Fabián Ismael Pérez (49) admitió su responsabilidad en el asesinato de su mujer, Noemí Videla (38) , a quien mató luego de golpearla con un hierro, el 28 de noviembre de 2014 en el domicilio que ambos compartían en el barrio Argumedo, del departamento de Guaymallén, cercano a la capital provincial.
Por primera vez en Mendoza, en un caso de femicidio, el imputado fue sometido a un juicio abreviado porque, según sostuvo, no quería que sus hijas tuvieran que declarar en el juicio oral y público, ya que una de ellas presenció cuando estaba golpeando a su esposa.
El pedido fue solicitado por la defensora oficial del hombre y aceptado por el fiscal Alejandro Iturbide.
Por lo general, quienes aceptan someterse a un juicio abreviado obtienen una rebaja en la pena, pero la Cámara Tercera de Mendoza, integrada por Laura Guajardo, Diego Lusverti y Eduardo Martearena, condenó a Pérez a prisión perpetua por "homicidio triplemente agravado por el vínculo, alevosía y violencia de género".
Antes de escuchar el veredicto, el hombre hizo uso de su derecho a declarar y, entre lágrimas, le pidió perdón a sus hijas.
La pareja, si bien estaba separada hacía más de un año, compartía una vivienda en la calle Formosa, junto a dos hijas de 19 y 16 años.
Según la investigación, al momento del asesinato el acusado ocupaba una habitación al fondo de la casa, ya que no contaba con dinero para mudarse a otra vivienda.
El 28 de noviembre, Pérez salió de la propiedad para llevar a su hija más chica al colegio y cuando regresó, cerca de las 8 de la mañana, tomó un hierro de unos 50 centímetro de largo y se dirigió a la habitación de su esposa.
Allí, mientras la víctima dormía, la golpeó numerosas veces y la dejó agonizando.
Tras escuchar los sollozos de la mujer, su hija de 19 años, se dirigió a la habitación y vio cómo su padre golpeaba a su madre.
Luego una ambulancia trasladó a la mujer al Hospital Central, donde ingresó con un grave traumatismo encéfalo craneano y al día siguiente murió por las graves heridas.
En tanto, Pérez escapó y se entregó días después.
Fabián Ismael Pérez (49) admitió su responsabilidad en el asesinato de su mujer, Noemí Videla (38) , a quien mató luego de golpearla con un hierro, el 28 de noviembre de 2014 en el domicilio que ambos compartían en el barrio Argumedo, del departamento de Guaymallén, cercano a la capital provincial.
Por primera vez en Mendoza, en un caso de femicidio, el imputado fue sometido a un juicio abreviado porque, según sostuvo, no quería que sus hijas tuvieran que declarar en el juicio oral y público, ya que una de ellas presenció cuando estaba golpeando a su esposa.
El pedido fue solicitado por la defensora oficial del hombre y aceptado por el fiscal Alejandro Iturbide.
Por lo general, quienes aceptan someterse a un juicio abreviado obtienen una rebaja en la pena, pero la Cámara Tercera de Mendoza, integrada por Laura Guajardo, Diego Lusverti y Eduardo Martearena, condenó a Pérez a prisión perpetua por "homicidio triplemente agravado por el vínculo, alevosía y violencia de género".
Antes de escuchar el veredicto, el hombre hizo uso de su derecho a declarar y, entre lágrimas, le pidió perdón a sus hijas.
La pareja, si bien estaba separada hacía más de un año, compartía una vivienda en la calle Formosa, junto a dos hijas de 19 y 16 años.
Según la investigación, al momento del asesinato el acusado ocupaba una habitación al fondo de la casa, ya que no contaba con dinero para mudarse a otra vivienda.
El 28 de noviembre, Pérez salió de la propiedad para llevar a su hija más chica al colegio y cuando regresó, cerca de las 8 de la mañana, tomó un hierro de unos 50 centímetro de largo y se dirigió a la habitación de su esposa.
Allí, mientras la víctima dormía, la golpeó numerosas veces y la dejó agonizando.
Tras escuchar los sollozos de la mujer, su hija de 19 años, se dirigió a la habitación y vio cómo su padre golpeaba a su madre.
Luego una ambulancia trasladó a la mujer al Hospital Central, donde ingresó con un grave traumatismo encéfalo craneano y al día siguiente murió por las graves heridas.
En tanto, Pérez escapó y se entregó días después.