En la revancha de la final del Regional, el “Rojinegro” venció por penales a All Boys de Santa Rosa en condición de local para jugar en el círculo superior del fútbol argentino. A la fecha, es una gesta jamás superada o igualada por otro equipo valletano.
Acceder a la Primera División del balompié nacional no es una tarea sencilla si el club está emplazado en el sur de la Patagonia. Estar a gran distancia del resto de la Argentina, el séptimo país más extenso del mundo, es un obstáculo considerable. Las largas distancias, por ejemplo, elevan los costos de modo cuantioso para los clubes.
Con su proeza memorable, Independiente de Trelew desafió los límites impuestos por un federalismo de cartón. El premio es la inmortalidad de una grandiosa epopeya deportiva y social que vivirá por siempre en la memoria.
Algunos de los protagonistas de aquella épica jornada del 6 de agosto de 1972 han pasado a la inmortalidad, tal como marca la ley inexorable de la vida. Pero la hazaña trasciende y trascenderá los límites de la eternidad, al igual que La Ilíada y La Odisea de Homero. Las hazañas nunca mueren. Nunca morirán. Felicitaciones, Independiente de Trelew.
En la revancha de la final del Regional, el “Rojinegro” venció por penales a All Boys de Santa Rosa en condición de local para jugar en el círculo superior del fútbol argentino. A la fecha, es una gesta jamás superada o igualada por otro equipo valletano.
Acceder a la Primera División del balompié nacional no es una tarea sencilla si el club está emplazado en el sur de la Patagonia. Estar a gran distancia del resto de la Argentina, el séptimo país más extenso del mundo, es un obstáculo considerable. Las largas distancias, por ejemplo, elevan los costos de modo cuantioso para los clubes.
Con su proeza memorable, Independiente de Trelew desafió los límites impuestos por un federalismo de cartón. El premio es la inmortalidad de una grandiosa epopeya deportiva y social que vivirá por siempre en la memoria.
Algunos de los protagonistas de aquella épica jornada del 6 de agosto de 1972 han pasado a la inmortalidad, tal como marca la ley inexorable de la vida. Pero la hazaña trasciende y trascenderá los límites de la eternidad, al igual que La Ilíada y La Odisea de Homero. Las hazañas nunca mueren. Nunca morirán. Felicitaciones, Independiente de Trelew.