La clave del día / Una luz en el camino

17 JUN 2021 - 21:09 | Actualizado

Los jóvenes son las primeras víctimas de la crisis educativa en Chubut. Es cierto que la pandemia desbarató el mundo tal como lo conocíamos y que el Covid abrió viejas heridas, pero la educación en la provincia ya exclamaba un socorro desde antes de 2020. Las víctimas de esta debacle escolar se observan continuamente: cuando no son los docentes por la deuda de sueldos, son los estudiantes por falta de clases o cierre de escuelas sin mantenimiento. Pero el que sufre siempre es el mismo: el futuro de los chicos.

¿Qué incentivo hay para un joven en una provincia donde los ciclos lectivos son interrumpidos año tras año, que es privado de su derecho a la educación de acuerdo a la ola que está por venir, y que al acabar es despachado a una realidad sin inserción laboral y de irrisorias oportunidades? Ante este panorama desolador, en Comodoro Rivadavia surge un plan que pretende enderezar este curso poniendo el foco en la motivación.

Se trata de un régimen de apoyo educativo en los barrios.

Uno de sus objetivos centrales es trabajar sobre la estimulación escolar. Dar propósitos a los chicos para que afronten su educación con optimismo. Reconstruir el deseo de aprender y fortalecer el lazo con la escuela.

Busca dar una mano frente al escaso acompañamiento familiar que deja a tantos chicos al borde de la repitencia y el abandono escolar.

Con frecuencia hablamos de la educación en Chubut como un flagelo. Va siendo tiempo de reconocer las prioridades y poner las cosas en orden para tener algo de qué enorgullecernos cuando veamos a los jóvenes del mañana.

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17 JUN 2021 - 21:09

Los jóvenes son las primeras víctimas de la crisis educativa en Chubut. Es cierto que la pandemia desbarató el mundo tal como lo conocíamos y que el Covid abrió viejas heridas, pero la educación en la provincia ya exclamaba un socorro desde antes de 2020. Las víctimas de esta debacle escolar se observan continuamente: cuando no son los docentes por la deuda de sueldos, son los estudiantes por falta de clases o cierre de escuelas sin mantenimiento. Pero el que sufre siempre es el mismo: el futuro de los chicos.

¿Qué incentivo hay para un joven en una provincia donde los ciclos lectivos son interrumpidos año tras año, que es privado de su derecho a la educación de acuerdo a la ola que está por venir, y que al acabar es despachado a una realidad sin inserción laboral y de irrisorias oportunidades? Ante este panorama desolador, en Comodoro Rivadavia surge un plan que pretende enderezar este curso poniendo el foco en la motivación.

Se trata de un régimen de apoyo educativo en los barrios.

Uno de sus objetivos centrales es trabajar sobre la estimulación escolar. Dar propósitos a los chicos para que afronten su educación con optimismo. Reconstruir el deseo de aprender y fortalecer el lazo con la escuela.

Busca dar una mano frente al escaso acompañamiento familiar que deja a tantos chicos al borde de la repitencia y el abandono escolar.

Con frecuencia hablamos de la educación en Chubut como un flagelo. Va siendo tiempo de reconocer las prioridades y poner las cosas en orden para tener algo de qué enorgullecernos cuando veamos a los jóvenes del mañana.


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