“Es una linda locura. En realidad cambiamos el estilo de vida que teníamos; vivíamos con Carolina, mi novia, en Capital, trabajamos durante todo el día y casi no podíamos vernos en ningún momento, salvo a la noche y ya cansados y solo los fines de semana. Yo trabajaba en publicidad y ella, era administrativa en un depósito de hierro”, relató uno de los protagonistas del proyecto viajero que puede seguirse en las redes vía rodando.en.chata en Instagram y Rodando en Chata en Facebook.
Reconoce el cansancio que generó esa rutina y hasta la sensación de hastío que podría alterarlo todo. Los ruidos del microcentro, los autos y miles de personas llenando el ambiente los llevaron a hacer el click necesario. “Nos conocimos en el norte, viajando cada uno por su lado en 2016. Al año siguiente nos volvimos a cruzar pero ya en Perú. Trabajamos todo el año y en verano salíamos cada uno por la suya pero en el tercer año empezamos a tener más onda y nos fuimos a recorrer el Amazonas juntos. Y después decidimos comprar un vehículo o una camioneta para seguir viajando. Eso claramente es lo que nos gusta hacer y es también el estilo de vida que queríamos”, contó
“Nos compramos una Estanciera modelo 65. Hicimos algunos arreglos y nos lanzamos a la aventura en 2019. Salimos sin la idea de hacer Ushuaia-Alaska sino pensando en el norte para recorrer y después cruzar a Bolivia, Perú y Ecuador pero en marzo de 2020 se frenó todo por la pandemia”.
El paso por Comodoro con la consigna grabada de “Rodando en chata” implicó un pase por boxes y generar algunos recursos mediante la venta de cuadernos y agendas que se encuadernan artesanalmente “sobre ruedas” utilizando papel de caña.
Las preguntas sobre el viaje y las reparaciones necesarias para “Killay”, el apodo que recibió su casa-rodado, les han permitido interactuar y entablar un diálogo diferente. “Ahora vamos con rumbo a Ushuaia muy lentamente, el viaje tiene que ver con eso, el vínculo con la gente que es lo que más nos llevamos junto a los paisajes, los kilómetros y todo lo demás. Eso es lo que más nos llena”, reconocen.
“En Comodoro lo que más nos sorprendió y mucho es la amabilidad de la gente y la curiosidad por consultar y preguntarnos cosas sobre el viaje. Es una ciudad grande y eso no se ve, es más común en los pueblos”.
Con la simpleza de los viajes sin fecha, sin vouchers y sin check in la joven pareja entiende que la vida es en sí una aventura. “Es así, cuando uno se decide por lo realmente quiere las cosas van saliendo. Y cuando hay adversidad, la encarás contento porque vas por el camino que se eligió”.
Aunque el viejo vehículo haya sufrido modificaciones. (“La camperizamos, cocinamos, hicimos bauleras y podemos abrir la cama para dormir”), los kilómetros y el largo tiempo compartido hacen que el vínculo se fortalezca y a la vez, maneje consignas claras. “No se puede estar peleado en un lugar reducido. Nos obliga a hablar cuando surge alguna aspereza para poder resolverlo en ese momento”.
“Desde Ushuaia recorreremos todo el país y siempre y cuando, la pandemia permita la apertura de las fronteras, saldremos con rumbo al norte ya que la idea es cruzar todo el continente”, resumieron.#
“Es una linda locura. En realidad cambiamos el estilo de vida que teníamos; vivíamos con Carolina, mi novia, en Capital, trabajamos durante todo el día y casi no podíamos vernos en ningún momento, salvo a la noche y ya cansados y solo los fines de semana. Yo trabajaba en publicidad y ella, era administrativa en un depósito de hierro”, relató uno de los protagonistas del proyecto viajero que puede seguirse en las redes vía rodando.en.chata en Instagram y Rodando en Chata en Facebook.
Reconoce el cansancio que generó esa rutina y hasta la sensación de hastío que podría alterarlo todo. Los ruidos del microcentro, los autos y miles de personas llenando el ambiente los llevaron a hacer el click necesario. “Nos conocimos en el norte, viajando cada uno por su lado en 2016. Al año siguiente nos volvimos a cruzar pero ya en Perú. Trabajamos todo el año y en verano salíamos cada uno por la suya pero en el tercer año empezamos a tener más onda y nos fuimos a recorrer el Amazonas juntos. Y después decidimos comprar un vehículo o una camioneta para seguir viajando. Eso claramente es lo que nos gusta hacer y es también el estilo de vida que queríamos”, contó
“Nos compramos una Estanciera modelo 65. Hicimos algunos arreglos y nos lanzamos a la aventura en 2019. Salimos sin la idea de hacer Ushuaia-Alaska sino pensando en el norte para recorrer y después cruzar a Bolivia, Perú y Ecuador pero en marzo de 2020 se frenó todo por la pandemia”.
El paso por Comodoro con la consigna grabada de “Rodando en chata” implicó un pase por boxes y generar algunos recursos mediante la venta de cuadernos y agendas que se encuadernan artesanalmente “sobre ruedas” utilizando papel de caña.
Las preguntas sobre el viaje y las reparaciones necesarias para “Killay”, el apodo que recibió su casa-rodado, les han permitido interactuar y entablar un diálogo diferente. “Ahora vamos con rumbo a Ushuaia muy lentamente, el viaje tiene que ver con eso, el vínculo con la gente que es lo que más nos llevamos junto a los paisajes, los kilómetros y todo lo demás. Eso es lo que más nos llena”, reconocen.
“En Comodoro lo que más nos sorprendió y mucho es la amabilidad de la gente y la curiosidad por consultar y preguntarnos cosas sobre el viaje. Es una ciudad grande y eso no se ve, es más común en los pueblos”.
Con la simpleza de los viajes sin fecha, sin vouchers y sin check in la joven pareja entiende que la vida es en sí una aventura. “Es así, cuando uno se decide por lo realmente quiere las cosas van saliendo. Y cuando hay adversidad, la encarás contento porque vas por el camino que se eligió”.
Aunque el viejo vehículo haya sufrido modificaciones. (“La camperizamos, cocinamos, hicimos bauleras y podemos abrir la cama para dormir”), los kilómetros y el largo tiempo compartido hacen que el vínculo se fortalezca y a la vez, maneje consignas claras. “No se puede estar peleado en un lugar reducido. Nos obliga a hablar cuando surge alguna aspereza para poder resolverlo en ese momento”.
“Desde Ushuaia recorreremos todo el país y siempre y cuando, la pandemia permita la apertura de las fronteras, saldremos con rumbo al norte ya que la idea es cruzar todo el continente”, resumieron.#