El día que el pueblo de Madryn le dijo "yankees go home" a una flota norteamericana

Para este domingo está anunciada la llegada al golfo de un guardacostas de los Estados Unidos. La vez que una nave norteamericana quiso desembarcar en estas costas fue pocos años después de la Guerra de Malvinas. Los chubutenses se unieron para repudiar el arribo de la flota, que debió emprender la retirada

La gente se avalanzó contra la flota norteamericana. Foto Daniel Feldman/Jornada
11 FEB 2023 - 15:02 | Actualizado 11 FEB 2023 - 19:34

Este domingo llega a Puerto Madryn del guardacostas norteamericano USCGC Stone para aprovisionarse de agua y combustible. Es la segunda vez que este buque intentará recalar en un puerto argentino.

El año pasado, esta nave iba ingresar al puerto de Mar del Plata pero debió cancelar la misión, ya que entendieron noestaban dadas las condiciones logísticas para que amarrara allí.

La inminente llegada del Stone a Puerto Madryn remonta a un hecho que marcó la historia: el “Madrynazo”, ocurrido dos años después de la Guerra de Malvinas.

La portada de Jornada el día después del "Madrynazo".

Las circunstancias que envolvían a la llegada de la flota por aquellos años, estuvieron marcadas por la política de desmalvinización iniciada por la Dictadura Militar; el viraje en las relaciones diplomáticas del gobierno de Raúl Alfonsín tendiente a recomponer las relaciones con el país del norte; y el recuerdo vívido de los soldados que habían regresado de las islas en “El día que Madryn se quedó sin pan”.

Las crónicas de la época refieren que había habido un "impasse" en las relaciones entre la Argentina y los Estados Unidos después de la Guerra de Malvinas. Hacía dos años que nuestro país no integraba las operaciones navales conjuntas con los Estados Unidos.

Para descomprimir estas tensiones, el gobierno de Alfonsín autorizó a las naves norteamericanas a hacer una entrada logística en Puerto Madryn con el propósito reabastecerse de combustible y de víveres.

La flota de guerra Atlantic South Force zarparía a aguas argentinas luego de hacer una escala operativa en Punta Arenas, Chile, entonces gobernado por el presidente de facto Augusto Pinochet.

En Puerto Madryn la noticia corrió entre los trabajadores, profesionales y dirigentes políticos, y puso en alerta a diversos sectores que empezaron a organizarse para rechazar la llegada de esta flota.


Los vecinos organizados conformaron una “Comisión Multisectorial Provisoria” con la consigna de repudiar el arribo de esta flota, dejando a un lado cualquier tipo de bandería político partidaria.

La primera intervención pública fue el sábado, en el entretiempo de un partido de básquet entre el Deportivo Madryn y Guillermo Brown, aunque no despertó adhesiones entre los espectadores.

El domingo siguiente, los vecinos marcharon a la plaza San Martín para visibilizar el reclamo. La movilización tuvo el efecto que buscaban: el Concejo Deliberante, en una sesión extraordinaria, emitió un pronunciamiento contra el arribo de esta flota.

La Cámara de Comercio e Industria y empresas de estibaje también adhirieron a este posicionamiento. La primera invitó a los comerciantes locales a abstenerse de venderles productos a las naves norteamericanas y oscurecer las vidrieras si llegaban a desembarcar.

Esto suscitó alguna que otra polémica con comercios de determinados rubros, que veían en la llegada de los norteamericanos una oportunidad que no podían perder.

Faltaba aún que se expidieran las autoridades del gobierno y los legisladores provinciales. Al tiempo que la presión social se hacía sentir, permanecían en silencio.

EL DESEMBARCO QUE NO FUE

El lunes 10 de septiembre de 1984, pasadas las 14 horas, el destructor norteamericano US Thorn amarró en el muelle Storni mientras que otras las embarcaciones, la fragata Mac Donough, el torpedero Talbot, el buque de desembarco Scamp y el submarino Fairax Country, fondearon en la rada del golfo.

Unas 200 personas intentaron impedir que pasara un camión con provisiones para el barco, pero no lograron su cometido. Enseguida los obreros portuarios hicieron una sentada que impidió que circulara un segundo vehículo del Apostadero Naval.

Sobre las 18 horas, alrededor de 1000 personas y cerca de 200 automóviles se congregaron frente a la Municipalidad para iniciar una marcha sobre la zona portuaria, a unos 5 km.


No había pasado una hora cuando los manifestantes, con banderas y pancartas anti-norteamericanas, advirtieron: “¡Si ellos no sacan las amarras las vamos a cortar”.

Más de 2000 hombres y mujeres -muchos de ellos de Trelew- se abalanzaron hacia el muelle donde estaba el US Thorn y comenzaron a arrojar maderas y otros objetos contundentes, mientras que los otros respondían con agua arrojada con mangueras

“Esta es mi bandera, asesinos”, gritaba uno de los manifestantes con una bandera argentina. ”Yankees go home”, decían otras pancartas que reivindicaban a las Malvinas.

La protesta llegó a su clímax cuando uno de ellos arrebató una bandera estadounidense del buque y la prendieron fuego entre todos.

LA RETIRADA

La flota de la Atlantic South Force, asediada por los manifestantes, emprendió la retirada, lo que fue celebrado como una victoria simbólica.

Pero el conflicto no terminó ahí. La sociedad de Madryn y el Valle, movilizada, empujó a los gobernantes a que se pronunciaran sobre estos acontecimientos.

Al día siguiente, la Legislatura del Chubut adhirió por unanimidad al repudio a la flota norteamericana.

La noticia de la explosión en la Base Zar que afectó a los "marines"

En la medida en que crecía la presión social y el descontento generalizado, el azar también hacía de las suyas.

Una fuga de gas provocó una explosión en la Base Almirante Zar donde habían sido alojados -con total hermetismo- unos veinte efectivos de la Armada norteamericana.

El conflicto llegó a las más altas esferas del Gobierno Nacional y el Congreso de la Nación.

Fotos: Daniel Feldman / Jornada

La gente se avalanzó contra la flota norteamericana. Foto Daniel Feldman/Jornada
11 FEB 2023 - 15:02

Este domingo llega a Puerto Madryn del guardacostas norteamericano USCGC Stone para aprovisionarse de agua y combustible. Es la segunda vez que este buque intentará recalar en un puerto argentino.

El año pasado, esta nave iba ingresar al puerto de Mar del Plata pero debió cancelar la misión, ya que entendieron noestaban dadas las condiciones logísticas para que amarrara allí.

La inminente llegada del Stone a Puerto Madryn remonta a un hecho que marcó la historia: el “Madrynazo”, ocurrido dos años después de la Guerra de Malvinas.

La portada de Jornada el día después del "Madrynazo".

Las circunstancias que envolvían a la llegada de la flota por aquellos años, estuvieron marcadas por la política de desmalvinización iniciada por la Dictadura Militar; el viraje en las relaciones diplomáticas del gobierno de Raúl Alfonsín tendiente a recomponer las relaciones con el país del norte; y el recuerdo vívido de los soldados que habían regresado de las islas en “El día que Madryn se quedó sin pan”.

Las crónicas de la época refieren que había habido un "impasse" en las relaciones entre la Argentina y los Estados Unidos después de la Guerra de Malvinas. Hacía dos años que nuestro país no integraba las operaciones navales conjuntas con los Estados Unidos.

Para descomprimir estas tensiones, el gobierno de Alfonsín autorizó a las naves norteamericanas a hacer una entrada logística en Puerto Madryn con el propósito reabastecerse de combustible y de víveres.

La flota de guerra Atlantic South Force zarparía a aguas argentinas luego de hacer una escala operativa en Punta Arenas, Chile, entonces gobernado por el presidente de facto Augusto Pinochet.

En Puerto Madryn la noticia corrió entre los trabajadores, profesionales y dirigentes políticos, y puso en alerta a diversos sectores que empezaron a organizarse para rechazar la llegada de esta flota.


Los vecinos organizados conformaron una “Comisión Multisectorial Provisoria” con la consigna de repudiar el arribo de esta flota, dejando a un lado cualquier tipo de bandería político partidaria.

La primera intervención pública fue el sábado, en el entretiempo de un partido de básquet entre el Deportivo Madryn y Guillermo Brown, aunque no despertó adhesiones entre los espectadores.

El domingo siguiente, los vecinos marcharon a la plaza San Martín para visibilizar el reclamo. La movilización tuvo el efecto que buscaban: el Concejo Deliberante, en una sesión extraordinaria, emitió un pronunciamiento contra el arribo de esta flota.

La Cámara de Comercio e Industria y empresas de estibaje también adhirieron a este posicionamiento. La primera invitó a los comerciantes locales a abstenerse de venderles productos a las naves norteamericanas y oscurecer las vidrieras si llegaban a desembarcar.

Esto suscitó alguna que otra polémica con comercios de determinados rubros, que veían en la llegada de los norteamericanos una oportunidad que no podían perder.

Faltaba aún que se expidieran las autoridades del gobierno y los legisladores provinciales. Al tiempo que la presión social se hacía sentir, permanecían en silencio.

EL DESEMBARCO QUE NO FUE

El lunes 10 de septiembre de 1984, pasadas las 14 horas, el destructor norteamericano US Thorn amarró en el muelle Storni mientras que otras las embarcaciones, la fragata Mac Donough, el torpedero Talbot, el buque de desembarco Scamp y el submarino Fairax Country, fondearon en la rada del golfo.

Unas 200 personas intentaron impedir que pasara un camión con provisiones para el barco, pero no lograron su cometido. Enseguida los obreros portuarios hicieron una sentada que impidió que circulara un segundo vehículo del Apostadero Naval.

Sobre las 18 horas, alrededor de 1000 personas y cerca de 200 automóviles se congregaron frente a la Municipalidad para iniciar una marcha sobre la zona portuaria, a unos 5 km.


No había pasado una hora cuando los manifestantes, con banderas y pancartas anti-norteamericanas, advirtieron: “¡Si ellos no sacan las amarras las vamos a cortar”.

Más de 2000 hombres y mujeres -muchos de ellos de Trelew- se abalanzaron hacia el muelle donde estaba el US Thorn y comenzaron a arrojar maderas y otros objetos contundentes, mientras que los otros respondían con agua arrojada con mangueras

“Esta es mi bandera, asesinos”, gritaba uno de los manifestantes con una bandera argentina. ”Yankees go home”, decían otras pancartas que reivindicaban a las Malvinas.

La protesta llegó a su clímax cuando uno de ellos arrebató una bandera estadounidense del buque y la prendieron fuego entre todos.

LA RETIRADA

La flota de la Atlantic South Force, asediada por los manifestantes, emprendió la retirada, lo que fue celebrado como una victoria simbólica.

Pero el conflicto no terminó ahí. La sociedad de Madryn y el Valle, movilizada, empujó a los gobernantes a que se pronunciaran sobre estos acontecimientos.

Al día siguiente, la Legislatura del Chubut adhirió por unanimidad al repudio a la flota norteamericana.

La noticia de la explosión en la Base Zar que afectó a los "marines"

En la medida en que crecía la presión social y el descontento generalizado, el azar también hacía de las suyas.

Una fuga de gas provocó una explosión en la Base Almirante Zar donde habían sido alojados -con total hermetismo- unos veinte efectivos de la Armada norteamericana.

El conflicto llegó a las más altas esferas del Gobierno Nacional y el Congreso de la Nación.

Fotos: Daniel Feldman / Jornada


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