Por el delito de hurto agravado fue condenado un poliladron
Se trata de Raúl Víctor Pereyra, quien en febrero de 2011 se apoderó ilegítimamente de un celular propiedad de un joven que había sido demorado en la Seccional Primera.
Un policía fue condenado en Puerto Madryn a una pena de prisión en suspenso y a cumplir reglas de conducta porque le “hurtó” el celular a un joven, que había sido demorado por una contravención en un recital gratuito en la costa.
La jueza Patricia Reyes condenó a un policía de la Seccional Primera de la ciudad del Golfo por el “hurto agravado” de un celular a un joven demorado en dicha comisaría.
El condenado es el policía Raúl Víctor Pereyra por el delito de “hurto agravado en carácter de autor” ocurrido el 13 de febrero de 2011, cuando se apoderó ilegítimamente de un celular propiedad de un joven que había sido demorado en la Seccional Primera por beber alcohol en la vía pública durante un recital “y nunca le fue devuelto al recuperar su libertad”, indica la sentencia.
El policía fue condenado a 6 meses de prisión en suspenso y, además, la jueza Patricia Reyes le impuso “las siguientes reglas de conducta a fin de prevenir verse involucrado en la comisión de nuevos delitos: fijar residencia en el domicilio que denunciara, del cual no podrá ausentarse sin autorización de este Tribunal y presentarse en dos oportunidades ante la Oficina de Supervisión en el lapso de la condena; abstenerse de usar estupefacientes o de abusar de bebidas alcohólicas”
El delito sucedió el verano del año 2011, cuando un joven ingresó detenido junto a sus amigos a la Comisaría Primera por haber cometido una contravención, ya que se encontraban tomando bebidas alcohólicas en la vía pública en el marco del recital gratuito de la banda cordobesa “La Barra”.
Allí fueron demorados y le retuvieron sus pertenencias, pero el joven cuando recuperó su libertad, no le devolvieron el celular.
“Es más que claro que el celular ingresó al ámbito de la Comisaría, llegó a manos del policía Pereyra” y “este lo tuvo en su poder y lo uso, según pudo probarse con los datos objetivos brindados por las empresas telefónicas. El desapoderamiento y el apoderamiento existió, el dolo también, de hecho Pereyra niega que lo usó cuando ya es un hecho inobjetable de la realidad”, afirmó la jueza Reyes en su sentencia condenatoria.
Un policía fue condenado en Puerto Madryn a una pena de prisión en suspenso y a cumplir reglas de conducta porque le “hurtó” el celular a un joven, que había sido demorado por una contravención en un recital gratuito en la costa.
La jueza Patricia Reyes condenó a un policía de la Seccional Primera de la ciudad del Golfo por el “hurto agravado” de un celular a un joven demorado en dicha comisaría.
El condenado es el policía Raúl Víctor Pereyra por el delito de “hurto agravado en carácter de autor” ocurrido el 13 de febrero de 2011, cuando se apoderó ilegítimamente de un celular propiedad de un joven que había sido demorado en la Seccional Primera por beber alcohol en la vía pública durante un recital “y nunca le fue devuelto al recuperar su libertad”, indica la sentencia.
El policía fue condenado a 6 meses de prisión en suspenso y, además, la jueza Patricia Reyes le impuso “las siguientes reglas de conducta a fin de prevenir verse involucrado en la comisión de nuevos delitos: fijar residencia en el domicilio que denunciara, del cual no podrá ausentarse sin autorización de este Tribunal y presentarse en dos oportunidades ante la Oficina de Supervisión en el lapso de la condena; abstenerse de usar estupefacientes o de abusar de bebidas alcohólicas”
El delito sucedió el verano del año 2011, cuando un joven ingresó detenido junto a sus amigos a la Comisaría Primera por haber cometido una contravención, ya que se encontraban tomando bebidas alcohólicas en la vía pública en el marco del recital gratuito de la banda cordobesa “La Barra”.
Allí fueron demorados y le retuvieron sus pertenencias, pero el joven cuando recuperó su libertad, no le devolvieron el celular.
“Es más que claro que el celular ingresó al ámbito de la Comisaría, llegó a manos del policía Pereyra” y “este lo tuvo en su poder y lo uso, según pudo probarse con los datos objetivos brindados por las empresas telefónicas. El desapoderamiento y el apoderamiento existió, el dolo también, de hecho Pereyra niega que lo usó cuando ya es un hecho inobjetable de la realidad”, afirmó la jueza Reyes en su sentencia condenatoria.