Atenas y Moscú recomponen sus relaciones bilaterales

Vladimir Putin se mostró dispuesto a levantar el embargo a las importaciones de alimentos griegos tras reunirse con Alexis Tsipras, durante una visita observada con gran preocupación desde Bruselas y en la que el Kremlin intenta romper el frente europeo abierto en su contra tras el conflicto en Ucrania.

08 ABR 2015 - 14:19 | Actualizado

En una rueda de prensa conjunta tras la reunión, Putin señaló que la visita del jefe del Gobierno griego "no puede ser más oportuna", pues ambas naciones necesitan "hablar sobre cómo recuperar el antiguo ritmo de intercambio comercial", aludiendo al daño que las sanciones y contrasanciones entre el bloque Europeo y Rusia causaron al comercio bilateral.

El líder ruso aseguró que Tsipras no pidió ayuda financiera a Rusia y subrayó que en la reunión abordaron la realización de "distintas inversiones en el terreno de las infraestructuras, transporte, energía etc", objetivos integrados en un Plan de Acción conjunto para 2015 y 2016, que ambos firmaron hoy.

La visita de Tsipras se produce en medio de una tensa relación entre Bruselas y Moscú desatada en el marco del conflicto en Ucrania, la anexión de Crimea, la serie de sanciones que el bloque tomó en represalia y la inmediata respuesta de Moscú que prohibió la importación de alimentos seleccionados, incluyendo verduras y queso de la Unión Europea.

El jefe del Kremlin recordó que entre 2009 y 2013 el comercio bilateral se había duplicado y que el año pasado éste se redujo en un 40%, antes de subrayar que esos ritmos de crecimiento habían transformado a Rusia en el primer socio comercial de Grecia, consignó la agencia EFE.

En la reunión, ambos mandatarios abordaron la posibilidad de que Grecia se conecte al nuevo gasoducto ruso-turco (Turkish Stream) que se proyecta construir por el fondo del Mar Negro, informó la oficina de prensa de la Presidencia rusa.

Ayer, anticipando el tono y el trasfondo de la cumbre entre los líderes ruso y griego, el ministro ruso de Agricultura Nikolai Fiodorov, dijo que su Gobierno "puede examinar la supresión de sanciones al sector alimenticio para "algunos países de la UE, como Grecia, Hungría y Chipre".

"En el gobierno podemos tener propuestas valorando en conjunto las relaciones de Rusia con países concretos y puede haber propuestas para sacar a algunos países de la lista", lo que dependerá de las contrapartidas que estos países ofrezca al Kremlin.

El objetivo de Moscú es que estos países no se limiten a las críticas a la política de Bruselas, sino que utilicen su derecho de veto para romper el frente europeo levantado tras el conflicto en Ucrania ante la política rusa.

Tsipras es el líder europeo que encabeza el grupo de países (integrado por Grecia, Austria, Hungría, Italia, España y Chipre) que se declaran activamente a favor de la abolición de las sanciones a Rusia, pero no transformaron en gestos políticos concretos este punto de vista, por lo que la visita del izquierdista preocupa a Bruselas.

Esta inquietud quedó plasmada ayer con las declaraciones del presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, quien advirtió a Atenas sobre las consecuencias de desviarse de la política común del bloque y exigió a Tsipras "solidaridad y garantías de una acción conjunta" con el resto de la Unión Europea.

"La Unión Europea espera que Tsipras se desenvuelva como el jefe de gobierno de uno de los países miembros de la UE." sintetizó Schulz.

En tanto, el vicecanciller alemán y líder socialdemócrata, Sigmar Gabriel, llegó a emplazar al Gobierno griego a "dejar de una vez por todas los jueguecitos" de las últimas semanas y aseguró que no se puede imaginar que "nadie en Atenas se plantee seriamente dar la espalda a Europa y arrimarse a los brazos de Moscú".

En la rueda de prensa con Putin, hoy, Tsipras zanjó el debate y defendió el derecho de su país a desarrollar una política exterior soberana.

"Grecia es un país soberano con su derecho irrenunciable a desarrollar una política exterior multilateral y a desempeñar su papel geopolítico como país balcánico, mediterráneo y europeo y de la región del Mar Negro", dijo Tsipras.

El canciller ruso Serguei Lavrov, en tanto, afirmó que los países europeos "deben guiarse por sus intereses nacionales y no por falsos principios de solidaridad" que los mantienen "a todos en el redil antirruso".

"La mentalidad que se cultiva en Europa es de que si un país europeo empieza a actuar según sus intereses nacionales, esto se interpreta como una trasgresión del principio de solidaridad, como si éste hubiese sido inventado sólo para respaldar a una minoría rusófoba en la Unión Europea", dijo Lavrov en rueda de prensa.

La visita de Tsipras a Moscú fue criticada también con inusitada dureza desde Alemania, para la que de nada han servido las múltiples aseveraciones de que la intención no es minar la unidad de la Unión Europea.

La Comisión Europea (CE) , en tanto, dijo hoy que espera que Atenas apoye las sanciones a Rusia y que espera "que estaremos unidos como han probado las últimas decisiones del Consejo Europeo del pasado 19 de marzo", señaló el portavoz comunitario Margaritis Schinas.

08 ABR 2015 - 14:19

En una rueda de prensa conjunta tras la reunión, Putin señaló que la visita del jefe del Gobierno griego "no puede ser más oportuna", pues ambas naciones necesitan "hablar sobre cómo recuperar el antiguo ritmo de intercambio comercial", aludiendo al daño que las sanciones y contrasanciones entre el bloque Europeo y Rusia causaron al comercio bilateral.

El líder ruso aseguró que Tsipras no pidió ayuda financiera a Rusia y subrayó que en la reunión abordaron la realización de "distintas inversiones en el terreno de las infraestructuras, transporte, energía etc", objetivos integrados en un Plan de Acción conjunto para 2015 y 2016, que ambos firmaron hoy.

La visita de Tsipras se produce en medio de una tensa relación entre Bruselas y Moscú desatada en el marco del conflicto en Ucrania, la anexión de Crimea, la serie de sanciones que el bloque tomó en represalia y la inmediata respuesta de Moscú que prohibió la importación de alimentos seleccionados, incluyendo verduras y queso de la Unión Europea.

El jefe del Kremlin recordó que entre 2009 y 2013 el comercio bilateral se había duplicado y que el año pasado éste se redujo en un 40%, antes de subrayar que esos ritmos de crecimiento habían transformado a Rusia en el primer socio comercial de Grecia, consignó la agencia EFE.

En la reunión, ambos mandatarios abordaron la posibilidad de que Grecia se conecte al nuevo gasoducto ruso-turco (Turkish Stream) que se proyecta construir por el fondo del Mar Negro, informó la oficina de prensa de la Presidencia rusa.

Ayer, anticipando el tono y el trasfondo de la cumbre entre los líderes ruso y griego, el ministro ruso de Agricultura Nikolai Fiodorov, dijo que su Gobierno "puede examinar la supresión de sanciones al sector alimenticio para "algunos países de la UE, como Grecia, Hungría y Chipre".

"En el gobierno podemos tener propuestas valorando en conjunto las relaciones de Rusia con países concretos y puede haber propuestas para sacar a algunos países de la lista", lo que dependerá de las contrapartidas que estos países ofrezca al Kremlin.

El objetivo de Moscú es que estos países no se limiten a las críticas a la política de Bruselas, sino que utilicen su derecho de veto para romper el frente europeo levantado tras el conflicto en Ucrania ante la política rusa.

Tsipras es el líder europeo que encabeza el grupo de países (integrado por Grecia, Austria, Hungría, Italia, España y Chipre) que se declaran activamente a favor de la abolición de las sanciones a Rusia, pero no transformaron en gestos políticos concretos este punto de vista, por lo que la visita del izquierdista preocupa a Bruselas.

Esta inquietud quedó plasmada ayer con las declaraciones del presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, quien advirtió a Atenas sobre las consecuencias de desviarse de la política común del bloque y exigió a Tsipras "solidaridad y garantías de una acción conjunta" con el resto de la Unión Europea.

"La Unión Europea espera que Tsipras se desenvuelva como el jefe de gobierno de uno de los países miembros de la UE." sintetizó Schulz.

En tanto, el vicecanciller alemán y líder socialdemócrata, Sigmar Gabriel, llegó a emplazar al Gobierno griego a "dejar de una vez por todas los jueguecitos" de las últimas semanas y aseguró que no se puede imaginar que "nadie en Atenas se plantee seriamente dar la espalda a Europa y arrimarse a los brazos de Moscú".

En la rueda de prensa con Putin, hoy, Tsipras zanjó el debate y defendió el derecho de su país a desarrollar una política exterior soberana.

"Grecia es un país soberano con su derecho irrenunciable a desarrollar una política exterior multilateral y a desempeñar su papel geopolítico como país balcánico, mediterráneo y europeo y de la región del Mar Negro", dijo Tsipras.

El canciller ruso Serguei Lavrov, en tanto, afirmó que los países europeos "deben guiarse por sus intereses nacionales y no por falsos principios de solidaridad" que los mantienen "a todos en el redil antirruso".

"La mentalidad que se cultiva en Europa es de que si un país europeo empieza a actuar según sus intereses nacionales, esto se interpreta como una trasgresión del principio de solidaridad, como si éste hubiese sido inventado sólo para respaldar a una minoría rusófoba en la Unión Europea", dijo Lavrov en rueda de prensa.

La visita de Tsipras a Moscú fue criticada también con inusitada dureza desde Alemania, para la que de nada han servido las múltiples aseveraciones de que la intención no es minar la unidad de la Unión Europea.

La Comisión Europea (CE) , en tanto, dijo hoy que espera que Atenas apoye las sanciones a Rusia y que espera "que estaremos unidos como han probado las últimas decisiones del Consejo Europeo del pasado 19 de marzo", señaló el portavoz comunitario Margaritis Schinas.


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