Francia: Sarkozy, más complicado ante la Justica por corrupción

En pleno proceso de reconstrucción de su imagen política con vistas a regresar al poder en 2017, el ex presidente conservador recibió hoy un nuevo golpe de la Justicia de su país, que validó unas escuchas que lo comprometen en un caso de corrupción donde está imputado.

07 MAY 2015 - 14:36 | Actualizado

Con un recurso de apelación, el líder de la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP), el principal partido de la oposición en Francia, contaba con deshacerse de una instrucción judicial sustentada en unas conversaciones telefónicas que mantuvo el año pasado con su abogado y que fueron 'pinchadas' por los jueces que lo investigaban por otro caso.

Pese a que varias asociaciones de letrados habían cuestionado la legitimidad de esas escuchas, el Tribunal de Apelación de París se mostró hoy categórico al admitirlas como prueba en una investigación por la que Nicolas Sarkzoy declaró durante 15 horas el pasado 2 de julio en calidad de detenido, algo que nunca antes había sucedido a un ex jefe de Estado francés.

Al término de ese intenso interrogatorio, los jueces lo imputaron por "corrupción activa, tráfico de influencia y encubrimiento de violación del secreto profesional", basándose en esas escuchas.

El recurso de los abogados de Sarkozy para anularlas congeló la investigación, pero ahora puede reanudarse pese a que los letrados anunciaron que recurrirán al Tribunal Supremo, una apelación que no es suspensiva, informó la agencia de noticias EFE.

Con ello, en el horizonte de Sarkozy aparece un posible juicio que le llevaría a sentarse en el banquillo de los acusados en un momento en el que el ex mandatario está ultimando su maquinaria mediática para tomarse en 2017 la revancha de la derrota sufrida contra el socialista Francois Hollande en mayo de 2012.

Tras haberse hecho con las riendas de la UMP, Sarkozy logró una importante victoria en las elecciones departamentales de marzo, al quedar por delante del ultraderechista Frente Nacional (FN), que el año anterior había ganado los comicios para el Parlamento europeo.

Las encuestas hasta ahora lo situaban como favorito para ser elegido candidato a las presidenciales de la UMP en las primarias que tiene previsto organizar el año próximo, por delante de destacadas figuras del partido como los ex primeros ministros Alain Juppé, su principal rival, y Francois Fillon.

Sin embargo, este revés judicial puede frenar su retorno al frente porque la figura de Sarkozy está en la mira de los jueces y no sale bien parada de las escuchas que hoy validó el tribunal.

Los magistrados pincharon su teléfono ante las sospechas de que Sarkozy, de 60 años, pudo recibir financiación del régimen libio de Muammar Kaddafi durante la campaña que en 2007 le llevó al Elíseo, un caso sustentado en declaraciones de dignatarios del país africano.

Por casualidad, los jueces descubrieron conversaciones entre el ex presidente y su abogado Thierry Herzog, de las que se deducía que trataban de obtener, a través de un magistrado, información secreta de otro sumario, el que investigaba si la multimillonaria Liliane Bettencourt, heredera del imperio cosmético L'Oréal, financió ilegalmente su campaña de 2012.

Algunas de esas conversaciones han aparecido publicadas en la prensa y dejan entrever que Sarkozy estaba dispuesto a ayudar al juez Gilbert Azibert a obtener un puesto en Mónaco a cambio de que el magistrado influyera en una decisión del Tribunal Supremo sobre el caso Bettencourt.

07 MAY 2015 - 14:36

Con un recurso de apelación, el líder de la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP), el principal partido de la oposición en Francia, contaba con deshacerse de una instrucción judicial sustentada en unas conversaciones telefónicas que mantuvo el año pasado con su abogado y que fueron 'pinchadas' por los jueces que lo investigaban por otro caso.

Pese a que varias asociaciones de letrados habían cuestionado la legitimidad de esas escuchas, el Tribunal de Apelación de París se mostró hoy categórico al admitirlas como prueba en una investigación por la que Nicolas Sarkzoy declaró durante 15 horas el pasado 2 de julio en calidad de detenido, algo que nunca antes había sucedido a un ex jefe de Estado francés.

Al término de ese intenso interrogatorio, los jueces lo imputaron por "corrupción activa, tráfico de influencia y encubrimiento de violación del secreto profesional", basándose en esas escuchas.

El recurso de los abogados de Sarkozy para anularlas congeló la investigación, pero ahora puede reanudarse pese a que los letrados anunciaron que recurrirán al Tribunal Supremo, una apelación que no es suspensiva, informó la agencia de noticias EFE.

Con ello, en el horizonte de Sarkozy aparece un posible juicio que le llevaría a sentarse en el banquillo de los acusados en un momento en el que el ex mandatario está ultimando su maquinaria mediática para tomarse en 2017 la revancha de la derrota sufrida contra el socialista Francois Hollande en mayo de 2012.

Tras haberse hecho con las riendas de la UMP, Sarkozy logró una importante victoria en las elecciones departamentales de marzo, al quedar por delante del ultraderechista Frente Nacional (FN), que el año anterior había ganado los comicios para el Parlamento europeo.

Las encuestas hasta ahora lo situaban como favorito para ser elegido candidato a las presidenciales de la UMP en las primarias que tiene previsto organizar el año próximo, por delante de destacadas figuras del partido como los ex primeros ministros Alain Juppé, su principal rival, y Francois Fillon.

Sin embargo, este revés judicial puede frenar su retorno al frente porque la figura de Sarkozy está en la mira de los jueces y no sale bien parada de las escuchas que hoy validó el tribunal.

Los magistrados pincharon su teléfono ante las sospechas de que Sarkozy, de 60 años, pudo recibir financiación del régimen libio de Muammar Kaddafi durante la campaña que en 2007 le llevó al Elíseo, un caso sustentado en declaraciones de dignatarios del país africano.

Por casualidad, los jueces descubrieron conversaciones entre el ex presidente y su abogado Thierry Herzog, de las que se deducía que trataban de obtener, a través de un magistrado, información secreta de otro sumario, el que investigaba si la multimillonaria Liliane Bettencourt, heredera del imperio cosmético L'Oréal, financió ilegalmente su campaña de 2012.

Algunas de esas conversaciones han aparecido publicadas en la prensa y dejan entrever que Sarkozy estaba dispuesto a ayudar al juez Gilbert Azibert a obtener un puesto en Mónaco a cambio de que el magistrado influyera en una decisión del Tribunal Supremo sobre el caso Bettencourt.


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