Llegó a enterrar a su madre y encontró el cementerio cerrado con candado

Tras esperar más de una hora, la familia tuvo que ingresar por un complejo pasadizo improvisado para poder dar sepultura a la mujer.

13 OCT 2022 - 17:51 | Actualizado 13 OCT 2022 - 18:25

La semana pasada, a los 82 años falleció la odontóloga Maruca Sazanovich. Según graficó su hijo Alejandro Rechene (reconocido comerciante y presidente de la Cámara de Comercio), cuando el cortejo llegó a la necrópolis local (a pesar de haber avisado el día antes al encargado), el portón principal estaba clausurado y, luego de esperar una hora, tuvieron que ingresar por un complejo pasadizo improvisado para poder dar sepultura a la mujer.

Desde la década de 1960, María Sazanovich fue la única dentista en el noroeste chubutense. En su eterno Torino verde, viajaba desde Lago Puelo hasta El Hoyo y el internado de Epuyén para atender a sus pacientes, donde no faltaban las anécdotas por la extracción de una muela en la silla de una cocina, los caminos de ripio o los arroyos crecidos que impedían llegar.

“Nadie en la familia imaginaba que su partida, además de ser dolorosa para cada ser querido, iba a desnudar tanta hipocresía y cinismo del Estado”, reflejó Alejandro Rechene. El episodio, denunciado en principio a través de las redes sociales, tuvo amplia repercusión comunitaria y se destacaron las muestras de solidaridad hacia los afectados.

Al respecto, el dirigente empresarial recordó que “fue una de las primeras odontólogas radicadas en la provincia del Chubut, su matrícula 026 así lo demuestra. Fueron tiempos donde hizo patria llevando la salud pública a diferentes rincones, atendiendo en condiciones paupérrimas, sin equipo, con instrumental propio y poniendo medicación y anestesia de su bolsillo para que los pacientes reciban atención”.

“Jamás hizo paro –agregó-, porque a su criterio el juramento hipocrático estaba por encima de todo lo demás, brindó su vida a esta Comarca Andina desde donde, con el alma en paz y su cuerpo cansado, partió a su nueva vida el último 30 de septiembre”.

No obstante, “este último viaje se escapa de la realidad: el cementerio de Lago Puelo, además de estar abandonado, tiene horario de atención de lunes a viernes, de 8 a 14, como si fuera una oficina. Quizás haya alguna explicación lógica por parte del municipio o de los empleados pero lo cierto es que llegamos un jueves a las 10, donde teóricamente tendría que estar abierto, más habiendo hablado el día anterior con la persona encargada”.

“Nos encontramos con los portones cerrados con candado. Decidimos esperar y como no apareció nadie, ante la incertidumbre, envié un mensaje al grupo de whatsapp del COEM (que también integro por ser miembro de la Cámara de Comercio), y que incluye a todas las autoridades municipales, además de los concejales y varios de los funcionarios del Poder Ejecutivo, entendiendo que alguno debe tener resorte sobre este sector”, amplió.

Rechene explicó que “pasaron los minutos y nadie contestó. Pedí una respuesta al intendente porque estábamos parados en la puerta esperando para sepultar a mi madre, pero nunca contestó. Tuvimos que entrar por un pasadizo peatonal, con un recoveco por donde no puede pasar una pasar una persona con dificultades para caminar (como ocurrió con una tía de 86 años), y poder llegar hasta la otra punta del cementerio, donde estaba el lugar asignado para el entierro”.

“Recién cuando nos estábamos retirando, apareció un empleado a abrir el portón”, señaló. Horas después “el encargado me llamó para explicarme que estaba en Bariloche por razones de salud y que no había suplente ni nada parecido”.

Tardísimo

Acerca del incidente, interpretó que “la respuesta del municipio cabía en ese momento, hoy si hay una explicación es tardísimo”, al tiempo que criticó que “el gabinete que tiene Lago Puelo está vencido, considero que no son personas que tengan condiciones humanas para estar a cargo del destino de un pueblo. Parece que todavía no terminaron de desenredar el paracaídas del pinar donde cayeron en una ocupación irregular. Sin embargo, están tomando decisiones sobre los vecinos que construimos y habitamos este lugar desde toda la vida”.

“Lo que hacen no tiene coherencia con las políticas de justicia social que pregonan, menos con la empatía y sororidad necesarias. Realmente es violencia de género dejar una mujer muerta en la puerta del cementerio, además del respeto con la historia de la comarca. Es indignante, enojoso, nos entristece y nos invade una sensación de asco hacia estos personajes, que debieran renunciar e irse del pueblo”, remarcó.

Seros

De igual modo, Alejandro Rechene cuestionó a la obra social Seros, “a la que mi madre aportó durante cinco décadas”. Detalló que “al cumplir 80 años, el afiliado se queda sin seguro de vida por una ley sancionada en 2016; además de que el seguro de sepelio es de apenas $5.400, ya que hace tiempo no se actualiza”.

“Es lamentable que al final de su vida los afiliados no tengan la tranquilidad de una cobertura y sus familiares tengan que afrontar gastos gigantescos. Un sepelio o cremación valen hoy $290.000”, indicó.

En cambio, “fueron rapidísimos para quedarse con el último salario de mi madre, aún cuando ya estaba liquidado y no lo depositaron. La provincia lo retiene y no es fácil recuperarlo. Seguramente ocurre con todos los empleados públicos, ya que es el momento donde más se necesita de ese apoyo económico para solventar todos los gastos, en medio del dolor”.

Desde su óptica, “es difícil morirse en Lago Puelo, es triste para los que quedan y es angustiante no tener respuestas, como tampoco la obtuve del gobernador Arcioni cuando le comenté lo de la obra social, pero solo me clavó el visto”, concluyó.

13 OCT 2022 - 17:51

La semana pasada, a los 82 años falleció la odontóloga Maruca Sazanovich. Según graficó su hijo Alejandro Rechene (reconocido comerciante y presidente de la Cámara de Comercio), cuando el cortejo llegó a la necrópolis local (a pesar de haber avisado el día antes al encargado), el portón principal estaba clausurado y, luego de esperar una hora, tuvieron que ingresar por un complejo pasadizo improvisado para poder dar sepultura a la mujer.

Desde la década de 1960, María Sazanovich fue la única dentista en el noroeste chubutense. En su eterno Torino verde, viajaba desde Lago Puelo hasta El Hoyo y el internado de Epuyén para atender a sus pacientes, donde no faltaban las anécdotas por la extracción de una muela en la silla de una cocina, los caminos de ripio o los arroyos crecidos que impedían llegar.

“Nadie en la familia imaginaba que su partida, además de ser dolorosa para cada ser querido, iba a desnudar tanta hipocresía y cinismo del Estado”, reflejó Alejandro Rechene. El episodio, denunciado en principio a través de las redes sociales, tuvo amplia repercusión comunitaria y se destacaron las muestras de solidaridad hacia los afectados.

Al respecto, el dirigente empresarial recordó que “fue una de las primeras odontólogas radicadas en la provincia del Chubut, su matrícula 026 así lo demuestra. Fueron tiempos donde hizo patria llevando la salud pública a diferentes rincones, atendiendo en condiciones paupérrimas, sin equipo, con instrumental propio y poniendo medicación y anestesia de su bolsillo para que los pacientes reciban atención”.

“Jamás hizo paro –agregó-, porque a su criterio el juramento hipocrático estaba por encima de todo lo demás, brindó su vida a esta Comarca Andina desde donde, con el alma en paz y su cuerpo cansado, partió a su nueva vida el último 30 de septiembre”.

No obstante, “este último viaje se escapa de la realidad: el cementerio de Lago Puelo, además de estar abandonado, tiene horario de atención de lunes a viernes, de 8 a 14, como si fuera una oficina. Quizás haya alguna explicación lógica por parte del municipio o de los empleados pero lo cierto es que llegamos un jueves a las 10, donde teóricamente tendría que estar abierto, más habiendo hablado el día anterior con la persona encargada”.

“Nos encontramos con los portones cerrados con candado. Decidimos esperar y como no apareció nadie, ante la incertidumbre, envié un mensaje al grupo de whatsapp del COEM (que también integro por ser miembro de la Cámara de Comercio), y que incluye a todas las autoridades municipales, además de los concejales y varios de los funcionarios del Poder Ejecutivo, entendiendo que alguno debe tener resorte sobre este sector”, amplió.

Rechene explicó que “pasaron los minutos y nadie contestó. Pedí una respuesta al intendente porque estábamos parados en la puerta esperando para sepultar a mi madre, pero nunca contestó. Tuvimos que entrar por un pasadizo peatonal, con un recoveco por donde no puede pasar una pasar una persona con dificultades para caminar (como ocurrió con una tía de 86 años), y poder llegar hasta la otra punta del cementerio, donde estaba el lugar asignado para el entierro”.

“Recién cuando nos estábamos retirando, apareció un empleado a abrir el portón”, señaló. Horas después “el encargado me llamó para explicarme que estaba en Bariloche por razones de salud y que no había suplente ni nada parecido”.

Tardísimo

Acerca del incidente, interpretó que “la respuesta del municipio cabía en ese momento, hoy si hay una explicación es tardísimo”, al tiempo que criticó que “el gabinete que tiene Lago Puelo está vencido, considero que no son personas que tengan condiciones humanas para estar a cargo del destino de un pueblo. Parece que todavía no terminaron de desenredar el paracaídas del pinar donde cayeron en una ocupación irregular. Sin embargo, están tomando decisiones sobre los vecinos que construimos y habitamos este lugar desde toda la vida”.

“Lo que hacen no tiene coherencia con las políticas de justicia social que pregonan, menos con la empatía y sororidad necesarias. Realmente es violencia de género dejar una mujer muerta en la puerta del cementerio, además del respeto con la historia de la comarca. Es indignante, enojoso, nos entristece y nos invade una sensación de asco hacia estos personajes, que debieran renunciar e irse del pueblo”, remarcó.

Seros

De igual modo, Alejandro Rechene cuestionó a la obra social Seros, “a la que mi madre aportó durante cinco décadas”. Detalló que “al cumplir 80 años, el afiliado se queda sin seguro de vida por una ley sancionada en 2016; además de que el seguro de sepelio es de apenas $5.400, ya que hace tiempo no se actualiza”.

“Es lamentable que al final de su vida los afiliados no tengan la tranquilidad de una cobertura y sus familiares tengan que afrontar gastos gigantescos. Un sepelio o cremación valen hoy $290.000”, indicó.

En cambio, “fueron rapidísimos para quedarse con el último salario de mi madre, aún cuando ya estaba liquidado y no lo depositaron. La provincia lo retiene y no es fácil recuperarlo. Seguramente ocurre con todos los empleados públicos, ya que es el momento donde más se necesita de ese apoyo económico para solventar todos los gastos, en medio del dolor”.

Desde su óptica, “es difícil morirse en Lago Puelo, es triste para los que quedan y es angustiante no tener respuestas, como tampoco la obtuve del gobernador Arcioni cuando le comenté lo de la obra social, pero solo me clavó el visto”, concluyó.


NOTICIAS RELACIONADAS