Merkel negocia en Turquía un freno para los refugiados

Mientras miles de refugiados siguen llegando a las costas del sur de Europa y otros mueren poco antes, en el mar Mediterráneo, la canciller de Alemania, Angela Merkel, viajó hoy a Turquía para tratar de sellar un acuerdo con Ankara que permita frenar el incesante flujo de recién llegados de Medio Oriente al Viejo Continente.

18 OCT 2015 - 12:22 | Actualizado

En una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, Merkel se mostró lista para "acelerar" el proceso de ingreso de Turquía a la Unión Europea (UE) y destacó que ese país, que ocupa una posición geoestratégica entre Medio Oriente, Asia y el Viejo Continente, no recibe "suficiente dinero" para hacerse cargo de los más de dos millones de refugiados sirios que viven en su territorio.

"La migración ilegal no es una solución. Un país en solitario no puede asumir la emigración o la huida de gente en dificultades. Debemos tener una migración regulada y coordinada y debemos ver formas de apoyar a Turquía y cómo posibilitar una migración regulada hacia la Unión Europea", aseguró Merkel, justificando el acuerdo que se cocina entre Bruselas y Ankara, según la agencia de noticias EFE.

En lo que va del año, Frontex, la agencia europea que controla las fronteras del bloque regional, estimó que más de 710.000 refugiados e inmigrantes, principalmente de Medio Oriente y África, entraron a la UE, una cifra muy superior a la del año pasado y a los 160.000 refugiados que los líderes europeos acordaron repartirse en los próximos dos años.

La mayoría de los recién llegados intentan llegar y establecerse en Alemania o en los países nórdicos, los más ricos de la UE y los estados que más oportunidades laborables ofrecen en estos momentos en que el sur del continente sigue inmerso en una profunda crisis económica.

Pero el viaje hasta el sur europeo sigue siendo muy peligroso, especialmente en el mar Mediterráneo.

Tres chicos y dos mujeres murieron hoy y un hombre está desaparecido luego que dos barcazas naufragaran

naufragio ante las costas de las islas griegas de Kastelorizo y Farmakonisi, en el mar Egeo, cuando trataban de entrar en Grecia desde Turquía.

Según la prensa local, un buque con bandera de Estados Unidos rescató a 11 refugiados, cuya embarcación estaba a la deriva cerca de Kastelorizo, situada a escasos tres kilómetros de la costa sur de Turquía.

En este naufragio murieron un bebé, un niño y dos mujeres, mientras que un hombre está desaparecido.

En otro incidente cerca de la isla de Farmakonisi, también muy cercana al país vecino, un niño de ocho años que viajaba con sus padres en una barcaza con otros 110 refugiados falleció.

Desde hace varias semanas, los naufragios en esta zona son cotidianos, principalmente por las condiciones meteorológicas. Cuanto más se acerque el invierno, más empeorará la situación para los refugiados que intenten cruzar este mar.

Al mismo tiempo, los refugiados cada vez tienen que superar más obstáculos en la llamada ruta de los Balcanes, que va desde Turquía por mar hasta Grecia y luego a través de Macedonia, Serbia y Croacia para finalmente cruzar por Hungría, Austria y Alemania.

El cierre reciente de la frontera húngaro-croata obligó a miles de refugiados a desviar la ruta hacia Eslovenia, un país que ayer, sin embargo, anunció que no recibirá a más de 2.500 personas al día y advirtió que las admisiones dependerán de a qué ritmo continúen su camino.

Esta situación, ya está causando cuellos de botella en toda la ruta.

El Ministerio del Interior croata anunció hoy que 4.000 personas esperan desde ayer en Opatovac, en la frontera con Serbia, para poder seguir su camino hacia Eslovenia.

Pero ni los cierres y las limitaciones fronterizas ni la travesía cada vez más peligrosa a través del Mediterráneo están frenando a las miles de personas que escapan de la guerra y otros tipos de violencia armada en sus países.

Por eso, la UE se concentra ahora en sellar un acuerdo con Turquía, el país de entrada para todos los refugiados e inmigrantes que provienen de Medio Oriente y Asia y de muchos que viajan desde África.

El premier turco, Davutoglu, aseguró hoy que está dispuesto a colaborar con Alemania "para combatir la inmigración ilegal" y destacó que su país espera a cambio "acelerar el proceso de adhesión a la Unión Europea".

Hace años que Turquía pide ingresar a la UE, sin embargo, varios países bloquean su candidatura. Hoy Merkel prometió reactivar el proceso.

Además, la canciller se mostró abierta a discutir los 3.000 millones de euros que Ankara espera recibir para mantener a los más de dos millones de sirios que viven en precarios campos de refugiados en el país desde hace años.

Por último, el gobierno turco pide que la UE liberalice el visado a ciudadanos turcos mientras dure su ingreso formal al bloque europeo.

18 OCT 2015 - 12:22

En una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, Merkel se mostró lista para "acelerar" el proceso de ingreso de Turquía a la Unión Europea (UE) y destacó que ese país, que ocupa una posición geoestratégica entre Medio Oriente, Asia y el Viejo Continente, no recibe "suficiente dinero" para hacerse cargo de los más de dos millones de refugiados sirios que viven en su territorio.

"La migración ilegal no es una solución. Un país en solitario no puede asumir la emigración o la huida de gente en dificultades. Debemos tener una migración regulada y coordinada y debemos ver formas de apoyar a Turquía y cómo posibilitar una migración regulada hacia la Unión Europea", aseguró Merkel, justificando el acuerdo que se cocina entre Bruselas y Ankara, según la agencia de noticias EFE.

En lo que va del año, Frontex, la agencia europea que controla las fronteras del bloque regional, estimó que más de 710.000 refugiados e inmigrantes, principalmente de Medio Oriente y África, entraron a la UE, una cifra muy superior a la del año pasado y a los 160.000 refugiados que los líderes europeos acordaron repartirse en los próximos dos años.

La mayoría de los recién llegados intentan llegar y establecerse en Alemania o en los países nórdicos, los más ricos de la UE y los estados que más oportunidades laborables ofrecen en estos momentos en que el sur del continente sigue inmerso en una profunda crisis económica.

Pero el viaje hasta el sur europeo sigue siendo muy peligroso, especialmente en el mar Mediterráneo.

Tres chicos y dos mujeres murieron hoy y un hombre está desaparecido luego que dos barcazas naufragaran

naufragio ante las costas de las islas griegas de Kastelorizo y Farmakonisi, en el mar Egeo, cuando trataban de entrar en Grecia desde Turquía.

Según la prensa local, un buque con bandera de Estados Unidos rescató a 11 refugiados, cuya embarcación estaba a la deriva cerca de Kastelorizo, situada a escasos tres kilómetros de la costa sur de Turquía.

En este naufragio murieron un bebé, un niño y dos mujeres, mientras que un hombre está desaparecido.

En otro incidente cerca de la isla de Farmakonisi, también muy cercana al país vecino, un niño de ocho años que viajaba con sus padres en una barcaza con otros 110 refugiados falleció.

Desde hace varias semanas, los naufragios en esta zona son cotidianos, principalmente por las condiciones meteorológicas. Cuanto más se acerque el invierno, más empeorará la situación para los refugiados que intenten cruzar este mar.

Al mismo tiempo, los refugiados cada vez tienen que superar más obstáculos en la llamada ruta de los Balcanes, que va desde Turquía por mar hasta Grecia y luego a través de Macedonia, Serbia y Croacia para finalmente cruzar por Hungría, Austria y Alemania.

El cierre reciente de la frontera húngaro-croata obligó a miles de refugiados a desviar la ruta hacia Eslovenia, un país que ayer, sin embargo, anunció que no recibirá a más de 2.500 personas al día y advirtió que las admisiones dependerán de a qué ritmo continúen su camino.

Esta situación, ya está causando cuellos de botella en toda la ruta.

El Ministerio del Interior croata anunció hoy que 4.000 personas esperan desde ayer en Opatovac, en la frontera con Serbia, para poder seguir su camino hacia Eslovenia.

Pero ni los cierres y las limitaciones fronterizas ni la travesía cada vez más peligrosa a través del Mediterráneo están frenando a las miles de personas que escapan de la guerra y otros tipos de violencia armada en sus países.

Por eso, la UE se concentra ahora en sellar un acuerdo con Turquía, el país de entrada para todos los refugiados e inmigrantes que provienen de Medio Oriente y Asia y de muchos que viajan desde África.

El premier turco, Davutoglu, aseguró hoy que está dispuesto a colaborar con Alemania "para combatir la inmigración ilegal" y destacó que su país espera a cambio "acelerar el proceso de adhesión a la Unión Europea".

Hace años que Turquía pide ingresar a la UE, sin embargo, varios países bloquean su candidatura. Hoy Merkel prometió reactivar el proceso.

Además, la canciller se mostró abierta a discutir los 3.000 millones de euros que Ankara espera recibir para mantener a los más de dos millones de sirios que viven en precarios campos de refugiados en el país desde hace años.

Por último, el gobierno turco pide que la UE liberalice el visado a ciudadanos turcos mientras dure su ingreso formal al bloque europeo.


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