Rousseff llegará a Washington el próximo lunes, a 20 meses de la decisión de suspender la visita de Estado programada para octubre de 2013, en rechazo al espionaje a que fue sometida, al igual que parte de su gabinete y varias empresas estatales.
Esta visita se terminó de cerrar en abril de este año en Panamá, durante la VII Cumbre de las Américas, donde Rousseff y Obama mantuvieron un encuentro bilateral al cabo del cual anunciaron la reprogramación de la visita, que en esta oportunidad será oficial y no de Estado.
En Panamá, Rousseff dio por cerrada la polémica originada por el espionaje sufrido también por otros líderes mundiales, al reconocer que Estados Unidos cumplió con su compromiso de adoptar medidas para que eso no vuelva a ocurrir con sus socios globales.
La presidenta de Brasil iniciará el lunes su agenda de tres días en Nueva York donde mantendrá encuentros con inversores y empresarios para luego trasladarse ese mismo día a Washington para ser recibida por Obama con una cena de bienvenida en la Casa Blanca.
Hospedada en la exclusiva residencia de invitados del presidente norteamericano conocida como Blair House, Rousseff comenzará el martes las actividades oficiales con una reunión junto al líder demócrata en la casa de gobierno, seguida de un intercambio con la prensa, para después trasladarse al Departamento de Estado y participar de un almuerzo organizado por el vicepresidente, Joe Biden.
Con una agenda aún abierta a confirmaciones, Dilma viajará por la tarde del martes a San Francisco donde también llevará adelante reuniones con empresarios del sector de innovación e inversores.
Según indicó días atrás la encargada para la región del Departamento de Estado, Roberta Jacobson, las conversaciones que mantendrán los dos gobiernos la próxima semana pondrán el foco en temas relacionados con la educación, ciencia y tecnología, así como en cooperación en materia de defensa.
Si bien el tiempo de preparación de la visita fue acotado, los analistas apuntan a que el encuentro entre los mandatarios será el contexto para discutir además sobre cambio climático e intercambio comercial, entre otros temas .
En una presentación en el grupo de pensamiento Consejo Atlántico, Jacobson calificó la visita de Dilma Rousseff como “critica” y un hecho que marcará “el comienzo de un nuevo capítulo” en los intercambios diplomáticos.
“Nuestra relación ha sido puesta a prueba en los últimos 18 meses y no hay dudas de que por ese motivo miramos al 30 de junio como una forma de relanzar nuestra relación”, concluyó la subsecretaria de Estado para el Hemisferio Occidental de la cancillería estadounidense.
Rousseff llegará a Washington el próximo lunes, a 20 meses de la decisión de suspender la visita de Estado programada para octubre de 2013, en rechazo al espionaje a que fue sometida, al igual que parte de su gabinete y varias empresas estatales.
Esta visita se terminó de cerrar en abril de este año en Panamá, durante la VII Cumbre de las Américas, donde Rousseff y Obama mantuvieron un encuentro bilateral al cabo del cual anunciaron la reprogramación de la visita, que en esta oportunidad será oficial y no de Estado.
En Panamá, Rousseff dio por cerrada la polémica originada por el espionaje sufrido también por otros líderes mundiales, al reconocer que Estados Unidos cumplió con su compromiso de adoptar medidas para que eso no vuelva a ocurrir con sus socios globales.
La presidenta de Brasil iniciará el lunes su agenda de tres días en Nueva York donde mantendrá encuentros con inversores y empresarios para luego trasladarse ese mismo día a Washington para ser recibida por Obama con una cena de bienvenida en la Casa Blanca.
Hospedada en la exclusiva residencia de invitados del presidente norteamericano conocida como Blair House, Rousseff comenzará el martes las actividades oficiales con una reunión junto al líder demócrata en la casa de gobierno, seguida de un intercambio con la prensa, para después trasladarse al Departamento de Estado y participar de un almuerzo organizado por el vicepresidente, Joe Biden.
Con una agenda aún abierta a confirmaciones, Dilma viajará por la tarde del martes a San Francisco donde también llevará adelante reuniones con empresarios del sector de innovación e inversores.
Según indicó días atrás la encargada para la región del Departamento de Estado, Roberta Jacobson, las conversaciones que mantendrán los dos gobiernos la próxima semana pondrán el foco en temas relacionados con la educación, ciencia y tecnología, así como en cooperación en materia de defensa.
Si bien el tiempo de preparación de la visita fue acotado, los analistas apuntan a que el encuentro entre los mandatarios será el contexto para discutir además sobre cambio climático e intercambio comercial, entre otros temas .
En una presentación en el grupo de pensamiento Consejo Atlántico, Jacobson calificó la visita de Dilma Rousseff como “critica” y un hecho que marcará “el comienzo de un nuevo capítulo” en los intercambios diplomáticos.
“Nuestra relación ha sido puesta a prueba en los últimos 18 meses y no hay dudas de que por ese motivo miramos al 30 de junio como una forma de relanzar nuestra relación”, concluyó la subsecretaria de Estado para el Hemisferio Occidental de la cancillería estadounidense.