Lippert, quien ayer tenía previsto dar una conferencia de prensa en el Centro de Arte Sejong, frente a la embajada estadounidense, recibió 80 puntos de sutura en la cara para cerrar la herida, pero aseguró a través de su cuenta de Twitter que se encuentra "bien" y "con gran ánimo".
"Volveré tan pronto como sea posible para avanzar en las relaciones entre Estados Unidos y la República de Corea del Sur", aseguró el diplomático horas después de la agresión.
El embajador estaba desayunando cuando fue sorprendido desde atrás por un hombre identificado como Kim Ki-jong, informó una vocera de la embajada, citada por la agencia de noticias EFE.
Kim (55), le cortó la cara y la muñeca izquierda a Lippert (42) con un cuchillo de cocina de 25 centímetros, indicó la policía en una rueda de prensa.
El atacante fue reducido y detenido de inmediato, mientras el embajador, en el cargo desde el año pasado, fue trasladado a un hospital cercano donde se encuentra en "estado estable" sin que se tema por su vida, confirmó la vocera de la Embajada de Estados Unidos en Seúl.
Tras la agresión, Kim gritó proclamas contra las maniobras militares Key Resolve y Foal Eagle, que los ejércitos de Estados Unidos y Corea del Sur comenzaron el lunes de manera conjunta en territorio surcoreano y culminarán el 13 de marzo.
Por su parte, el Departamento de Estado norteamericano expresó en un comunicado su "condena rotunda a este acto de violencia", mientras la Cancillería de Corea del Sur "lamentó profundamente" lo ocurrido y remarcó que Estados Unidos es su "aliado más importante".
Al otro lado del Paralelo 38, el gobierno norcoreano consideró "un merecido castigo" el ataque Lippert.
El gobierno de Kim Jong-un interpretó la agresión al embajador como "una muestra de la resistencia" de la sociedad surcoreana a la "crisis de guerra provocada por los ejercicios militares conjuntos" de Seúl y Washington, según un comunicado de la agencia estatal KCNA.
Los ejercicios militares conjuntos entre Washington y Seúl se realizan cada año y son fuertemente criticados por Pyongyang y por activistas surcoreanos.
El agresor Kim Ki-jong es líder de un grupo llamado Woorimadang, una pequeña organización de tendencia ultranacionalista que cuenta con 54 integrantes y en cuya página web se pueden ver las duras críticas a la presencia del Ejército estadounidense en Corea del Sur, donde mantiene desplegados 28.500 efectivos.
Lippert, quien ayer tenía previsto dar una conferencia de prensa en el Centro de Arte Sejong, frente a la embajada estadounidense, recibió 80 puntos de sutura en la cara para cerrar la herida, pero aseguró a través de su cuenta de Twitter que se encuentra "bien" y "con gran ánimo".
"Volveré tan pronto como sea posible para avanzar en las relaciones entre Estados Unidos y la República de Corea del Sur", aseguró el diplomático horas después de la agresión.
El embajador estaba desayunando cuando fue sorprendido desde atrás por un hombre identificado como Kim Ki-jong, informó una vocera de la embajada, citada por la agencia de noticias EFE.
Kim (55), le cortó la cara y la muñeca izquierda a Lippert (42) con un cuchillo de cocina de 25 centímetros, indicó la policía en una rueda de prensa.
El atacante fue reducido y detenido de inmediato, mientras el embajador, en el cargo desde el año pasado, fue trasladado a un hospital cercano donde se encuentra en "estado estable" sin que se tema por su vida, confirmó la vocera de la Embajada de Estados Unidos en Seúl.
Tras la agresión, Kim gritó proclamas contra las maniobras militares Key Resolve y Foal Eagle, que los ejércitos de Estados Unidos y Corea del Sur comenzaron el lunes de manera conjunta en territorio surcoreano y culminarán el 13 de marzo.
Por su parte, el Departamento de Estado norteamericano expresó en un comunicado su "condena rotunda a este acto de violencia", mientras la Cancillería de Corea del Sur "lamentó profundamente" lo ocurrido y remarcó que Estados Unidos es su "aliado más importante".
Al otro lado del Paralelo 38, el gobierno norcoreano consideró "un merecido castigo" el ataque Lippert.
El gobierno de Kim Jong-un interpretó la agresión al embajador como "una muestra de la resistencia" de la sociedad surcoreana a la "crisis de guerra provocada por los ejercicios militares conjuntos" de Seúl y Washington, según un comunicado de la agencia estatal KCNA.
Los ejercicios militares conjuntos entre Washington y Seúl se realizan cada año y son fuertemente criticados por Pyongyang y por activistas surcoreanos.
El agresor Kim Ki-jong es líder de un grupo llamado Woorimadang, una pequeña organización de tendencia ultranacionalista que cuenta con 54 integrantes y en cuya página web se pueden ver las duras críticas a la presencia del Ejército estadounidense en Corea del Sur, donde mantiene desplegados 28.500 efectivos.