“Roca se ha convertido en un chivo expiatorio”

El Concejo Deliberante de Trelew impuso el cambio de nombre para la calle Julio A. Roca. “Roca es el blanco predilecto en este nuevo siglo”, opinó el historiador Hugo Santos.

El historiador Hugo Santos reivindica la figura histórica de Roca.
01 ENE 2022 - 18:51 | Actualizado

Después de que el Concejo Deliberante de Trelew derogara la ordenanza 26 que imponía el nombre de “Julio A. Roca” a una calle céntrica de la ciudad, hubo opiniones encontradas que apoyaban o rechazaban la determinación, que acaba con una consulta abierta a comunidades aborígenes para que elijan el nuevo nombre.

El historiador Hugo Santos, en diálogo con Cadena Tiempo, trajo el antecedente del Lago Roca, del Parque Nacional Tierra del Fuego, que cambió su nombre a Lago Acigami. “Roca es el blanco predilecto en este nuevo siglo y se lo convirtió en un chivo expiatorio”, aseveró el historiador. Dando un marco histórico, explicó: “La soberanía argentina en Tierra del Fuego y el inicio de la presencia argentina en la Antártida por la cual podemos reclamar más de cien años de presencia continua, se han dado en la presidencia de Roca”.

Según Santos, la Prefectura Marítima de Ushuaia y la de la Isla de los Estados se edificaron en 1884 durante la primera presidencia de Roca. “En mi libro postulo que en ese momento se encontraba en Ushuaia la misión anglicana que le enseñaba a los nativos el inglés, una iglesia que tenía como jefe la reina de Inglaterra. La llegada de Augusto Lasserre en 1884 le puso un límite a la expansión británica sobre nuestro territorio”.

Desde el punto de vista geopolítico en el que se centra Hugo Santos, la acción de Roca y de la generación del 80 en la Patagonia fue fundamental para exigir la soberanía de los territorios australes de nuestro país. “Si no fuera por la acción desarrollada en sus gobiernos, creo que no estaríamos hablando de una Patagonia o Antártida argentina, y la debilidad para poder reclamar las Malvinas, que es un reclamo tan fuerte en nuestro pueblo”.

“Roca ha realizado las acciones más importantes para consolidar la presencia de Argentina en aquella región”, aseguró Santos. “Sé que hay críticas muy fuertes a la Conquista del Desierto, pero creo que un personaje historia tiene un ‘debe’ y un ‘haber’, y en el ‘debe’ hay cosas muy importantes para rescatar”.

Para Santos es un error muy vigente ver el pasado con los ojos del presente. “Uno puede no estar de acuerdo con la mentalidad de una época, pero hay que entender que esa era la mentalidad e intentar ver con categorías actuales lo que pasaba en ese tiempo. En el último cuarto del siglo XIX ocurría el desarrollo del positivismo, la creencia en la ciencia y la civilización. Eso estaba llamado a solucionar todos los problemas del ser humano. Los pueblos originarios eran pueblos incivilizados a los que había que llevarles la civilización”.

El historiador indicó que en aquella época se debatían dos situaciones. Por un lado, los que pretendían borrar a los originarios de la faz del planeta, incluyendo a Sarmiento con su libro “Civilización y barbarie” donde lo español, criollo, indio y negro eran lo negativo de Argentina. Por otro lado, quienes querían que los pueblos originarios se integraran, lo cual era perder su cultura por una cultura “superior”, y eran condenados a desaparecer perdiendo su idioma y sus costumbres. “La solución del garrote o la civilizatorio implicaban la desaparición de esos grupos étnicos. El respeto a la diversidad cultural es propio de nuestro siglo”. #

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El historiador Hugo Santos reivindica la figura histórica de Roca.
01 ENE 2022 - 18:51

Después de que el Concejo Deliberante de Trelew derogara la ordenanza 26 que imponía el nombre de “Julio A. Roca” a una calle céntrica de la ciudad, hubo opiniones encontradas que apoyaban o rechazaban la determinación, que acaba con una consulta abierta a comunidades aborígenes para que elijan el nuevo nombre.

El historiador Hugo Santos, en diálogo con Cadena Tiempo, trajo el antecedente del Lago Roca, del Parque Nacional Tierra del Fuego, que cambió su nombre a Lago Acigami. “Roca es el blanco predilecto en este nuevo siglo y se lo convirtió en un chivo expiatorio”, aseveró el historiador. Dando un marco histórico, explicó: “La soberanía argentina en Tierra del Fuego y el inicio de la presencia argentina en la Antártida por la cual podemos reclamar más de cien años de presencia continua, se han dado en la presidencia de Roca”.

Según Santos, la Prefectura Marítima de Ushuaia y la de la Isla de los Estados se edificaron en 1884 durante la primera presidencia de Roca. “En mi libro postulo que en ese momento se encontraba en Ushuaia la misión anglicana que le enseñaba a los nativos el inglés, una iglesia que tenía como jefe la reina de Inglaterra. La llegada de Augusto Lasserre en 1884 le puso un límite a la expansión británica sobre nuestro territorio”.

Desde el punto de vista geopolítico en el que se centra Hugo Santos, la acción de Roca y de la generación del 80 en la Patagonia fue fundamental para exigir la soberanía de los territorios australes de nuestro país. “Si no fuera por la acción desarrollada en sus gobiernos, creo que no estaríamos hablando de una Patagonia o Antártida argentina, y la debilidad para poder reclamar las Malvinas, que es un reclamo tan fuerte en nuestro pueblo”.

“Roca ha realizado las acciones más importantes para consolidar la presencia de Argentina en aquella región”, aseguró Santos. “Sé que hay críticas muy fuertes a la Conquista del Desierto, pero creo que un personaje historia tiene un ‘debe’ y un ‘haber’, y en el ‘debe’ hay cosas muy importantes para rescatar”.

Para Santos es un error muy vigente ver el pasado con los ojos del presente. “Uno puede no estar de acuerdo con la mentalidad de una época, pero hay que entender que esa era la mentalidad e intentar ver con categorías actuales lo que pasaba en ese tiempo. En el último cuarto del siglo XIX ocurría el desarrollo del positivismo, la creencia en la ciencia y la civilización. Eso estaba llamado a solucionar todos los problemas del ser humano. Los pueblos originarios eran pueblos incivilizados a los que había que llevarles la civilización”.

El historiador indicó que en aquella época se debatían dos situaciones. Por un lado, los que pretendían borrar a los originarios de la faz del planeta, incluyendo a Sarmiento con su libro “Civilización y barbarie” donde lo español, criollo, indio y negro eran lo negativo de Argentina. Por otro lado, quienes querían que los pueblos originarios se integraran, lo cual era perder su cultura por una cultura “superior”, y eran condenados a desaparecer perdiendo su idioma y sus costumbres. “La solución del garrote o la civilizatorio implicaban la desaparición de esos grupos étnicos. El respeto a la diversidad cultural es propio de nuestro siglo”. #


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