Trelew: cuidar a los Bomberos

Cómo trabaja Primeros Auxilios Emocionales, el área del cuartel que se ocupa de cuidar la salud mental de los servidores públicos en las situaciones límite.

Auxilio. José Alí, Maximiliano Álvarez y Walter Giménez son los bomberos que se ocupan de atender un aspecto clave para las emergencias.
06 MAR 2022 - 20:19 | Actualizado

Por Meirion Griffiths

Hace menos de un año que en Trelew funciona una unidad especializada en la salud emocional de los Bomberos Voluntarios del cuartel local. Es una novedad en tiempos donde se intenta cambiar perspectivas de otras épocas a la hora de formar a un bombero. Incluso se contempla una manera distinta de “curtirlos”, sin dañarlo física ni psicológicamente.

El equipo está integrado por experimentados bomberos que en los últimos años han profundizado sus conocimientos en torno a cómo puede deteriorarse la salud de una persona enfrentada constantemente a las emergencias y qué hacer para prevenirse.

José Alí es un reconocido bombero y está al frente del equipo. En total son tres junto a sus pares Maximiliano Álvarez y Walter Giménez. Alí precisó que “en todo el país se está desarrollando esto. En Chubut hicieron punta Comodoro Rivadavia, hace 4 años, y Esquel. Nosotros el 1º de mayo cumplimos un año. Hicimos cursos de primeros auxilios psicológicos. Con una psicóloga de Emergencias de Guadalajara, México, Dagny Castañeda, también tuvimos formación de manera virtual”, remarcó.

“El área se denomina Primeros Auxilios Emocionales (PAE). Brindamos auxilio a las personas afectadas en una emergencia. Tenemos capacitaciones en primeros auxilios y nos estamos capacitando en lenguaje de señas entre otros cursos”, contó Álvarez, miembro del Cuerpo Activo.

La jefatura del cuartel, comandado por Cristian Otero, celebró el avance del proyecto. El segundo jefe, Hernán Montes de Oca, fue el anfitrión de Jornada.

El subjefe habló de cómo se toma la existencia de una unidad así en el ámbito de bomberos. “Tuvimos psicólogos que han venido acá, pero nadie le habla al psicólogo, por eso se creó esto” reveló. “Para cualquier bombero tener que explicarle a otra persona que no lo es lo que sentimos nosotros, explicarle la presión durante una maniobra, es difícil de que se pueda entender”.

Mencionó que “el 90 % de los bomberos son voluntarios, incide mucho la vida particular. La carga emocional en cada emergencia es distinta, y hay que sumar la carga personal que uno pueda tener”.

Sobre cómo y cuándo saben en qué casos intervenir, si lo hacen de oficio o si alguien les da intervención por fuera del cuartel, habló Giménez. Es uno de los más experimentados en años del cuartel. Hizo una diplomatura relacionada a la Psicología de la Emergencia en la Universidad Católica de Cuyo, sede San Luis con el patrocinio de la Asociación de Bomberos. “Hasta ahora no nos han dado intervención en casos fuera del cuartel. Convengamos que el grupo recién va a cumplir un año, si bien nos venimos formando desde 2020. En enero de 2021 entregamos el proyecto que fue aprobado en mayo y ahí comenzamos”, enumeró Giménez.

Se concentran en 2 ramas para trabajar a la par de formarse constantemente: las víctimas y sus familiares y el primer interviniente, el bombero. “El trabajo sobre el primer interviniente es permanente y se puede trabajar en mecanismos de prevención” para el bienestar emocional. En cambio, con víctimas “uno tiene que actuar sobre lo que hay en el momento”.

Aclaró que “no hacemos psicología terapéutica, lo que hacemos es acompañamiento emocional. Con el bombero tratamos de que él mismo arme sus propias herramientas en él antes de que sucedan las cosas, en la faz preventiva, porque si en el antes no tiene las herramientas, va a ser afectado de otra manera”, señaló Giménez.

“Debemos tener una buena visión panorámica y observar, tratar de trabajar de a dos en el equipo, porque dos van a la intervención y uno se queda a esperarnos (retén) porque nosotros también debemos hacer nuestra desactivación”, indicó. “Tenemos que ser muy observadores, también sobre nuestros compañeros y lo que les pasa durante la intervención”, consideró Giménez.

Ali agregó que “debemos observar que el bombero no llegue a su casa cargado después de vivir una situación traumática”.

La intervención para ellos termina cuando guardan las dotaciones móviles. Pero que deben emplear los mecanismos necesarios para saber desactivar los efectos surgidos de los sucesos vividos durante el trabajo.

Gimenez agregó que PAE ya intervino en dos hechos por rescates de personas: en el cauce del río Chubut y en un canal de riego en Dolavon. “Estamos preparados para trabajar en crisis, inundaciones, derrumbes, incendios, búsquedas, intentos de suicidios. Nos formamos en cada uno. En abril tendremos un curso sobre psicología de la emergencia con Alicia Galfasó”.

Desde el cuartel de Trelew pudieron acceder a la capacitación de Galfonso siendo la máxima referente en el tema en Argentina. Es licenciada en Psicología, especialista en Psicotraumatología y en Psicología de la Emergencia, Psicooncóloga, Directora de Postgrado en Facultad de Medicina UBA Docente en Universidad de Málaga, España y Directora de “Cuadernos de Crisis”. Además, es coordinadora general de la RED de Red de Primeros Auxilios Emocionales.

Montes de Oca contó que Galfonsó montó un PAE en Río Negro. Es un dispositivo que se monta desde el momento de una intervención grave, por ejemplo, el choque fatal de un colectivo de pasajeros. Lo que hacen es “dirigirse al cuartel que interviene con todo el personal y esperarlos para contenerlos cuando lleguen al cuartel”.

En la charla con Jornada, el equipo profesional reveló una de las claves para ser bombero y mantener un óptimo equilibrio emocional.

Según Montes de Oca, “el bombero generalmente es el que junta `la mugre`, por decirlo de alguna manera. Muchas veces no se descargan. La peor parte de la emergencia es cuando vos te vas del cuartel a tu casa, porque ahí es cuando repasás cosas. Hay cuarteles que, como en zonas de Europa, no tienen problemas de financiamiento, pero si falla el recurso humano, de nada sirven esas máquinas de última generación. El recurso humano de una institución es el más caro, el más valioso que hay. Por eso hay que cuidarlo”.

El jefe a cargo del APA Trelew, José Alí, lleva 18 años como bombero voluntario. “Tuve un episodio que me derivó a un tratamiento psicológico y por eso ahora quiero ayudar a mis compañeros”.

Un amigo

Por su parte, Montes de Oca confesó que “me di cuenta que muchas cosas que viví me afectaron. Lo más difícil que me sucedió que haber sacado de un auto a un amigo. Cuando llegué no sabía que era él y cuando lo vi en el piso fue muy duro. En ese momento no conocíamos todo esto entonces no llegué al cuartel y lo conté, me lo guardé”.

“Por eso es importante estar atentos cuando vamos a cargo de una dotación a ver cuando una persona emocionalmente en riesgo. Muchas veces es necesaria la desactivación antes de irnos a casa”, explicó.

Álvarez contó que en lo que va de este año de trabajo “ya hemos tenido bomberos que vienen y hacen su descarga por su cuenta en el ámbito del cuartel”.

Frente al tipo de servicio que implica ser bombero voluntario “no somos héroes sin capa, somos profesionales de la emergencia. Si notamos que un bombero cree que es un súper héroe, ahí tenemos un problema”.

Coincidieron con que el profesional de la emergencia se va a comportar como tal, y tendrá una visión periférica para actuar bien más si está de encargado.

“Es importante emplear al bombero de acuerdo a sus habilidades. No todos pueden hacer cualquier actividad. Alguno tal vez es bueno en alturas, pero no en estructuras o a la inversa”, ejemplificó Álvarez durante la charla.

Una historia:“Hace 15 años que no lloro”

Uno con el paso del tiempo no se da cuenta. Personalmente hace 15 años que no lloro. A mí no se me cae una lágrima, y eso es una secuela profesional”, reveló Montes de Oca. “Mientras más años tenés acá adentro más secuelas tenés y no te das cuenta”

“Hace tres años murió mi abuela, era todo para mí, yo viajaba dos veces por año a Mar del Plata a estar sentado dos horas tomando mates con ella. Y el día de su velorio no se me caía una lágrima”, relató durante la extensa charla con Jornada en el cuartel en Trelew.

Secuela

“En un momento me fui afuera y la llamé a Alicia (Galfonsó) y le conté que no podía llorar. Me explicó que es una secuela que se manifiesta por estar siempre de sostén emocional de los demás y no te permitís vos llorar o expresar las emociones. Como bombero si en una emergencia vos te derrumbás, ¿qué pasa con los demás? Y con lo demás me pasa lo mismo”.#

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Auxilio. José Alí, Maximiliano Álvarez y Walter Giménez son los bomberos que se ocupan de atender un aspecto clave para las emergencias.
06 MAR 2022 - 20:19

Por Meirion Griffiths

Hace menos de un año que en Trelew funciona una unidad especializada en la salud emocional de los Bomberos Voluntarios del cuartel local. Es una novedad en tiempos donde se intenta cambiar perspectivas de otras épocas a la hora de formar a un bombero. Incluso se contempla una manera distinta de “curtirlos”, sin dañarlo física ni psicológicamente.

El equipo está integrado por experimentados bomberos que en los últimos años han profundizado sus conocimientos en torno a cómo puede deteriorarse la salud de una persona enfrentada constantemente a las emergencias y qué hacer para prevenirse.

José Alí es un reconocido bombero y está al frente del equipo. En total son tres junto a sus pares Maximiliano Álvarez y Walter Giménez. Alí precisó que “en todo el país se está desarrollando esto. En Chubut hicieron punta Comodoro Rivadavia, hace 4 años, y Esquel. Nosotros el 1º de mayo cumplimos un año. Hicimos cursos de primeros auxilios psicológicos. Con una psicóloga de Emergencias de Guadalajara, México, Dagny Castañeda, también tuvimos formación de manera virtual”, remarcó.

“El área se denomina Primeros Auxilios Emocionales (PAE). Brindamos auxilio a las personas afectadas en una emergencia. Tenemos capacitaciones en primeros auxilios y nos estamos capacitando en lenguaje de señas entre otros cursos”, contó Álvarez, miembro del Cuerpo Activo.

La jefatura del cuartel, comandado por Cristian Otero, celebró el avance del proyecto. El segundo jefe, Hernán Montes de Oca, fue el anfitrión de Jornada.

El subjefe habló de cómo se toma la existencia de una unidad así en el ámbito de bomberos. “Tuvimos psicólogos que han venido acá, pero nadie le habla al psicólogo, por eso se creó esto” reveló. “Para cualquier bombero tener que explicarle a otra persona que no lo es lo que sentimos nosotros, explicarle la presión durante una maniobra, es difícil de que se pueda entender”.

Mencionó que “el 90 % de los bomberos son voluntarios, incide mucho la vida particular. La carga emocional en cada emergencia es distinta, y hay que sumar la carga personal que uno pueda tener”.

Sobre cómo y cuándo saben en qué casos intervenir, si lo hacen de oficio o si alguien les da intervención por fuera del cuartel, habló Giménez. Es uno de los más experimentados en años del cuartel. Hizo una diplomatura relacionada a la Psicología de la Emergencia en la Universidad Católica de Cuyo, sede San Luis con el patrocinio de la Asociación de Bomberos. “Hasta ahora no nos han dado intervención en casos fuera del cuartel. Convengamos que el grupo recién va a cumplir un año, si bien nos venimos formando desde 2020. En enero de 2021 entregamos el proyecto que fue aprobado en mayo y ahí comenzamos”, enumeró Giménez.

Se concentran en 2 ramas para trabajar a la par de formarse constantemente: las víctimas y sus familiares y el primer interviniente, el bombero. “El trabajo sobre el primer interviniente es permanente y se puede trabajar en mecanismos de prevención” para el bienestar emocional. En cambio, con víctimas “uno tiene que actuar sobre lo que hay en el momento”.

Aclaró que “no hacemos psicología terapéutica, lo que hacemos es acompañamiento emocional. Con el bombero tratamos de que él mismo arme sus propias herramientas en él antes de que sucedan las cosas, en la faz preventiva, porque si en el antes no tiene las herramientas, va a ser afectado de otra manera”, señaló Giménez.

“Debemos tener una buena visión panorámica y observar, tratar de trabajar de a dos en el equipo, porque dos van a la intervención y uno se queda a esperarnos (retén) porque nosotros también debemos hacer nuestra desactivación”, indicó. “Tenemos que ser muy observadores, también sobre nuestros compañeros y lo que les pasa durante la intervención”, consideró Giménez.

Ali agregó que “debemos observar que el bombero no llegue a su casa cargado después de vivir una situación traumática”.

La intervención para ellos termina cuando guardan las dotaciones móviles. Pero que deben emplear los mecanismos necesarios para saber desactivar los efectos surgidos de los sucesos vividos durante el trabajo.

Gimenez agregó que PAE ya intervino en dos hechos por rescates de personas: en el cauce del río Chubut y en un canal de riego en Dolavon. “Estamos preparados para trabajar en crisis, inundaciones, derrumbes, incendios, búsquedas, intentos de suicidios. Nos formamos en cada uno. En abril tendremos un curso sobre psicología de la emergencia con Alicia Galfasó”.

Desde el cuartel de Trelew pudieron acceder a la capacitación de Galfonso siendo la máxima referente en el tema en Argentina. Es licenciada en Psicología, especialista en Psicotraumatología y en Psicología de la Emergencia, Psicooncóloga, Directora de Postgrado en Facultad de Medicina UBA Docente en Universidad de Málaga, España y Directora de “Cuadernos de Crisis”. Además, es coordinadora general de la RED de Red de Primeros Auxilios Emocionales.

Montes de Oca contó que Galfonsó montó un PAE en Río Negro. Es un dispositivo que se monta desde el momento de una intervención grave, por ejemplo, el choque fatal de un colectivo de pasajeros. Lo que hacen es “dirigirse al cuartel que interviene con todo el personal y esperarlos para contenerlos cuando lleguen al cuartel”.

En la charla con Jornada, el equipo profesional reveló una de las claves para ser bombero y mantener un óptimo equilibrio emocional.

Según Montes de Oca, “el bombero generalmente es el que junta `la mugre`, por decirlo de alguna manera. Muchas veces no se descargan. La peor parte de la emergencia es cuando vos te vas del cuartel a tu casa, porque ahí es cuando repasás cosas. Hay cuarteles que, como en zonas de Europa, no tienen problemas de financiamiento, pero si falla el recurso humano, de nada sirven esas máquinas de última generación. El recurso humano de una institución es el más caro, el más valioso que hay. Por eso hay que cuidarlo”.

El jefe a cargo del APA Trelew, José Alí, lleva 18 años como bombero voluntario. “Tuve un episodio que me derivó a un tratamiento psicológico y por eso ahora quiero ayudar a mis compañeros”.

Un amigo

Por su parte, Montes de Oca confesó que “me di cuenta que muchas cosas que viví me afectaron. Lo más difícil que me sucedió que haber sacado de un auto a un amigo. Cuando llegué no sabía que era él y cuando lo vi en el piso fue muy duro. En ese momento no conocíamos todo esto entonces no llegué al cuartel y lo conté, me lo guardé”.

“Por eso es importante estar atentos cuando vamos a cargo de una dotación a ver cuando una persona emocionalmente en riesgo. Muchas veces es necesaria la desactivación antes de irnos a casa”, explicó.

Álvarez contó que en lo que va de este año de trabajo “ya hemos tenido bomberos que vienen y hacen su descarga por su cuenta en el ámbito del cuartel”.

Frente al tipo de servicio que implica ser bombero voluntario “no somos héroes sin capa, somos profesionales de la emergencia. Si notamos que un bombero cree que es un súper héroe, ahí tenemos un problema”.

Coincidieron con que el profesional de la emergencia se va a comportar como tal, y tendrá una visión periférica para actuar bien más si está de encargado.

“Es importante emplear al bombero de acuerdo a sus habilidades. No todos pueden hacer cualquier actividad. Alguno tal vez es bueno en alturas, pero no en estructuras o a la inversa”, ejemplificó Álvarez durante la charla.

Una historia:“Hace 15 años que no lloro”

Uno con el paso del tiempo no se da cuenta. Personalmente hace 15 años que no lloro. A mí no se me cae una lágrima, y eso es una secuela profesional”, reveló Montes de Oca. “Mientras más años tenés acá adentro más secuelas tenés y no te das cuenta”

“Hace tres años murió mi abuela, era todo para mí, yo viajaba dos veces por año a Mar del Plata a estar sentado dos horas tomando mates con ella. Y el día de su velorio no se me caía una lágrima”, relató durante la extensa charla con Jornada en el cuartel en Trelew.

Secuela

“En un momento me fui afuera y la llamé a Alicia (Galfonsó) y le conté que no podía llorar. Me explicó que es una secuela que se manifiesta por estar siempre de sostén emocional de los demás y no te permitís vos llorar o expresar las emociones. Como bombero si en una emergencia vos te derrumbás, ¿qué pasa con los demás? Y con lo demás me pasa lo mismo”.#


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