Las claves de cómo detuvieron a Caimi, el jefe de los poliladron

El jefe de la División de Drogas Peligrosas de la Policía de Chubut y otros uniformados explicaron los pormenores del seguimiento, persecución y aprehensión del ex comisario Juan Manuel Caimi. El detenido está acusado de ser el líder de la banda que intentó robar el cajero.

25 OCT 2012 - 22:59 | Actualizado


La cuarta jornada del juicio oral y público que se sigue a los imputados por el intento de robo al cajero automático de Puerto Pirámides, ocurrido el 2 de septiembre del 2011, tuvo como punto relevante las testimoniales brindadas por los miembros de la División Drogas Peligrosas de la Policía de Chubut que participaron del seguimiento y detención del ex comisario Juan Manuel Caimi. El trabajo permitió conocer las órdenes impartidas y cómo se desarrolló la aprehensión del entonces director del Centro de Instrucción Policial, que se concretó en medio de una persecución y con disparos intimidatorios al aire por parte de los efectivos policiales.
Fabián Millatruz, jefe de la División Drogas Peligrosas de la Policía de Chubut, comenzó brindando el testimonio en la faz vespertina del juicio. El comisario, con 25 años de servicio en la fuerza, expuso un minucioso relato sobre las tareas asignadas a las División Drogas Peligrosas en el marco de la investigación por el intento de robo al cajero automático.  “El fiscal me pidió que sea muy cauteloso con la información que me iba a brindar”, recordó el jefe policial, quien añadió que la misma refería a que “se iba a consumar un hecho en el que estaban involucrados efectivos policiales y que mi tarea era ver los movimientos de Caimi”.
Con esa información se comenzó a planificar el trabajo de seguimiento del entonces jefe del Centro de Instrucción. La presencia de un comisario integrando una banda que intentaría robar el cajero automático era un escollo importante porque se trataba de “un empleado policial que nos conocía a todos, a las oficinas, los vehículos y hasta sabía dónde vivíamos”, explicó Millatruz. Con ese bagaje de conocimiento previo se tuvo que buscar una estrategia mucho más compleja y artesanal que derivó en la búsqueda de “vehículos fuera de los que usábamos habitualmente para seguirlo”, indicó.
Esto derivó en un minucioso detalle de inteligencia que los condujo a la noche del 1 de septiembre, es decir horas antes de la detención de toda la banda. “A las 22:30 de ese día nos juntamos en un domicilio particular y di las directivas”, relató el jefe de la División Drogas Peligrosas, agregando que en el trabajo a desarrollar había que “tener cuidado para seguirlo, no acercarnos mucho pero primero había que ubicarlo”. Esa fue la primera de las tareas realizadas por este grupo de trabajo en el terreno. “A las 23:30, un oficial que andaba en la moto, me avisa telefónicamente que lo había ubicado en el Centro de Instrucción Policial. Allí ordeno que se lo vigile”, señaló Millatruz, en el marco de una nueva etapa que se iniciaba en la investigación.
En su relato refirió a cómo se fueron desarrollando los hechos cuando “Caimi salió del Centro de Instrucción en un Volkswagen Gol y en el Clio sale su pareja, también oficial de policía. Pasa la estación de servicio de la calle Pedro Derbes y Domecq García y de ahí va a su domicilio. Una vez que llegan al domicilio, dispongo vigilancia ahí; varios vehículos para seguimiento”, puntualizó.
Vueltas y más vueltas

Transcurrido un tiempo Millatruz recibió el aviso que el ex comisario había abandonado su casa para trasladarse a una zona de árboles donde miraba mucho. “El personal estaba preocupado por esta actitud”, indicó el jefe de la División Drogas Peligrosas, quien agregó con posterioridad que hay una nueva salida del ex comisario desde su domicilio luciendo “vestimenta blanca”. Con este nuevo elemento se inicia, una vez más, el seguimiento para tener controlados los movimientos pudiéndose observar que “él andaba por la zona céntrica dando vueltas. Era la 1:30 de la mañana”. Sobre cómo se realizó el seguimiento Millatruz recordó que era “continuo con varios autos que se iban intercalando. Caimi aceleraba, doblaba y cuando doblaba frenaba para ver si lo seguían”, agregando que sus subalternos le informaban que para no ser detectados “tuvimos que pasarlo rápido”, aunque se podía observar que “manipulaba el celular”.
Como en la madrugada del 2 de septiembre del año pasado el tránsito en la ciudad era muy poco, se dificultaba notoriamente poder llevar adelante un seguimiento cercano del automóvil.
“Con el personal nos reunimos 5 minutos. Ellos me dijeron que era imposible seguirlo porque estaba muy “perseguido”, por lo cual dispongo que dos vigilancias vayan al domicilio particular y otros empleados se vayan a la parte de Aluar, para la salida a Puerto Pirámides para ver si Caimi iba a esa zona”, describió el declarante.
Tirado en el piso

A las 4 de la madrugada “el fiscal me ordena que había que detenerlo. Ahí llamo al oficial que estaba en la moto y le digo que el fiscal ordenó la detención. No lo teníamos a la vista pero justo cuando íbamos hablando, pasa y lo empiezan a seguir en moto”.
La comunicación entre los efectivos se realizaba por celular dado que la utilización de la radio advertiría al ex comisario sobre el seguimiento que se le llevaba adelante. El seguimiento concluyó en el puesto policial denominado 204 cuando los uniformados lograron interceptarlo y detenerlo. “Tardé 4 minutos en llegar al puesto cuando lo hice veo  el vehículo de Caimi atravesado sobre la ruta del aeropuerto, estaba nuestro vehículo, la moto y el ex comisario tirado en el piso esposado”, aseguró Millatruz, quien en  contacto con el imputado le señaló “en unos minutos llega el fiscal y te van a explicar por qué estás detenido”, frase con la cual cerró su participación en la detención del presunto cabecilla de la asociación ilícita. #

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25 OCT 2012 - 22:59


La cuarta jornada del juicio oral y público que se sigue a los imputados por el intento de robo al cajero automático de Puerto Pirámides, ocurrido el 2 de septiembre del 2011, tuvo como punto relevante las testimoniales brindadas por los miembros de la División Drogas Peligrosas de la Policía de Chubut que participaron del seguimiento y detención del ex comisario Juan Manuel Caimi. El trabajo permitió conocer las órdenes impartidas y cómo se desarrolló la aprehensión del entonces director del Centro de Instrucción Policial, que se concretó en medio de una persecución y con disparos intimidatorios al aire por parte de los efectivos policiales.
Fabián Millatruz, jefe de la División Drogas Peligrosas de la Policía de Chubut, comenzó brindando el testimonio en la faz vespertina del juicio. El comisario, con 25 años de servicio en la fuerza, expuso un minucioso relato sobre las tareas asignadas a las División Drogas Peligrosas en el marco de la investigación por el intento de robo al cajero automático.  “El fiscal me pidió que sea muy cauteloso con la información que me iba a brindar”, recordó el jefe policial, quien añadió que la misma refería a que “se iba a consumar un hecho en el que estaban involucrados efectivos policiales y que mi tarea era ver los movimientos de Caimi”.
Con esa información se comenzó a planificar el trabajo de seguimiento del entonces jefe del Centro de Instrucción. La presencia de un comisario integrando una banda que intentaría robar el cajero automático era un escollo importante porque se trataba de “un empleado policial que nos conocía a todos, a las oficinas, los vehículos y hasta sabía dónde vivíamos”, explicó Millatruz. Con ese bagaje de conocimiento previo se tuvo que buscar una estrategia mucho más compleja y artesanal que derivó en la búsqueda de “vehículos fuera de los que usábamos habitualmente para seguirlo”, indicó.
Esto derivó en un minucioso detalle de inteligencia que los condujo a la noche del 1 de septiembre, es decir horas antes de la detención de toda la banda. “A las 22:30 de ese día nos juntamos en un domicilio particular y di las directivas”, relató el jefe de la División Drogas Peligrosas, agregando que en el trabajo a desarrollar había que “tener cuidado para seguirlo, no acercarnos mucho pero primero había que ubicarlo”. Esa fue la primera de las tareas realizadas por este grupo de trabajo en el terreno. “A las 23:30, un oficial que andaba en la moto, me avisa telefónicamente que lo había ubicado en el Centro de Instrucción Policial. Allí ordeno que se lo vigile”, señaló Millatruz, en el marco de una nueva etapa que se iniciaba en la investigación.
En su relato refirió a cómo se fueron desarrollando los hechos cuando “Caimi salió del Centro de Instrucción en un Volkswagen Gol y en el Clio sale su pareja, también oficial de policía. Pasa la estación de servicio de la calle Pedro Derbes y Domecq García y de ahí va a su domicilio. Una vez que llegan al domicilio, dispongo vigilancia ahí; varios vehículos para seguimiento”, puntualizó.
Vueltas y más vueltas

Transcurrido un tiempo Millatruz recibió el aviso que el ex comisario había abandonado su casa para trasladarse a una zona de árboles donde miraba mucho. “El personal estaba preocupado por esta actitud”, indicó el jefe de la División Drogas Peligrosas, quien agregó con posterioridad que hay una nueva salida del ex comisario desde su domicilio luciendo “vestimenta blanca”. Con este nuevo elemento se inicia, una vez más, el seguimiento para tener controlados los movimientos pudiéndose observar que “él andaba por la zona céntrica dando vueltas. Era la 1:30 de la mañana”. Sobre cómo se realizó el seguimiento Millatruz recordó que era “continuo con varios autos que se iban intercalando. Caimi aceleraba, doblaba y cuando doblaba frenaba para ver si lo seguían”, agregando que sus subalternos le informaban que para no ser detectados “tuvimos que pasarlo rápido”, aunque se podía observar que “manipulaba el celular”.
Como en la madrugada del 2 de septiembre del año pasado el tránsito en la ciudad era muy poco, se dificultaba notoriamente poder llevar adelante un seguimiento cercano del automóvil.
“Con el personal nos reunimos 5 minutos. Ellos me dijeron que era imposible seguirlo porque estaba muy “perseguido”, por lo cual dispongo que dos vigilancias vayan al domicilio particular y otros empleados se vayan a la parte de Aluar, para la salida a Puerto Pirámides para ver si Caimi iba a esa zona”, describió el declarante.
Tirado en el piso

A las 4 de la madrugada “el fiscal me ordena que había que detenerlo. Ahí llamo al oficial que estaba en la moto y le digo que el fiscal ordenó la detención. No lo teníamos a la vista pero justo cuando íbamos hablando, pasa y lo empiezan a seguir en moto”.
La comunicación entre los efectivos se realizaba por celular dado que la utilización de la radio advertiría al ex comisario sobre el seguimiento que se le llevaba adelante. El seguimiento concluyó en el puesto policial denominado 204 cuando los uniformados lograron interceptarlo y detenerlo. “Tardé 4 minutos en llegar al puesto cuando lo hice veo  el vehículo de Caimi atravesado sobre la ruta del aeropuerto, estaba nuestro vehículo, la moto y el ex comisario tirado en el piso esposado”, aseguró Millatruz, quien en  contacto con el imputado le señaló “en unos minutos llega el fiscal y te van a explicar por qué estás detenido”, frase con la cual cerró su participación en la detención del presunto cabecilla de la asociación ilícita. #


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