“De un cuerpo sano se pueden salvar hasta siete vidas”

Caren Goddio, coordinadora en Chubut de CAITAT.

04 JUL 2021 - 20:34 | Actualizado

Concientizar es parte de una cadena compleja que involucra a la Salud, la demanda extrema y ni más ni menos, la “sobrevida” en otras personas con un efecto salvador.

Los pacientes con una enfermedad terminal en algún órgano como riñón, corazón o pulmón o daños en tejidos como la córnea, válvula cardíaca, piel o hueso pueden recibir un implante a través de una ablación mediante un donante cadavérico o vivo.

Este procedimiento contado en términos prácticos, sin tecnicismo puede convertirse en una tabla salvadora para quienes transitan un diagnóstico cierto o tienen su propia vida en riesgo.

Caren Goddio, coordinadora jurisdiccional de CAITAT, describe que de un cuerpo sano considerado multiorgánico se pueden salvar hasta siete vidas. Se ablacionan riñones, riñón y páncreas en bloque; hígado; hígado y riñón en bloque; corazón y corazón-pulmón; córneas; tejido para válvulas cardíacas e inclusive intestinos.

“El proceso comienza cuando se detecta un potencial donante, que tiene criterio de muerte encefálica. Ahí interviene la gente abocada al mantenimiento de ese donante y la guardia médica operativa que tiene INCUCAI a nivel central. Se realizan los estudios serológicos y de sangre para abrir las listas de espera de acuerdo al grupo sanguíneo y el HLA del potencial donante. Cuando están los órganos para distribuir se trabaja en la logística. Son trabajos en paralelo.

Los centros de trasplante localizan a los pacientes de la provincia para hacerlos viajar ya que el tiempo que se requiere es de 24 a 36 horas desde la declaración de la muerte encefálica. “La ley Justina –dijo Goddio- establece que toda persona mayor de 18 años es donante salvo que exprese lo contrario. A la hora de tomar una decisión, charlada con la familia se plantea y si no hay una negativa, se avanza y es más aceptado. Cuando se declara muerta a una persona es un duelo, una situación triste y era un peso innecesario tener que decidir”. La referente provincial del INCUCAI, considera que hay más conciencia y que esta visibilidad facilitó la decisión.

En vida se puede decidir ser donante voluntario de médula ósea, mediante una muestra de sangre. “Se envía a un banco nacional y a otro mundial quedando un registro al que se puede acceder en el caso de que se necesitara un donante si no hubiera ningún familiar compatible”.

“En los cinco centros –dijo Goddio- de hemoterapia que hay en la provincia se hace captación de médula ósea. Se hacen campañas y cuando la gente va a donar sangre; es cuando se concientiza y se promociona la donación de médula.

Hay centros de Asociaciones Civiles o que siendo trasplantada genera y comparte información”. En este caso el requisito es ser mayor de 40 años y haber sido donante voluntario de sangre.

En Chubut hay 117 pacientes en espera: 74 son renales; 19 esperan córneas, hay 12 hepáticos, 4 de renopancreas; uno de corazón; 3 pulmones y 1 caso hepatorenal. Este año se trasplantaron 4 renales,1 hepático y 2 pulmonares.

“Cuando hay un potencial donante en la provincia, se mira es la histocompatibilidad; las listas de espera se abren primero para la demanda nacional y se sigue por lo que se necesita en la provincia. La compatibilidad es clave para avanzar con el trasplante”.

La pandemia afectó la logística entre provincias debido a la imposibilidad de trasladarse de los pacientes. “El órgano va siempre al paciente que está más grave”, acotó.“En pandemia la procuración disminuyó. Puede haber potenciales donantes en la provincia pero si no tengo receptores compatibles por características específicas”. Los últimos tres casos de trasplantes de pacientes chubutenses se hicieron con órganos de Río Negro. “No tenían en su lista de espera pacientes compatibles por lo que entraron los anotados de Chubut por cercanía patagónica”.

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04 JUL 2021 - 20:34

Concientizar es parte de una cadena compleja que involucra a la Salud, la demanda extrema y ni más ni menos, la “sobrevida” en otras personas con un efecto salvador.

Los pacientes con una enfermedad terminal en algún órgano como riñón, corazón o pulmón o daños en tejidos como la córnea, válvula cardíaca, piel o hueso pueden recibir un implante a través de una ablación mediante un donante cadavérico o vivo.

Este procedimiento contado en términos prácticos, sin tecnicismo puede convertirse en una tabla salvadora para quienes transitan un diagnóstico cierto o tienen su propia vida en riesgo.

Caren Goddio, coordinadora jurisdiccional de CAITAT, describe que de un cuerpo sano considerado multiorgánico se pueden salvar hasta siete vidas. Se ablacionan riñones, riñón y páncreas en bloque; hígado; hígado y riñón en bloque; corazón y corazón-pulmón; córneas; tejido para válvulas cardíacas e inclusive intestinos.

“El proceso comienza cuando se detecta un potencial donante, que tiene criterio de muerte encefálica. Ahí interviene la gente abocada al mantenimiento de ese donante y la guardia médica operativa que tiene INCUCAI a nivel central. Se realizan los estudios serológicos y de sangre para abrir las listas de espera de acuerdo al grupo sanguíneo y el HLA del potencial donante. Cuando están los órganos para distribuir se trabaja en la logística. Son trabajos en paralelo.

Los centros de trasplante localizan a los pacientes de la provincia para hacerlos viajar ya que el tiempo que se requiere es de 24 a 36 horas desde la declaración de la muerte encefálica. “La ley Justina –dijo Goddio- establece que toda persona mayor de 18 años es donante salvo que exprese lo contrario. A la hora de tomar una decisión, charlada con la familia se plantea y si no hay una negativa, se avanza y es más aceptado. Cuando se declara muerta a una persona es un duelo, una situación triste y era un peso innecesario tener que decidir”. La referente provincial del INCUCAI, considera que hay más conciencia y que esta visibilidad facilitó la decisión.

En vida se puede decidir ser donante voluntario de médula ósea, mediante una muestra de sangre. “Se envía a un banco nacional y a otro mundial quedando un registro al que se puede acceder en el caso de que se necesitara un donante si no hubiera ningún familiar compatible”.

“En los cinco centros –dijo Goddio- de hemoterapia que hay en la provincia se hace captación de médula ósea. Se hacen campañas y cuando la gente va a donar sangre; es cuando se concientiza y se promociona la donación de médula.

Hay centros de Asociaciones Civiles o que siendo trasplantada genera y comparte información”. En este caso el requisito es ser mayor de 40 años y haber sido donante voluntario de sangre.

En Chubut hay 117 pacientes en espera: 74 son renales; 19 esperan córneas, hay 12 hepáticos, 4 de renopancreas; uno de corazón; 3 pulmones y 1 caso hepatorenal. Este año se trasplantaron 4 renales,1 hepático y 2 pulmonares.

“Cuando hay un potencial donante en la provincia, se mira es la histocompatibilidad; las listas de espera se abren primero para la demanda nacional y se sigue por lo que se necesita en la provincia. La compatibilidad es clave para avanzar con el trasplante”.

La pandemia afectó la logística entre provincias debido a la imposibilidad de trasladarse de los pacientes. “El órgano va siempre al paciente que está más grave”, acotó.“En pandemia la procuración disminuyó. Puede haber potenciales donantes en la provincia pero si no tengo receptores compatibles por características específicas”. Los últimos tres casos de trasplantes de pacientes chubutenses se hicieron con órganos de Río Negro. “No tenían en su lista de espera pacientes compatibles por lo que entraron los anotados de Chubut por cercanía patagónica”.


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