¿Por qué parece que es tan fácil matarnos?

Columna de la Asociación de Mujeres Jueces de Chubut.

10 JUL 2022 - 20:30 | Actualizado 12 JUL 2022 - 18:41

Por Analía Künzli*

Aristóteles escribió ´las mujeres son inferiores a los hombres´, y eso es lo que se ha pensado en todas las épocas, hasta hace muy poco tiempo. El feminismo se remonta tal vez a la Edad Media, pero no tenía una presencia real. ¿Sabes cuánto tiempo hace que se contabilizan en España las mujeres asesinadas por sus parejas? Menos de veinte años. Antes se los llamaba crímenes pasionales, que tiene un aura casi romántica”, escribió Javier Cercas, novelista español.

No son crímenes pasionales ni casos aislados. Hace años que la palabra “femicidio” o “feminicidio” ya es común en América Latina. Pero, ¿a qué le llamamos femicidio? La definición más conocida fue propuesta por Diana Russell: “El asesinato de mujeres a manos de hombres debido a que son mujeres”.

Este aporte trascendió lo teórico y se constituyó como una acción afirmativa a favor del colectivo femenino, ya que al nombrar así estos asesinatos es más fácil reconocerlos y ubicarlos en el terreno de la política sexual, y rechazar la idea popular de que es un asunto privado o de cuestiones patológicas excepcionales, o ambas cosas.

El modelo de vida económico y social usa la violencia como un mecanismo de control eficiente que se ejerce contra las mujeres funciona como un código universal, para que no trasgredan el orden social. Tanto la violencia ejercida como su sola amenaza surten en las mujeres el efecto de permanencia en el sitio al que histórica y contextualmente se les ha conferido: la subordinación ante el poder de lo masculino.

Este mecanismo funcionó para hacer que las mujeres permanezcan en su lugar, en el espacio privado, en el ambiente doméstico, ahí donde los hombres no ven valor alguno.

¿Sabemos cuántos femicidios hay en Argentina o en Latinoamérica? La situación en la región es muy diversa. Algunos países no tienen datos oficiales y hay otros que tienen más de un dato oficial y difieren entre sí.

Hay países donde es el Poder Ejecutivo el que se encarga de la medición, mientras que en otros se encarga el Poder Judicial. A veces sólo se incluyen las causas judiciales caratuladas como “femicidio”, mientras que algunos países también incluyen denuncias policiales o hacen un monitoreo digital de los medios para incluir otros casos.

Como cada país define de manera distinta qué es un femicidio, las cifras oficiales miden cosas distintas. Esto impacta en la calidad de cada dato y dificulta las comparaciones entre naciones o con otras regiones del mundo, donde existe este mismo problema. Aunque hay una aproximación, no sabemos a ciencia cierta cuántos femicidios hay cada año.

En Argentina desde 2015, la Corte Suprema de Justicia de la Nación elabora una estadística de las causas judiciales en las que se investigan muertes violentas de mujeres cis, mujeres trans y travesti por razones de género. La Oficina de la Mujer de la Corte requirió la colaboración de todo el país, quienes desde entonces aportan la información relativa a las causas, las víctimas y los sujetos activos.

El Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina está compuesto por el informe anual de las causas judiciales iniciadas por año donde se investiga un femicidio, los informes del Observatorio de seguimiento de las causas y sentencias de femicidio de dicho año, y las bases de datos abiertos del año correspondiente. Así se puede conocer toda la trayectoria de una causa judicial de femicidio, su inicio, su seguimiento y su sentencia. Este trabajo de seguimiento impacta en las bases de datos abiertos de ese año que contienen las últimas revisiones y rectificaciones respecto de las víctimas, sujetos activos y causas/hechos de femicidio.

En 2021 hubo 222 femicidios, la cifra más baja en comparación a los 4 años anteriores

Entre el primero y el último día de 2020 se identificaron en la Argentina 251 víctimas directas de femicidio (en 6 de estos casos se trató de un travesticidio/transfemicidio). Una persona cada 35 horas fue asesinada por motivos de género. Es decir que en nuestro país, durante ese año, no pasó ni un día y medio sin una víctima de femicidio.

En 2019 se identificaron 252 víctimas directas de femicidio; en 2018, 255; en 2017, 251, y en 2016, 254. En cambio, en 2015, el registro fue más bajo que en el último lustro, 235 víctimas directas de femicidio, y en 2014, el primer año relevado, 225.

Un total de 54 femicidios, entre ellos 2 trans-travesticidios, fueron registrados los dos primeros meses de 2022 en la Argentina, un asesinato cada 26 horas, según un informe del Observatorio “Adriana Marisel Zambrano”, que además reveló que 64 hijos se quedaron sin madre.

A la luz de estos registros oficiales, la cantidad de femicidios en la Argentina no cede sino que tiende a crecer con los años o en el mejor de los casos, se mantiene.

La pregunta vuelve a surgir con urgencia: ¿por qué parece que es tan fácil matarnos? #

*?Abogada adjunta AIF Puerto Madryn

10 JUL 2022 - 20:30

Por Analía Künzli*

Aristóteles escribió ´las mujeres son inferiores a los hombres´, y eso es lo que se ha pensado en todas las épocas, hasta hace muy poco tiempo. El feminismo se remonta tal vez a la Edad Media, pero no tenía una presencia real. ¿Sabes cuánto tiempo hace que se contabilizan en España las mujeres asesinadas por sus parejas? Menos de veinte años. Antes se los llamaba crímenes pasionales, que tiene un aura casi romántica”, escribió Javier Cercas, novelista español.

No son crímenes pasionales ni casos aislados. Hace años que la palabra “femicidio” o “feminicidio” ya es común en América Latina. Pero, ¿a qué le llamamos femicidio? La definición más conocida fue propuesta por Diana Russell: “El asesinato de mujeres a manos de hombres debido a que son mujeres”.

Este aporte trascendió lo teórico y se constituyó como una acción afirmativa a favor del colectivo femenino, ya que al nombrar así estos asesinatos es más fácil reconocerlos y ubicarlos en el terreno de la política sexual, y rechazar la idea popular de que es un asunto privado o de cuestiones patológicas excepcionales, o ambas cosas.

El modelo de vida económico y social usa la violencia como un mecanismo de control eficiente que se ejerce contra las mujeres funciona como un código universal, para que no trasgredan el orden social. Tanto la violencia ejercida como su sola amenaza surten en las mujeres el efecto de permanencia en el sitio al que histórica y contextualmente se les ha conferido: la subordinación ante el poder de lo masculino.

Este mecanismo funcionó para hacer que las mujeres permanezcan en su lugar, en el espacio privado, en el ambiente doméstico, ahí donde los hombres no ven valor alguno.

¿Sabemos cuántos femicidios hay en Argentina o en Latinoamérica? La situación en la región es muy diversa. Algunos países no tienen datos oficiales y hay otros que tienen más de un dato oficial y difieren entre sí.

Hay países donde es el Poder Ejecutivo el que se encarga de la medición, mientras que en otros se encarga el Poder Judicial. A veces sólo se incluyen las causas judiciales caratuladas como “femicidio”, mientras que algunos países también incluyen denuncias policiales o hacen un monitoreo digital de los medios para incluir otros casos.

Como cada país define de manera distinta qué es un femicidio, las cifras oficiales miden cosas distintas. Esto impacta en la calidad de cada dato y dificulta las comparaciones entre naciones o con otras regiones del mundo, donde existe este mismo problema. Aunque hay una aproximación, no sabemos a ciencia cierta cuántos femicidios hay cada año.

En Argentina desde 2015, la Corte Suprema de Justicia de la Nación elabora una estadística de las causas judiciales en las que se investigan muertes violentas de mujeres cis, mujeres trans y travesti por razones de género. La Oficina de la Mujer de la Corte requirió la colaboración de todo el país, quienes desde entonces aportan la información relativa a las causas, las víctimas y los sujetos activos.

El Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina está compuesto por el informe anual de las causas judiciales iniciadas por año donde se investiga un femicidio, los informes del Observatorio de seguimiento de las causas y sentencias de femicidio de dicho año, y las bases de datos abiertos del año correspondiente. Así se puede conocer toda la trayectoria de una causa judicial de femicidio, su inicio, su seguimiento y su sentencia. Este trabajo de seguimiento impacta en las bases de datos abiertos de ese año que contienen las últimas revisiones y rectificaciones respecto de las víctimas, sujetos activos y causas/hechos de femicidio.

En 2021 hubo 222 femicidios, la cifra más baja en comparación a los 4 años anteriores

Entre el primero y el último día de 2020 se identificaron en la Argentina 251 víctimas directas de femicidio (en 6 de estos casos se trató de un travesticidio/transfemicidio). Una persona cada 35 horas fue asesinada por motivos de género. Es decir que en nuestro país, durante ese año, no pasó ni un día y medio sin una víctima de femicidio.

En 2019 se identificaron 252 víctimas directas de femicidio; en 2018, 255; en 2017, 251, y en 2016, 254. En cambio, en 2015, el registro fue más bajo que en el último lustro, 235 víctimas directas de femicidio, y en 2014, el primer año relevado, 225.

Un total de 54 femicidios, entre ellos 2 trans-travesticidios, fueron registrados los dos primeros meses de 2022 en la Argentina, un asesinato cada 26 horas, según un informe del Observatorio “Adriana Marisel Zambrano”, que además reveló que 64 hijos se quedaron sin madre.

A la luz de estos registros oficiales, la cantidad de femicidios en la Argentina no cede sino que tiende a crecer con los años o en el mejor de los casos, se mantiene.

La pregunta vuelve a surgir con urgencia: ¿por qué parece que es tan fácil matarnos? #

*?Abogada adjunta AIF Puerto Madryn


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