Otro animal de nuestra fauna fue devuelto a su entorno natural. Se trata de Nému, una guanaca recién nacida que había sido encontrada en un alambrado, enganchada y herida. Después de tres meses de rehabilitación junto al calor de una familia de Puerto Madryn, finalmente fue puesta en libertad en una estancia de Península Valdés. La chulenga oteó el horizonte patagónico, casi infinito, y empezó a correr, sin alejarse demasiado de los humanos. Tal era el cariño que le tenía a sus cuidadores.
Esa guanaca podrá reproducirse en un futuro y continuar el ciclo natural de la vida. Este hermoso gesto de preservación de nuestra fauna nos invita a comprender el entorno frágil en el que vivimos y cómo una simple acción puede salvar a un ser vivo. Un animal herido puede ser recuperado y devuelto a su hábitat con mayor o menor éxito, pero intentarlo vale la pena.
Algunas conductas animales nos confunden. La semana pasada, en Puerto Deseado, fue puesto en libertad un ejemplar de Pingüino Rey que unas personas habían llevado hasta las oficinas de turismo. Se lo suponía enfermo. Luego de una revisión, se constató que se encontraba en período de muda de plumas, un momento de vulnerabilidad para el animal en el que preserva su energía. Aquellas personas, preocupadas, notaron un comportamiento que creyeron inusual y decidieron actuar.
A veces las conductas animales nos resultan incomprensibles y optamos por intervenir. En cualquier caso, conviene acudir a un guardafauna o veterinario.
Otro animal de nuestra fauna fue devuelto a su entorno natural. Se trata de Nému, una guanaca recién nacida que había sido encontrada en un alambrado, enganchada y herida. Después de tres meses de rehabilitación junto al calor de una familia de Puerto Madryn, finalmente fue puesta en libertad en una estancia de Península Valdés. La chulenga oteó el horizonte patagónico, casi infinito, y empezó a correr, sin alejarse demasiado de los humanos. Tal era el cariño que le tenía a sus cuidadores.
Esa guanaca podrá reproducirse en un futuro y continuar el ciclo natural de la vida. Este hermoso gesto de preservación de nuestra fauna nos invita a comprender el entorno frágil en el que vivimos y cómo una simple acción puede salvar a un ser vivo. Un animal herido puede ser recuperado y devuelto a su hábitat con mayor o menor éxito, pero intentarlo vale la pena.
Algunas conductas animales nos confunden. La semana pasada, en Puerto Deseado, fue puesto en libertad un ejemplar de Pingüino Rey que unas personas habían llevado hasta las oficinas de turismo. Se lo suponía enfermo. Luego de una revisión, se constató que se encontraba en período de muda de plumas, un momento de vulnerabilidad para el animal en el que preserva su energía. Aquellas personas, preocupadas, notaron un comportamiento que creyeron inusual y decidieron actuar.
A veces las conductas animales nos resultan incomprensibles y optamos por intervenir. En cualquier caso, conviene acudir a un guardafauna o veterinario.