Urbana, bajo la lupa: subsidios, dudas y donaciones en el jugoso negocio de la basura

Es la concesionaria del servicio en Comodoro Rivadavia y Rada Tilly. Su contrato fue ampliado sin instancias legales hasta 2025. No cumple con las exigencias de “Puntos Verdes” fijos y móviles, ni con el ritmo de instalación comprometido de “iglúes” en distintos puntos de la ciudad petrolera.

14 JUN 2021 - 20:20 | Actualizado

La prestación de los servicios públicos en la ciudad de Comodoro Rivadavia y en particular el complejo esquema de subsidios con las que se beneficia a las empresas licenciatarias de algunas de esas prestatarias, vuelve a quedar bajo la lupa. En particular, el nuevo eje de discusión se ha planteado respecto al manejo de los residuos sólidos urbanos, un servicio que presta la empresa Urbana, concesionaria del servicio en Comodoro Rivadavia y Rada Tilly, cuyo contrato fue ampliado sin haber sorteado instancias legales hasta el 2025, no cumple con las especificaciones dispuestas en cuanto a los “Puntos Verdes” fijos y móviles, ni con la instalación comprometidos de “iglúes” en distintos puntos de la ciudad para avanzar en la concientización de la separación domiciliaria.

Esto incluía, además, la incorporación de un total de 12 mil contenedores a inicio del servicio, incrementando en 40 mensuales. Algo que, por ahora, no se sabe si fue cumplido.

Además, al declararse de “utilidad pública” se desconoce el total de kilos de basura acopiada e indirectamente la venta de cartón, papel, aluminios y plásticos que surgen de este proceso; tampoco el monto que esto representa y si en definitiva este ingreso adicional es destinado a la Municipalidad de Comodoro Rivadavia.

Paralelamente se presenta un esquema similar en cuanto a la chatarra compactada en la ciudad petrolera. Recién el año pasado se publicó en el Boletín Oficial municipal el resultante de la venta del material reciclado de la Planta de Tratamiento de Residuos de los últimos dos años.

En el año 2017 se produjo una modificación al contrato original y se determinó que gran parte del material reciclable se iba a donar directamente a entidades de bien público, entre ellos la Fundación Crecer, subsidiada por Provincia y la Municipalidad, con fines de comercialización. Este informe determinaba una ganancia de unos $ 5.400.000 por dos años de venta de material reciclado de los cuales casi $ 3 millones se destinaron al pago de fletes para transportar estos elementos al complejo nacional al que se lo envía para su reciclado. Suan SRL; Transportes Vesprini y Gómez TRL son las empresas informadas.

A dos años del vencimiento del contrato de concesión que tenía la empresa, el entonces intendente municipal de la ciudad petrolera, Néstor Di Pierro, adecuó el mismo, sin licitación mediante y en consecuencia sin competir en costos con otra empresa interesada, para asumir el manejo de la planta de Urbana que funciona en un predio municipal y cuyo producto resultante es propiedad del mismo poder concedente.

La empresa tiene contrato por el servicio de higiene urbana hasta 2025, diez años más de operación por encima del original.

Además, la planta actualmente funciona como “compactadora” y no cumple la tarea específica de reciclaje sin que el relleno sanitario destinado al entierro de las “balas” termine llenando su capacidad mucho antes de lo previsto. En definitiva, el negocio de la basura es una opción que hoy parecen capitalizar instituciones que ya cuentan con soporte económico del Estado y que hasta tienen a su cargo amplios predios en el centro de la ciudad destinados a estacionamiento “solidario” y avanzan con proyectos y obras en muchos casos, sostenidas por el propio municipio.

Urbana es subsidiada en un volumen mayor que el propio transporte público de pasajeros (lo presta la empresa Patagonia Argentina), lo cual pone en la lupa el esquema actual del manejo de los residuos.

Según el Presupuesto municipal 2021, la empresa Clear Urbana recibe $ 1.012.460.509 por prestar el servicio; $ 589.150.000 por tasa de recaudación y otros $ 900.316.983 en concepto de subsidios con otro agregado. Eso sumado al hecho de que no tienen ningún gasto administrativo para cobrar semejante cantidad de millones de pesos: es que la propia Municipalidad subsidia, imprime y paga el correo de la tasa de higiene urbana incluyendo las eventuales intimaciones para el cobro.

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14 JUN 2021 - 20:20

La prestación de los servicios públicos en la ciudad de Comodoro Rivadavia y en particular el complejo esquema de subsidios con las que se beneficia a las empresas licenciatarias de algunas de esas prestatarias, vuelve a quedar bajo la lupa. En particular, el nuevo eje de discusión se ha planteado respecto al manejo de los residuos sólidos urbanos, un servicio que presta la empresa Urbana, concesionaria del servicio en Comodoro Rivadavia y Rada Tilly, cuyo contrato fue ampliado sin haber sorteado instancias legales hasta el 2025, no cumple con las especificaciones dispuestas en cuanto a los “Puntos Verdes” fijos y móviles, ni con la instalación comprometidos de “iglúes” en distintos puntos de la ciudad para avanzar en la concientización de la separación domiciliaria.

Esto incluía, además, la incorporación de un total de 12 mil contenedores a inicio del servicio, incrementando en 40 mensuales. Algo que, por ahora, no se sabe si fue cumplido.

Además, al declararse de “utilidad pública” se desconoce el total de kilos de basura acopiada e indirectamente la venta de cartón, papel, aluminios y plásticos que surgen de este proceso; tampoco el monto que esto representa y si en definitiva este ingreso adicional es destinado a la Municipalidad de Comodoro Rivadavia.

Paralelamente se presenta un esquema similar en cuanto a la chatarra compactada en la ciudad petrolera. Recién el año pasado se publicó en el Boletín Oficial municipal el resultante de la venta del material reciclado de la Planta de Tratamiento de Residuos de los últimos dos años.

En el año 2017 se produjo una modificación al contrato original y se determinó que gran parte del material reciclable se iba a donar directamente a entidades de bien público, entre ellos la Fundación Crecer, subsidiada por Provincia y la Municipalidad, con fines de comercialización. Este informe determinaba una ganancia de unos $ 5.400.000 por dos años de venta de material reciclado de los cuales casi $ 3 millones se destinaron al pago de fletes para transportar estos elementos al complejo nacional al que se lo envía para su reciclado. Suan SRL; Transportes Vesprini y Gómez TRL son las empresas informadas.

A dos años del vencimiento del contrato de concesión que tenía la empresa, el entonces intendente municipal de la ciudad petrolera, Néstor Di Pierro, adecuó el mismo, sin licitación mediante y en consecuencia sin competir en costos con otra empresa interesada, para asumir el manejo de la planta de Urbana que funciona en un predio municipal y cuyo producto resultante es propiedad del mismo poder concedente.

La empresa tiene contrato por el servicio de higiene urbana hasta 2025, diez años más de operación por encima del original.

Además, la planta actualmente funciona como “compactadora” y no cumple la tarea específica de reciclaje sin que el relleno sanitario destinado al entierro de las “balas” termine llenando su capacidad mucho antes de lo previsto. En definitiva, el negocio de la basura es una opción que hoy parecen capitalizar instituciones que ya cuentan con soporte económico del Estado y que hasta tienen a su cargo amplios predios en el centro de la ciudad destinados a estacionamiento “solidario” y avanzan con proyectos y obras en muchos casos, sostenidas por el propio municipio.

Urbana es subsidiada en un volumen mayor que el propio transporte público de pasajeros (lo presta la empresa Patagonia Argentina), lo cual pone en la lupa el esquema actual del manejo de los residuos.

Según el Presupuesto municipal 2021, la empresa Clear Urbana recibe $ 1.012.460.509 por prestar el servicio; $ 589.150.000 por tasa de recaudación y otros $ 900.316.983 en concepto de subsidios con otro agregado. Eso sumado al hecho de que no tienen ningún gasto administrativo para cobrar semejante cantidad de millones de pesos: es que la propia Municipalidad subsidia, imprime y paga el correo de la tasa de higiene urbana incluyendo las eventuales intimaciones para el cobro.


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