota Corolla y un Ford Focus. Los vehículos también fueron filmados en la megacausa narco Arenas Blancas.

El mecánico Carlos “Totoca” López, dueño de un taller de motos en la ciudad petrolera, fue sentenciado por confabulación para comerciar droga a dos años de prisión en suspenso. Hará 200 horas de trabajo comunitario gratis. Víctor “Tito” Carrizo, por tenencia para vender, a cuatro años de prisión. Tiene hasta cuarto año de Derecho. Luis “Lucho” Aguilar es dueño de licencias de remis en Río Cuarto, Córdoba. Está preso en la Alcaidía de Comodoro. Por tenencia fue condenado a cuatro años y tres meses de prisión. Los tres últimos eran punteros y contactos de Pinto.

Fueron decomisados un Peugeot 308, un Peugeot 206, un Chevrolet Corsa, un Chevrolet Astra, un Toyota Corolla y una VW Amarok.

El origen

El caso lo disparó una denuncia de identidad reservada de un vecino de Comodoro, en marzo de 2017. Las filmaciones y vigilancias verificaron movimientos típicos del narcomenudeo en el barrio San Cayetano. Las escuchas telefónicas del grupo reflejaron acuerdos de pago, pedidos, entregas y reclamos. Había encuentros breves. Pinto se movía en Madryn, Buenos Aires y Trelew. Solía regresar a la ciudad petrolera con bultos.

La Policía detectó conversaciones de Nicolás con Fabignani pactando por “una docena de empanadas” y “doce mil dólares”. El marplatense le decía que “está todo bien” y que tenía todo preparado. Nicolás le exigía calidad: “La misma que la anterior y la posibilidad que Rosales la retire”; “Tomar las precauciones como la obra anterior”, “Cubrí todo para que no se desgrane”, “Es el mismo operativo que hicimos la otra vez, hay que cubrir la base”, “Tiene que salir revestido todo igual”, “Va a ir en la camioneta de la empresa”. Era la logística previa del viaje a La Feliz.

“¿Me garantizás que las sigan haciendo ricas como antes? Vamos a comer como la del otro día”, preguntaba Nicolás. Y Fabignani respondía: “Es la misma de siempre, la que llevaste, te garantizo, sabés como vas a comer empanadas gordo”.

Tres coches en fila

El 2 de diciembre Pinto estuvo en la metalúrgica de Madryn. Con Parrado, pareja de Nicolás, prepararon el habitáculo trasero de una Volkswagen Amarok. Ya era la madrugada del 3 de diciembre cuando Nicolás telefoneó a Rosales, su empleado: “El trabajito que te hablé salió, el lunes estamos de vuelta a la mañana”. Lo buscó en el barrio Pujol. Partieron por ruta 3: Rosales en el Corolla de Pinto y Nicolás en su Amarok.

Dejaron el Corolla en San Antonio Oeste. Sin descanso, Nicolás se sintió mal, mareado. Es diabético y no tenía su insulina.

En una escucha a su esposa le advertía: “Fijate lo que escribís, algunas palabras, porque si pasa algo te vas conmigo”.

En Mar del Plata se encontraron con Fabignani. Los tres en la Amarok fueron al edificio “Neptuno”. Cincuenta minutos después cargaron una mochila negra. Ya eran las 21.

A la vuelta

De regreso al sur, Nicolás siguió en la Amarok y Rosales buscó el Corolla en San Antonio. Ya era la mañana del 4 de diciembre.

En Sierra Grande todo el grupo se encontró para el regreso a Chubut. Primera iba Parrado en el Corolla avisando posibles controles; luego Pinto y Nicolás en la Amarok con la droga y cerraba Rosales en la Ranger.

La Amarok fue detenida en la balanza de Vialidad Nacional, entre Madryn y Arroyo Verde. Llevaban muchos dólares, pesos argentinos y mexicanos. En la parte trasera, los 12 ladrillos de nylon negro con cocaína.

El Corolla de Parrado fue interceptado en el cruce de ruta 3 y 2. Tenía $ 64.411, documentación de la metalúrgica de Nicolás, anotaciones con cifras, balas, cuchillos, una picana eléctrica, y cocaína. Luego detuvieron la Ford Ranger con Rosales al volante. Iba último.

El mismo día hubo varios allanamientos simultáneos en Madryn, Comodoro y Mar del Plata: hallaron balanzas digitales de precisión, nylon, cintas de embalar, mucho más dinero en efectivo nacional y extranjero, y droga lista para vender y consumir. Toda la cocaína era similar a la venida del norte, signo de que ya había varios viajes previos. También armas, celulares y municiones.

En la casa marplatense de Fabignani hallaron dos Peugeot 206, un Peugeot 308, un Chevrolet Astra, un VW Gol, un Ford Fiesta, un BMW 323, una Chevrolet S10 y una Chevrolet Blazer, un Seat León, una Toyota Hilux y tres Ford Ranger. Varios coches tenían paneles removidos y restos de cocaína. Y cinco tenían prohibición de circular.

En un monoambiente de Estados Árabes al 200, del barrio Roca de Comodoro, había una olla “Essen” con 15 envoltorios de cocaína. A ese “bulo” lo usaba Pinto para sus amantes y para sus insumos.

Buchón

En otra casa de Pinto, había anotaciones: “Lucho 85.000, Sincogote 80.000, Sin ceso 160.000, Poca vida 100 mil, Jorj 50 mil, Luch 40 mil, Sincogote 50 800 1.600, Sin 50.000, Cogote 40.000 160.000, 106.0000 Llony”. Y anotaciones de modelos de vehículos, color y dominio: eran 14 móviles policiales no identificables, utilizados por la División Policía de Investigaciones de Comodoro. Tenían un contacto en la fuerza.

En cuanto a a la trama en Comodoro, Pinto solía ir al taller de López. Ambos vivían en el San Cayetano. Mucha gente iba, se quedaba muy pocos minutos y se iba. Nadie llevaba motos para reparar. Los movimientos eran muy sugestivos. López confesó en el juicio oral y público que había participado del esquema “porque dejaba una ganancia”. Su situación se agravó porque vendió droga a personas vinculadas al Club Newbery.

En cuanto a los dos punteros, en casa de Aguilar hallaron una caja de rollos fotográficos con diez bochitas de cocaína. Carrizo siempre llevaba un bolso con una balanza digital, cocaína, 7.686 dólares y $ 17.300. Ambos eran contactos de Pinto.

En total eran 15 kilos de cocaína valuada en $ 25 millones, 300 mil pesos y 9.300 dólares. Al fallo lo firmaron Jorge Guanziroli, Mario Reynaldi y Alejandro Ruggero.#

“Un empresario cultivado y exitoso”

Una escucha telefónica muestra a José Nicolás advirtiendo: “Nosotros lo que tenemos que vender es buena merca, buena merca, buena merca”. En su caso, el Tribunal explicó: “Que Nicolás haya sido hasta entonces un empresario exitoso y cultivado en la localidad (por Madryn) no lo privó de cometer más graves delitos ocultos, preservando su fachada de honradez y fragilidad, con el único objetivo de asegurar su impunidad”.

“Mayores delitos y actos de corrupción recoge cotidianamente la prensa del país que se detectan, presentando sus autores las caretas de irreprochabilidad y honorabilidad, cuando no son más que vulgares delincuentes que al amparo de apariencias elaboradas esconden sus fechorías para seguir impunes”.


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